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Consumo de yodo y función tiroidea: riesgos del déficit y del exceso. Importancia de la dieta. Revisión bibliográfica

Consumo de yodo y función tiroidea: riesgos del déficit y del exceso. Importancia de la dieta. Revisión bibliográfica

Autora principal: Tania Lorenzo González

Vol. XX; nº 23; 1110

Iodine intake and thyroid function: risks of deficiency and excess. Importance of diet. Literature review

Fecha de recepción: 30 de octubre de 2025

Fecha de aceptación: 2 de diciembre de 2025

Fecha de publicación: 11 de diciembre de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 23 – Primera quincena de Diciembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 23; 1110 – DOI: https://doi.org/10.64396/23-1110Cómo citar este artículo

Autores:

Tania Lorenzo González. Dietista – Nutricionista. Sergas (Galicia). Área Sanitaria de A Coruña, España.

Resumen

El yodo es un micronutriente esencial para la síntesis de las hormonas tiroideas, las cuales regulan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo neurológico. Tanto el déficit como el exceso de yodo pueden provocar disfunciones tiroideas, generando problemas de salud a corto y largo plazo. La deficiencia de yodo continúa siendo una de las principales causas prevenibles de retraso mental y de trastornos del desarrollo a nivel mundial, mientras que el consumo excesivo puede dar lugar a hipertiroidismo o hipotiroidismo inducido por yodo. Debido a que el organismo no es capaz de sintetizar este mineral, su obtención depende completamente de la dieta, siendo la sal yodada, los productos del mar, los lácteos y ciertos vegetales sus principales fuentes.

Este trabajo tiene como objetivo revisar la evidencia científica sobre la importancia del yodo en la función tiroidea y en la salud general, así como identificar las principales fuentes dietéticas, las recomendaciones nutricionales según grupo poblacional, y las consecuencias clínicas de su déficit o exceso. Comprender el papel del yodo en la dieta es fundamental para prevenir enfermedades relacionadas con su desequilibrio y para diseñar estrategias de salud pública efectivas, especialmente en poblaciones vulnerables como embarazadas, lactantes y niños.

Palabras clave

Yodo, nutrición, dieta, micronutrientes, metabolismo del yodo, estado nutricional, hipotiroidismo, hipertiroidismo, trastornos por deficiencia de yodo, función tiroidea.

Abstract

Iodine is an essential micronutrient for the synthesis of thyroid hormones, which regulate metabolism, growth, and neurological development. Both iodine deficiency and excess can impair thyroid function, leading to short- and long-term health problems. Iodine deficiency remains one of the main preventable causes of mental retardation and developmental disorders worldwide, while excessive intake can lead to hyperthyroidism or iodine-induced hypothyroidism. Since the body cannot synthesize this mineral, its acquisition depends entirely on the diet, with iodized salt, seafood, dairy products, and certain vegetables being the main sources.

This paper aims to review the scientific evidence on the importance of iodine in thyroid function and overall health, as well as to identify the main dietary sources, nutritional recommendations by population group, and the clinical consequences of deficiency or excess. Understanding the role of iodine in the diet is essential to prevent diseases related to its imbalance and to design effective public health strategies, especially in vulnerable populations such as pregnant women, nursing mothers, and children.

Keywords

Iodine, nutrition, diet, micronutrients, iodine metabolism, nutritional status, hypothyroidism, hyperthyroidism, iodine deficiency disorders, thyroid function.

1. Introducción

El yodo es un micronutriente esencial para el adecuado funcionamiento del organismo humano, ya que desempeña un papel fundamental en la síntesis de hormonas tiroideas: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas hormonas son claves para regular el metabolismo energético, el crecimiento físico y el desarrollo del sistema nervioso central, particularmente durante las etapas de gestación, infancia y adolescencia.

A nivel mundial, los trastornos por deficiencia de yodo siguen siendo un importante problema de salud pública, especialmente en regiones donde el suelo y los alimentos contienen bajos niveles de este mineral. Las consecuencias incluyen bocio endémico, hipotiroidismo, alteraciones en el desarrollo neurológico y un incremento del riesgo de mortalidad materno-infantil. A pesar de los esfuerzos globales en la fortificación de alimentos, como la yodación universal de la sal, millones de personas aún presentan una ingesta insuficiente de yodo.

Sin embargo, un consumo elevado de este mineral, también puede generar disfunciones tiroideas, lo que resalta la importancia de mantener un equilibrio adecuado en la ingesta.

Desde el punto de vista nutricional, el yodo debe obtenerse a través de la dieta, ya que el organismo no tiene la capacidad de sintetizarlo ni almacenarlo en grandes cantidades, lo que hace necesaria su incorporación regular mediante fuentes alimentarias o a través de suplementos adecuados.

2. Objetivos

El objetivo principal de este trabajo es analizar, a través de una revisión bibliográfica actualizada, la relación entre el consumo de yodo y la función tiroidea, haciendo hincapié en la importancia de mantener un equilibrio óptimo entre el déficit y el exceso de este micronutriente. Asimismo, se busca identificar las principales fuentes dietéticas de yodo, las recomendaciones nutricionales para distintos grupos poblacionales, y las consecuencias clínicas derivadas de su desequilibrio, tanto por deficiencia como por exceso.

3. Metodología

Para la realización de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica, búsqueda y análisis de diferentes artículos. Para ello se emplearon las bases de datos Pubmed, Scielo, Elsevier y Google Académico, considerando publicaciones de las últimas dos décadas, priorizando aquellas más recientes en inglés y en español. Se seleccionaron artículos originales, revisiones sistemáticas, guías clínicas y metaanálisis relacionados con el yodo, su metabolismo y su impacto en la salud tiroidea y general.

Las palabras clave que se han utilizado para la revisión fueron: yodo, nutrición, dieta, micronutrientes, metabolismo del yodo, estado nutricional, hipotiroidismo, hipertiroidismo, trastornos por deficiencia de yodo, función tiroidea.

4. Resultados y conclusión

El yodo es un nutriente esencial para que las células transformen los alimentos en energía. Los seres humanos necesitamos el yodo para múltiples funciones, entre las cuales podemos destacar:

Síntesis de hormonas tiroideas. El yodo es un componente esencial de las hormonas tiroideas tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Estas hormonas se producen en la glándula tiroides y regulan múltiples procesos fisiológicos en el organismo.

Regulación del metabolismo. Las hormonas tiroideas controlan la velocidad del metabolismo basal, influyendo en el gasto energético, la producción de calor y la utilización de nutrientes como grasas, proteínas y carbohidratos. Un desequilibrio en su nivel puede afectar el peso corporal y la energía disponible.

Crecimiento y desarrollo. El yodo es crucial durante el embarazo y la infancia, ya que las hormonas tiroideas son indispensables para el desarrollo del sistema nervioso central, el crecimiento físico y la maduración de los huesos. Su deficiencia en etapas tempranas puede generar alteraciones graves e irreversibles.

Funcionamiento del sistema nervioso. Un aporte adecuado de yodo favorece el desarrollo cognitivo, la concentración y el rendimiento intelectual. Su deficiencia en etapas tempranas puede causar retraso mental permanente y problemas de aprendizaje.

Mantenimiento de la temperatura corporal. Al regular el metabolismo energético, las hormonas tiroideas, ayudan a mantener la homeotermia, es decir, la temperatura corporal estable.

Salud reproductiva. Un nivel adecuado de yodo es necesario para la fertilidad y el embarazo saludable, ya que su deficiencia puede causar infertilidad, abortos espontáneos o complicaciones fetales, por otro lado, el exceso también puede afectar negativamente la fertilidad.

Modulación del sistema cardiovascular. Las hormonas tiroideas también influyen en la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la contractilidad del miocardio, por lo que un desequilibrio de yodo puede afectar la salud cardiovascular.

Déficit de yodo

El déficit de yodo es una condición caracterizada por una ingesta insuficiente de este micronutriente esencial, lo que impide la adecuada síntesis de las hormonas tiroideas (T3 y T4). Esta deficiencia puede ocurrir en regiones donde el suelo, el agua y los alimentos son pobres en yodo, o bien en personas con dietas restrictivas que excluyen fuentes principales de este mineral, como los productos del mar, los lácteos o la sal yodada.

Entre las principales consecuencias de la deficiencia de yodo se encuentran el bocio (agrandamiento de la glándula tiroides) y el hipotiroidismo. En etapas críticas del desarrollo, como el embarazo, la lactancia y la infancia, la falta de yodo puede provocar trastornos graves e irreversibles, como retraso mental, cretinismo, alteraciones en el crecimiento y desarrollo motor, así como aumento de la mortalidad perinatal y neonatal. Por esta razón, la deficiencia de yodo constituye un grave problema de salud pública, siendo una de las principales causas prevenibles de daño cerebral a nivel mundial.

Exceso de yodo

El exceso de yodo se produce cuando la ingesta de este micronutriente supera las necesidades fisiológicas del organismo, lo que puede alterar la función normal de la glándula tiroides. Aunque el yodo es esencial, niveles elevados pueden desencadenar respuestas contraproducentes, especialmente en individuos con predisposición tiroidea previa, como tiroiditis autoinmune, bocio nodular o hipertiroidismo latente.

Una ingesta elevada de yodo puede inducir diferentes trastornos, entre ellos, el hipertiroidismo inducido por yodo, el hipotiroidismo por efecto Wolff – Chaikoff (una inhibición transitoria de la síntesis hormonal que, en ciertos casos, puede volverse permanente), y tiroiditis autoinmune. Las principales fuentes de exceso incluyen el consumo desmedido de suplementos de yodo, algas marinas con alto contenido en este mineral (como el kombu), ciertos medicamentos (como la amiodarona, utilizada en arritmias) y contrastes radiológicos yodados.

En resumen, tanto un déficit como un exceso de yodo puede tener consecuencias clínicas relevantes, especialmente en individuos vulnerables. Mantener una ingesta equilibrada, acorde con las recomendaciones nutricionales, es esencial para garantizar una función tiroidea óptima y prevenir complicaciones en la salud.

Recomendaciones de ingesta de yodo

La dosis de yodo, así como de otros nutrientes, se proporciona en las Ingestas dietéticas de referencia (IDR), desarrolladas por el Comité de Nutrición y Alimentos en las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU. La IDR es el nivel de ingesta promedio diaria que es suficiente para satisfacer los requerimientos de nutrientes de casi todas (97% – 98%) las personas sanas.

Recomendaciones dietéticas para la ingesta de yodo (µg/día) por edad o grupo poblacional:

– Bebés de 0 a 6 meses: 110 µg/día
– Bebés de 7 a 12 meses: 130 µg/día
– Niños de 1 a 8 años: 90 µg/día
– Niños de 9 a 13 años: 120 µg/día
– Adolescentes de 14 a 18 años: 150 µg/día
– Adultos: 150 µg/día
– Mujeres embarazadas: 220 µg/día
– Mujeres lactantes: 290 µg/día

Fuentes dietéticas de yodo

El yodo es un micronutriente que debe obtenerse principalmente a través de la alimentación, ya que el organismo no puede producirlo, pero también se agrega a la sal, obteniendo así «sal yodada» o «con yodo añadido».

Alimentos de origen marino. Son las fuentes más ricas en yodo, ya que el agua del mar contiene altas concentraciones de este mineral.

Pescados marinos: bacalao, atún, merluza, salmón…

Mariscos: camarones, mejillones, ostras, almejas…

Algas marinas: kombu, nori, wakame (cabe destacar que algunas algas, como el kombu, pueden contener cantidades extremadamente elevadas de yodo, lo que puede suponer un riesgo de exceso si se consume en grandes cantidades).

Lácteos: leche, yogur y queso. Su contenido depende del alimento del ganado y del uso de desinfectantes yodados.

Huevos: principalmente la yema.

Carne de res, pollo o cerdo: en menor cantidades.

Verduras y frutas cultivadas en suelos ricos en yodo

Legumbres y cereales integrales: contenido muy variable según la zona geográfica.

Fuentes fortificadas: sal yodada. Es la fuente más importante de yodo a nivel poblacional, y la medida más efectiva de salud pública para prevenir su deficiencia.

Cabe destacar que, los alimentos procesados, como las sopas enlatadas, casi nunca contiene sal yodada. Además, las sales especiales, como la sal marina, la sal Kosher, la sal del Himalaya y la flor de sal, no suelen estar yodadas, por lo que no son una fuente fiable de yodo.

Para concluir, la principal fuente de yodo en la alimentación humana proviene del consumo de sal yodada, productos marinos, lácteos y ciertos vegetales cultivados en suelos ricos en este mineral. La ausencia o exceso de este micronutriente en la dieta puede generar graves consecuencias en la salud tiroidea, afectando el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo neurológico y la función cardiovascular. Es esencial mantener un equilibrio adecuado en su consumo, especialmente en grupos vulnerables como embarazadas, lactantes y niños en etapa de crecimiento. Las políticas de fortificación de sal con yodo han demostrado ser eficaces en la prevención de los trastornos por deficiencia, sin embargo, es fundamental evitar tanto la carencia como el exceso mediante una educación nutricional adecuada y una correcta selección de fuentes alimentarias.

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Declaración de buenas prácticas:

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

Citación (Vancouver):
Lorenzo González T. Consumo de yodo y función tiroidea: riesgos del déficit y del exceso. Importancia de la dieta. Revisión bibliográfica. Revista Electrónica de PortalesMedicos.com [Internet]. 2025 [citado 11 Dic 2025]; XX(23):1110. Disponible en: https://doi.org/10.64396/23-1110