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Síndrome de Asperger, ¿asignatura pendiente para la Enfermería?

Síndrome de Asperger, ¿asignatura pendiente para la Enfermería?

A pesar de que el Síndrome de Asperger es mucho más común que el Autismo, sigue siendo una condición rara y pocas personas, incluyendo profesionales, saben sobre ella y mucho menos tienen experiencia en ella.

Síndrome de Asperger, ¿asignatura pendiente para la Enfermería?

AUTORAS

Noelia Murez Mojica. Diplomada Universitaria en Enfermería. SAS

Arantza Mojica Blanco. Diplomada Universitaria en Enfermería. SAS

María del Pilar Tierra Burguillo. Universidad de Huelva, PHd

El síndrome de Asperger puede ser difícil de diagnosticar. Usualmente el diagnóstico es tardío en la infancia o adolescencia temprana, a pesar de que hay síntomas reconocibles entre los 2-3 años de edad. Los niños con este trastorno, presentan buen funcionamiento en muchos aspectos de la vida, y pueden ser considerados simplemente diferentes, a causa de sus extraños comportamientos. Una intervención temprana es muy importante y conlleva entrenamiento social y educacional por parte de un equipo multidisciplinar.

Los descriptores de la salud que han sido utilizados son: Síndrome de Asperger, Trastornos del Desarrollo Infantil, Evaluación psicosocial, Entrenamiento en habilidades sociales.

INTRODUCCIÓN

El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del espectro de desórdenes autísticos. Se caracteriza por presentar una tríada de afectación en los siguientes aspectos:

  • en el área social: dificultades en la relación social y en las vías de la interacción social
  • en el área comunicativa: disminución de la comunicación verbal y no verbal
  • y en la esfera imaginativa: afectación en el juego, los intereses y podríamos añadir, el entendimiento con los demás.

Lo que distingue el síndrome de Asperger de otros desórdenes autísticos es una gran habilidad con el lenguaje, y más raramente, la coexistencia del desorden con la incapacidad de aprendizaje y dificultades en el área psicomotora.

Son niños que tienen campos de intereses estrechos y absorbentes. Son generalmente buenos en las habilidades de memoria, muchos destacan en las áreas de matemáticas y ciencias. El niño levemente afectado resulta a menudo no diagnosticado, pudiendo parecer raro o excéntrico, incluso algunos autores señalan la posibilidad de que estemos ante una variante de la personalidad normal.

Utilizan el lenguaje de una manera levemente rara y toman a menudo significados literales de lo que leen u oyen. Son más felices con rutinas y un ambiente estructurado, cuando encuentran dificultad en decidir qué hacer, recurren a sus actividades preferidas.

Aman la alabanza, ganar y ser los primeros, pero el fracaso, la imperfección y la crítica les resulta difícil de sobrellevar. El mal comportamiento está motivado por la inhabilidad para comunicar sus frustraciones y ansiedades. Necesitan amor, dulzura, cuidado, paciencia y comprensión. Dentro de este marco realizan grandes progresos.

DIAGNÓSTICO

Para establecer cualquier diagnóstico en psiquiatría infantil es necesario un abordaje personal, familiar y social. En la entrevista diagnostica es necesario realizar una buena historia del desarrollo del niño en general y en especial en las áreas de interacción social, lenguaje y comunicación.

Cuando un especialista asiste a un niño, ha de realizar pues una profunda evaluación “psicosocial”, incluyendo  una historia detallada de cuando fueron detectados los primeros síntomas, el desarrollo de habilidades motoras y pautas de lenguaje, y otros aspectos de su personalidad y comportamiento incluyendo actividades favoritas, hábitos inusuales, preocupaciones, etc…Hay que hacer especial hincapié en el desarrollo social, que refleja problemas pasados y presentes en el desarrollo de amistades. Analizar el juego y los patrones de conducta del niño desde una perspectiva evolutiva.  Debemos valorar su capacidad intelectual, su nivel de lenguaje expresivo y receptivo.

Para ayudarnos a detectar  el síndrome de Asperger es conveniente valorar test de la teoría de la mente, test de función ejecutiva y test de competencia motora.  A su vez son de gran utilidad el uso de las escalas de screening tales como ASSQ (cuestionario de screening para el espectro autista de alto funcionamiento de Ehlers, Gillberg y wing 1999), la escala australiana para el síndrome de Asperger de Atwood 1998 y el test infantil del síndrome de Asperger de Scout, Baron-Cohen, Bolton, Brayne,

2002.

Siguiendo los criterios DSM IV TR, el trastorno de Asperger debe cumplir los siguientes criterios:

  1. Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las siguientes características:

– Importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales como contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social.

– Incapacidad para desarrollar con compañeros relaciones apropiadas al nivel del desarrollo del sujeto.

– Ausencia de la tendencia espontánea a compartir disfrutes, intereses y objetivos con otras personas (por ej. No mostrar traer o enseñar a otras personas objetos de interés).

– Ausencia de reciprocidad social o emocional.

  1. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos, y estereotipados, manifestados al menos por una de las siguientes características:

– Preocupación absorbente por uno o más patrones de interés estereotipados y restrictivos que son anormales, sea por su intensidad, sea por su objetivo.

– Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales.

– Manierismos motores estereotipados y repetitivos (sacudir o girar las manos o los dedos o movimientos complejos de todo el cuerpo.

– Preocupación persistente por partes de objetos.

  1. El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, laboral y otras áreas importantes de la actividad del individuo.
  2. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (p.e. a los dos años de edad utiliza palabras sencillas, a los tres años de edad utiliza frases comunicativas).
  3. No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento adaptativo (distinto de la interacción social) y curiosidad acerca del ambiente durante la infancia.
  4. No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de esquizofrenia.

TRATAMIENTO INTERDISCIPLINARIO E INDIVIDUALIZADO.

Como el síndrome de Asperger  puede presentar patrones de comportamiento y problemas que difieren ampliamente de un niño a otro, no hay un niño “típico”, no se prescribe un tratamiento tipo régimen. Si bien, el niño se beneficiará con alguna de las siguientes formas de tratamiento.

  • Educación y entrenamiento paterno
  • Intervención de educadores especializados
  • Entrenamiento de habilidades sociales
  • Psicoterapia cognitivo-conductual
  • Terapia farmacológica

ESTRATEGIAS ÚTILES

Los rasgos autísticos observados en niños pequeños pueden parecer a menudo menos severos a medida que el niño madura y aprende estrategias para hacer frente a sus dificultades. A continuación se detallan una serie de pautas a tener en cuenta para ayudar al niño a entender mejor el mundo y de este modo hacer el día a día más fácil.

  • Utilizar un lenguaje simple, con un nivel que pueda entender.
  • Utilizar instrucciones simples; para los trabajos complicados es preferible utilizar listas o dibujos.
  • Intentar conseguir la confirmación de que entiende lo que se le está diciendo o preguntando, no conformarse con la respuesta Si ó No que tan habitualmente proporcionan.
  • Explicar porqué debe mirar a la persona que le habla, animar y proporcionar alabanzas para cualquier logro, especialmente cuando utilice espontáneamente una habilidad social.
  • Limitar cualquier opción a dos o tres ítems.
  • Limitar su tiempo para los «intereses especiales» a fracciones diarias de tiempo siempre que sea posible.
  • Anticipar cualquier cambio y proporcionar índices de alerta cuando desee que termine una tarea, Ej.: «Cuando termines de colorear saldremos de compras».
  • Introducir cierta flexibilidad en su rutina, si aprende temprano que las cosas cambian y a menudo sin aviso, puede ser de gran utilidad.
  • Identificar los «disparadores de la tensión», e intentar evitarlos en la medida de lo posible.
  • Encontrar una manera de hacer frente a problemas del comportamiento, quizás restándole importancia si no es demasiado grave o dándole un abrazo.
  • Las promesas y las amenazas que usted hace deberán ser respetadas, así que trate de no hacerlas a la ligera.
  • Enseñar algunas estrategias para hacer frente a situaciones difíciles.
  • Enseñar la diferencia entre los lugares privados y públicos y las acciones, de modo que el niño pueda desarrollar estrategias para hacer frente a reglas sociales más complejas.
  • Demostrarle mucho amor y hacerle sentir que se está orgulloso de él.

EVALUACIÓN

Los niños con el síndrome de Asperger aparentan ser para la mayoría brillantes, felices y cariñosos. Si logramos penetrar en su «pequeño mundo propio» podremos ayudarles a incorporarse mejor en la sociedad. Para ello tenemos que estar actualizados en la medida de lo posible en la materia que nos ocupa para poder dar asesoramiento y apoyo a  toda aquella persona que nos lo requiera.

BIBLIOGRAFÍA

Attwood T. El Síndrome de Asperger, edición en castellano. Barcelona. Paidós, 2002

Martín Borreguero P. El Síndrome de Asperger. Madrid. Alianza Editorial, 2004

Organización Mundial de la Salud. Clasificación internacional de las enfermedades CIE-10. Madrid, 1995

Kaplan H. y Sadock, B. J. Sinopsis de psiquiatría IX edición. Ed. Waverly Hispánica síndrome A. 2004.

Grace J. Craig, Desarrollo Psicológico, 8°edic. Pearson Educación, 2001