Inicio > Enfermería > Actuación de enfermería en la convulsión febril pediátrica

Actuación de enfermería en la convulsión febril pediátrica

Actuación de enfermería en la convulsión febril pediátrica

La convulsión febril  es el trastorno convulsivo más frecuente de la infancia. El objetivo principal de este trabajo es destacar el papel de los profesionales de Enfermería en el abordaje de los pacientes pediátricos con convulsión febril.

Actuación de enfermería en la convulsión febril pediátrica

Autores: Luna Aljama, José *; Luna Aljama, María Elena **

* DUE  H.U. Reina Sofía de Córdoba

** DUE  H.U. Reina Sofía de Córdoba

Resumen

Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica en las siguientes bases de datos: Pubmed, Cuiden y Medline, y en los siguientes metabuscadores: Google académico y The Cochrane Library. Para nuestra búsqueda hemos utilizado los DeCs con las siguientes palabras claves: “convulsión febríl”, “pediatría”, “manifestaciones clínicas”, “diagnóstico”, “Enfermería”. Los idiomas aceptados para la revisión han sido castellano e inglés.

INTRODUCCIÓN

La convulsión febril es el trastorno convulsivo más frecuente de la infancia. Se define como aquella convulsión que aparece durante un episodio febril en un niño previamente sano. Supone un momento muy angustioso para los padres aunque, normalmente, no es grave y no causa ningún daño al niño. Suele darse en niños pequeños entre 6 meses a 5 años de edad, siendo más frecuente entre los 12 y 18 meses. Dura pocos minutos y, la mayoría, remite sin tratamiento y no provoca ningún otro problema de salud.

FACTORES DE RIESGO

Se han realizado varios estudios tratando de determinar si es que hay factores de riesgo para tratar de predecir qué niños presentarán convulsiones febriles. Lamentablemente los resultados de estos estudios no son concluyentes.

Lo que sí es aceptado es que existe una predisposición genética, por lo que la historia familiar de convulsiones febriles o afebriles es muy importante; sin embargo, el patrón hereditario es desconocido hasta ahora.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La convulsión febril se manifiesta con pérdida de conciencia a la que se une una afectación motora (grupos musculares) de diferentes formas:

  • Movimientos bruscos y repetidos de las extremidades, brazos y piernas, en forma de sacudidas más o menos rítmicas.
  • Rigidez de todo o parte del cuerpo.
  • Ausencia total de movimientos, con flacidez generalizada.
  • Pueden ir acompañadas de movimientos de chupeteo de los labios, labios azulados, desviación de la mirada o mirada fija, una micción o defecación involuntaria.
  • Posteriormente a la convulsión el niño puede quedar dormido.

La mayoría de las convulsiones duran un minuto o dos, aunque algunas pueden ser tan breves como algunos segundos y otras pueden durar más de 15 minutos.

CUADRO CLÍNICO

  • Crisis Febriles Simples. También denominadas convulsión febril típica ó convulsión febril benigna. Es una convulsión generalizada tónico-clónica o clónica. Muy raras veces puede ser tónica pero en ese caso siempre hay que descartar compromiso neurológico de fondo. Crisis de breve duración (inferior a 15 minutos). La recuperación, sin secuelas neurológicas, es completa y se produce habitualmente en menos de una hora. Es un episodio único. No se repite en el mismo proceso febril.
  • Crisis Febriles Complejas. También denominada convulsión febril atípica ó convulsión febril complicada. Se tratan de crisis de una duración superior a 15 minutos, son de carácter parcial (afectan sólo a un hemicuerpo) y pueden repetirse en el mismo proceso febril dentro de las primeras 24 horas. Las crisis complejas tienen mayor riesgo de complicación. El riesgo de reincidencia es del 30%. Los principales factores de riesgo son: primera crisis antes de los 12 meses de edad y los antecedentes familiares de convulsiones febriles y afebriles.

DIAGNÓSTICO

Para asegurarse de que es una convulsión febril y no otra enfermedad que se manifieste con convulsiones se tiene que:

  • Realizar una minuciosa historia clínica para recoger las características de la convulsión, así́ como la sintomatología infecciosa asociada.
  • Valorar que el desencadenante ha sido la fiebre y realizar una exploración neurológica al niño que debe ser normal.
  • Si hay sospecha de que sea una meningitis se realizará una punción lumbar.
  • Si ha habido diarreas o vómitos severos, la deshidratación puede ser responsable de las convulsiones.
  • Realizar pruebas para determinar la causa de la fiebre: exámenes de sangre y orina.
  • Descartar traumatismos craneoencefálicos o
  • En ocasiones será necesario la realización de un electroencefalograma y estudios de neuroimagen.
  • Los niños con convulsiones febriles complejas o atípicas, precisarán de un examen más cuidadoso por parte del pediatra.

ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA. RECOMENDACIONES.

  • La mayoría de las convulsiones paran por sí solas en unos minutos. Lo más importante y difícil es intentar mantener la calma.
  • Tender al niño boca arriba en el suelo o en un lugar donde no pueda hacerse daño (evitar golpes y caídas).
  • Retirar los objetos que puedan lesionarlo durante la convulsión.
  • No contener al niño ni intentar detener los movimientos convulsivos.
  • Moverlo sólo si está en un lugar peligroso.
  • Colocar la cabeza de lado por si vomita.
  • Retirar todo lo que tenga en la boca (caramelo, mucosidad).
  • No intentar meterle nada en la boca a la fuerza para impedir que se muerda la lengua, ya que esto aumenta el riesgo de lesiones.
  • Desnudar al niño. Quitar el exceso de abrigo.
  • Una vez que el niño se haya recuperado, puede tomar algún antitérmico para bajar algo la fiebre.
  • Si es la primera vez que le pasa, es aconsejable acudir a un centro sanitario para confirmar que se trata de una convulsión febril y para que le ayuden a tranquilizarse. Conviene que un médico explore al niño en busca de la causa de la fiebre.
  • Si dura más de 10 minutos, es conveniente llamar al teléfono de emergencias 112 y buscar ayuda médica. O si ya había tenido otra convulsión antes y su pediatra se lo ha aconsejado, administrarle medicación por vía rectal (DIAZEPAM).
  • También se debe buscar atención médica si:
    • Se repite la convulsión en el mismo proceso.
    • El niño sigue mucho tiempo adormilado, decaído o muy irritable.
    • Se queja de dolor de cabeza intenso y vomita.

BIBLIOGRAFÍA

  • Baumann RJ, Duffner PK. Treatment of children with simple febrile seizures: the AAP practice parameter. American Academy of Pe- diatrics. Pediatr Neurol 2000;23:11-7.
  • Rojas de Recalde L, Montiel de Doldán M E, Sostoa G, Aldana A, Lezcano M. Convulsión febril. Pediatr. (Asunción). 2011; 38 (1): 63-67.
  • Navarro García, M.A, Alegre C. La fiebre en los niños. Guía de cuidados. Rev Enferm (2010): 135-142.
  • Gómez Ayala A-E. La fiebre en la edad pediátrica. Pautas de actuación. Offarm. 2008; 27:53-7.
  • Arteaga Bonilla R & Arteaga Michel R. Convulsión febril. Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría. (2007); 46(1), 47-50.
  • Rufo M. Crisis febriles. En: Protocolos diagnósticos y terapéuticos en Pediatría. Tomo I. Genética-Dismorfología; Neurología. Asociación Española de Pediatría, 2000; p. 106-11.