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Atención psicológica en Enfermería perioperatoria

Atención psicológica en Enfermería perioperatoria

El paciente por ser un humano, es inteligente y libre, corporal, social y espiritual; no es solamente un mecanismo biológico, compuesto de tejidos, órganos y sistemas. Éste se altera cuando aparecen factores ambientales que difícilmente puede controlar y/o aparece una enfermedad.

Luque Oliveros, Manuel. Adscrito a la Unidad de Calidad y Gestión Clínica del Bloque Quirúrgico del AH “Virgen Macarena”

“Existe dos tipos de inteligencia: la ocasional y la del trabajo.
La primera depende de la suerte, la segunda es fruto de intercambio de horas por conocimientos“

El paciente por ser un humano, es inteligente y libre, corporal, social y espiritual; no es solamente un mecanismo biológico, compuesto de tejidos, órganos y sistemas. Éste se altera cuando aparecen factores ambientales que difícilmente puede controlar y/o aparece una enfermedad.

En nuestro caso, la cirugía (del griego χείρ jeir «mano» y ἔργον érgon «trabajo», de donde χειρουργεία jeirourgéia «trabajo manual») a la práctica que implica manipulación mecánica de las estructuras anatómicas con un fin médico, bien sea diagnóstico, terapéutico o pronóstico.

A partir de este momento, el profesional de Enfermería debe tener en cuenta todos los factores ambientales, familiares, personales, económicos, psicológicos, espirituales, etc. Del paciente que va a someterse a anestesia y cirugía. En ella, Las necesidades emocionales del paciente estarían determinadas por su capacidad de adaptarse a las situaciones que le representen peligro, de adaptarse al riesgo que la cirugía represente y al enfrentarse a temores y ansiedades asociadas con acontecimientos de su historia.

La cirugía lleva consigo, una serie de pérdidas: intimidad, autodeterminación, rutina diaria compañía, confort de hogar, imagen corporal, etc. Por ello, debemos de controlar todos los aspectos anteriormente mencionados.

¿Cuáles son las alteraciones psicológicas más notoria del paciente prequirúrgico?

• Pérdida del control y temor, asociada principalmente con la anestesia. Los pacientes pueden preocuparse por sus acciones mientras se encuentran bajo sus efectos, pérdida de intimidad, dependencia total hasta para las funciones más básicas o al despertar.
• Miedo a lo desconocido, consecuencia de la incertidumbre del resultado quirúrgico o por falta de experiencia previas anteriores.
• Dolor postquirúrgico.
• Temor a la muerte, lo cual constituye un miedo “legítimo”, ya que ninguna operación ofrece, a pesar de los avances anestésico/quirúrgicos de hoy en día, una seguridad completa.
• Separación del grupo de apoyo usual, como del esposo, familia,.. siendo atendido por extraños durante gran parte de este período altamente estresante.
• Alteración de los patrones de vida, ya que el ingreso hospitalario y procedimiento quirúrgico interfiere con las actividades personales, familiares, laborales y sociales.
• La cirugía interrumpe la integridad corporal y amenaza a su imagen, con lo cual el paciente manifiesta miedo a los daños corporales en especial a su imagen.

El impacto emocional puede variar de acuerdo al carácter de la cirugía, si ésta es reparadora o mutilante. Aunque se tenga la seguridad de la finalidad curativa de la cirugía, sin embargo, se vive el proceso como de amenaza a la integridad física y por eso se dan con frecuencia también los temores de fragmentación corporal.

Otro aspecto a considerar es, el ambiente hospitalario frío y ajeno, lleno de ruidos extraños que marcan cada pulsación del cuerpo o diferentes funciones orgánicas son factores que producen ansiedad y que recuerdan constantemente la enfermedad.

Por ello y para evitar frases como:
“yo esto lo sabía, ya me lo imaginaba, y ahora ¿qué será de mí?”
“no me operaré, tengo miedo de morir, de no despertarme, de que me pase algo durante la operación”.

Es importante y resulta beneficioso indagar con tacto los temores y las preocupaciones, que por lo general no son de fácil relato, sólo se logran conocer cuando se ofrece un espacio apropiado para ello. Así como contar con el consentimiento del paciente para el procedimiento a se va a realizar.

El valor que se da a la información y al consentimiento por parte del paciente tiende a resaltar su autonomía y su capacidad para resolver y decidir sobre su futuro y sobre los tratamientos que recibirá. Se evita el paternalismo médico que en ocasiones es autoritario y hasta omnipotente. Este el punto clave de Enfermería perioperatoria. Con respecto a la información, es frecuente que como el paciente está presionado por malas noticias y por una realidad amenazante, sus mecanismos psicológicos de defensa le impidan que escuche o que comprenda la información.

“Actúa con el paciente como te
gustaría que actuaran contigo“