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Consumo de drogas ilícitas en adolescentes de bachillerato

Consumo de drogas ilícitas en adolescentes de bachillerato

En el proceso evolutivo del individuo, la etapa de la adolescencia es un período de transición en la cual los adolescentes son más vulnerables al consumo de drogas ilícitas , ya que constituye una etapa marcada por importantes y profundos cambios que implican el potencial para lograr una mayor autonomía, que puede llevar a un crecimiento personal en muchos aspectos, pero también a que el adolescente desee y busque experimentar sensaciones nuevas y se inicie en conductas de riesgo, como el consumo de drogas. (Cueto, Santiago. Saldarriga, Victor. Muñoz, 2014) (Maturana H, 2011). Esta vulnerabilidad en los adolescentes al consumo de sustancias está marcada además por la fluctuación de estados de ánimo que los sensibiliza al uso experimental y recreativo (Unodoc, 2013).

Consumo de drogas ilícitas en adolescentes de bachillerato

Miriam Margoth Vega Elizalde 1, Germán Alejando Vélez Reyes 2, José Eduardo González Estrella 3

Resumen

El consumo de drogas ilegales es un problema de salud pública, por el daño individual, familiar y social que genera. El presente estudio busca estimar la prevalencia del consumo de drogas en adolescentes de bachillerato, caracterizar los factores sociodemográficos y familiares; y establecer la relación con la funcionalidad familiar. Para ello se realizó un estudio transversal analítico y descriptivo en una muestra aleatoria estratificada de 960 adolescentes entre 15 y 19 años de edad de la zona 7 del Ecuador (Provincias de Loja, El Oro y Zamora Chinchipe), pertenecientes a establecimientos educativos fiscales particulares y fiscomisionales del nivel de bachillerato; por medio de una encuesta auto aplicada y anónima, estructurada por datos generales; test FFSIL; condición socioeconómica y consumo de drogas ilícitas.

La prevalencia del consumo de drogas en adolescentes de escuela es del 16,30%. En el análisis bivariado se observó que el 21,80% de los adolescentes que viven en familias disfuncionales consumen drogas, mientras que 13,80% de los consumidores viven en familias funcionales, diferencia que es estadísticamente significativa (Chi cuadrado de 9,790 y un valor de p de 0.002), lo cual demuestra que si existe relación o asociación entre la funcionalidad familiar y el consumo de drogas ilícitas. El consumo es mayor en aquellos adolescentes cuyas familias son disfuncionales.

Palabras Clave.- drogas, sustancias ilícitas, adolescentes, familia, funcionalidad familiar.

1 Médico general, R3 Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja. Afiliación: Universidad Nacional de Loja

2 Dr. Magister en Hebiatría y Docente del Área de la Salud Humana de la Universidad nacional de Loja

3 Asesor metodológico, Magister en desarrollo sostenible, Docente asesor de investigación y gestión en salud de la especialización de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja.

* Auspiciado por el Programa de Posgrado de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja en convenio con el Ministerio de Salud Pública del Ecuador y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo

** Revisado por la Dra. Ana Puertas, Docente del Área de la Salud Humana y Magíster en Salud Mental

Introducción

El consumo de drogas es una práctica muy antigua, sin embargo con el pasar del tiempo se ha modificado su utilización, el problema de consumo sobre todo en los adolescentes ,constituye un motivo de preocupación mundial por su tendencia creciente y por el alto costo social que implica, ya que abarca todos los ámbitos y esferas de la convivencia, afectando no solo a los adolescentes consumidores, sino además a la familia y sociedad (Cruz, Rosell, & Gutierrez, 2011)(Guillén & Nascimento, 2010), (Sajjadi et al., 2015), (Bowen et al., 2014),(Garza, 2009).

El uso de sustancias ilícitas en el mundo y en América Latina ha experimentado un incremento progresivo, lo cual ha generado graves consecuencias sociales y de salud. El uso y dependencia de drogas representan un factor significativo en la tasa total de morbilidad para las personas y sociedades a nivel mundial. Por lo menos 4,4 millones de hombres y 1,2 millones de mujeres de América Latina y el Caribe sufren trastornos causados por el uso de drogas como dependencia y otros padecimientos en algún momento de su vida. Anualmente, son afectados 1,7 millones de hombres y 400.000 mujeres (Roses, 2013).

En América Latina esta situación se diferencia únicamente en las manifestaciones culturales características, La variación cultural y las condiciones socioeconómicas de los diferentes países de Latinoamérica hacen fundamental el estudio de varias poblaciones, para determinar si existe similitud entre factores identificados , o si existen factores independientes que puedan ser motivo de intervención en cada población (Cid-Monckton & Pedrão, 2011),(Bowen et al., 2014). Pese a que el consumo de sustancias no es exclusivo de adolescentes, es preocupante su consumo en este grupo de edad; ya que mientras más temprano se inicie el consumo, mayor es la probabilidad de problemas académico, laborales, familiares, sociales y de salud.

En el Ecuador particularmente existe poca información referente a esta problemática y mucho menos tomando en cuenta particularidades del contexto sociodemográfico y familiar. Por lo tanto la realización de este estudio en la zona 7 del Ecuador, permite identificar el problema en relación a las características sociodemográficas, socioeconómicas y familiares, determinar la asociación entre la dinámica familiar y el consumo lo cual servirá de base para generar posteriores estudios y el establecimiento de políticas de promoción y prevención precoz

Materiales y Métodos

Se realizó un estudio transversal, analítico y descriptivo. El proyecto fue evaluado y aprobado por un tribunal formado por docentes y coordinación del Posgrado de Medicina Familiar de la Universidad Nacional de Loja, con la asesoría de un docente de investigación. Este trabajo forma parte del Macroproyecto “Problemática de salud de los adolescentes de la zona 7 del Ecuador. 2016 “conformado por 12 estudiantes del posgrado de Medicina Familiar y Comunitaria, el mismo que abarca diferentes aspectos, entre ellos el consumo de drogas ilícitas.

La población estuvo conformada por 66 856 adolescentes de bachillerato legalmente matriculados en los centros educativos tanto públicos, privados y fiscomisionales, de educación presencial como a distancia del nivel de bachillerato, de las Provincias de El Oro; Loja y Zamora Chinchipe, con una muestra de 960 estudiantes. Para el cálculo de la muestra se utilizó la fórmula de Pita Fernández a partir del total de estudiantes de primero, segundo y tercer año de bachillerato de las tres provincias que conforman la Zona 7 del Ecuador. La selección de los establecimientos educativos por provincia, se hizo por muestreo aleatorio estratificado simple a través del sistema informático Microsoft Excel, tomando en cuenta algunas consideraciones como el clima y piso altitudinal; y mediante muestreo probabilístico estratificado por conglomerados para los estudiantes de bachillerato hasta completar el total de la muestra por provincia.

De la base AMIE ( Archivo Maestro de Instituciones Educativas) del Ministerio de educación se seleccionaron los establecimientos que cumplan los requisitos de tener bachillerato, luego se realizó estratos de establecimientos tomando en cuenta el número de estudiantes, índice de urbanidad tipo de establecimiento (fiscal, particular y fiscomisionales), jornada de estudio (matutinos vespertinos nocturnos y a distancia, capaz que exista una verdadera representatividad de cada uno de los grupos estudiados. Es así que se determinó los establecimientos a visitar y el número de encuestas a realizar en cada uno de estos, con un valor ajustado en las tres provincias: Loja 324, El Oro 322 y Zamora Chinchipe 314, con un margen de error del 5% y un índice de confianza al 95%.

Una vez seleccionados los centros educativos el equipo de investigación realizo la solicitud escrita a la Coordinación zonal de educación para que se emita la respectiva autorización y poder ingresar a los establecimientos, posteriormente se coordinó con los directores de las instituciones seleccionadas para coordinar el trabajo. Se solicitó la colaboración voluntaria de los alumnos y se les garantizó la confidencialidad y el anonimato de las respuestas de los cuestionarios. Se acordaron las fechas para realizar la aplicación de los cuestionarios con los estudiantes.

Se consideraron los principios éticos de la investigación con seres humanos contenidos en la Declaración de Helsinki. Por ello previo a la administración de los instrumentos se solicitó a los participantes la autorización por escrito a través del asentimiento y consentimiento informado de sus padres o representante legal. La batería de instrumentos se administró a los adolescentes en sus aulas durante un periodo regular de clase de aproximadamente 60 minutos. Se informó en todo momento a los adolescentes que la participación en la investigación era voluntaria y confidencial. Se consideraron los siguientes criterios de exclusión: adolescentes de primero , segundo y tercer año de bachillerato que al momento de aplicar la encuesta no se encuentren presentes, tengan menos de 15 años o hayan cumplido 20 años de edad.

Los estudiantes fueron evaluados por medio de una encuesta autoadministrada voluntaria, confidencial y anónima, la misma que incluye: encuesta sociodemográfica del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el instrumento de funcionalidad familiar FFSIL y el cuestionario sobre consumo de drogas ilícitas, los mismos que fueron aplicados en una prueba piloto, las encuestas se aplicaron a 74 estudiantes de un colegio de la ciudad de Loja, de similares características pero que no formaron parte del estudio y mediante paquete estadístico SPSS , se determinó la fiabilidad del instrumento con un Alfa de Cronbach de 0.78.

Los datos obtenidos, con un total de 959 encuestas validas, fueron analizados mediante el paquete estadístico SPSS versión 16, en el análisis uní variado se determinó la media y desviación estándar, frecuencias, prevalencias e intervalos de confianza. Mientras que en el análisis bivariado se determinó la asociación entre la variable independiente (funcionalidad familiar) y la variable dependiente (consumo de drogas ilícitas), mediante la prueba de X2, V Cramer y OR.

Resultados

En el análisis de las respuestas obtenidas mediantes encuestas aplicadas a 959 estudiantes, la edad de los estudiantes de la muestra estuvo entre los 15 y 19 años, con una media de 17,07. Respecto a la prevalencia del consumo de drogas ilícitas durante el último año, ajustada por el muestreo, fue del 16,30% (IC95% 14,1-18,8); y la marihuana es la droga de mayor consumo entre los adolescentes con 84,60%(IC95%; 78,1-89,5), seguido de la cocaína, con una diferencia estadísticamente significativa de los otros tipos de drogas (Ver tabla 2 en anexos). La edad de inicio de consumo es mayor entre los 15 a 19 años de edad con una prevalencia de 77,30%(IC95%; 70 -83,2), aunque el consumo de drogas antes de los 10 años es menor 3,6%, es un dato importante porque muestra un inicio muy temprano (Ver tabla 1 en anexos).

En cuanto a los factores sociodemográficos asociados al consumo de sustancias ilícitas , se puede evidenciar que existe mayor prevalencia en hombres de 21,5% (IC95%; 18,1-25,3), en relación a la prevalencia en mujeres que es del 10,8% (IC95%; 8,2-13,9), esta diferencia es estadísticamente significativa, también se puede observar que en la provincia Amazónica de Zamora Chinchipe existe mayor prevalencia 21% (IC95%; 16,8 -25,8); mostrando significancia con respecto a la provincia de El Oro, pero no así con la provincia de Loja. De acuerdo a la condición socioeconómica de los adolescentes consumidores existe una mayor prevalencia de consumo en aquellos con una condición alta 19,0% (IC95%; 15,7-22,6) en relación a la baja 13,4% (IC95%; 10,6-16,8), aunque esta diferencia no es significativa; así como tampoco existen diferencias significativas en cuanto al consumo por parroquia de procedencia sea esta urbana o rural y año escolar que cursan los adolescentes (Ver tabla 1 en anexos).

En el análisis bivariado se observó que el 21,8% de los adolescentes que viven en familias disfuncionales consumen drogas, mientras que 13,8% de los consumidores viven en familias funcionales , diferencia que es estadísticamente significativa (un Chi cuadrado de 9,790 y un valor de p de 0.002); la fuerza de asociación entre las variables funcionalidad familiar y consumo de drogas es baja (V de Cramer de 0,101); La disfuncionalidad familiar , desde la perspectiva de ventaja de oportunidades, constituye un factor de riesgo para que los adolescentes consuman dogas con un valor significativo de OR de 1,749(IC al 95% de 1, 229 – 2,489), lo que significa, que los adolescentes que viven en familias disfuncionales tienen 74% más riesgo de consumir drogas , que aquellos que viven en familias funcionales. (Ver tabla 3 en anexos).