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Cuidados de Enfermería en la colocación de la sonda Sengstaken-Blakemore

Cuidados de Enfermería en la colocación de la sonda Sengstaken-Blakemore

Resumen:

Es una sonda con tres luces, una para lavado gástrico y las otras dos comunicadas con los balones gástricos y esofágicos.

Se utiliza en los casos de hemorragia esofágica o gástrica secundaria a rotura de varices esofágicas o gástricas, casi siempre por hipertensión portal.

Autores:

  • Laura Pérez Pérez, diplomada universitaria en Enfermería.
  • Zahira Villa Campos, diplomada universitaria en Enfermería.
  • Miriam Domínguez Campos, diplomada universitaria en Enfermería.

Autor responsable: Laura Pérez Pérez,

Palabras clave:

Sonda. Hemorragia. Enfermedades del esófago. Mucosa esofágica. Atención de Enfermería.

La finalidad de la sonda es ejercer una presión sobre la porción cardíaca del estómago (cardias) y contra las varices esofágicas, por un taponamiento con balón doble (gástrico y esofágico).

Los cuidados desde el previo a colocarla hasta tras la colocación serían:

  • Seleccionar la sonda a colocar.
  • Explicar al paciente y familia la razón de su colocación y el método a utilizar.
  • Antes de la colocación, realizar un vaciado gástrico con sonda nasogástrica normal.
  • Previo a la colocación, comprobaremos el correcto funcionamiento de los balones.
  • Colocar al paciente en posición Fowler.
  • Extraer la acumulación de saliva con una sonda de aspiración.
  • Monitorizar al paciente, control exhaustivo del paciente mientras tenga colocada la sonda y toma de constantes vitales.
  • Una vez colocada, vigilar estrechamente el mantenimiento de la tracción de la sonda, fugas del balón y desplazamiento.
  • Hacer lavados gástricos cuando sea necesario.
  • Comprobar presión de los balones y situación del punto de marcado a la salida del orificio nasal.
  • Vigilar estrechamente al paciente por si persistiera la hemorragia.
  • Aspirar secreciones cuando sea necesario.
  • Se debe desinflar el balón esofágico 30 minutos cada 12 horas para evitar la necrosis de la mucosa esofágica.
  • Hay que desinflar siempre primero el balón esofágico a las 24 horas y entre las 36 y 72 horas se desinfla el balón gástrico.
  • Si el balón se desplaza una vez insuflado, cortar rápidamente la sonda para evitar la asfixia.
  • Estar pendiente al desinflar los balones porque se puede volver a producir sangrado.

Las complicaciones más frecuentes son:

  • Broncoaspiración por vómitos durante la inserción.
  • Asfixia por desplazamiento del balón esofágico inflado.
  • Erosión del esófago por la presión ejercida sobre la pared esofágica o incluso rotura esofágica.