Actuación ante una parada cardiorrespiratoria en el ámbito extrahospitalario. Soporte vital básico en adultos
Una parada cardiorrespiratoria es un importante problema de salud hoy en día. Muchas de las paradas cardiorrespiratorias que se producen en el ámbito extrahospitalario no son asistidas por personas no sanitarias…
Autores:
- Raquel Gil Marín. Graduada en Enfermería. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
- Raquel Mercedes Alonso-Lej Pascual. Diplomada en Enfermería (Grado convalidado). Enfermera en Hospital Miguel Servet. (Zaragoza)
- Laura Sebastián Millán. Graduada en Enfermería. Master en gerontología Social. Enfermera en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza)
- Raquel Casasnovas Sevillano. Graduada en Enfermería. Enfermera de Atención Continuada de Sector en Centros de Salud (Híjar y Muniesa)
- Irene Lorenzo Marín. Graduada en Enfermería. Master en investigación en ciencias de la salud. Residente de enfermería especialista en ginecología y obstetricia.
- Violeta Garasa Martín. Graduada en Enfermería. Enfermera especialista en Salud Mental. Enfermera en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza)
RESUMEN
Una parada cardiorrespiratoria es un importante problema de salud hoy en día. Muchas de las paradas cardiorrespiratorias que se producen en el ámbito extrahospitalario no son asistidas por personas no sanitarias, debido al desconocimiento de la población en la realización de técnicas de reanimación cardiopulmonar.
Palabras clave: Parada cardiorrespiratoria, ámbito extrahospitalario, reanimación cardiopulmonar, desfibriladores semiautomáticos, personas nóveles.
ABSTRACT
The cardiorespiratory arrest is an important health problem nowadays. Many of these bouts happen outside the hospital, so they cannot be assisted by non-sanitary people due to ther lack of knowledge about techniques of cardiopulmonary resuscitation.
Keywords: cardiorespiratory arrest, out of hospital place, cardiopulmonary resuscitation, semi-automatic defibrillator, novel person.
Una parada cardiorrespiratoria (PCR), denominada por algunos autores muerte súbita, es un evento en que se interrumpe de manera brusca y espontánea la actividad eléctrica del corazón, la cual se acompaña de ausencia de pulso, estado de consciencia y respiración, siendo potencialmente reversible. Quedan excluidas de esta manera personas con enfermedades terminales en la que la muerte es inminente o como resultado del reloj biológico del individuo.
De esta manera, nuestro organismo deja de recibir el oxígeno necesario para su mecanismo, especialmente el tejido cerebral y cardiaco, produciendo así su muerte biológica.
Así, una PCR se convierte en una situación de máxima urgencia, en la cual debemos actuar con rapidez e iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) tan pronto sea posible para disminuir el daño en el organismo.
La probabilidad de sobrevivir en una PCR, depende de varios factores:
- Tiempo de inicio de la RCP desde que se ha producido la parada cardiorrespiratoria. Se sabe que la probabilidad de sobrevivir ante un paro cardiaco se ve reducida en un 10% por cada minuto que pasa, convirtiéndose así el tiempo en el factor que más influencia ejerce a la hora de sobrevivir.
- Tiempo que dura la RCP. La probabilidad de sobrevivir se reduce cuando el tiempo de reanimación sobrepasa los 30 minutos.
- Características propias del individuo.
- Conocimientos de las personas que realizan la reanimación.
A nivel internacional, especialmente en países desarrollados, la parada cardiorrespiratoria es una de las causas de muerte más frecuentes, convirtiéndose así en un gran problema de salud.
En España, se estima que se producen alrededor de 30.000 paradas cardiorrespiratorias al año, siendo la supervivencia en el ámbito extrahospitalario especialmente baja, situándose entre el 5-10%, debido al desconocimiento de la población en la realización de técnicas de RCP.
Sólo el 3% la población española sería capaz de realizar una reanimación cardiopulmonar efectiva; siendo mayor la probabilidad de realizar una RCP si es asistida telefónicamente por un teleoperador de emergencias, tal y como muestra en la revisión de 2019 la American Heart Association, donde dice que ésta se triplica.
Por lo que es muy importante concienciar a la población a aprender estas técnicas, aunque, siendo lo más importante ayudar a diferenciar los casos de paradas cardiorrespiratorias. De esta manera, la tasa de supervivencia podría aumentar un 20%.
La AHA estableció una serie de actividades ordenadas para garantizar una RCP con éxito a las que denominó “cadena de supervivencia”.
Tal y como muestra en su última revisión, la cadena está compuesta de cinco pasos, todos ellos necesarios para garantizar la supervivencia del individuo.
- Primero: imprescindible reconocimiento de la PCR y aviso a los sistemas de emergencias.
- Segundo: inicio de la RCP de manera precoz.
- Tercero: utilización de los desfibriladores automáticos de manera temprana y así poder actuar ante casos de ritmos cardiacos desfibrilables, tal como una taquicardia ventricular (TV) o fibrilación ventricular (FV).
- Cuarto: asistencia por los profesionales de los servicios de emergencia.
- Quinto: cuidados post-parada.
Se podrían englobar los tres primeros puntos en actividades propias del soporte vital básico (SVB), las cuales podría realizar un ciudadano en cualquier lugar con un mínimo nivel de conocimientos y los dos posteriores en el Soporte Vital Avanzado, los cuales son realizados por profesionales.
Por lo tanto, ante una PCR en un ámbito extrahospitalario, debemos iniciar todas aquellas actividades englobadas en el Soporte Vital Básico, las cuales nos permiten suplantar o conservar las funciones vitales del individuo hasta la llegada de los servicios de emergencias.
SOPORTE VITAL BÁSICO EN ADULTOS
Ante una persona inconsciente, lo primordial es observar el alrededor. Si el reanimador se encuentra en una escena segura, la cual no le supone ningún riesgo para su integridad, valorará el estado del paciente.
Se realiza una sacudida suave de hombros y se le pregunta si se encuentra bien. Se pueden presentar dos situaciones:
- El individuo responde a los estímulos: se solicita ayuda y se van valorando los cambios que puedan producirse.
- El individuo no responde a los estímulos: se pide ayuda y se colocará en una superficie plana y dura. Una vez colocado, se valorará la vía aérea, mediante la maniobra frente-mentón. Para realizar esta maniobra y dejar las vías respiratorias abiertas, se coloca una mano en la frente y la otra debajo de la barbilla. De forma muy suave se realiza una ligera presión en la frente hacia atrás, consiguiendo la extensión del cuello y con la otra mano se elevará la mandíbula hacia arriba.
Nuestros sentidos, cobran especial importancia en este momento para valorar si existe una respiración normal. Se seguirá la secuencia VOS (Ver, Oír y Sentir), la cual no sobrepasará los 10 segundos.
- Mediante la vista, se observa el movimiento torácico del individuo.
- Mediante el oído, oiremos los ruidos respiratorios acercándonos a la boca del individuo.
- La mejilla será la responsable del tacto. Se debe sentir el aire del individuo inconsciente en ésta.
En ocasiones, es difícil distinguir si la víctima respira bien o mal. Se pueden confundir situaciones que realicen boqueadas irregulares, las cuales no deben confundirse con la respiración normal. Siempre que se tenga dudas, se debe actuar como si la respiración no fuese normal.
- Si respira bien, se coloca al individuo inconsciente en posición lateral de seguridad (PLS) siempre valorando que no pueda existir daño cervical. De esta forma se evitará la obstrucción de la vía respiratoria en caso de vómitos o secreciones u obstrucción de la vía respiratoria con la lengua, debido a la perdida de tono muscular que se produce en las situaciones de inconsciencia. Se deberá de seguir valorando la respiración.
PLS: el reanimador colocará al individuo totalmente estirado hacia arriba (decúbito supino) y se colocará junto a él.
Realizará un ángulo de 90º con el brazo más cercano a él y colocará el otro brazo sobre el pecho del individuo de tal manera que la mano quede tocando la mejilla.
Traccionará hacia sí mismo cogiendo del hombro y de la pierna más alejada. Así, la pierna sobre la que realiza la tracción hacia sí mismo quedara en ángulo recto respecto a la persona inconsciente y la que queda en la parte inferior estirada.
Cuando la persona inconsciente sea una mujer embarazada, cuya gestación sea superior a las 20 semanas, se deberá realizar la tracción hacia el lado izquierdo.
- Si no respira, habrá que asegurarse que los servicios de emergencia están avisados y se inician las maniobras de RCP.
El reanimador se colocara de rodillas en posición vertical junto a la persona en situación de PCR y colocará el talón de la mano no dominante en el centro del pecho de la víctima, asegurándose que no ejerce la presión sobre las costillas, colocando encima el talón de la mano dominante para posteriormente entrecruzar los dedos.
Con los brazos rectos, se realizaran de 100 a 120 compresiones por minuto, procurando que éstas sean de 5-6 cm de profundidad y observando la expansión del tórax después de cada compresión.
Se realizarán 30 compresiones seguidas de dos ventilaciones mediante la maniobra frente-mentón. Para las ventilaciones, el reanimador tapará la nariz de la víctima y colocará sus labios en los de ésta de manera que queden bien sellados. Insuflará aire de manera constante durante 1 segundo aproximadamente, observando como el pecho se eleva. No debe ser superior de 10 segundos el tiempo de interrupción para realizar las dos ventilaciones.
Se debe reevaluar a la víctima si observamos, sentimos o notamos que empieza a respirar o moverse. En caso contrario se deben seguir con las maniobras de RCP hasta la llegada de los servicios de emergencias o cuando el reanimador se encuentre exhausto. Las interrupciones siempre deben ser mínimas.
Si existen dos reanimadores, se deberán relevar en la RCP cada 2 minutos y así evitar el agotamiento.
A pesar de que la secuencia de RCP siempre ha sido 30 compresiones y 2 ventilaciones de rescate, según las últimas recomendaciones de la AHA, las ventilaciones de rescate en reanimadores noveles con o sin formación se puede suprimir, de manera que las compresiones se realicen de manera ininterrumpida, siendo igual de efectiva la reanimación con o sin ventilaciones. Para reanimadores entrenados, la secuencia debe ser la misma, 30:2.
Actualmente, en España existen ya numerosos lugares con desfibriladores semiautomáticos (DESA) o automáticos (DEA) a los que llamamos “Espacios cardioprotegidos”. Estos desfibriladores permiten analizar el ritmo cardiaco del individuo y mediante señales auditivas y/o visuales guían a los reanimadores tanto noveles como profesionales en las maniobras de RCP básicas para realizar una desfibrilación precoz y aumentar la supervivencia.
La diferencia entre los DESA y DEA reside en que cuando se utiliza un DESA, la descarga debe de realizarla el reanimador pulsando el botón de descarga cuando así lo indica el dispositivo, tras analizar el ritmo cardiaco. Sin embargo, un DEA, realiza la descarga de forma automática sin intervenir el reanimador.
Se debe utilizar este dispositivo tan pronto se tenga a disposición del reanimador o reanimadores.
Se encenderá y se colocaran los electrodos, asegurándonos de que están conectados al dispositivo:
- Electrodo derecho (esternal): por debajo de la clavícula, a la derecha del esternón.
- Electrodo izquierdo (apical): línea medioaxilar, aproximado a la zona de la mamila.
No se deben colocar en las zonas de mamas ya que se reduce la descarga que llega al corazón.
A la hora de la colocación, se debe tener en cuenta que si la víctima porta parches farmacológicos deben retirarse para evitar quemaduras y reducción de la descarga y que no se deben poner encima de marcapasos o desfibriladores implantables.
También se debe tener en cuenta que en el caso de que la víctima estuviese en el agua o muy sudoroso, hay que secarlo bien antes de colocar los electrodos.
El vello también puede disminuir la cantidad de descarga que llega al corazón pero sólo en los casos de tener una afeitadora a mano, procederemos a su rasurado, sin deparar mucho tiempo en ello, puesto que en una PCR como ya se ha dicho, el tiempo es crucial.
Una vez colocados los parches y el dispositivo esté encendido, se deben de ir siguiendo sus instrucciones.
Analizará el ritmo cardiaco y si está indicada la descarga, habrá que asegurarse de que nadie toque a la víctima, además de realizar un aviso verbal. Se pulsará el botón de descarga en el caso del DESA cuando así nos lo indique y se continuará con maniobras de RCP durante 2 minutos. Analizará de nuevo el ritmo cardiaco.
Si no está indicada la descarga, se continuará con las maniobras de RCP y se seguirán las indicaciones orales o visuales del DESA.
CONCLUSIÓN
Debido al bajo índice de supervivencia en el ámbito extrahospitalario ante paradas cardiorrespiratorias presenciadas por personas noveles, es muy importante enseñar y quitar el miedo a la población a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar desde edades tempranas y sensibilizar a todos de su importancia.
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