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Carcinoma epidermoide de pene: presentación de un caso

12 x 9 mm de diámetro. Ver imagen al final del artículo.

Se le realizó biopsia de la lesión, el estudio histopatológico informó un carcinoma epidermoide de pene con infiltración de uretra y áreas de necrosis. Posteriormente se realizó una penectomía total más orquiectomía bilateral y linfadenectomía inguinal bilateral superficial, con reconstrucción con piel del escroto. Con reporte histopatológico posquirúrgico de carcinoma epidermoide moderadamente diferenciado infiltrante con ganglios inguinales negativos. Actualmente el paciente se encuentra en seguimiento y asintomático.

DISCUSIÓN

El cáncer de pene es una patología infrecuente en países desarrollados. Presenta una incidencia superior en regiones en vías de desarrollo. La edad media de presentación es entre los 50 y 70 años (1,7). El 95% de los tumores malignos de pene corresponde a carcinomas escamosos (8). Dentro de los factores de riesgo el más importante es la presencia de fimosis. La circuncisión se considera como un factor protector ya que evita la acumulación de esmegma, aunque todavía no se ha demostrado su capacidad oncogénica. La falta de higiene también contribuye al desarrollo de esta enfermedad. Existe asociación con el virus papiloma humano (HPV) como sucede en este caso. Muchos estudios han demostrado la presencia de papilomavirus humano (HPV) tipos 16 y 18 (5).

Los cuadros de inflamación crónica (balanopostitis, liquen escleroatrófico) también pueden contribuir a su aparición. Existen una serie de lesiones que pueden considerarse como premalignas: leucoplasia, balanitis xerótica obliterante, enfermedad de Bowen, eritroplasia de Queyrat, condilomas acuminados de gran tamaño, aunque la mayoría de los carcinomas escamosos aparecen sin acompañarse de ninguna lesión subyacente. (9) La localización más frecuente es a nivel de glande (48%) seguida de prepucio (20%), ambos (9%) y surco (6%). (10) En el caso que presentamos la lesión se localizaba en la raíz del pene, esto ocurre de forma infrecuente y se considera de peor pronóstico por la afectación de estructuras vecinas. La infiltración de la uretra ocurre tarde en su curso. Metástasis a los ganglios linfáticos regionales ocurre en etapas tempranas de la enfermedad. (11) Los factores pronósticos más importantes son el grado de malignidad (que varía de I a IV según la clasificación de Broder) y la profundidad de la lesión según el TNM. (12)

La supervivencia a 5 años en enfermedad ganglionar negativa es de 80-100%; y con enfermedad ganglionar positiva del 30-50%. El tratamiento varía dependiendo del tamaño, la localización y la profundidad de la lesión. La simple circuncisión es una posibilidad en tumores localizados a nivel de prepucio de pequeño tamaño con un margen de 2 centímetros, presentando un riesgo de recurrencia del 32% (13). La ablación, con láser NdYAG o CO2 puede ser útil en tumores de pequeño tamaño y superficial, la serie de Harenblas presenta un riesgo de recidiva del 10% en estadío T1, 32% en T2 y 100% en T3 (14).

Otra posibilidad es la radioterapia ya sea externa o braquiterapia. El tratamiento clásico consiste en la penectomía parcial con 1,5-2 centímetros de margen o la penectomía total con ureterostomía perineal en estadios T3 o T4. (15) La terapia conservadora para tumores de pequeño tamaño T1-T2 se ha demostrado efectiva y segura, pero requiere de un largo periodo de seguimiento por la posibilidad de recurrencia a largo plazo. La recurrencia local después de la penectomía parcial varía del 0-7% y su manejo consiste en la penectomía total (16).

No existe un consenso en relación a realizar la linfadenectomía electiva en los casos sin comprometimiento clínico evidente, una vez que sólo 10 al 20% de esos pacientes presentarán metástasis ocultas al momento del diagnóstico. No hay estudios comparativos entre la linfadenectomía profiláctica y la terapéutica. No obstante la morbilidad de la estrategia profiláctica, algunos estudios sugieren beneficio de la supervivencia (83 versus 42% en 5 años) en los pacientes con enfermedad microscópica que les realizaron linfadenectomía profiláctica, en relación a los que la hicieron sólo en la recurrencia (17,18).

Concluimos que es de suma importancia la detección e identificación temprana del cáncer de pene para realizar un tratamiento oportuno y disminuir el riesgo de metástasis y recaídas.

(Ver imágenes en siguiente página)