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TAPP vs TEP: reparación laparoscópica de hernias inguinales. Una revisión bibliográfica

TAPP vs TEP: reparación laparoscópica de hernias inguinales. Una revisión bibliográfica

Autor principal: Kristian Nigel Lewis Thomas

Vol. XX; nº 12; 701

TAPP vs. TEP: Laparoscopic Inguinal Hernia Repair: A bibliographic review

Fecha de recepción: 10 de mayo de 2025
Fecha de aceptación: 17 de junio de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 12 – Segunda quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 12; 701

Autores:

Kristian Nigel Lewis Thomas, Médico general, Investigador independiente, Limón, Costa Rica, https://orcid.org/0009-0004-4438-8913
Jason Gustavo Cognuck Bolaños, Médico general, Investigador independiente, Puntarenas, Costa Rica
Tabata Vanessa Cognuck Bolaños, Médica general, Investigadora independiente, Puntarenas, Costa Rica
Hellen Graciela Solís Aragonés, Médica general, Investigadora independiente, Alajuela, Costa Rica
Humberto Ureña Umaña, Médico general, Investigador independiente, San José, Costa Rica

Resumen

Las hernias inguinales son un motivo de consulta frecuente en la práctica médica. Clasificadas como hernia inguinal indirecta, directa o femoral, se definen como un defecto en la pared abdominal que permite la protrusión del contenido intraabdominal a través del conducto inguinal. Aunque en muchos casos son asintomáticas, pueden presentarse con molestias o dolor durante el esfuerzo físico o al levantar objetos pesados. Para su resolución existen diversas técnicas quirúrgicas empleadas desde siglos atrás como la técnica de Bassini y otras más recientes como la técnica de Lichtenstein y los abordajes laparoscópicos como TAPP y TEPP, cuya elección dependerá de cada caso en particular y la preferencia del cirujano.

Palabras clave

hernia, inguinal, laparoscopia, quirúrgico, peritoneo, incisión.

Abstract

Inguinal hernias are a common complaint in medical practice. Classified as indirect, direct, or femoral inguinal hernias, they are defined as a defect in the abdominal wall that allows intra-abdominal contents to protrude through the inguinal canal. Although they are often asymptomatic, they can present with discomfort or pain during physical exertion or when lifting heavy objects. For their resolution, various surgical techniques have been used for centuries, such as the Bassini technique, and more recent ones, such as the Lichtenstein technique and laparoscopic approaches such as TAPP and TEP, the choice of which will depend on each particular case and the surgeon’s preference.

Keywords

hernia, inguinal, laparoscopy, surgical, peritoneum, incision.

Generalidades

Anatomía del conducto inguinal

El canal o conducto inguinal es una estructura bilateral localizada entre el abdomen y el periné, propiamente en la zona inguinal y cuya principal función es dar paso a estructuras provenientes del abdomen hacia la ingle; en los hombres durante el desarrollo embrionario conduce al testículo hacia la bolsa escrotal durante su descenso, a su vez da paso a estructuras como el cordón espermático el cual incluye vasos sanguíneos, nervios y el conducto deferente (1).

En la mujer da paso al ligamento redondo del útero, el cual se encarga de darle posición a dicho órgano y en cuanto a ambos sexos, comparten el hecho de que a través del conducto inguinal también transcurre el nervio ilioinguinal el cual se va encargar de la sensibilización e inervación de la ingle y región genital (1).

El anillo inguinal interno, que se encuentra superior al punto medio del ligamento inguinal y lateral a la arteria epigástrica inferior, constituye la estructura que dará comienzo al conducto inguinal. Por lo tanto, el conducto pasa por la pared abdominal anterior, cuyas diversas capas, como el músculo oblicuo externo, la fascia transversalis, entre otras, constituyen el techo, las paredes y el suelo del conducto. Posteriormente, se dirige al anillo inguinal superficial, conocido como externo, localizado en la parte superior y lateral de la espina púbica (1).

Definición y tipos de hernia inguinal

El término «hernia inguinal» abarca tres tipos principales, clasificados según su localización en relación con el triángulo inguinal de Hesselbach: la hernia inguinal directa, la hernia inguinal indirecta y la hernia femoral. La hernia inguinal directa se caracteriza por la protrusión de tejido a través de la pared posterior del canal inguinal, situándose medialmente respecto a los vasos epigástricos inferiores (2).

Por su parte, la hernia inguinal indirecta se manifiesta mediante la protrusión del contenido a través del anillo inguinal interno, en una posición lateral a los vasos epigástricos inferiores. En tanto la hernia femoral implica la protrusión de tejido por debajo del ligamento inguinal, localizándose medialmente en relación con los vasos femorales (2).

Manifestaciones clínicas

Los pacientes que presentan hernia inguinal pueden manifestar la aparición de una protuberancia en la región inguinal, la cual tiende a aumentar de tamaño de manera progresiva con el tiempo. En la mayoría de los casos, los pacientes refieren dolor o una leve sensación de incomodidad; no obstante, aproximadamente un tercio de ellos puede permanecer asintomático (2).

La sintomatología suele intensificarse al adoptar la posición de pie, realizar esfuerzos físicos, levantar objetos pesados o al toser, dado que estas acciones incrementan la presión intraabdominal y favorecen la protrusión del contenido abdominal a través del defecto herniario. Es frecuente que los síntomas se presenten únicamente al finalizar la jornada o tras realizar actividades prolongadas, mientras que la prominencia herniaria tiende a desaparecer al adoptar la posición de decúbito. No obstante, la ausencia de una masa reducible o de un defecto palpable no excluye la posibilidad diagnóstica de una hernia. En un grupo particular de pacientes, el dolor inguinal o pélvico puede atribuirse a la presencia de una hernia oculta (2).

Cuando se manifiesta, el dolor inguinal suele describirse como una sensación sorda, de tracción o ardor. Es posible que se experimente malestar localizado debido al estiramiento o desgarro de los tejidos en el área del defecto herniario o en sus proximidades. A medida que esta condición progresa, la hernia tiende a incrementar su tamaño. La aparición de un dolor intenso puede ser indicativa de una incarceración herniaria, situación que podría requerir una intervención quirúrgica de carácter urgente (2).

Factores de riesgo destacados

Diversos factores de riesgo se han asociado con la aparición de esta patología, entre ellos la edad superior a los 60 años, el sobrepeso, la presencia de uropatía obstructiva, el estreñimiento, la tos crónica y las colagenopatías, entre otros. La mayoría de estos factores persisten incluso después de la reparación quirúrgica de la hernia, lo que contribuye a mantener una elevada probabilidad de recurrencia o de desarrollo de una hernia contralateral a lo largo del tiempo (3).

Reparación quirúrgica de la hernia inguinal

Las primeras intervenciones documentadas para la reparación de hernias inguinales datan de 1550 a.C, época del Imperio Nuevo en Egipto, el papiro de Ebers documenta como en ese entonces los médicos reducían las hernias manualmente y aplicaban calor sobre el saco herniario; la primera reparación quirúrgica de una hernia inguinal fue reportada en 1716 por DemetriusCantemir, príncipe de Moldavia en ese entonces, quien fue testigo de un procedimiento realizado mediante un abordaje transabdominal abierto (4).

En la década de 1880 surgió una técnica que revolucionó el abordaje quirúrgico de las hernias inguinales; se trata de la técnica de Bassini, implementada por EdoardoBassini, considerado el padre de la herniorrafía moderna. Consistía en utilizar la fascia transversalis como principal elemento de refuerzo en la reconstrucción de la pared posterior del canal inguinal. Se sutura la fascia transversalis, así como el tendón conjunto al ligamento inguinal, ubicándolos por detrás del cordón espermático; a menudo se complementa con un deslizamiento de Tanner para minimizar la tensión en la reparación (5).

La técnica de Bassini tuvo un papel destacado durante gran parte del siglo XX, siendo considerada durante mucho tiempo el primer método eficaz para la reparación de hernias inguinales; aunque hoy en día se utilizan otras técnicas más innovadoras, la técnica de Bassini aún puede ser utilizada en pacientes que no desean la implementación de cuerpos extraños o en aquellos pacientes inmunodeprimidos como por ejemplo pacientes que han sido sometidos a trasplante de riñón en quienes la implementación de mallas para reparar una hernia inguinal se encuentra contraindicada (5).

En 1984 el Dr. Irving Lichtenstein con el propósito de eliminar las complicaciones asociadas a la tensión provocada por las suturas, introdujo una técnica libre de tensión y esta implicaba tener conocimiento del origen metabólico de la hernia inguinal, particularmente la alteración en el metabolismo del colágeno y el desequilibrio entre el colágeno tipo I y III (6).

El procedimiento consistía en la colocación de una malla de polipropileno entre el piso de la región inguinal y la aponeurosis del músculo oblicuo externo, con esto se evita el uso de suturas tensas y la utilización de tejidos debilitados en la reparación; cuando el paciente realiza esfuerzo se aumenta la presión intraabdominal lo que causará contracción del músculo oblicuo externo generando una contrapresión sobre la malla, dicha presión contribuye como efecto reparador (6).

Cuando se realiza la reparación empleando una malla se denomina «hernioplastia», en cambio, cuando la intervención se realiza sin malla se conoce como «herniorrafía»; la técnica de Lichtenstein revoluciono el abordaje desde entonces ya que la utilización de una malla es superior respecto a las técnicas anteriores, por ende es la técnica más utilizada actualmente en cuanto a reparaciones abiertas se habla (7).

En la actualidad existe una amplia variedad de mallas disponibles; el descubrimiento de polímeros sintéticos marcó una nueva etapa en la historia de la reparación de hernias, actualmente entre las opciones disponibles se ofrecen mallas a base de polipropileno monofilamento, las mallas actuales son química y físicamente inofensivas; sin embargo, ninguna es biológicamente inerte, siguen siendo un cuerpo extraño para el organismo del paciente, por lo que su implementación puede tener como consecuencia tres escenarios posibles: destrucción, tolerancia o rechazo (7).

Abordaje laparoscópico en la resolución de hernias inguinales

A medida que avanza la tecnología, crecen de forma paralela los métodos para el tratamiento de diversas patologías en el ámbito de la salud, la cirugía laparoscópica se ha consolidado como una de las técnicas más modernas y aceptadas en la práctica quirúrgica y las reparaciones de hernia inguinal no han sido la excepción a esta evolución (8).

Los cirujanos disponen de varias técnicas a la hora reparar una hernia inguinal por vía laparoscópica, entre ellas las más empleadas son la intervención extraperitoneal total (TEP) y la intervención transabdominal preperitoneal (TAPP) (8).

El abordaje laparoscópico de hernia inguinal se introdujo por primera vez por Ger et al. En 1992, Arregui et al. publicaron un informe sobre la TAPP mientras que investigadores como Dulucq, Mckernan, Phillips y Ferzli promovieron la TEP destacando los beneficios de evitar el acceso peritoneal (9)

En la técnica TAPP se accede a la cavidad peritoneal mediante una incisión peritoneal, se introduce una malla en el espacio preperitoneal, cubriendo todos los posibles orificios herniarios en la región inguinal, luego se sutura el peritoneo por encima de la malla; mientras que en la TEP el procedimiento es totalmente extraperitoneal, posicionando la malla por fuera del peritoneo, este abordaje es más complejo que la TAPP pero reduce el riesgo de daño a órganos internos y formación de adherencias (9).

La evidencia disponible indica que existen pocas o ninguna diferencia significativa entre ambas técnicas con respecto a la aparición de efectos adversos, recidiva de la hernia o dolor crónico postoperatorio; es por ello que la decisión sobre cual técnica utilizar depende de las preferencias del cirujano o inclusive del paciente (10).

La técnica TEP puede presentar un mayor riesgo de conversión hacia otro método de reparación herniaria como la técnica TAPP o la reparación abierta (10). El abordaje por TAPP podría presentar ventajes sobre el TEP en casos como obesidad, recidiva de hernias, incisiones previas de tipo Pfannenstiel, hernias inguino-escrotales, hernias incarceradas y se mantiene en debate si también tiene una ventaja en la reparación de hernias inguinales en mujeres (11).

Las técnicas mínimamente invasivas han demostrado superioridad frente al abordaje con técnicas abiertas en diversos aspectos; entre sus principales ventajas disminuyen el dolor postoperatorio, reducen el tiempo de hospitalización, menor índice de recurrencias, menos formación de seromas, hematomas o infección del sitio quirúrgico, estos beneficios resultan en una recuperación más rápida y la posibilidad del paciente a reintegrarse a la vida cotidiana de forma más temprana (12).

Se estima que la curva de aprendizaje para la técnica TEP alcanza un nivel de estabilidad al realizar entre 40 a 100 procedimientos, por su lado, los tiempos de operación con la técnica TAPP se estabilizan al realizar entre 30 a 50 procedimientos, es por ello que a la hora de implementar estas dos técnicas, se debe hacer una selección de los pacientes con características clínicas favorables para un resultado exitoso, como por ejemplo pacientes obesos, mayores de 80 años, sexo femenino o con comorbilidades asociadas (12).

Conclusiones

Existen diversos enfoques quirúrgicos para la resolución de hernias inguinales, tanto los métodos abiertos que incluyen técnicas con el uso de malla o sin malla, así como abordajes laparoscópicos entre los que destacan la vía extraperitoneal (TEP) y la preperitoneal transabdominal (TAPP), consideradas las opciones más modernas en cuanto al abordaje de esta patología, sin embargo, la evidencia disponible no muestra diferencias significativas en cuanto a las ventajas o desventajas entre ambas técnicas, por lo que la elección entre TEP y TAPP generalmente se basa en las preferencias del cirujano o el paciente.

Referencias bibliográficas

  1. Nova S. Conducto inguinal. 30 de octubre de 2023; Disponible en: https://www.kenhub.com/es/library/anatomia-es/conducto-inguinal
  2. Shakil A, Aparicio K, Barta E, Munez K. Hernias inguinales: diagnóstico y tratamiento. Am FamPhysician. 15 de octubre de 2020;6. Disponible en: https://www.aafp.org/pubs/afp/issues/2020/1015/p487.html
  3. Fonseca FK, Lorenzo A, Rey Y, Llopiz R. Factores de riesgo asociados a la hernia inguinal recurrente en el adulto mayor. RevCir Vol71 No1 Santiago 2019 [Internet]. 2019; Disponible en: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2452-45492019000100061
  4. Xie J, Koo D, Lee M, Sugiyama G. The evolution of minimally invasive inguinal hernia repairs. 12 de abril de 2024;9:10. Disponible en: https://ales.amegroups.org/article/view/9928/html
  5. Tse W, Johns W, Maher J, Rivers J, Thomas M. Bassini inguinal hernia repair: Obsolete or still a viable surgical option? A single center cohortstudy. 20 de septiembre de 2021;36. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ijso.2021.100415
  6. Messias B, Nicastro R, Mocchetti E, Waisberg J, Roll S, Ribeiro M. Lichtenstein technique for inguinal hernia repair: ten recommendations to optimize surgical outcomes. agosto de 2024;10. Disponible: en 10.1007/s10029-024-03094-w
  7. Hori T, Yasukawa D. Historia fascinante de las hernias inguinales: reconocimiento integral de la anatomía, consideraciones clásicas para la herniorrafia y controversias actuales en la hernioplastia. 20 de julio de 2021;11. Disponible en: 10.5662/wjm.v11.i4.160
  8. Rodriguez Z, Saliou M, Joubert G, Gavilan R, Casamayor E. Fundamentos históricos del diagnóstico y tratamiento de las hernias inguinales. 2019;58(2). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-74932019000200009&lng=es
  9. Iossa A, Traumueller G, De Angelis F, Micalizzi A, Lelli G, Cavallaro G. TEP or TAPP: who, when, and how? 14 de julio de 2024;11:8. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fsurg.2024.1352196
  10. Andresen K, Rosenberg J. Transabdominal pre‐peritoneal (TAPP) versus totally extraperitoneal (TEP) laparoscopic techniques for inguinal hernia repair. 4 de julio de 2024; Disponible en: https://doi.org/10.1002/14651858.CD004703.pub3
  11. Morales S, Moreno F, Balla A, Navarro L, Licardie E. ¿Es preferible el TAPP por vía laparoscópica para el tratamiento de la hernia inguinal? Técnica, indicaciones y expectativas de futuro. 2023;101. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ciresp.2023.01.003
  12. Muciño LA, Santana C, Guzman L, Ortega A, Perez M, Martinez C, et al. Abordaje TAPP versus TEP en hernia inguinal unilateral. Experiencia de un Centro de Tercer Nivel. 2020;21(1). Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/endosco/ce-2020/ce201c.pdf

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