Beneficios de la lactancia materna tras el año de vida: una revisión sistemática de la evidencia científica
Autora principal: Irene Torán Bellido
Vol. XX; nº 17; 911
Benefits of breastfeeding beyond the first year of life: a systematic review of the scientific evidence
Fecha de recepción: 27 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 29 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 17 – Primera quincena de Septiembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 17; 911
Autores:
Irene Torán Bellido, Enfermera Especialidades HOP Teruel
Andrea Ibáñez Romero, Enfermera Especialidades HOP Teruel
Patricia Cortés Egeda, Enfermera HOP Teruel
Ana María Luca Simón, Enfermera HOP Teruel
Irene Sanz Gómez, Enfermera HOP Teruel
Resumen
La lactancia materna (LM) es fundamental para el crecimiento saludable del bebé. Aunque históricamente era la única opción, el uso de fórmulas y cambios sociales han reducido su práctica. Organismos internacionales recomiendan la lactancia exclusiva durante los primeros 6 meses, seguida de la incorporación gradual de otros alimentos hasta al menos los dos años, aunque sin establecer un límite para finalizarla.
Prolongar la lactancia aporta importantes beneficios, como mejor protección inmunológica, desarrollo cognitivo y emocional en los niños, menor riesgo de enfermedades como obesidad y ciertos tipos de cáncer. También existen ventajas para las madres, ya que amamantar durante más tiempo también reduce la probabilidad de padecer diabetes, algunos cánceres, mejora la salud ósea a largo plazo…
Sin embargo, la práctica de la LM a partir del año o 2 años de vida, supone enfrentarse a obstáculos sociales, culturales y laborales, además de estigmas que dificultan su continuidad. Por ello, es crucial que los profesionales de salud brinden apoyo con información y recursos, junto con respaldo familiar para que las madres se sientan empoderadas y seguras de su decisión de continuar dando el pecho.
Este tema cobra relevancia ya que, a pesar de la gran información que existe sobre la lactancia materna en el primer año de vida, la llamada «lactancia prolongada» continúa siendo un tema que no ha sido explorado en profundidad desde una perspectiva científica. El objetivo de esta revisión bibliográfica es reunir información de la evidencia actual sobre la lactancia materna en este periodo, y tal vez así servir de apoyo para que las madres que tengan dudas sobre el tema.
Palabras clave
lactancia, prolongada, extendida, recomendación, beneficios, ventajas.
Abstract
Breastfeeding (BF) is essential for the healthy growth of the baby. Although it was historically the only option, the use of formula and social changes have reduced its practice. International organizations recommend exclusive breastfeeding during the first six months, followed by the gradual introduction of other foods until at least two years of age, without setting a limit for when to stop breastfeeding.
Extending breastfeeding provides important benefits, such as improved immune protection, cognitive and emotional development in children, and a lower risk of diseases like obesity and certain types of cancer. For mothers, breastfeeding for a longer period also reduces the likelihood of developing diabetes, some cancers, and improves long-term bone health.
However, practicing breastfeeding beyond two years involves facing social, cultural, and work-related obstacles, as well as stigmas that hinder its continuation. Therefore, it is crucial that healthcare professionals provide support with information and resources, along with family backing, so mothers feel empowered and confident in their decision to continue breastfeeding.
This topic gains relevance because, despite the abundant information available about breastfeeding during the first year of life, prolonged breastfeeding remains an area that has not been deeply explored from a scientific perspective. The goal of this literature review is to gather current evidence on breastfeeding during this period, hopefully serving as support for mothers who have doubts about the subject.
Keywords
breastfeeding, prolonged, extended, recommendation, benefits, advantages.
Introducción
La lactancia materna (LM) consiste en la alimentación del bebé a partir de la leche materna sintetizada y proporcionada por la madre a través de su pecho. Desde los tiempos más antiguos, la LM suponía la única opción para la supervivencia de los bebés. En las civilizaciones antiguas, la nobleza elegía a las llamadas nodrizas, mujeres que amamantaban a los hijos de otras dentro de las clases altas. En el siglo XIX, la Revolución Industrial aumentó la demanda de nodrizas y llevó al desarrollo de alternativas como la leche artificial.1
Estas fórmulas quitaron el protagonismo a la LM, hasta que, a mediados del siglo XX, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Fondos de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEFF), promulgaron los beneficios resultantes para la salud del bebé y la madre que practican la lactancia natural, describiéndola como la mejor opción y mayor fuente de nutrición para los bebés.1
Sin embargo, la introducción de la mujer en el mundo laboral, la comercialización masiva de la leche de fórmula y la pérdida de cultura de amamantamiento, da la bienvenida a un contexto que genera sentimientos de culpa o presión en las madres que optan por continuar la LM más allá de los 2 años de vida, llegando incluso a ser percibido como uno de los estigmas sociales con los que debe lidiar la mujer en la actualidad.2
Actualmente, tanto la OMS como UNICEFF recomiendan que la lactancia sea exclusiva durante los 6 primeros meses. Este concepto supone una LM sin ningún otro tipo de aporte alimenticio, a excepción de medicamentos, minerales, vitaminas o rehidratantes. Después, se combinará con alimentos líquidos y sólidos hasta los dos años de vida o hasta el momento que la madre decida. No existe un límite establecido para dar por finalizada la lactancia. La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja prolongarla en el tiempo tanto como madre e hijo consideren adecuado, sin establecer un límite máximo, y a que, hasta la fecha, no se han identificado perjuicios derivados de mantener la LM, siempre y cuando se complemente con otros alimentos tras el sexto mes de vida.1,2
Dentro de la población española, en un primer momento, el 90% de las madres expresan deseo de amamantar a su bebé, sin embargo, a los 15 días el porcentaje se reduce a un 66.4%, y a los 6 meses disminuye hasta el 35.2%. Estas cifras alertan de que se debe mejorar para alcanzar incidencias más elevadas y aprovecharse así de los beneficios que aporta la LM tanto para el recién nacido como para la madre.1
La lactancia que se brinda después del primer año de vida, se identifica con el concepto de lactancia prolongada o extendida, aunque algunas fuentes lo extienden a la etapa posterior al segundo año de vida. En cualquier caso, varios autores coinciden en la decisión de utilizar el término de LM sin ninguna otra concreción, con el fin de que no se relacione como que se amamanta más de la cuenta, ya que parece que estos adjetivos califiquen al proceso de lactancia como algo que se excede de lo recomendado, cuando no es así.1,3
La lactancia materna: conceptos
La leche materna es un fluido dinámico cuya composición varía según la hora del día, la nutrición de la madre, las diferencias individuales de cada mujer y la edad del bebé o etapa de lactancia, adaptándose a las necesidades del recién nacido. A partir del primer año de lactancia, la cantidad de grasa en la leche aumenta en comparación con los primeros meses, convirtiéndola en un alimento completo y altamente nutritivo para un bebé mayor, de mejor calidad que la leche de fórmula o de vaca.2,4
En función a la etapa de lactancia, se distinguen varios tipos principales: precalostro, calostro, leche de transición y leche madura, cada una con características específicas en cuanto a nutrientes y células inmunológicas. Se ha demostrado que, a partir del año, la LM proporciona alrededor de 1/3 de las necesidades calóricas y proteicas diarias, además de una cantidad significativa de vitaminas y minerales. Y es que la leche materna no pierde sus propiedades con el tiempo.2,4
Está compuesta por lípidos, proteínas, nitrógeno no proteico, hidratos de carbono, micronutrientes (yodo, minerales, oligoelementos y vitaminas A, B1, B2, B6, B12, D) y componentes bioactivos como células vivas, factores de crecimiento y sustancias inmunoprotectoras (inmunoglobulinas: Ig). Es un alimento natural de calidad superior, que ofrece beneficios en diversos aspectos, como la nutrición, la inmunidad y la protección contra bacterias. Es fundamental para asegurar un adecuado crecimiento y desarrollo del bebé.1
Se habla del término «lactancia materna prolongada» o «extendida», como aquella lactancia que continúa presente tras el primer o segundo año de vida, dependiendo de las fuentes. Este término, aunque comúnmente utilizado, puede resultar algo confuso, ya que el verbo «prolongar» o «extender» indica que algo dure más de lo habitual o establecido, como si se le estuviera atribuyendo una connotación negativa. Cuando en realidad, en este contexto, tan solo se desea indicar que se alargue en el tiempo sin que se escape de lo recomendado, es más, se considera el objetivo de salud materno-infantil.2
Beneficios en el lactante
Inmunidad
El calostro es rico en proteínas, contiene altas cantidades de lactoferrina e inmunoglobulinas, destacando la inmunoglobulina A secretora (Ig As). Ambas moléculas juegan un papel crucial en la defensa inmunitaria del bebé, y sus niveles pueden ser reflejo del estado de salud del lactante. La leche de transición disminuye Ig e incrementa las grasas y lactosa. Y, por último, la leche madura: es la que va variando según el contexto, aparece desde la tercera semana después del parto y contiene más vitaminas, minerales y proteínas.2,4
En general, la leche materna es rica en células como citoquinas y factores inmunomoduladores que provienen de la glándula mamaria y la sangre de la madre, y que ayudan a la protección inmunológica al bebé. Además, incluye probióticos y leucocitos, siendo la concentración de estos últimos aumentada en caso de infecciones infantiles.4
Esta leche protege por tanto de infecciones comunes de la infancia, especialmente gastrointestinales y respiratorias, y de infecciones virales específicas como la enfermedad de boca-mano-pie, además de reducir las estancias hospitalarias frente a los que utilizan lactancia mixta o de fórmula.4
Los niños mayores que continúan siendo amamantados tras el primer año de vida, siguen disfrutando de los beneficios inmunológicos de la leche materna, lo que les confiere una menor probabilidad de sufrir infecciones propias de su edad, en comparación con aquellos que no lactan. Además, las ventajas de prolongar la LM no solo se observan a corto plazo, sino que también perduran años después del destete.1,5
Área cognitivo-conductual y psicosocial
Más allá de la salud física, la LM contribuye al mejor desarrollo intelectual. Se ha demostrado que favorece el desarrollo de las habilidades cognitivas, y, dicho efecto podría extenderse hasta la adultez, contribuyendo así a alcanzar un mayor nivel de inteligencia y un rendimiento académico superior.2,3
La duración de la LM también está vinculada con un desarrollo emocional más saludable en los niños. A medida que se extiende la lactancia, se ha observado una menor incidencia de maltrato infantil, una mejor relación paterno-filial en la adolescencia, una mayor sensación de cuidado y una mejor salud mental en la vida adulta. El efecto psicológico está relacionado con esta generación de cercanía, llamado «apego seguro» entre la madre y el bebé, de forma que se segregan hormonas que producen relajación y bajan el cortisol, disminuyendo y previniendo así la ansiedad e inquietud.2,7
Esta confianza que se desarrolla entre la madre y el niño o niña a través de la lactancia puede influir en la creación de vínculos sociales, ya que, secundariamente, también proporciona una sensación de seguridad personal, favoreciendo a la construcción de relaciones más saludables y, con el tiempo, da lugar a individuos más autónomos e independientes.6,7
Cáncer, obesidad y otras enfermedades
Se ha observado que los niños que amamantan más tiempo, presentan una menor incidencia de ciertos tipos de cáncer como la leucemia infantil, de infecciones, enfermedades autoinmunes y metabólicas como la diabetes tipo 1 y 2. Además, ha determinado una reducción de la morbimortalidad infantil.1,8
Según la literatura, la LM prolongada actúa como factor protector contra la obesidad, síndrome metabólico y la enfermedad de hígado graso no alcohólico, tanto en el lactante como en la madre. Se afirma que, a mayor duración de LM, menor riesgo de obesidad tanto en la niñez como en la edad adulta, aunque especialmente durante la etapa de los 2 a 6 años. Este hecho cobra importancia ya que, en países como España, la obesidad infantil es un problema serio de salud pública, con un 40% de jóvenes con sobrepeso u obesidad.3,4
Cabe destacar, en cuanto a la prevención del sobrepeso, que la alimentación con biberón, incluso con leche materna extraída, puede llevar a una mayor ingesta de alimentos en la infancia, sugiriendo que la succión directa del pecho ayuda a regular mejor el apetito.4
Por otro lado, el asma y las alergias son enfermedades no infecciosas muy comunes en la infancia. Diversas investigaciones coinciden en que la LM contribuye a disminuir la incidencia y gravedad de estas condiciones. También previene enfermedades intestinales en el niño, destacando la enfermedad inflamatoria intestinal y la celiaquía, ya que el microbioma intestinal de los bebés varía según su tipo de alimentación, siendo mucho más saludable en aquellos que amamantan.3,4
En cuanto a la prevención de caries en los niños, existe evidencia que ayuda a proteger contra su aparición hasta el primer año de vida, Sin embargo, no está clara la relación entre lactancia y prevención de caries infantil. Resulta difícil determinar el impacto ya que a partir del año de edad se introducen una mayor variedad de alimentos entre los que se encuentran los azucarados, lo que incita a confusión.3,5
Beneficios en la madre
También se han identificado numerosas ventajas para las madres que dan el pecho: cuanto más se prolongue en el tiempo la etapa de lactancia, menor es el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, cáncer de mama, cáncer de ovario, hipertensión e infarto agudo de miocardio (IAM). Es por eso por lo que la LM se considera un factor protector muy destacable para las diferentes enfermedades dentro de la población femenina, especialmente en mujeres no fumadoras.2,5
Durante la gestación, el organismo materno reduce temporalmente la densidad ósea para favorecer la formación del sistema óseo del bebé. Esta pérdida es reversible, y tras el parto, los huesos recuperan su densidad habitual. Esta recuperación ocurre alrededor de los 19 meses, aunque en quienes dan el pecho puede tardar un poco más. Aun así, se ha comprobado que, a largo plazo, las mujeres que han amamantado durante más tiempo presentan un menor riesgo de desarrollar osteoporosis y fracturas de cadera tras la menopausia, en comparación con aquellas que no lo hicieron.6
En casos de diabetes gestacional, una lactancia más intensa y prolongada en el tiempo se relaciona de forma directamente proporcional con mejores perfiles metabólicos, como niveles más altos de colesterol HDL («bueno»), el cual ayuda a eliminar el colesterol «malo» o LDL. Dicho perfil metabólico se ve afectado en gran medida por condiciones de sobrepeso u obesidad, situaciones que se verán beneficiadas ante la aplicación combinada de: dieta adecuada, ejercicio físico y lactancia.4
En contexto del postparto, uno de los efectos inmediatos es la reducción del riesgo de hemorragia, gracias a la succión del bebé, la cual estimula la liberación de oxitocina, y esta la expulsión de la leche y contracción uterina. Esto también disminuye riesgo de anemia tras el parto en mujeres que comienzan a amamantar de manera temprana.4
Es importante destacar, que hasta el momento no se han reportado efectos negativos en la madre ni en el niño debido a la lactancia materna prolongada, excepto en casos aislados de déficit neurológico en hijos de madres vegetarianas estrictas, causado por la falta de vitamina B12. Es más, se ha demostrado que la interrupción de la lactancia puede afectar negativamente a la salud cardiovascular y metabólica materna, aumentado el tejido adiposo y con ello el riesgo de aparición de ciertas enfermedades.2,4
Concepción – anticoncepción
La lactancia extendida puede llegar a influir en la ovulación y dificultar la posibilidad de un nuevo embarazo, lo cual se asocia con el método anticonceptivo natural MELA (método de amenorrea por lactancia). Sin embargo, en este caso, tampoco se dificulta demasiado ya que a partir de los dos años la leche materna pasa a un segundo plano en la nutrición del niño, las tomas son más espaciadas y el método MELA sólo es efectivo cuando transcurren más de seis horas entre tomas.6
Si este periodo coincide con un nuevo embarazo y la voluntad de la madre es seguir lactando a su niño o niña mayor, no existe evidencia que lo contraindique. Después del nacimiento del bebé, es posible amamantar a ambos, ya que la producción de leche se adecúa a la demanda. Los obstáculos que se encontrará la madre en esta situación suelen ser la sobrecarga física y emocional ante la exigencia generada.5
Sin embargo, se deberá de evaluar cada caso de manera individual, especialmente si hay riesgo de aborto espontáneo o parto prematuro ya que durante la lactancia se produce una liberación de la oxitocina, responsable de provocar contracciones uterinas. En general, estas contracciones no son un peligro para la gestación, sin embargo, podría complicar el curso del embarazo en dichas situaciones.5,6
Apoyo socio-familiar y creencias
Para muchas madres, los beneficios de continuar con la LM más allá de los 2 años, tanto para la salud del niño como para el fortalecimiento del vínculo emocional, superan los retos físicos y emocionales que puedan surgir durante el proceso. Sin embargo, ellas mismas afirman que para proporcionarla, es necesaria la correcta formación basada en nutrirse de información actualizada, el empoderamiento y una red de apoyo firme.8
En el proceso de lactancia, resulta de gran importancia el apoyo por parte del entorno familiar de la madre, lo cual impactará positivamente. No obstante, algunas madres no cuentan con respaldo familiar debido a creencias o desconocimiento de la evidencia científica actual. Fácilmente se produce un rechazo social debido a prejuicios o estigmas sociales establecidos, lo que dificultará en gran medida la continuidad de la lactancia.8,5
El papel del padre en el cuidado del bebé es fundamental, incluso si no vive con la madre, lo que demuestra que el compromiso y la percepción del rol paternal en la LM van más allá de la relación para asegurar el bienestar del descendiente.8
Los profesionales de salud, dentro de sus competencias, también han de brindar apoyo y educación para la salud suficiente para resolver dudas y aumentar conocimientos. Además, resulta de gran ayuda derivar a cursos prenatales especializados o grupos de apoyo para la lactancia donde puedan conectar con otras madres que también están amamantando a niños mayores. Se trata de otorgar distintos recursos para que las madres reciban toda la información y apoyo que necesiten, ya que puede servir de gran valor para respaldar y reforzar la decisión de continuar la LM más allá de los 2 años.8,5
Conclusión
La LM aporta beneficios significativos tanto para la madre como para el recién nacido. La composición de la leche de la madre y las diferencias existentes entre mujeres la convierten en un tema de gran interés para la investigación científica. Es necesario que los profesionales de la salud lleven a cabo acciones de promoción, orientación y recomendación sobre la LM exclusiva, con el fin de lograr que las estadísticas alcancen los resultados deseados en los próximos años.1,8
En varios estudios se ha demostrado que el parto vaginal está vinculado a una mayor tasa de LM exclusiva tanto al mes como a los seis meses. Sin embargo, estos porcentajes se verán reducidos a causa de distintos factores tanto sociales como laborales, culturales o físicos. Estas barreras van a dificultar, se ha de promocionar la normalización y aceptación de la lactancia dentro del rango de edad que sea dentro de la sociedad.1
La lactancia materna desempeña un papel crucial en el adecuado crecimiento y desarrollo de los recién nacidos. Existe gran evidencia sobre los diversos beneficios de LM para la salud tanto de la madre como del bebé, los cuales se incrementan conforme se alarga la duración de la misma. Es decir, la lactancia no solo es una fuente de salud en el presente, sino también en el futuro y se afirma que cuanto más tiempo dure, mayor serán los beneficios potenciales.2,7
Es fundamental que se respeten las decisiones y necesidades de cada familia, independientemente de la opción que elijan, una vez hayan sido adecuadamente informados. Para ello, resulta de vital importancia incidir en la educación dirigida a las embarazadas, especialmente a las primerizas, brindando apoyo y enseñanza durante el parto, postparto y LM, así como seguimiento continuo durante su estancia en el hospital hasta el momento del alta.1,2
A pesar de los numerosos beneficios comprobados, las tasas de lactancia materna exclusiva siguen siendo bajas, incluso en países desarrollados, lo que subraya la importancia de seguir las recomendaciones: lactancia materna exclusiva durante 6 meses, y complementaria hasta mínimo 2 años, sin establecer máximo: hasta que la madre y su hijo deseen. Además, los costes asociados a una lactancia materna incorrecta o insuficiente son altos, debido a los gastos relacionados con el tratamiento de enfermedades infantiles que podrían prevenirse, así como al dinero destinado a la compra de leche de fórmula o artificial.4
Bibliografía
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2. Albares Montesinos A, Sánchez Allueva C, Sáenz Martínez-Portillo MC, Anicuta Hila M, Piedrafita Embid AB. Beneficios de la lactancia materna prolongada. Rev Sanid Invest. 2024;38(2):1-10. Disponible en: https://revistasanitariadeinvestigacion.com/beneficios-de-la-lactancia-materna-prolongada/
3. Soler Lázaro B, Sánchez Melús J, Monteagudo Marugan M, García Aivar M, García Sabroso M. Beneficios de la lactancia materna a niños mayores o lactancia «prolongada». Artículo monográfico. Rev Sanid Invest. 2024 Jul 27. Disponible en: https://revistasanitariadeinvestigacion.com/beneficios-de-la-lactancia-materna-a-ninos-mayores-o-lactancia-prolongada-articulo-monografico/
4. Aguilar Cordero MJ, Baena García L, Sánchez López AM, Guisado Barrilao R, Hermoso Rodríguez E, Mur Villar N. Beneficios inmunológicos de la leche humana para la madre y el niño: revisión sistemática. Nutr Hosp. 2016;33(2):464-472. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112016000200046
5. Comité de Lactancia Materna de la AEP. Lactancia materna en niños mayores o «prolongada» [Internet]. Madrid: Asociación Española de Pediatría; 2015 [citado 2025 May 29]. Disponible en: https://www.aeped.es/comite-nutricion-y-lactancia-materna/lactancia-materna/documentos/lactancia-materna-en-ninos-mayores-o
6. Borja M. Mitos y verdades de la lactancia materna prolongada [Internet]. 20minutos.es; 2022 Ago 1 [citado 2025 May 29]. Disponible en: https://www.20minutos.es/salud/medicina/mitos-y-verdades-de-la-lactancia-materna-prolongada-5035563/#twitter
7. Barrio C. Lactancia materna prolongada: más allá de los 24 meses [Internet]. EFEsalud; 2022 Ago 3 [citado 2025 May 29]. Disponible en: https://efesalud.com/lactancia-materna-prolongada-mas-alla-de-los-24-meses/
8. Revista Sanitaria de Investigación. Beneficios de la lactancia materna prolongada. [Internet]. [citado 2025 May 29]. Disponible en: https://revistasanitariadeinvestigacion.com/beneficios-de-la-lactancia-materna-prolongada/
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