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Tratamiento del Acné: nuevas terapias y enfoque personalizados

Tratamiento del Acné: nuevas terapias y enfoque personalizados

Autora principal: Fiorella de Los Ángeles Amador Miranda

Vol. XX; nº 10; 545

Acne Treatment: New Therapies and Personalized Approaches

Fecha de recepción: 4 de mayo de 2025
Fecha de aceptación: 23 de mayo de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 10 – Segunda quincena de Mayo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 10; 545

Autores:

Fiorella de Los Ángeles Amador Miranda, Autor independiente

María José Bravo Aguilar, Autor independiente

Alberto de Jesús Cervantes Zamora, Autor independiente

Youset Francisco Chia Fernández, Autor independiente

Resumen

El objetivo de esta revisión sistemática fue evaluar la evolución reciente en el tratamiento de acné vulgar, en especial en nuevas terapias y su enfoque individualizado. Se realizó una búsqueda en las bases de datos de PubMed, Web of Science y la Cochrane Library entre 2019 y 2024, usando los términos «acné vulgar», «nanotecnología» y «medicina personalizada». Se incluyen estudios clínicos, revisiones sistemáticas, estudios de casos, guías clínicas, que abordaron estrategias terapéuticas innovadoras. Entre los hallazgos más relevantes destacan: (1) el desarrollo de nuevos retinoides de cuarta generación (trifaroteno), péptidos antimicrobianos (omiganan), y moduladores del microbioma con menor efecto adverso y resistencia bacteriana; (2) uso de tecnologías avanzadas como nanopartículas o láseres de femtosegundo que aumentan la tolerancia y eficacia; y (3) enfoques personalizados en la farmacogenómica y la IA con algoritmos que permiten el desarrollo de tópicos específicos para cada paciente. Se concluye que la inclusión de terapias dirigidas en biotecnología junto a herramientas digitales para la atención del acné ha logrado un gran avance hacia un tratamiento más preciso, seguro y centrado en el paciente, sobrepasando los límites impuestos por los procedimientos estándar.

Palabras clave

Acné Vulgar, Terapéutica, Medicina Personalizada, Microbiota, Nanotecnología, Terapia Biológica.

Abstract:

The objective of this systematic review was to evaluate recent developments in the treatment of acne vulgaris, especially in new therapies and their individualized approach. A search was conducted in PubMed, Web of Science, and the Cochrane Library databases from 2019 to 2024, using the terms «acne vulgaris,» «nanotechnology,» and «personalized medicine.» Clinical studies, systematic reviews, case studies, and clinical guidelines addressing innovative therapeutic strategies were included. The most relevant findings include: (1) the development of new fourth-generation retinoids (trifarotene), antimicrobial peptides (omiganan), and microbiome modulators with fewer adverse effects and bacterial resistance; (2) the use of advanced technologies such as nanoparticles or femtosecond lasers that increase tolerance and efficacy; and (3) personalized approaches in pharmacogenomics and AI with algorithms that allow the development of specific topical therapies for each patient. It is concluded that the inclusion of biotechnology-based targeted therapies alongside digital tools for acne care has achieved significant progress toward more precise, safe, and patient-centered treatment, surpassing the limitations imposed by standard procedures.

Keywords:

Acne Vulgaris, Therapeutics, Personalized Medicine, Microbiota, Nanotechnology, Biological Therapy.

INTRODUCCIÓN

El acné vulgar es una de las dermatosis más prevalentes a nivel global que afecta a más del 85% de los adolescentes y un porcentaje creciente de adultos, con implicaciones no despreciables en la calidad de vida, autoestima y salud mental(1). Su fisiopatología es multifactorial: presencia de hiperproducción de sebo, hiperqueratinización folicular, colonización por Cutibacterium acnes y procesos inflamatorios mediados por citoquinas(1). Por estas razones, el acné vulgar ha sido estudiado durante mucho tiempo. Sin embargo, a pesar de los avances en terapias convencionales como retinoides, antibióticos e isotretinoína, persisten algunos retos críticos como resistencia bacteriana, efectos adversos cutáneos y sistémicos, y respuestas clínicas heterogéneas entre pacientes(1). Esto nos hace señalar, de una manera especial, la falta de precisión en los tratamientos y la necesidad de enfoques más innovadores, subrayando la gravedad de dicho problema.

Se han iniciado nuevos estudios e investigaciones para cubrir dicha necesidad, y en la última década, el panorama terapéutico del acné ha cambiado novedosamente, gracias a la investigación en microbioma cutáneo, nanotecnología, biología molecular, y medicina personalizada. Estos nuevos estudios cambiaron completamente el enfoque sobre el acné vulgar y su tratamiento, brindando opciones como los tratamientos dirigidos, incluyendo péptidos antimicrobianos, moduladores de interleucinas, bacteriófagos y sistemas de liberación farmacológica inteligente.

Junto con el análisis del microbioma individual, diseñar estrategias más efectivas con riesgo reducido se está consolidando un tratamiento personalizado para los pacientes, lo que representa un cambio del enfoque de «talla única» que ha dominado la dermatología durante décadas. Este objetivo se está logrando mediante el mapeo del subtipo específico de acné del individuo, lo que implica tanto caracterización fenotípica como genotípica.

Este artículo tiene como objetivo revisar los tratamientos más recientes para el acné vulgar. Desde intervenciones biotecnológicas experimentales hasta herramientas clínicas algorítmicas impulsadas por biomarcadores, destacaremos tratamientos emergentes y su potencial para transformar el cuidado del acné. Integrar estas estrategias no solo busca mejorar los resultados clínicos, sino también aliviar la carga socioeconómica del acné, llevando la dermatología al frente de la medicina de precisión.

METODOLOGÍA

Se realizó una revisión de literatura en bases de datos científicas, como PubMed, Web of Science, Cochrane Library y ScienceDirect, así como en repositorios específicos de dermatología, como el Journal of the American Academy of Dermatology. Los descriptores MeSH y DeCS utilizados incluyeron «Acne Vulgaris,» «Therapeutics,» «Personalized Medicine,» «Microbiota,» «Nanotechnology,» «Biological Therapy,» y sus equivalentes en español («acné vulgar,» «terapéutica,» «medicina personalizada,» «microbiota»). Estos descriptores se combinaron utilizando operadores booleanos (AND/OR) para refinar la búsqueda. El enfoque fue en la literatura publicada entre 2019 y 2024, en inglés o español.

Los criterios de inclusión fueron:
– Artículos originales, revisiones sistemáticas y metanálisis centrados en terapias emergentes (biológicos, nanotecnología, modulación de la microbiota) o enfoques personalizados (biomarcadores, farmacogenómica).
– Estudios hechos en humanos que evaluaran la eficacia, seguridad o mecanismos innovadores de numerosas metodologías identificadas.
– Disponibilidad del texto: acceso abierto o a través de suscripción institucional.

Los criterios de exclusión incluyeron estudios preclínicos (modelo animal), artículos no relacionados con tratamientos y duplicados.

Para la recolección de datos, creamos un formulario estandarizado que capturó la siguiente información: diseño del estudio, población objetivo (edad, tipo de acné), intervenciones analizadas, resultados clínicos y biomarcadores asociados relevantes para la personalización.

RESULTADOS

Tratamiento convencional del acné vulgar

Las terapias tópicas son la primera línea de tratamiento para el acné leve a moderado. Los retinoides, como la tretinoína y el adapaleno, normalizan la queratinización folicular hasta la formación de microcomedones, mientras que el peróxido de benzoilo ejercen acción antiinflamatoria y antimicrobiana, reduciendo la resistencia bacteriana(2). El uso de antibióticos tópicos como la clindamicina o la eritromicina está justificado debido a su actividad contra C. acnes, sin embargo, el uso prolongado está asociado con resistencia(3).

Estos agentes suelen combinarse para mejorar la eficacia, pero pueden causar irritación cutánea, sequedad, fotosensibilidad y otros efectos secundarios que afectan la tolerabilidad en algunos pacientes(4).

Para los casos de acné moderado a severo, los tratamientos sistémicos son esenciales. Las tetraciclinas (doxiciclina, minociclina) son efectivas contra las infecciones bacterianas inflamatorias y proliferativas, pero el uso crónico promueve la resistencia y altera el microbioma intestinal. La isotretinoína oral, el estándar de oro para el acné severo o refractario, reduce drásticamente la producción de sebo y la hiperqueratinización, pero tiene riesgos de teratogenicidad, xerosis y alteraciones en los lípidos(5). El uso de anticonceptivos hormonales (con antiandrógenos como la drospirenona) reduce la actividad sebácea en mujeres, pero algunos grupos de pacientes no pueden tener estos métodos y necesitan vigilancia activa.

Algunas terapias físicas, como la luz pulsada intensa (IPL), y el láser de diodo o Nd-YAG, se utilizan en pacientes con contraindicaciones farmacológicas para otros tratamientos. Estos dispositivos funcionan reduciendo las glándulas sebáceas, realizando la eliminación fototérmica de C. acnes y atenuando la inflamación. Sin embargo, no son muy efectivos y requieren varias sesiones. Pueden resultar en dolor transitorio o hiperpigmentación postinflamatoria en pieles más oscuras, lo que dificulta su optabilidad y aceptabilidad(6).

Las deficiencias de estos enfoques tradicionales son multifacéticas. El uso de antibióticos tópicos o sistémicos crea la necesidad de alternativas no antimicrobianas. La toxicidad cutánea (irritación inducida por retinoides) y los efectos sistémicos (hepatotoxicidad, dislipidemia) restringe el uso prolongado. Además, la heterogeneidad clínica del acné requiere estrategias de enfoque más precisas porque el mismo enfoque puede fallar en pacientes con perfiles fisiopatológicos diferentes(7). Estas brechas destacan la necesidad de tratamientos dirigidos más efectivos que mejoren la seguridad a largo plazo y el tratamiento personalizado.

Terapias emergentes

Nuevos Retinoides y Formulaciones de Liberación Prolongada

Los retinoides de última generación, como el trifaroteno, representan una importante innovación para el tratamiento del acné. Este retinoide de cuarta generación tiene una alta afinidad por los receptores RAR-γ, lo que incrementa su efectividad en la keratinización folicular y disminuye la irritación cutánea en comparación con los retinoides tradicionales como la tretinoína y el adapaleno. Los estudios clínicos han probado que el trifaroteno puede reducir las lesiones de acné en un 50% durante un periodo de tratamiento de 12 semanas. Además, las formulaciones de liberación prolongada como las microsferas de PLGA o los hidrogel inteligentes ofrecen liberación controlada del agente activo, aumentando su penetración en el cuero cabelludo y disminuyendo impactos negativos como la sequedad y el eritema(8).

Péptidos Antimicrobianos como Alternativa a los Antibióticos

El omiganán y otros péptidos antimicrobianos están ganando interés como posibles sustitutos de los antibióticos convencionales. Estos compuestos cargados positivamente causan la disolución de las membranas de C. acnes sin generar ninguna cepa resistente, que es común hacia otros antibióticos. El omiganan ha mostrado una reducción del 30-40% en lesiones inflamatorias en ensayos clínicos de fase III. Además de tener un efecto bactericida, estos péptidos son capaces de modular la respuesta inmune de la piel y actuar contra biopelículas bacterianas, lo que los convierte en una opción terapéutica versátil y efectiva(9).

Moduladores del Microbioma Cutáneo

El equilibrio del microbioma de la piel es crucial para la patogénesis del acné. Estrategias como el uso de prebióticos y probióticos tópicos están ganando atención. Por ejemplo, cepas como Staphylococcus epidermidis compiten con C. acnes por la ocupación de nichos y recursos, y producen péptidos antimicrobianos llamados fermocinas. Otros probióticos, como Lactobacillus reuteri y extractos naturales como el té verde, han demostrado restaurar la barrera cutánea y disminuir la producción de sebo. Estudios recientes sugieren que estas intervenciones pueden reducir las lesiones de acné en hasta un 25% al corregir la disbiosis cutánea, proporcionando un enfoque complementario a los tratamientos convencionales(10).

Inhibidores de la Inflamación

El acné se caracteriza por la inflamación, que es clave en el desarrollo de las lesiones. Controlar la inflamación es crítico para manejar las cicatrices de acné y las lesiones persistentes. Los anticuerpos anti-IL-1α/β como el gevokizumab, que bloquea la señalización de la interleucina proinflamatoria y, por lo tanto, suprime la respuesta inflamatoria. El emricasan, por ejemplo, actúa sobre la piroptosis, un tipo de muerte celular inflamatoria inducida por C. acnes, a través de la acción de inhibidores de caspasa(11). Estos compuestos aún están en investigación en ensayos clínicos, pero parecen tener potencial en el tratamiento del acné quístico y otras formas graves de la enfermedad.

Óxido Nítrico Tópico

El óxido nítrico (NO) tópico es un tratamiento novedoso debido a su acción antimicrobiana y antiinflamatoria dual. El NO mata a C. acnes y disminuye la producción de citoquinas inflamatorias como TNF-α e IL-6. Las formulaciones avanzadas que incluyen geles de nanopartículas de óxido nítrico y donantes de nitrito de sodio han mostrado en estudios preliminares reducir lesiones pustulosas en un 60% mientras mantienen un perfil de seguridad favorable. Esta terapia se destaca como una opción no antibiótica con un mecanismo de acción notable y único(12).

Terapias Biológicas y Biotecnológicas

La terapia génica se está enfocando en silenciar genes como krt6a relacionados con la hiperqueratinización folicular mediante sistemas CRISPR o de interferencia de ARN. Este método podría prevenir el desarrollo de microcomedones, que constituyen la primera etapa en la progresión del acné. Además, los anticuerpos monoclonales como anti-IL-17 y anti-C. acnes están cambiando el paradigma del tratamiento al dirigirse a algunas vías inflamatorias específicas y neutralizar algunas bacterias patógenas, lo que disminuye las posibilidades de desarrollar resistencia a los antibióticos(13).

La terapia con fagos es otra alternativa prometedora donde virus diseñados atacan selectivamente cepas patógenas de C. acnes, preservando la flora microbiana cutánea comensal. Estudios preliminares muestran efectividad en el acné inflamatorio autolimitado que es resistente a otros tratamientos, con el beneficio adicional de ser autolimitado y adaptable a las cepas bacterianas cambiantes. Estas terapias biológicas marcan un avance hacia el desarrollo de medicina de precisión y personalizada(14).

Nanotecnología y Sistemas de Liberación Dirigida

Las nanopartículas, como el ácido salicílico encapsulado, están cambiando la entrega de medicamentos en el tratamiento del acné porque aumentan la entrega a los folículos sebáceos mientras disminuyen la irritación de la piel. Estos nuevos sistemas permiten una liberación sostenida con concentraciones terapéuticamente efectivas, mientras reducen el número de aplicaciones necesarias. Además, los hidrogel inteligentes responden al pH de la piel (más ácido en áreas propensas al acné), liberando ingredientes activos como antibióticos o antiinflamatorios solo donde se necesitan(15).

Estas tecnologías no solo mejoran la eficacia de los tratamientos actuales, sino que también reducen los efectos secundarios. Por ejemplo, las nanopartículas de óxido nítrico combinan acción antimicrobiana y antiinflamatoria, mientras que los hidrogeles sensibles al pH pueden cargarse con probióticos para reponer el microbioma alterado(16).

Dispositivos y Terapias Físicas Innovadoras

Los láseres de femtosegundo son un avance tecnológico, operando con precisión nanométrica en glándulas sebáceas hiperactivas, reduciéndolas mientras se preservan los tejidos circundantes. Su uso en ráfagas cortas ha demostrado reducir la producción de sebo hasta en un 60%. Otra innovación es la terapia fotodinámica mejorada, en la que fotosensibilizadores nanoformulados (como el metilo aminolevulinato) aumentan la absorción de luz para la destrucción de C. acnes y el control de la inflamación en menos sesiones(17).

El microneedling con medicamentos implica el uso de microneedles biodegradables para la inyección de retinoides o ácido tranexámico directamente en la dermis, donde se estimula el colágeno y se tratan las lesiones activas. Esta técnica es extremadamente efectiva para el acné quístico y las cicatrices post-acné, con algunos estudios que reportan hasta un 70% de mejora en la textura de la piel. Estos dispositivos proporcionan resultados de acción rápida y duradera con enfoques mínimamente invasivos, logrando cambios dramáticos(18).

Enfoques Personalizados en el Tratamiento del Acné

Medicina de precisión basada en fenótipos

La acentuación de los tipos de fenotipos para el acné: inflamatorio, no inflamatorio, hormonal y resistente, permite un enfoque más específico en la terapia. Por ejemplo, el acné hormonal en caso de mujeres suele responder mejor a métodos de control de la natalidad o espironolactona; mientras que el acné resistente puede requerir isotretinoína o terapias combinadas. Los algoritmos de tratamiento, por medio de tecnología de inteligencia artificial, consideran la gravedad y ubicación de las lesiones, sumado a la respuesta previa para el tratamiento en cuestión, ya a partir de esto, generan planos personalizados de manera óptima con mejores resultados y menores efectos adversos(19).

Esto previene el enfoque de talla única en el tratamiento de acné. Los pacientes que enfrentan el problema del acné inflamatorio más podrían aprovecharse por el anti-IL-17, y los que lidian con comedones poco inflamatorios serían los que respondan mejor a los retinoides tópicos. Un avance adicional es la integración de dermatoscopía con fotografía 3D, lo que permite una clasificación más precisa y una mejor discriminación para el tratamiento(20).

Biomarcadores y genética

Estudios sugieren que polimorfismos en ciertos genes como en la inflamación o en CYP26A1 en el metabolismo de isotretinoína pueden predecir la respuesta a los tratamientos. Los pacientes con estas variantes en CYP26A1 necesitan dosis menores de isotretinoína por razones de contención de toxicidad. Perfiles de indicadores inflamatorios como IL-1β e IL-6 activos permiten identificar pacientes ideales para terapias biológicas como anti-IL-17 mientras que el perfil del microbioma cutáneo puede guiar el uso de probióticos o antibióticos específicos(21).

Estos marcadores también permiten la detección de riesgos precoces. Un microbioma de C. acnes virulento sugiere una posible necesidad de bacteriófagos, en concomitancia con otros factores que indican la posibilidad de mayor solidez de IL-6. Dichas pruebas de diagnóstico se pueden realizar mediante tecnología genética, sin embargo, su uso es restringido en ciertas regiones(11).

Farmacogenómica

La farmacogenómica define el cálculo de dosis de isotretinoína en función del nivel de actividad de determinadas enzimas en el hígado (CYP450), limitando efectos de xerosis o hipertrigliceridemia. En estos casos, se puede requerir un ajuste hacia la alta o baja, administrando más de una dosis a los «rápidamente metabolizadores», y para los «metabolizadores lentos», control exhaustivo(22). Compuestos de pruebas genéticas abogan por economizar en la utilización de fármacos innecesarios, como las tetraciclinas, identificando portadores de mutaciones en ermX.

Complementariamente, esta metodología mejora la eficacia de los fármacos tópicos. Por ejemplo, pacientes con piel moderadamente sensible y poseedoras de variantes en el gen FLG podrían tolerar mejores formulaciones de adapaleno en vehículos no irritantes (p. ej. alcoholes). A su vez, aquellos con sobreproducción de sebo se benefician del uso de preparaciones con niacinamida(22).

Formulaciones Tópicas Personalizadas

En base a la información clínica y molecular del paciente, se crean combinaciones «a medida» tales como retinoides + clindamicina o peróxido de benzoilo + probióticos. Estas pueden realizarse en geles o cremas, de forma precisa a las exigencias del paciente, que necesitan dosis específicas (por ejemplo, resistencia primaria extendida al uso de 0,3% de adapaleno y meto 0,1% para piel más sensible). Los cosméticos inteligentes también son de especial importancia. Las bases de ácido azelaico controlan la producción de sebo mientras que las fórmulas hidratantes enriquecidas con ceramidas y prebióticos refuerzan la barrera en pieles sensibles. Sensores portátiles de piel pueden rastrear cambios en los niveles de pH o hidratación en tiempo real y pueden recomendar ajustes sobre la marcha(23).

Integración con Tecnología Digital

Aplicaciones móviles impulsadas por IA para el análisis de lesiones capturan fotografías de las lesiones para medir el progreso cuantitativamente (p. ej., reducción del 30% en pápulas después de 4 semanas) y envían recordatorios de adhesión. Sensores portátiles (como sensores de sudor) son utilizados por plataformas como SkinVision o MiSkin para monitorear brotes en relación con datos conductuales (dieta o estrés)(24).

CONCLUSIONES

El tratamiento para el acné vulgar se encuentra en un proceso de transformación sin precedentes. Esto se considera producto de la medicina personalizada, biotecnología, y tecnologías digitales. Las nuevas terapias, como los nuevos retinoides, los péptidos antimicrobianos, y los moduladores del microbioma presentan alternativas menos invasivas y más efectivas que los métodos tradicionales, sobre todo para casos de resistencia o efectos adversos. El uso de biomarcadores genéticos, la farmacogenómica, y los algorítmicos de IA permiten construir estrategias a medida de cada paciente para optimizar los resultados y el cumplimiento del tratamiento.

En combinación con la nanotecnología, la terapia génica y la telemedicina, ayudan a redefinir el tratamiento del acné. Las nuevas tecnologías de láser, los sistemas de liberación dirigida, y los nuevos dispositivos digitales de monitoreo no aumentan solamente la eficacia clínica, sino que también aumentan el empoderamiento de los pacientes al brindarles herramientas de fácil acceso. Todos los anteriores cambios junto con la atención al individuo muestran que se necesita adoptar un enfoque más holístico que combine la innovación tecnológica, la ciencia básica, y la atención humanizada.

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