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Perfil de Automedicación y su relación con factores socioculturales y de género

El presente estudio se realizó durante el período septiembre 2014 a febrero 2015. La muestra fue de n=458 cuestionarios aplicados, de los cuales, 48% correspondió a mujeres y 52% a hombres; la edad promedio en la muestra fue de 36 años.

La entrevista se dirigió a personas que radican en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, no obstante, en cuanto a lugar de origen, el 61% corresponde a gente originaria de esta ciudad y el 39% restante se diversifica. El 47% del total de la muestra, corresponde a grupos poblacionales con lengua materna mayense, tsotsil, tzeltal y chol, grupos étnicos mayas de Chiapas, México.

En cuanto a nivel de escolaridad, los entrevistados mostraron predominantemente niveles de escolaridad de media superior (preparatoria, 30%)  a superior (universidad, 26%). Con nivel básico se encontró el 40% y únicamente un 4% de los entrevistados no cuentan con escolaridad.

Antes de abordar el concepto de automedicación, se preguntó sobre la frecuencia de visitas al médico, dentro de las respuestas, el 49% corresponde a que pocas veces lo hacen, no acude al médico el 18% de los entrevistados y solamente el 33% afirma acudir regularmente al médico.

Al preguntar si adquieren los medicamentos que le recetan, la respuesta fue con semejanza de proporciones, el 53% si los adquieren porque lo consideran necesario para curarse; y el 47% no lo adquieren principalmente por motivos económicos que impiden asistir a consulta médica y adquirir el medicamento. Del total de entrevistados 90% reconoce la adquisición de medicamentos que necesiten en la farmacia; el 10% corresponde a centros de salud. De ellos, el 79% reconoce que no les piden receta médica para la compra de medicamentos en farmacia.

De modo específico, 94.5% de los entrevistados afirman automedicarse. Al preguntar de manera precisa sobre el tipo de medicamentos que acostumbran consumir  por automedicación, los antigripales y antitusivos son los mayormente consumidos (37%); seguidos de antipiréticos en un 22%, preferentemente paracetamol; y los analgésicos en un 20%. El porcentaje restante corresponde a diversos medicamentos tales como antiinflamatorios, antihipertensivos, antidiarreicos, y vitaminas. No se mencionaron los antibióticos como de consumo frecuente y adquisición libre en farmacia.

No se encontró diferencia en automedicación por grupo genérico, nivel de escolaridad o grupo étnico. La razón por la cual se automedican es el fácil acceso a los medicamentos (52%), por motivos económicos que impiden la asistencia médica (20%) o por falta de tiempo para acudir al médico (14%). El porcentaje restante (14%) no respondió a la pregunta.

DISCUSIÓN

A nivel mundial, existe un amplio porcentaje de la población que practica la automedicación. Diversos estudios demuestran el impacto y la prevalencia de esta práctica a nivel mundial. Tales son los casos de Venezuela, donde se realizó un estudio en población universitaria y el 87% de los estudiantes practican la automedicación (De Pablo, 2011); España con 69% de automedicación reportado por Nefi (2008). Peñuela y De la Espriella (2011) reportaron el 55.4% para Barranquilla Colombia y 27.3% para Suba en Bogotá, Colombia (López et al 2009). En este estudio, el porcentaje es bastante alto 94.5% para San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, con población pluriétnica y en específico zona de alta marginación socioeconómica.

Este resultado es semejante al encontrado por Soto y Roa (2004) en un estudio realizado para jóvenes universitarios de la ciudad de Puebla, México (96% de automedicación). Al respecto, podemos hacer referencia a que las costumbres de atención médica tradicional prevalecen en los grupos étnicos del país. Para este estudio, los resultados arrojan alta población de origen mayense y la automedicación, en medicina tradicional, es una práctica constante en estos grupos, actualmente aplicada también para los productos farmacéuticos.

En países mesoamericanos, la diversidad de plantas medicinales existente es amplia, así como la experiencia de las culturas de estos pueblos en el manejo de frutos, raíces y hojas de plantas con propiedades curativas. Esta realidad  hace que el conocimiento de las poblaciones indígenas se ponga en práctica para necesidades de salud y son conocimientos y prácticas transmitidas de generación en generación. No obstante, estas prácticas de automedicación, arraigadas para la medicina tradicional, se ha venido utilizando para el consumo de fármacos utilizados dentro de la medicina occidental (Wasserstrom, 1992; De la Torre et al, 2006). Sin lugar a dudas, el conocimiento empírico y la experiencia adquirida por el cuidado de la salud de los hijos y ancianos, hace que estas poblaciones pongan en práctica el ejercicio de la automedicación de productos farmacéuticos; no obstante, los riesgos para la salud son altos.

Ahora bien, aunque el porcentaje de automedicación es alarmante, en lo que se refiere al tipo de medicamentos con que se automedican, todos ellos corresponden a la categoría de venta libre. Así también, es de importancia mencionar que los principales problemas por los cuales las personas se automedican son la gripe y tos; seguido de la fiebre y el dolor. Dentro de las principales razones para automedicarse y no asistir al médico, están  el fácil acceso a los medicamentos; los motivos económicos y la falta de tiempo.

Con relación específica al género, no hubo diferencia entre hombres y mujeres y su inclinación a la automedicación. Tampoco se mostró diferencia significativa en cuanto a la edad ni el nivel de escolaridad. Del porcentaje que afirma no automedicarse (5.5%), explican que no es automedicarse el hecho de adquirir medicamentos de venta libre en farmacia, principalmente para control de tos y gripe (antitusivos y antigripales).

Los medicamentos mayormente consumidos por automedicación, reportados en este estudio, fueron los antitusivos, antigripales y el paracetamol, de uso antipirético y analgésico. Probablemente debido a que son fármacos de fácil obtención y de prescripción común.

Con respecto a la automedicación en casos de infecciones respiratorias agudas (IRA´s), es una práctica frecuente a nivel mundial y se ha convertido en un problema de salud pública importante. Estas prácticas son mayormente un problema en países en desarrollo, donde el mercado de medicamentos es flexible dejando gran apertura a la automedicación (Kroeger et al, 2001). Cabe mencionar que existen varias complicaciones bacterianas o virales que se facilitan por la inadecuada administración de medicamentos, antitusivos y antigripales (Soriano et al, 2009).

Para el caso específico de los antitusivos, las reacciones adversas pueden ser varias según el fármaco del que se trate; pero es común la presencia de cefaleas,