Uso correcto de la vía subcutánea para medicación e hidratación en enfermería: revisión bibliográfica
Autora principal: Marta Gascón Sánchez
Vol. XX; nº 15; 850
To clamp or not to clamp: considerations on bladder emptying in patients with urinary retention
Fecha de recepción: 10 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 2 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 15 – Primera quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 15; 850
Autores:
Marta Gascón Sánchez, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Irene Sanz Gómez, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Irene Torán Bellido, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Andrea Ibáñez Romero, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Patricia Cortés Egeda, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Ana María Luca Simón, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Resumen
La vía subcutánea (SC) representa una alternativa eficaz y segura para la administración de medicamentos e hidratación, especialmente en pacientes geriátricos, oncológicos o en cuidados paliativos. A pesar de sus múltiples ventajas, su uso está limitado por la falta de protocolos estandarizados y formación específica del personal de enfermería. Uno de los aspectos críticos en su utilización es la frecuencia adecuada para el cambio del catéter subcutáneo, aún no claramente definida.
Analizar la evidencia científica disponible sobre el uso correcto de la vía subcutánea en el ámbito enfermero, con énfasis en la frecuencia óptima para el cambio del catéter, así como en sus indicaciones, técnica, beneficios y complicaciones.
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica integrativa utilizando bases de datos como PubMed, CINAHL, SciELO y Scopus. Se incluyeron artículos publicados entre 2015 y 2025, en inglés y español, que abordaran el uso de la vía subcutánea en el contexto enfermero. Se seleccionaron 15 estudios relevantes tras aplicar criterios de inclusión y exclusión, y se analizaron cualitativamente.
La literatura revisada respalda el uso de la vía SC en múltiples contextos clínicos, destacando su utilidad en el manejo sintomático y la hidratación de pacientes con acceso venoso difícil. La técnica de inserción es sencilla, y el índice de complicaciones es bajo. La frecuencia de cambio del catéter varía entre 72 horas y 7 días, dependiendo de factores clínicos, tipo de medicación y evaluación del sitio de inserción.
La vía subcutánea es una opción terapéutica viable, segura y costo-efectiva que debería integrarse con mayor frecuencia en la práctica enfermera. Es necesario fortalecer la capacitación del personal y unificar criterios clínicos para optimizar su uso, incluyendo la frecuencia del cambio del catéter.
Palabras clave
Vía subcutánea, enfermería, Hipodermoclisis, Administración de medicamentos, Hidratación subcutánea, Catéter subcutáneo, Cuidados paliativos.
Abstract
The subcutaneous (SC) route is an effective and safe alternative for medication and fluid administration, particularly in geriatric, oncological, or palliative care patients. Despite its advantages, its use remains limited due to the lack of standardized protocols and insufficient nursing training. A critical aspect is the appropriate frequency for subcutaneous catheter replacement, which is still not well established.
To analyze the current scientific evidence on the correct use of the subcutaneous route in nursing practice, focusing on optimal catheter change frequency, as well as its indications, technique, benefits, and complications.
An integrative literature review was conducted using databases such as PubMed, CINAHL, SciELO, and Scopus. Articles published between 2015 and 2025 in English and Spanish were included, addressing subcutaneous route use in nursing contexts. Fifteen relevant studies were selected based on inclusion and exclusion criteria and analyzed qualitatively.
The reviewed literature supports the use of the SC route in various clinical settings, particularly for symptom control and hydration in patients with poor venous access. The insertion technique is simple, and complication rates are low. Catheter change frequency ranges from 72 hours to 7 days, depending on clinical condition, medication type, and site evaluation.
The subcutaneous route is a viable, safe, and cost-effective therapeutic option that should be more widely adopted in nursing practice. Enhancing staff training and establishing standardized clinical criteria are essential to optimize its use, including catheter replacement frequency.
Keywords
Subcutaneous route, Nursing, Hypodermoclysis, Drug administration, Subcutaneous hydration, Subcutaneous catheter, Palliative Care.
Introducción
En el ámbito de la atención sanitaria, la elección de la vía de administración de medicamentos y fluidos es un aspecto fundamental que influye directamente en la eficacia terapéutica, el confort del paciente y la seguridad del tratamiento. Dentro de estas alternativas, la vía subcutánea (SC) ha ganado relevancia como una opción eficiente, poco invasiva y altamente tolerable, especialmente en ciertos grupos de pacientes vulnerables. Esta vía consiste en la administración de fármacos o soluciones directamente en el tejido subcutáneo, donde se absorben progresivamente hacia el sistema circulatorio. A pesar de sus múltiples beneficios clínicos y logísticos, su uso sigue siendo limitado en muchos entornos debido a la falta de familiaridad del personal sanitario, la escasa formación académica en el tema y la ausencia de protocolos estandarizados.
La vía subcutánea no es un procedimiento novedoso. Su uso se remonta a finales del siglo XIX, inicialmente empleada como alternativa cuando no era posible administrar medicamentos por vía oral o intravenosa. Sin embargo, durante décadas quedó relegada a un segundo plano, eclipsada por el auge de la vía intravenosa, considerada por muchos como el «estándar de oro» en la administración parenteral. Fue en las últimas dos décadas cuando comenzó a resurgir como una opción válida, especialmente en cuidados paliativos, geriatría y atención domiciliaria. Este resurgimiento se debe, en parte, a la necesidad de cuidados más humanizados, menos invasivos y adaptados al contexto del paciente.
Numerosos estudios han evidenciado que la vía subcutánea es segura, efectiva y bien tolerada, tanto para la administración de medicación continua o intermitente como para la hidratación en pacientes con restricciones para otras vías. Este enfoque ha sido especialmente útil en pacientes geriátricos que presentan deshidratación leve o moderada, donde la hidratación intravenosa no es posible o representa un riesgo elevado. Del mismo modo, en pacientes oncológicos o en situación terminal, permite el control sintomático sin someter al paciente a procedimientos dolorosos o invasivos.
Desde el punto de vista enfermero, la administración por vía SC presenta múltiples ventajas. Su colocación es relativamente sencilla, no requiere tecnología compleja, y puede ser realizada por profesionales de enfermería con un entrenamiento básico. Además, permite una atención más centrada en el paciente, reduciendo la necesidad de punciones repetidas, disminuyendo las complicaciones infecciosas, y facilitando el autocuidado o la participación del cuidador en el entorno domiciliario. Estos factores hacen que esta técnica sea especialmente valiosa en contextos donde el confort del paciente y la continuidad del tratamiento son prioritarios.
Uno de los aspectos que más interrogantes plantea en la práctica enfermera es la frecuencia con la que debe cambiarse el catéter subcutáneo. A diferencia de la vía intravenosa, donde existen normativas ampliamente consensuadas, la evidencia en torno a la vía SC no es del todo uniforme. Algunos protocolos institucionales recomiendan cambiar el catéter cada 72 horas, mientras que otros permiten su uso por hasta 7 días, siempre y cuando no se presenten complicaciones locales. Esta variabilidad refleja la necesidad de una revisión sistemática de la literatura que oriente al personal de enfermería sobre la frecuencia de cambio más adecuada según el tipo de paciente, la medicación utilizada, el estado del sitio de punción y otros factores clínicos.
En la práctica clínica, la permanencia prolongada del catéter SC puede incrementar el riesgo de reacciones locales como induración, eritema, celulitis, extravasación o dolor. Sin embargo, su reemplazo innecesario también implica molestias para el paciente, mayor consumo de recursos y pérdida de efectividad terapéutica, sobre todo en escenarios paliativos donde se busca minimizar las intervenciones. Por ello, encontrar un equilibrio entre seguridad, eficacia y confort es un objetivo central de los profesionales de enfermería que utilizan esta técnica.
En este contexto, la formación del personal de enfermería resulta determinante. Diversos estudios han demostrado que el éxito en el uso de la vía SC depende en gran medida del conocimiento y habilidad técnica del profesional, así como de su capacidad para valorar el estado del sitio de inserción y anticiparse a posibles complicaciones. A pesar de sus ventajas, esta vía continúa infrautilizándose en muchos servicios hospitalarios y comunitarios, lo que refleja una brecha entre la evidencia disponible y su aplicación en la práctica cotidiana.
Este artículo se plantea como una revisión bibliográfica integrativa con el objetivo de sistematizar y analizar críticamente la evidencia científica disponible sobre el uso correcto de la vía subcutánea para medicación e hidratación en enfermería. Particularmente, se aborda la pregunta sobre cuál es la frecuencia óptima para el cambio del catéter subcutáneo, tema de especial relevancia en la toma de decisiones clínicas.
La revisión se orienta a proporcionar una base de conocimientos sólida que respalde la práctica clínica enfermera, facilite la toma de decisiones informadas, y promueva una atención segura, humanizada y centrada en el paciente. En última instancia, se busca contribuir al desarrollo de guías clínicas más precisas y a la actualización de los protocolos institucionales sobre el manejo de la vía SC.
En suma, dada la creciente utilización de la vía subcutánea en distintos contextos asistenciales, resulta imperativo que la enfermería cuente con herramientas basadas en la mejor evidencia disponible para garantizar una atención de calidad. La frecuencia adecuada del cambio del catéter, el conocimiento técnico sobre su inserción y mantenimiento, así como la identificación precoz de complicaciones, constituyen pilares fundamentales de una práctica enfermera competente y segura. Esta revisión aspira a clarificar estos aspectos y a fomentar la adopción de esta vía como parte integral del arsenal terapéutico en el cuidado del paciente.
Objetivos
Objetivo general:
Analizar el uso correcto de la vía subcutánea para la administración de medicamentos e hidratación desde la perspectiva de la práctica enfermera.
Objetivos específicos:
- Identificar las indicaciones clínicas más comunes para el uso de la vía subcutánea.
- Describir las técnicas correctas de inserción y mantenimiento del catéter subcutáneo.
- Determinar la frecuencia óptima para el cambio del catéter subcutáneo según la literatura científica.
- Evaluar las ventajas y desventajas de la vía SC frente a otras vías de administración.
Metodología
Se realizó una revisión bibliográfica integrativa siguiendo el enfoque de Whittemore y Knafl. Se incluyeron estudios publicados entre 2015 y 2025 en bases de datos científicas como PubMed, Scopus, CINAHL y SciELO. Los criterios de inclusión fueron: artículos en español o inglés, con acceso completo, que abordaran la utilización de la vía subcutánea en el contexto enfermero, tanto en hospitalización como en atención domiciliaria. Se seleccionaron 25 artículos, de los cuales 15 cumplieron con los criterios de calidad metodológica y relevancia temática.
Se utilizaron los descriptores MeSH: «Subcutaneous route», «Nursing», «Hypodermoclysis», «Catheterization», «Palliative Care», «Fluid therapy». Los resultados fueron analizados cualitativamente, identificando categorías temáticas relacionadas con indicaciones, técnica, mantenimiento, cambio de catéter y complicaciones.
Resultados
La revisión de la literatura científica permitió identificar una serie de elementos clave relacionados con el uso correcto de la vía subcutánea (SC) para la administración de medicación e hidratación, así como las recomendaciones sobre el tiempo de permanencia y cambio del catéter subcutáneo. Los hallazgos se organizaron en las siguientes categorías temáticas: indicaciones clínicas, técnica de inserción, tipos de catéteres y soluciones utilizadas, complicaciones asociadas, ventajas frente a otras vías y frecuencia recomendada de cambio del catéter.
1. Indicaciones clínicas más comunes
La vía subcutánea es especialmente útil en pacientes con patologías crónicas avanzadas, en situación terminal o con dificultades para acceder a la vía intravenosa. La mayoría de los estudios analizados coincidieron en señalar su uso prioritario en pacientes geriátricos, oncológicos y en cuidados paliativos. Entre las indicaciones clínicas más frecuentes se encuentran el manejo de síntomas como el dolor, las náuseas y vómitos, la ansiedad, la disnea y la administración de hidratación en casos de deshidratación leve a moderada.
En los servicios de cuidados paliativos, la vía SC se utiliza con frecuencia para administrar fármacos como morfina, haloperidol, midazolam, metoclopramida y escopolamina. Asimismo, es común la hipodermoclisis (infusión de líquidos subcutánea) como método de hidratación en pacientes con contraindicación o dificultad para recibir líquidos por vía oral o intravenosa. La tolerancia es, en general, buena, y la absorción de fármacos es predecible en la mayoría de los casos.
2. Técnica de inserción y mantenimiento
La técnica de inserción es sencilla, lo que permite su aplicación tanto en el entorno hospitalario como en el domiciliario, incluso por cuidadores entrenados bajo supervisión enfermera. Se recomienda seleccionar zonas anatómicas con buen tejido subcutáneo, como la parte anterior del muslo, la región abdominal, la cara anterior del brazo o la zona infraclavicular. Deben evitarse áreas con edemas, lesiones dérmicas, cicatrices o prominencias óseas.
La técnica debe realizarse con materiales estériles y bajo condiciones asépticas rigurosas. El ángulo de inserción varía entre 30° y 45°, dependiendo del grosor del tejido. Una vez insertado el catéter, se fija con apósitos transparentes semipermeables que permitan la observación del sitio de punción. Es recomendable rotar el sitio de inserción cada 3 a 5 días, dependiendo de la tolerancia y de la evolución clínica del paciente.
El mantenimiento del catéter SC incluye una valoración diaria por parte del personal de enfermería, observando signos de irritación, induración, eritema, exudado, dolor o cualquier signo que sugiera complicación local o sistémica.
3. Tipos de catéteres y soluciones administradas
Respecto a los dispositivos utilizados, los estudios revisados mencionan el uso de catéteres tipo mariposa (butterfly) y cánulas tipo teflón o poliuretano, generalmente de calibre 24G o 25G. Los catéteres flexibles son preferibles cuando se prevé un uso prolongado, ya que se adaptan mejor al movimiento del paciente y reducen la incidencia de extravasación y lesiones locales.
En el caso de la hidratación por hipodermoclisis, se recomienda el uso de soluciones isotónicas, como cloruro de sodio al 0,9% o glucosa al 5%. La administración puede ser continua o en bolos, y la velocidad de infusión no debe superar los 75 a 100 ml/h para evitar la acumulación de líquidos en el tejido subcutáneo. Se ha demostrado que la adición de hialuronidasa puede mejorar la absorción local, aunque su uso no está estandarizado en todos los servicios.
Para la medicación subcutánea, la compatibilidad entre los fármacos administrados por la misma vía debe ser cuidadosamente revisada. En situaciones donde se requiere infusión de múltiples fármacos, es preferible usar una bomba de infusión continua con jeringa, lo que garantiza la administración precisa y estable.
4. Complicaciones más frecuentes
Aunque es una técnica considerada segura, no está exenta de complicaciones. Entre las más reportadas se encuentran:
- Inflamación local e induración: Generalmente asociada a la permanencia prolongada del catéter o a la infusión de soluciones irritantes.
- Eritema y dolor: Pueden aparecer en pacientes con piel frágil o ante una técnica de inserción incorrecta.
- Extravasación de medicamentos: Es poco frecuente, pero debe vigilarse especialmente en pacientes muy delgados o con movilidad reducida.
- Celulitis y necrosis: Son raras, pero cuando ocurren están asociadas a falta de higiene, catéteres contaminados o no retirados a tiempo.
La vigilancia enfermera y la educación del paciente y su entorno son fundamentales para la detección precoz de estas complicaciones.
5. Ventajas frente a otras vías
En comparación con la vía intravenosa, la subcutánea presenta múltiples beneficios: menor dolor durante la inserción, menor tasa de infecciones, mayor facilidad de colocación, menor coste y posibilidad de uso prolongado sin necesidad de intervención médica compleja. Además, permite una atención más centrada en el paciente, especialmente en contextos paliativos, donde se prioriza la comodidad y la calidad de vida.
Desde el punto de vista enfermero, esta vía facilita el seguimiento continuo, reduce el número de venopunciones y permite una mayor autonomía en el cuidado domiciliario.
6. Frecuencia de cambio del catéter subcutáneo
Uno de los objetivos principales de esta revisión fue determinar con base científica la frecuencia óptima de cambio del catéter subcutáneo. Los estudios revisados reportan diferentes prácticas, aunque existe cierta convergencia en las siguientes recomendaciones:
- En la mayoría de los casos, se recomienda cambiar el catéter cada 72 a 96 horas como máximo.
- Algunos estudios permiten la permanencia del catéter hasta 7 días, siempre que no existan signos de complicación.
- En entornos domiciliarios, bajo seguimiento adecuado, se ha documentado que los catéteres pueden mantenerse hasta 5 días sin incidentes, lo cual reduce el número de punciones y mejora la experiencia del paciente.
- En situaciones clínicas con evolución rápida o con medicaciones irritantes, puede ser necesario el cambio cada 48 a 72 horas.
En todos los casos, el criterio clínico de la enfermera es determinante. La evaluación diaria del sitio de inserción es fundamental para decidir la necesidad de cambio, más allá del tiempo transcurrido.
Los factores que más influyen en la duración segura del catéter incluyen: el tipo de medicación, la osmolaridad y pH de la solución, el estado de la piel del paciente, su nivel de movilidad, el tipo de catéter y la técnica de fijación.
Conclusión
La vía subcutánea representa una herramienta subutilizada pero de gran valor en la práctica clínica de enfermería. A partir de esta revisión bibliográfica, se confirma que su implementación adecuada mejora la calidad de vida de pacientes crónicos, geriátricos y en cuidados paliativos, facilitando un abordaje humanizado, eficaz y seguro.
Desde la perspectiva enfermera, la capacitación continua es esencial para garantizar una técnica de inserción correcta, el mantenimiento aséptico del catéter y la evaluación periódica del sitio de punción. Además, es fundamental que los protocolos institucionales contemplen indicaciones claras sobre la duración del catéter subcutáneo, basado en evidencia científica y ajustado a las necesidades del paciente.
La frecuencia óptima para el cambio del catéter subcutáneo sigue siendo un tema de debate. Sin embargo, los hallazgos indican que puede mantenerse funcional y seguro entre 72 horas y 7 días, siempre que se sigan las recomendaciones de vigilancia clínica. En este sentido, el juicio clínico de la enfermera, apoyado por guías actualizadas y evaluaciones periódicas, es determinante para reducir complicaciones y optimizar el uso de recursos.
Además, se evidencian oportunidades de mejora en la difusión del conocimiento sobre esta técnica, especialmente en contextos comunitarios y domiciliarios, donde su uso aún es limitado. La inclusión de la vía subcutánea en programas de formación, así como la promoción de investigaciones clínicas adicionales, permitirá establecer protocolos estandarizados que favorezcan su uso seguro y efectivo.
En conclusión, se recomienda la incorporación sistemática de la vía subcutánea en los planes de cuidado de pacientes con accesos venosos comprometidos, con seguimiento estricto de las condiciones del catéter y del estado del sitio de inserción. La enfermería, como pilar del cuidado directo, juega un rol esencial en la adopción de esta práctica basada en evidencia, promoviendo una atención centrada en el paciente, con eficiencia clínica y humana.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
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