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Aspectos generales sobre la depresión postparto

Aspectos generales sobre la depresión postparto

Autora principal: Sofía Segreda Castro

Vol. XIX; nº 15; 557

General aspects about postpartum depression

Fecha de recepción: 17/07/2024

Fecha de aceptación: 06/08/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 15 Primera quincena de Agosto de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 15; 557

Autores:

Sofía Segreda Castro. Nutricionista y médico general. Trabajador independiente, San José Costa Rica.

Orcid: https://orcid.org/0000-0003-1293-2537

María Alejandra Murillo Mesen. Trabajador independiente, San José, Costa Rica.

Orcid: https://orcid.org/0009-0006-9353-8345

Resumen:

La depresión postparto se define como un episodio de depresión mayor que ocurre durante el periodo perinatal. Se considera la complicación más frecuente asociada con el embarazo y el parto y se presenta con mayor frecuencia entre los dos y seis meses posteriores al nacimiento del bebé.

El diagnóstico se realiza según una lista de criterios propuestos por el  Manual de diagnóstico y estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, Quinta edición (DSM-5). Posterior a este, el tratamiento será basado en psicoterapia y/o medicamentos antidepresivos.

Palabras clave: Depresión postparto, antidepresivos, cribado, psicoterapia.

Abstract:

Postpartum depression is defined as an episode of major depression that occurs during the perinatal period. It is considered the most common complicaction associated with pregnancy and childbirth and most often occurs between two and six months after the baby is born.

The diagnosis is made according to a list of criteria proposed by The Diagnostic and Statistical Manual of the American PSychiatric Association, Fifth Edition (DSM-5). After this, the treatment will be based on psycotherapy and/or antidepressant medications.

Keywords: Postpartum depression, antidepressants, screening, psychotherapy.

Declaración de buenas prácticas:

Los autores de este manuscrito declaran que todos ellos han participado en la elaboración del mismo y no tienen conflictos de intereses. Además,
la investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este manuscrito no contiene plagio, es original , no ha sido publicado en ningún medio y tampoco está en proceso de revisión en otra revista.
En este artículo no se han utilizado imágenes, gráficos, ni tampoco se han utilizado casos de pacientes.

Introducción:

La depresión postparto es una enfermedad infra diagnosticada, que se define como un episodio de depresión mayor que ocurre durante el periodo perinatal. Se considera la complicación más frecuentemente relacionada con el embarazo y el parto, estimándose que ocurren en el 10 – 20% de las mujeres durante el embarazo o en el primer año posterior al parto, con una prevalencia de episodios depresivos mayores de 3.8% al final del tercer trimestre, 4.9% al final del segundo, 3.1% al final del tercero y entre 1% y 5.7% en el año post parto, siendo más frecuente a los dos y seis meses posteriores al nacimiento del bebé y en el 25 – 50% de los casos dura más de seis meses. Esta patología afecta negativamente en la calidad de vida, la relación de pareja y con su hijo, llevando a este último a mayor riesgo de presentar problemas de comportamiento, alteraciones en el desarrollo cognitivo, del lenguaje y pobre salud física  (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11).

Definiciones, síntomas y diagnóstico:

No existe un consenso en cuanto a la definición de esta enfermedad, sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su décima revisión dijo que para que se clasifique como un episodio depresivo asociado con el puerperio, los síntomas tienen que iniciar dentro de las seis semanas posteriores al parto. Según el Manual de diagnóstico y estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, Quinta edición (DSM-5), la depresión postparto puede ocurrir antes del parto o dentro de las cuatro semanas que siguen al parto. Sin embargo, la mayoría de autores concuerdan en que esta definición debe ampliarse al año posterior al nacimiento del niño (Artículos 12, 10, 13).

Dentro de los síntomas relacionados con esta patología se encuentran pérdida de placer y estado de ánimo triste por más de quince días, miedo a lastimar al bebé, culpabilidad por no sentir la felicidad materna esperada, sentimiento de incapacidad en las competencias maternas, auto desvalorización, ansiedad centrada en el nuevo miembro de la familia. Otros síntomas frecuentes son la disminución en el tiempo del sueño, irritabilidad, logorrea, agitación motora y taquipsiquia. Estos últimos deben llamar la atención del personal en salud, ya que indican mayor riesgo de desarrollar trastorno bipolar, especialmente en personas jóvenes, pacientes con antecedentes heredofamiliares de trastorno bipolar o en  un primer episodio de depresión después del parto (12).

Por otro lado, el DSM-5 clasificó la depresión en menor (2 – 4 síntomas presentes durante dos o más semanas y al menos uno de ellos es disforia o anhedonia), mayor leve a moderada (5 – 6 síntomas durante ≥ 15 días y que uno de estos sea estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o placer) y mayor grave (7 – 9 síntomas depresivos que persistan durante quince días o más, que al menos uno de ellos sea anhedonia o estado de ánimo deprimido y que el individuo presente un deterioro evidente en sus actividades de vida diaria e ideas o comportamientos suicidas frecuentes). Entre los criterios necesarios para poder hacer este diagnóstico se encuentran (14):

  1. Disminución en el placer o interés la mayor parte del día y casi todos los días o anhedonia.
  2. Disforia o estado de ánimo deprimido casi todos los días, la mayor parte del día.
  3. Pensamientos recurrentes de suicidio, muerte o intento de suicidio.
  4. Alteraciones en el apetito y aumento o pérdida de peso ≥ 5% en un mes.
  5. Sentimientos de culpa o inutilidad inapropiada casi todos los días.
  6. Hipersomnia o insomnio en la mayoría de días.
  7. Deterioro en la concentración o memoria la mayor parte del tiempo.
  8. Pérdida de energía o fatiga que se presenta casi todos los días.
  9. Enlentecimiento o agitación psicomotora observables por terceras personas.
  10. Los síntomas causan deterioro en áreas importantes para el funcionamiento adecuado del paciente, angustia y no se deben al consumo de sustancias o a otras entidades patológicas.

Patogenia:

No se conoce la causa exacta sobre esta enfermedad sin embargo, algunos factores podrían contribuir en su desarrollo (11, 14, 13):

  1. Cambios hormonales: la disminución en los niveles de estrógenos, progesterona, oxitocina, prolactina, el aumento en la testosterona, así como fluctuaciones en las hormonas tiroideas, cortisol y melatonina asociado a mayor sensibilidad en estos cambios contribuyen a la depresión post parto. Estas hormonas afectan la reactividad en la amígdala, el sueño, la expresión genética, neurogénesis en hipocampo, síntesis y transmisión de neurotransmirores, entre otros.
  2. Factores genéticos (heredabilidad): se sabe que si una persona tuvo un episodio depresivo mayor postparto, su hermana es cuatro veces más propensa a desarrollarla. En contraste, las primigestas sin antecedentes heredofamiliares de depresión mayor posterior al parto solo el 15% de ellas padecerá esta patología.
  3. Vitamina D: el déficit antenatal o durante el embarazo de esta vitamina hace que las pacientes sean más propensas a este tipo de depresión. La deficiencia de vitamina D afecta diferentes procesos como el sueño, los niveles de neurotransmisores, expresión genética, señalización de calcio, expresión del factor neurotrófico, regulación de citoquinas.

Cribado:

Según Mgonja et al. Y la Asociación Nacional de Enfermeras Pediatras se debe realizar el cribado para la depresión postparto durante el primer año de vida del niño ya que esto mejora el reconocimiento de la enfermedad. Sin embargo, algunas organizaciones difieren en las recomendaciones, por ejemplo La Academia Americana de Médicos de Familia no ha desarrollado recomendaciones específicas sobre el cribado para esta enfermedad, mientras que la ACOG indica que se debe tamizar a las madres al menos una vez durante el periodo perinatal con una herramienta estandarizada y el Colegio Americano de Enfermeras Obstetras apoya el tamizaje universal, tratamiento y referencia de mujeres que padezcan esta enfermedad (3, 6).

Por otro lado, la herramienta más utilizada es la Escala de Depresión Postparto de Edimburgo, que contiene 10 ítems sobre diferentes síntomas que se evalúan en los últimos 7 días, cada respuesta recibe una puntuación entre 0 y 3 y la puntuación máxima es de 30. Cabe destacar que esta escala no debe ser utilizada de forma aislada y que cuando la paciente obtenga una puntuación mayor a 12 necesita valoración clínica especializada (12, 14, 13).

Diagnóstico diferencial:

Algunas enfermedades o situaciones con las cuales es necesario hacer un diagnóstico diferencial para así evitar el tratamiento inadecuado son (14, 13):

  1. Trastornos psicóticos.
  2. Cambios normales del postparto: los síntomas somáticos de la depresión mayor pueden confundirse con los cambios esperados en el periodo posterior al parto, por lo que el médico debe evaluar si estos se deben a lo esperado durante el puerperio o si son debidos a alguna patología.
  3. Depresión bipolar: estas personas tienen historia de hipomanía y/o manía, además la agitación se presenta con mayor frecuencia que en la depresión postparto.
  4. Tristeza postparto: se distingue de la depresión debido a que no requiere un mínimo de síntomas para ser diagnosticado, los síntomas presentados son leves y generalmente se desarrolla a los 2 – 3 días posteriores al parto y resuelve en un lapso de dos semanas.

Factores de riesgo:

Se han identificado muchos factores de riesgo, pero el que tiene mayor asociación con la depresión postparto es el antecedente personal de depresión que aumenta 20 veces el riesgo de padecer esta enfermedad luego de dar a luz. Otros posibles factores son: convertirse en madre antes de los 25 o después de los 36 años, conflictos de pareja, embarazo no deseado, miedo al parto, dificultad para la lactancia materna, ser madre soltera, multiparidad, antecedentes heredofamiliares de depresión postparto, historia de aborto espontáneo o muerte in útero, insatisfacción con la imagen corporal, mala salud física perinatal, tristeza postparto, ansiedad, trastornos de sueño, estrés psicosocial, violencia interpersonal, bajo nivel socioeconómico, entre otros (12, 15, 16, 10, 14, 13).

Criterios de referencia:

Generalmente los médicos de atención primaria y los ginecólogos obstetras pueden manejar a una paciente con diagnóstico de depresión postparto, pero existen algunos criterios para referir a un especialista en psiquiatría y entre estos se encuentran: trastorno bipolar, comportamiento agresivo, que el individuo represente un riesgo para sí mismo o para la vida del bebé, ideación suicida, cuando el profesional en salud no esté seguro del diagnóstico o síntomas psicóticos como alucinaciones y delirios (3, 5, 13, 17).

Tratamiento:

El tratamiento de este padecimiento se puede dividir en psicoterapia y farmacoterapia, estos serán explicados a continuación:

Terapia psicológica:

Se recomienda como tratamiento inicial en las depresiones de leves a moderadas o en madres que se encuentran amamantando y no desean exponer al infante a los medicamentos antidepresivos. Dos de las modalidades terapéuticas más recomendadas son la terapia cognitivo conductual y la psicoterapia interpersonal. La primera ayuda reconocer y cambiar conductas negativas y pensamientos mediante el manejo del estrés, afrontamiento y resolución de problemas, mientras que la segunda tiene como objetivo ayudar a comprender, abordar y lidiar con relaciones problemáticas y dificultades interpersonales (10, 14, 18).

Por otro lado, no se conoce durante cuánto tiempo debe extenderse el tratamiento sin embargo, se recomiendan intervenciones relativamente cortas para que las madres no sientan que les falta el tiempo y la energía para comprometerse en terapias más prolongadas (18).

Farmacoterapia:

Se consideran como medicamentos de primera línea los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) por su menor detección en la leche materna, riesgo de sobredosis y efectos adversos. Los dos fármacos más recomendados son la paroxetina y la sertralina ya que son los que cuentan con mayor experiencia en su utilización y además sus niveles en leche materna son mínimos o indetectables (15, 10, 14).

Otros antidepresivos como fluoxetina, venlafaxina, citalopram y desvenlafaxina se detectan en mayores cantidades en la leche materna y con la venlafaxina se han notificado efectos adversos en los lactantes como alteraciones en el sueño, irritabilidad y llanto (14).

En cuanto a los antidepresivos tricíclicos, bupropion y nefazodona, no existe suficiente evidencia que apoye su efectividad y además los antidepresivos tricíclicos conllevan un alto riesgo de sobredosis (10).

Por último, es importante educar a los pacientes en cuanto a la importancia en la adherencia terapéutica y explicarles que generalmente se requieren algunas semanas para que esta empiece a ser efectiva. Así, se considera vital el seguimiento de estas pacientes para determinar la efectividad del tratamiento (10).

Conclusiones:

La depresión post parto es una enfermedad infra diagnosticada que trae consecuencias negativas en la relación de pareja y en la calidad de vida de la madre y el hijo, por este motivo es de suma importancia reconocer a tiempo los síntomas de esta patología, los factores de riesgo y realizar el tamizaje utilizando herramientas como la Escala de Depresión Postparto de Edimburgo.

Por otro lado, el personal en salud debe estar al tanto de los criterios para referir a estas personas y también tener conocimientos básicos sobre el tratamiento tanto farmacológico como psicológico necesario para tratar a los individuos que padecen esta enfermedad.

Referencias Bibliográficas:

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