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Terapia de presión negativa para el tratamiento de heridas

Terapia de presión negativa para el tratamiento de heridas

Objetivo: Presentar una nueva forma de tratamiento que facilita la curación de heridas agudas, subagudas y crónicas mediante la aplicación de presión negativa para favorecer la formación de nuevo tejido.

Autoras: Leyre Ozcoidi Ballaz, Amaya Mañeru Oria. DUEs Complejo Hospitalario de Navarra

Resumen

Metodología: Se realizó una revisión bibliográfica de los artículos más destacados sobre el tema en la bases de datos PubMed y Web of Science (WOS) y se consultaron diferentes manuales de utilización de la terapia de presión negativa.

Resultados: La terapia de presión negativa facilita la curación de heridas gracias a su mecanismo de acción que reduce el edema tisular, aumenta la formación de tejido de granulación, estimula la proliferación de tejidos adyacentes a la herida y disminuye los niveles bacterianos locales. Consta de una esponja de poliuretano o polivinilo alcohol reticulada estéril, un tubo multifenestrado no colapsable, un apósito adhesivo transparente, una bomba de succión y un reservorio.

Conclusiones: Es un método seguro y efectivo con escasas complicaciones, que permite una rápida curación de las heridas sin generar dificultades en su utilización y mantenimiento.

Palabras clave: Vacuum assisted closure, Wounds, Care y Negative pressure wound therapy.

Introducción

La terapia de presión negativa tópica (PNT) ofrece a los profesionales sanitarios una nueva alternativa para el tratamiento de diferentes tipos de heridas.

Se trata de un sistema dinámico y no invasivo que permite adecuar el lecho de la herida y favorecer su cicatrización aplicando presión negativa de forma controlada y localizada de manera continua o intermitente.

Este sistema permite eliminar fluidos que pueden dificultar la curación de la herida al tiempo que proporciona un ambiente húmedo y cerrado. De esta forma se consigue acelerar la cicatrización de la herida y disminuir las complicaciones que puedan derivar de ella.

Diversos autores afirman que cada vez hay más datos que demuestran la superioridad de la terapia de presión negativa (PNT) frente a otros métodos terapéuticos tanto por sus efectos beneficiosos clínicos como económicos ya que al acelerar la cicatrización de las heridas y por tanto su curación, la estancia hospitalaria disminuye notablemente.

Lo que se pretende con este estudio es presentar la terapia de presión negativa (PNT) como un sistema que facilita la curación de heridas agudas, subagudas y crónicas mediante la aplicación de presión negativa y favorece la formación de nuevo tejido.

Metodología

Se realizó una revisión bibliográfica de los artículos más destacados sobre el tema en la bases de datos PubMed y Web Of Science (WOS) y se consultaron diferentes manuales de utilización de la terapia de presión negativa. Las palabras claves utilizadas fueron: Vacuum assisted closure, Wounds, Care y Negative pressure wound therapy.

Resultados

Autores como Robledo-Ogazón F y Díaz J entre otros, sugieren que el mecanismo de acción de la terapia de vacío es multifactorial. Ver Figura 1: Mecanismo de acción de la terapia de presión negativa (al final del artículo).

Los objetivos del tratamiento con terapia de presión negativa (PNT) incluyen el control de la cantidad de exudado, control del olor y alivio del dolor, eliminación del tejido esfacelado y producción de tejido de granulación sano, prevención de infecciones y reducción del área de la herida.

La terapia de presión negativa (PNT) está indicada en los casos en que el paciente precisa una pauta de tratamiento que se mantenga en su sitio y no necesite cambios de apósito frecuentes. Se puede aplicar tanto en heridas agudas como crónicas y puede ser beneficioso en gran cantidad de pacientes tanto desde la perspectiva del control de síntomas como de cicatrización de la herida. Se puede considerar la utilización de terapia de presión negativa (PNT) cuando la herida no cura en el plazo previsto, cuando el exudado es excesivo y difícil de controlar o cuando la herida está en un lugar de difícil acceso para colocar apósitos tradicionales. Esta terapia puede aplicarse sobre colgajos e injertos, sobre quemaduras de espesor parcial o sobre heridas que requieren un posterior cierre quirúrgico.

A pesar de que el ámbito de aplicación de esta terapia es amplio existen casos en los que su uso está contraindicado como las fístulas no enterocutáneas o inexploradas, heridas con tejido neoplásico, osteomielitis no tratada o en caso de estructuras vitales expuestas (órganos, tendones o vasos expuestos).

Antes de colocar terapia de presión negativa (PNT) es importante que un profesional con experiencia y capacidad realice una evaluación completa de la herida y del paciente para confirmar que este tratamiento es adecuado. Además, se deberá tener especial precaución en pacientes con problemas de coagulación, en tratamiento con anticoagulantes o en heridas con difícil control del sangrado.

El sistema de terapia de presión negativa consta de una esponja de poliuretano o polivinilo alcohol reticulada estéril, un apósito adhesivo transparente, un tubo multifenestrado no colapsable, una bomba de succión y un reservorio. La espuma se introduce en la herida, sobre esta se coloca un conducto T.R.A.C (Therapeutic Regulated Accurate Care) y sobre éste un apósito adhesivo semi-oclusivo. El sistema T.R.A.C va conectado a un colector de secreciones que irá encajado en una unidad de terapia. Ver Figura 2: Componentes del sistema de terapia de presión negativa (al final del artículo).

Hay dos tipos de espumas que se utilizan en la terapia de presión negativa (PNT) dependiendo del tipo de herida. Por un lado, la espuma de poliuretano es de color negra, hidrófoba y con poros de gran tamaño (400-600 μm). Este tipo de espuma ayuda a estimular la formación de tejido de granulación y tiene una gran capacidad de drenaje, por tanto, es adecuada para heridas con abundante exudado o heridas infectadas. Otro tipo de espuma es la de alcohol polivinílico que es de color blanco, hidrófila y con poros de menor tamaño. Es ideal para heridas profundas y tunelizadas, facilita la supervivencia del colgajo y el injerto y está recomendada para controlar el crecimiento del tejido de granulación y hacer más cómodo el cambio de apósito.

En cuanto a la presión que ha de pautarse muchos autores coinciden que 125mmHg es la ideal, ya que en los estudios realizados, se ha observado que al aumentar la presión el flujo sanguíneo disminuye hasta inhibirse. Se cree que el tratamiento intermitente es más eficaz que el tratamiento continuo, pero también es cierto que el tratamiento continuo es mejor tolerado que el intermitente ya que es menos doloroso, por eso se propone el uso del tratamiento continuo las primeras 48 horas hasta alcanzar una presión de 125 mmHg y luego cambiar a un tratamiento intermitente. No obstante la presión ejercida sobre la herida puede oscilar entre -40mmHg y -200mmHg. El grado de presión dependerá de la tolerancia del paciente.

Para la colocación de este dispositivo se deben seguir los siguientes pasos. Ver Figura 3: Colocación del sistema de terapia de presión negativa (al final del artículo).

  • Informar al paciente del procedimiento y las precauciones que ha de tener durante el tratamiento.
  • Destapar la herida y limpiar el lecho con solución fisiológica. Una vez que la herida esté limpia, secar con gasas estériles sin friccionar.
  • Si es necesario proteger algún órgano se colocará una gasa con vaselina para evitar que la presión negativa directa comprometa la función de dicho órgano.
  • Colocar un apósito no adherente sobre la herida para evitar la adherencia de la herida a la espuma.
  • Preparar la espuma (mismo tamaño y forma que la cavidad de la herida) para que se adapte al máximo a la herida pero sin producir presión.
  • Recortar el borde superior de la esponja de forma biselada para evitar el contacto con los bordes sanos. Si queda algún hueco sin rellenar se pueden introducir trozos de espuma.
  • Aplicar protector cutáneo alrededor de la herida y esperar a que se seque.
  • Sellar la herida y la esponja con adhesivo transparente. Se coloca el apósito adhesivo sobre la piel seca que debe cubrir 5 centímetros alrededor de la herida. Se debe evitar que queden pliegues y arrugas para evitar fugas.
  • Recortar un orificio en el apósito adhesivo sobre el que se coloca la almohadilla T.R.A.C y se presiona suavemente alrededor de ella para que se adhiera completamente.
  • Observar la posición del tubo para evitar acodamientos. Se debe evitar colocarlo sobre prominencias óseas o pliegues de tejido.
  • Conectar el tubo de drenaje al colector acoplado a la bomba de vacío.
  • Encender la bomba de succión y programar inicialmente en terapia continua a 125 mmHg. Los parámetros se modificarán de acuerdo a las características de la herida.
  • Verificar que la esponja se colapse y que no se activen las alarmas, lo que indicará la correcta hermeticidad del sistema. El cambio de esponja se realiza cada 72 horas mientras que el cambio del sistema de drenaje se hará cuando sea necesario.
  • Registrar en la historia clínica las características de la herida y la terapia programada.

La terapia deberá suspenderse una vez conseguido el objetivo del tratamiento. Otros motivos para suspender la terapia de presión negativa (PNT) son la presencia de tejido de granulación uniforme y poca profundidad de la herida, el paciente no tolera la terapia de presión negativa (PNT) o presenta un dolor extremo y la aparición de una hemorragia excesiva o signos de infección diseminada. Si la disminución del volumen de la herida es inferior al 15% en un plazo de dos semanas o existe una opción terapéutica más adecuada también se suspenderá la terapia de presión negativa (PNT).

Conclusiones

La terapia de presión negativa (PNT) permite el tratamiento de diversos tipos de heridas favoreciendo una rápida granulación, epitelización y contracción de la herida. Cuenta con otros efectos beneficiosos como la disminución del riesgo de infección, el control del exudado y la reducción del olor de la herida. La terapia de presión negativa (PNT) permite la movilización/rehabilitación del paciente de forma simultánea al tratamiento. Además, la menor frecuencia de cambios de apósito y el cierre más rápido de la herida contribuyen a disminuir los costes globales del tratamiento. Para finalizar, es un método seguro y efectivo con escasas complicaciones que permite una rápida curación de las heridas sin generar dificultades en su utilización y mantenimiento.

Anexos

Anexos – Terapia de presión negativa para el tratamiento de heridas 

Anexos – Terapia de presión negativa para el tratamiento de heridas

 Bibliografía

  1. Robledo-Ogazón F, Mier y Díaz J, Sánchez-Fernández P, Suárez-Moreno R,Vargas-Rivas A, Bojalil-Durán L. [Use of vacuum-assisted closure in the treatment of surgical infection sites]. Cir Cir. 2006 Mar-Apr;74(2):107-13.

2.                 Yang YH, Jeng SF, Hsieh CH, Feng GM, Chen CC. Vacuum-assisted closure for complicated wounds in head and neck region after reconstruction. J Plast Reconstr Aesthet Surg. 2013 Apr 8. doi:pii: S1748-6815(13)00123-X.3.                 Brox-Jiménez A, Díaz-Gómez D, Parra-Membrives P, Martínez-Baena D,Márquez-Muñoz M, Lorente-Herce J, Jiménez-Vega J. [A vacuum assisted closure system in complex wounds: a retrospective study]. Cir Esp. 2010 May;87(5):312-7

  1. Henderson V, Timmons J, Hurd T, Deroo K, Maloney S, Sabo S. La TPN en la práctica diaria hecha fácil. Wounds International. 2010 Nov; 5: 1-6.