Inicio > Psicología > Una revisión de la literatura reciente sobre los incendios provocados en personas con trastorno mental

Una revisión de la literatura reciente sobre los incendios provocados en personas con trastorno mental

Una revisión de la literatura reciente sobre los incendios provocados en personas con trastorno mental

Autora principal: Isabel Laporta-Herrero

Vol. XV; nº 17; 910

A review of recent literature about firesetting caused by persons with mental disorder

Fecha de recepción: 28/07/2020

Fecha de aceptación: 18/08/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 17 –  Primera quincena de Septiembre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 17; 910

Autoras:

Isabel Laporta-Herrero1 y Patricia Latorre-Forcén2

1 Doctora en Psicología. F.E.A. Psicología Clínica. Centro de Salud Mental. Servicio Navarro de Salud. Pamplona, España.

2 F.E.A. Psiquiatría. Unidad de Corta Estancia de Psiquiatría. Hospital Obispo Polanco. Teruel, España.

RESUMEN

Se ha debatido durante mucho tiempo la asociación entre los incendios provocados y la psicopatología, incluyendo la idea de que éstos sean una manifestación propia del trastorno mental. Consideramos que una mejor comprensión sobre la morbilidad psiquiátrica entre los iniciadores de incendios ayudaría a la prevención y abordaje terapéutico de este tipo de pacientes. Por tanto, el objetivo del presente estudio consiste en realizar una revisión bibliográfica actualizada sobre los incendios provocados en personas con trastorno mental. Para ello, se ha realizado una búsqueda en las bases de datos PubMed y PsycINFO con los siguientes descriptores de búsqueda en inglés: “pyromania”, “arson”, y “firesetting”, en los últimos 5 años. Los resultados de los artículos científicos revisados muestran que el incendio provocado en las mujeres está más relacionado con la psicopatología, el trastorno de personalidad límite, y la desregulación emocional. Por el contrario, en los hombres está más asociado a la venganza y al crimen. Los iniciadores de incendios con trastorno mental tienen más probabilidad de mostrar un interés expresado en incendios y explosivos, así como un diagnóstico del trastorno del espectro de la esquizofrenia. Además, las mujeres con trastorno mental son más propensas a provocar mayor número de incendios que los hombres. Asimismo, se realiza una revisión de modelos teóricos actuales y tratamientos psicológicos específicos en intervención de incendios para personas con trastornos mentales.

Palabras clave: incendio, incendio provocado, piromanía.

ABSTRACT

The association between firesetting and psychopathology has long been debated, including the idea that these are a manifestation of mental disorder. We believe that a better understanding of psychiatric morbidity among fire starters would help the prevention and therapeutic approach of this type of patient. Therefore, the aim of the present study is to carry out an updated bibliographic review on arson in people with mental disorders. For this, a search has been carried out in the PubMed and PsycINFO databases with the following search descriptors in English: «pyromania», «arson», and «firesetting», in the last 5 years. The results of the reviewed scientific articles show that arson in women is more related to psychopathology, borderline personality disorder, and emotional dysregulation. On the contrary, in men it is more associated with revenge and crime. Fire starters with mental disorder are more likely to show expressed interest in fires and explosives, as well as a diagnosis of schizophrenia spectrum disorder. Also, women with mental disorders are more likely to cause more fires than men. Likewise, a review of current theoretical models and specific psychological treatments in fire intervention for people with mental disorders is carried out.

Keywords: firesetting, arson, pyromania.

INTRODUCCIÓN

Se ha debatido durante mucho tiempo la asociación entre los incendios provocados y la psicopatología, incluyendo la idea de que éstos sean una manifestación propia del trastorno mental (Nanayakkara et al., 2015). La evolución continua sobre lo que constituye el trastorno mental, especialmente la piromanía, influye en la forma en que los profesionales de la salud mental pueden comprender la iniciación de los incendios, sus motivaciones y antecedentes.

La asociación entre los incendios provocados y el trastorno mental se ha mostrado en numerosos estudios (Nanayakkara et al., 2015). Se ha visto que un tercio de los provocadores de incendios presentan un trastorno mental diagnosticado (Blanco et al., 2010). Los incendios provocados han sido principalmente relacionados con trastornos mentales asociados a la desregulación emocional, como el trastorno de personalidad, el trastorno bipolar o el trastorno por uso de sustancias; la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos (Nanayakkara et al., 2015).

Los términos incendio (en inglés: “firesetting”), incendio provocado (en inglés: “arson”) y piromanía son conceptos diferentes, pero a menudo se utilizan indistintamente en la literatura científica. Por ello, consideramos necesario describirlos con claridad.

El incendio (“firesetting”) hace referencia al fenotipo conductual. Se trata de un comportamiento que incluye un uso intencional o accidental del fuego, y frecuentemente implica el manejo negligente de materiales de incendio. Puede satisfacer la curiosidad y/o expresar una posible condición mental no psicótica. A menudo, la impulsividad juvenil y cierta fascinación por el fuego es la base de tal comportamiento. La mayoría de los “iniciadores de incendios” (en inglés: “firesetters”) no son reincidentes y pueden no tener intención criminal. Son generalmente jóvenes, curiosos, socialmente ingenuos y superficiales, sin experiencia en el manejo de materiales incendiarios y, a menudo, impulsivos, con tendencia al resentimiento. El incidente ocasionalmente va acompañado del consumo de tóxicos como el alcohol. Este tipo de incendios se caracterizan por ser insuficientemente graves como para causar daños, no se detecta el fuego como deliberado, no es posible identificar quién inició el incendio, y no hay evidencia suficiente para asegurar una condena (Palermo, 2015).

Por el contrario, el incendio provocado (“arson”) se refiere al delito en sí mismo. Es un acto delictivo intencionado y malicioso. El incendio provocado supone la idea de cometer un crimen o poner en peligro la vida de otro de esta manera. A menudo es cometido por una sola persona, por la noche, y normalmente en áreas urbanas. Los “incendiarios” (en inglés: “arsonists”) a menudo son personas socialmente aisladas, tímidas, introvertidas, con hostilidad pasivo-agresiva reprimida, cuentan con una historia criminal pasada, y suelen tener una personalidad antisocial (Palermo, 2015). A veces sufren esquizofrenia o discapacidad intelectual. Debido a su comportamiento impulsivo y compulsivo, también suelen ser diagnosticados de trastorno explosivo intermitente o trastorno por déficit de atención (Burton et al., 2012).

Sin embargo, la piromanía es una condición psiquiátrica bien definida. Se incluye dentro del epígrafe “Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta” del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5. Se define como “una provocación de incendios de forma deliberada e intencionada en más de una ocasión”, con “tensión o excitación afectiva antes de hacerlo”, “fascinación, interés, curiosidad o atracción por el fuego y su contexto (p. ej., parafernalia, usos, consecuencias)”, “placer, gratificación o alivio al provocar incendios o al presenciar o participar en sus consecuencias” (American Psychiatric Association, 2014, p. 249). Se especifica que “no se provoca un incendio para obtener un beneficio económico, ni como expresión de una ideología sociopolítica, ni para ocultar una actividad criminal, expresar rabia o venganza, mejorar las condiciones de vida personales, ni en respuesta a un delirio o alucinación, ni como resultado de una alteración al juicio (p. ej., trastorno neurocognitivo mayor, discapacidad intelectual, intoxicación de sustancias)”, y “la provocación de incendios no se explica mejor por un trastorno de la conducta, un episodio maníaco o un trastorno de la personalidad antisocial” (American Psychiatric Association, 2014, p. 249).

A pesar de que la piromanía ha sido reconocida como trastorno mental desde hace más de 200 años, la prevalencia del desorden es aún incierto. Se conoce que las tasas de prevalencia han variado del 0,4% al 21% entre los “iniciadores de incendios” (“firesetters”), pero los casos que cumplen criterios diagnósticos para la piromanía son escasos. Se estima una tasa de prevalencia de menos del 1% en muestras criminales y clínicas, lo que sugiere que es una condición rara pero reconocible (Nanayakkara et al., 2015). De hecho, a día de hoy, hay autores que se cuestionan su uso (Dalhuisen, 2018). En la sala del tribunal, las personas con diagnóstico de piromanía se declaran inocentes por motivos de salud mental, y muchos de ellos son ingresados en hospitales psiquiátricos. Sin embargo, los incendios provocados a menudo demuestran un comportamiento organizado antes de su acto criminal, y son, en ocasiones, considerados culpables e ingresan en centros penitenciarios (Palermo, 2015).

Se han desarrollado diferentes modelos teóricos que pretenden explicar el proceso de iniciación de incendios en personas con trastornos mentales. Por ejemplo, Tyler et al. (2013) desarrollaron un modelo teórico conocido como Firesetting Offence Chain for Mentally Disordered Offenders (FOC-MD). El FOC-MD fue desarrollado utilizando métodos de investigación cualitativa y describía la secuencia del proceso ofensivo para los iniciadores de incendios con diagnóstico de trastorno mental, basándose en las narraciones de los mismos. El proceso se divide en cuatro fases principales: 1) factores antecedentes (experiencias en la infancia y adolescencia hasta los 18 años), 2) edad adulta temprana (desde los 18 años hasta aproximadamente un año antes del delito), 3) periodo previo al delito (eventos que ocurren aproximadamente un año antes del evento hasta momentos antes), y 4) delito y periodo posterior al delito (abarca el delito en sí mismo y los factores inmediatamente después de la ofensa). Cada fase del modelo se relaciona con una serie de categorías diferentes. Por ejemplo, la fase uno contiene las experiencias de cuidado, de separación, abuso, y una serie de factores de riesgo específicos como estrategias de afrontamiento desadaptativas, problemas de salud mental, actividad antisocial, interés y fascinación por el fuego.

Además, se han implementado intervenciones psicológicas de carácter grupal que obtienen resultados prometedores. El programa de intervención en incendios para prisioneros (Firesetting Intervention Programme for Prisoners, FIPP) (Gannon, 2012), es un programa de tratamiento grupal cognitivo-conductual diseñado específicamente para abordar cuatro factores clave asociados con incendios deliberados: factores relacionados con el fuego, competencia social, cognición de apoyo ofensivo, y regulación emocional. Consiste en sesiones de apoyo individuales y grupales con frecuencia semanal, y cuya duración son 28 semanas. Ya hay estudios que muestran su eficacia (Gannon et al., 2015).

El programa de intervención de incendios para personas con trastornos mentales (Firesetting Intervention Programme for Mentally Disordered Offenders, FIP-MO) de Gannon y Lockerbie (2011, 2012, 2014), se basa en el programa FIPP. Es un tratamiento específico para delincuentes con trastornos mentales con una historia de incendios deliberados. El FIP-MO adopta un enfoque de terapia cognitivo-conductual y contiene elementos psicoterapéuticos para promover una relación terapéutica positiva, expresión emocional y social, y autorreflexión. Se centra en cinco áreas clave: factores relacionados con el fuego (ej., interés problemático con el fuego), actitudes ofensivas, competencia social, autogestión/habilidades de afrontamiento y prevención de riesgos (ej., comprender los factores asociados con el inicio de incendios y el desarrollo de un plan de gestión del riesgo personalizado).

Consideramos que una mejor comprensión sobre la morbilidad psiquiátrica entre los iniciadores de incendios ayudaría a la prevención y abordaje terapéutico de este tipo de pacientes, por ello este estudio pretende realizar una revisión bibliográfica sobre los incendios provocados en personas con trastorno mental.

MÉTODO

Para realizar el estudio, se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica sobre los incendios provocados y los conceptos relacionados (incendio y piromanía), en las siguientes bases de datos: PubMed y PsycINFO. Como descriptores de búsqueda se utilizaron los siguientes términos en inglés: “pyromania”, “arson”, y “firesetting”, especificándose el campo “título”. El operador booleano utilizado fue OR. Se seleccionaron los artículos científicos publicados en los últimos 5 años (2015-2020) que estuviesen redactados en castellano o inglés.

RESULTADOS

Al realizar la búsqueda, encontramos 17 artículos científicos en PubMed y 20 en PsycINFO. Tras analizar cada uno de los artículos, eliminamos aquellos que estaban duplicados (8 artículos científicos), las cartas al editor (2), las revisiones (6) y los casos clínicos (1). De los 20 artículos, analizamos cada uno de ellos para seleccionar únicamente aquellos que contuviesen estudios con muestras de personas que hubiesen cometido incendios. Finalmente obtuvimos 12 artículos. De estos, descartamos aquellos que tenían carácter forense o legal y nos centramos en aquellos con contenido clínico más significativo. A continuación, pasamos a describir cada uno de ellos.

Nanayakkara et al. (2020) pretendieron explorar las diferencias de género en los contextos clínicos, comportamientos y motivaciones asociados con la iniciación de incendios. Para ello realizaron un estudio con 32 mujeres y 64 hombres que habían provocado incendios, para determinar las similitudes y diferencias en 45 variables. Los resultados mostraron que las mujeres, en comparación con los hombres, presentaban mayor presencia de trastornos de personalidad, desregulación emocional y estrategias de afrontamiento desadaptativas. Concluyeron que el incendio provocado en las mujeres estaba más relacionado con la psicopatología, el trastorno de personalidad límite, y la desregulación emocional. En este caso, el incendio estaba generalmente motivado por una búsqueda de atención o expresión de la frustración, y no se relacionaba con la excitación, más típica de la piromanía. A este tipo de incendio provocado lo denominaron “tipo desregulado”. Por el contrario, en los hombres, diferenciaron dos tipos de motivaciones. La primera de ellas relacionada con la venganza, particularmente en contextos de relaciones sentimentales problemáticas; y la segunda, asociada al crimen, donde el fuego resulta fundamental para obtener una ventaja. En base a estas motivaciones, identificaron dos tipos diferentes: “tipo de violencia de género”, y “tipo de ganancia instrumental”.

Tyler et al. (2015), propusieron examinar las características que pueden predecir la reincidencia de incendios en personas con patología mental. Para ello, llevaron a cabo un estudio con carácter retrospectivo a través de la revisión de los antecedentes sociodemográficos, familiares, personales, psiquiátricos y factores de la historia del delito, en una muestra de 77 delincuentes con trastornos mentales reclutados en seis hospitales psiquiátricos del Reino Unido (43 iniciadores de incendios vs. 34 no iniciadores de incendios). Su estudio concluyó que los iniciadores de incendios con trastorno mental tienen más probabilidad de mostrar un interés expresado en incendios y explosivos, así como un diagnóstico del trastorno del espectro de la esquizofrenia. Además, las mujeres con trastorno mental son más propensas a provocar mayor número de incendios que los hombres. El interés por el fuego fue el mejor predictor en la reincidencia de los incendios.

Thomson et al. (2018), plantearon estudiar la reincidencia criminal en personas que habían sido juzgadas por provocar incendios, así como conocer su relación con la psicopatía y con la presencia de un trastorno del espectro de la esquizofrenia. Para ello, obtuvieron una muestra de 113 iniciadores de incendios, el 21,2% diagnosticados de un trastorno del espectro esquizofrénico. Los resultados indicaron que, durante el seguimiento del estudio, el 18% de la muestra fue reincidente en la provocación de un incendio y el 74% cometió otro tipo de delito. El riesgo de reincidencia criminal general se asoció con el rasgo de psicopatía y fue menor en los iniciadores de incendios con un trastorno del espectro de la esquizofrenia que entre aquellos que no padecían ningún trastorno psicótico.

Tyler y Gannon (2015) analizaron con más detalle su propio modelo teórico conocido como Firesetting Offence Chain for Mentally Disordered Offenders (FOC-MD, Tyler et al., 2013). Para ello, utilizaron una muestra de 36 sujetos con trastorno mental que habían provocado incendios, y que habían sido ingresados en un centro penitenciario del Reino Unido. En su estudio encontraron tres vías distintas relacionadas con el inicio de los incendios: 1) interés por el fuego – salud mental infantil, 2) sin interés por el fuego – salud mental de adultos, y 3) interés por el fuego – salud mental de adultos. Los participantes de la primera vía (interés por el fuego – salud mental infantil), se caracterizaban por el desarrollo de, al menos, dos factores de riesgo relacionados con el fuego y problemas de salud mental en la infancia. Eran más propensos a participar en la planificación detallada del incendio, experimentaban afecto positivo relacionado con el fuego, y les gustaba observar el fuego. Los participantes de la segunda vía (no interés por el fuego – salud mental de adultos), no tendían a participar en la planificación del delito, mostraban indiferencia ante el fuego, y no observaban el mismo. Los participantes de la tercera vía (interés por el fuego – salud mental de adultos), presentaban, al menos, dos factores de riesgo relacionados con el fuego en la infancia, sin embargo, su enfermedad mental no se había iniciado hasta la edad adulta. Este grupo de participantes tendían a participar en la planificación del incendio a un nivel bajo, y generalmente observaban el incendio, a menos que las circunstancias contextuales no lo permitiesen (ej., para evitar la detección o protegerse del mismo).

Tyler et al. (2017), llevaron a cabo un estudio cuasi-experimental para examinar la efectividad del FIP-MO (grupo de tratamiento) en comparación al tratamiento habitual (grupo de comparación) en varios centros psiquiátricos forenses del Reino Unido. Los resultados mostraron que las personas que recibieron el tratamiento FIP-MO mejoraban en las áreas de intervención (interés problemático por el fuego, conciencia de seguridad del fuego…), así como en relación a la expresión de la ira, en comparación con el otro grupo. Por tanto, el programa FIP-MO parecía efectivo para reducir los factores claves asociados con el fuego deliberado en ambos sexos.

CONCLUSIONES

La revisión bibliográfica muestra que el incendio en las mujeres está más relacionado con la psicopatología, el trastorno de personalidad límite, y la desregulación emocional. Por el contrario, en los hombres está más asociado a la venganza y al crimen (Nanayakkara et al., 2020).

Los iniciadores de incendios con trastorno mental tienen más probabilidad de mostrar un interés expresado en incendios y explosivos, así como un diagnóstico del trastorno del espectro de la esquizofrenia. Además, las mujeres con trastorno mental son más propensas a provocar mayor número de incendios que los hombres (Tyler et al., 2015).

El riesgo de reincidencia criminal general se ha asociado con el rasgo de psicopatía y es menor en los iniciadores de incendios con un trastorno del espectro de la esquizofrenia que en aquellos que no padecen ningún trastorno psicótico (Thomson et al., 2018). Se ha demostrado que el interés y la fascinación por el fuego es el mejor predictor en la reincidencia de los incendios (Tyler et al., 2015).

Se han encontrado tres vías distintas relacionadas con el inicio de los incendios: 1) interés por el fuego – salud mental infantil, 2) sin interés por el fuego – salud mental de adultos, y 3) interés por el fuego – salud mental de adultos; cada una con características diferentes en cuanto a la planificación y la forma de provocar el incendio (Tyler et al. Pathways, 2015).

Respecto al tratamiento, el programa grupal cognitivo-conductual FIP-MO parece efectivo para reducir los factores claves asociados con el fuego deliberado en personas con trastorno mental, como el interés, pensamientos y actitudes autoinformadas sobre el fuego (Tyler et al., 2017).

Los resultados de la revisión bibliográfica ponen de relieve la ausencia de investigación en la actualidad sobre incendios provocados en personas con trastorno mental que presentan un diagnóstico de piromanía. Consideramos necesario una mayor investigación en este tema para llegar a conocer con exactitud datos epidemiológicos como la incidencia y prevalencia de este trastorno, así como para desarrollar adecuados programas de prevención y tratamientos psicológicos eficaces.

REFERENCIAS

  1. American Psychiatric Association. (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5. Psychiatric Association.
  2. Blanco, C., Alegria, A. A., Petry, N. M., Grant, J., Simpson, H. B., Liu, S., Grant, B., y Hasin, D. (2010). Prevalence and correlates of firesetting in the US: Results from the National Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions (NESARC). Journal of Clinical Psychiatry, 71(9), 1218-1225. https://doi.org/10.4088/JCP.08m04812gry
  3. Burton, P. R. S., McNiel, D. E., y Binder, R. L. (2012). Firesetting, arson, pyromania, an the forensic mental health expert. Journal of the American Academy of Psychiatry and Law, 40(3), 355-365.
  4. Dalhuisen, L. (2018). Pyromania in court: Legal insanity versus culpability in Western Europe and the Netherlands (1800-1950). International Journal of Law and Psychiatry, 58, 36-47. https://doi.org/10.1016/j.ijlp.2018.02.009
  5. Gannon, T. A. (2012). The firesetting intervention programme for prisoners. Unpublished Manual. CORE-FP: University of Kent.
  6. Gannon, T. A., Alleyne, E., Butler, H., Danby, H., Kapoor, A., Lovell, T., Mozova, K., Spruin, E., Tostevin, T., Tyler, N., y Ciardha, C. O. (2015). Specialist group therapy for psychological factors associated with firesetting: Evidence of a treatment effect from a non-randomized trial with male prisoners. Behavior Research Therapy, 73, 45-51. https://doi.org/10.1016/j.brat.2015.07.007
  7. Gannon, T. A., y Lockerbie, L. (2011). The firesetting intervention programme for mentally disordered offenders. Unpublished Manual. CORE-FP: University of Kent/Kent Forensic Psychiatry Services.
  8. Gannon, T. A., y Lockerbie, L. (2012). The firesetting intervention programme for mentally disordered offenders. Unpublished Manual. CORE-FP: University of Kent/Kent Forensic Psychiatry Services.
  9. Gannon, T. A., y Lockerbie, L. (2014). Firesetting intervention programme for mentally disordered offenders (FIP-MO) version 2.0. CORE-FP: University of Kent/Kent Forensic Psychiatry Services.
  10. Nanayakkara, V., Ogloff, J. R. P., Davis, M. R., y McEwan, T. E. (2020). Gender-based types of firesetting: Clinical, behavioural and motivational differences among female and male firesetters. The Journal of Forensic Psychiatry & Psychology. https://doi.org/10.1080/14789949.2020.1720266
  11. Nanayakkara, V., Ogloff, J. R. P., y Thomas, S. D. M. (2015). From haystacks to hospitals: An evolving understanding of mental disorder and firesetting. International Journal of Forensic Mental Health, 14(1), 66-75. https://doi.org/10.1080/14999013.2014.974086
  12. Palermo, G. B. (2015). A look at firesetting, arson, and pyromania. International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology, 59(7), 683-684. https://doi.org/10.1177/0306624X15586217
  13. Thomson, A., Tiihonen, J., Miettunen, J., Virkkunen, M., y Lindberg, N. (2018). Firesetting and general criminal recidivism among a consecutive sample of Finnish pretrial male firesetters: A register-based-follow-up study. Psychiatric Research, 259, 377-384. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2017.11.008
  14. Tyler, N., y Gannon, T. A. (2015). Pathways to firesetting for mentally disordered offenders: A preliminary examination. International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology, 61(8), 938-955. https://doi.org/10.1177/0306624X15611127
  15. Tyler, N., Gannon, T. A., Dickens, G. L., y Lockerbie, L. (2015). Characteristics that predict firesetting in male and female mentally disordered offenders. Psychology, Crime & Law, 21(8), 776-797. https://doi.org/10.1080/1068316X.2015.1054382
  16. Tyler, N., Gannon, T. A., Lockerbie, L., y Ciardha, C. Ó. (2018). An evaluation of a specialist firesetting treatment programme for male and female mentally disordered offenders (the FIP-MO). Clinical Psychology & Psychotherapy, 25(3), 388-400. https://doi.org/10.1002/cpp.2172
  17. Tyler, N., Gannon, T. A., Lockerbie, L., King, T., Dickens, G., y De Burca, C. (2013). A firesetting offence chain for mentally disordered offenders (FOC-MD). Criminal Justice and Behavior, 41, 512-530. https://doi.org/10.1177/0093854813510911