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¡Doctor, tengo un bulto en el cuello! a proposito de un caso

¡Doctor, tengo un bulto en el cuello! a proposito de un caso

Resumen: Ante el hallazgo de una masa cervical es fundamental conocer el tiempo de evolución de la misma y su localización, y la edad del paciente. Una de las causas más frecuentes es el  quiste del conducto tirogloso, que es la masa cervical benigna más frecuente tras las adenopatías inflamatorias y constituye el 70% de todas las masas cervicales congénitas.

Autores

  1. Raquel Sanjuán Domingo. Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
  2. Cristina Roig Salgado. Médico Especialista en Radiodiagnóstico.
  3. Silvia Castán Ruiz. Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
  4. María Luz Rodríguez Sanz. Médico Especialista en Pediatría.
  5. Rosa Ana Langa Iliarte. Diplomada Universitaria en Enfermería.
  6. María Victoria Villaverde Royo. Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.

Autor de contacto: Raquel Sanjuán Domingo

Palabras clave: quiste tirogloso, masa cervical, diagnóstico, tratamiento.

Introducción

Ante el hallazgo de una masa cervical es imprescindible conocer el tiempo de evolución de la misma; si es menor a dos semanas la etiología más frecuente es la inflamatoria. Otro aspecto fundamental es la edad del paciente; entre los 0 y 15 años hay mayor incidencia de masas de origen inflamatorio, después congénitas y por último neoplásicas. Esta misma distribución tienen el grupo entre los 16 y 40 años, pero por encima de los 40 años suelen ser más frecuentes las neoplásicas, después las de origen inflamatorio  y por último las congénitas del desarrollo 1. Por último, otro punto clave a la hora de enfocar una masa cervical es la localización de la misma.

Exposición del caso

Presentamos el caso de una mujer de 64 años con antecedentes de hipertensión arterial (HTA), ACxFA, insuficiencia cardiaca, estenosis mitral, Hipertensión Pulmonar y portadora de marcapasos. La paciente acude a Urgencias por presentar desde hace  cinco días episodio de disfagia e inflamación en región submandibular que ha ido en aumento progresivo, a pesar de  tratamiento con antibiótico vía oral desde hace un par de días.  El tratamiento fue pautado por su médico al presentar discreta inflamación en dicha región, pero ante la evolución tórpida volvió a consultar  a su médico quién la derivó a nuestro servicio para valoración urgente. No ha presentado fiebre durante estos días ni ninguna clínica añadida.

A la exploración la paciente se encontraba  eupneica y no presentaba signos de trabajo respiratorio.  Auscultación  cardiopulmonar sin hallazgos. A la palpación del cuello se  localizó una  tumoración dura y dolorosa, limitada a la base de la lengua, que se movilizaba con la deglución y con aumento de temperatura a nivel local. No se palpaban adenopatías laterocervicales ni claviculares.

Se le realizó una  analítica urgente donde se objetivó discreta leucocitosis con neutrofilia; y se solicitó valoración a ORL de guardia, quien realizó una fibroscopia dónde se observó  una hipertrofia leve de base de lengua, resto sin hallazgos. Así mismo, también se solicitó una ecografía  cervical ( Figura 1 y 2) que evidenciaba una lesión anecogénica con refuerzo sónico posterior en relación con su contenido quístico y  un TAC cervical que nos mostraba una  lesión con densidad líquida bien delimitada, unilocular, confirmándonos el diagnóstico de quiste del conducto tirogloso.

La paciente ingresó para tratamiento antibiótico y antiinflamatorio vía intravenosa y control evolutivo del proceso, al existir mejoría del proceso con el tratamiento prescrito se le dio el alta al cabo de 5 días, con controles periódicos en consultas de ORL, no precisando de intervención quirúrgica al no volver a repetirse el cuadro.

Discusión

El quiste del conducto tirogloso es la masa cervical benigna más frecuente tras las adenopatías inflamatorias 2 y constituye el 70% de todas las masas cervicales congénitas 3, 4. El 75% de los quistes están localizados en la línea media cervical, y sólo el 10-24% lateralmente. La localización más común es la zona infrahioidea de la membrana tirohioidea, seguida de la suprahioidea y por último a nivel del hueso hioides 4.

La forma de presentación habitual es una tumoración nodular, en la línea media del cuello, entre 1-3 cm de diámetro, sobre  el hueso hioides, asintomática y que se moviliza con la deglución y al exteriorizar la lengua. Su  evolución natural  es hacia la producción de episodios inflamatorios repetidos y fistulización externa 5. Cuando son de gran tamaño pueden provocar disfagia, disfonía o incluso trastornos de la vía aérea 6.

Es más frecuente en niños, siendo habitual su diagnóstico antes de los 5 años, y aproximadamente el 60% de estas lesiones se diagnostican antes de los 20 años.  Tiene una mayor prevalencia en mujeres que en hombres 4.

A partir de los 40 años tiene un potencial de malignización del 1%, lo que supone un riesgo. En esta etapa la consistencia del quiste es mayor y suelen ser frecuentes las adenopatías en la cadena yugular 7.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico 2, las pruebas complementarias nos ayudarán a conocer las características del quiste y su relación con la glándula tiroides. Entre las pruebas complementarias destaca la ecografía cervical que lo detecta como una estructura anecoica, bien delimitada y con buena transmisión 8. La TAC cervical para algunos autores está indicada en todos los casos, pero para otros tiene las siguientes indicaciones: pacientes mayores 40 años, antecedentes de infección reciente, exploración clínica y/o sintomatología laríngea que sugiera malignización 3.

Otras pruebas indicadas son el estudio hormonal tiroideo para descartar enfermedad tiroidea y la punción aspiración con aguja fina (PAAF) ante la sospecha de malignización del quiste.

El diagnóstico diferencial debe realizarse con lesiones quísticas de la glándula tiroides, adenopatías cervicales, con el tumor dermoide congénito e incluso con un tiroides ectópico que simule un quiste tirogloso 9.

El tratamiento de elección es el quirúrgico mediante el procedimiento de Sistrunk, en el cuál se extirpa el quiste, el trayecto tirogloso y la porción central del hueso hioides.

Figura 1.

Ecografía cervical, quiste tirogloso
Ecografía cervical, quiste tirogloso

Figura 2.

Ecografía cervical tirogloso
Ecografía cervical tirogloso

Bibliografía

  1. García Alcántara, F. Protocolo diagnóstico de las adenopatías cervicales. Medicine 2007;9(91): 5904-5907.
  2. Morales-Salas M; Martín-Mora J; Ventura Díaz J; Muñoz Borge F. Tumoración cervical media. An Esp Pediatr 2000;53:283-284.
  3. López García J; González-Moncayo García S y García Blázquez E. Quiste tirogloso con extensión mediastínica. Cir Esp 2011;89(6):401-410.
  4. Ortega Sánchez G, Tevada Evans A. Quiste tirogloso. FMC 2013;20(3):181-2
  5. Madana J, Yolmo D, Kumar Saxena S, Gopalakrishnan S. True Thyroglossal fistula. Laryngoscope. 2009;119:2345-7.
  6. Plaza A, Martínez I, Al-Raies B, Briones J, Martinez C, Sala V et al. Diagnóstico diferencial de las masas cervicales. Angiología. 2007;59:325-32.
  7. Barriga Sánchez R, Martín Pérez E, Larrañaga Barera E, Escorial Hernández V. Carcinoma papilar en el seno de un quiste tirogloso. Endocrinol Nutr. 2003;50:76-80.
  8. Kraus R, Han BK, Babcock DS, Oestreic AE. Sonography of neck mases in children. AJR Am J Roentgenol, 1986;146:609-13.
  9. Branstetter BF, weissman JL, Kennedy TL, Whitaker M. The CT appearance of thyroglossal duct carcinoma. AJNR Am J Neuroradiol. 2000;21;1547-50.