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Eficacia de cura de cordón umbilical: cura en seco o cura con antiséptico

Eficacia de cura de cordón umbilical: cura en seco o cura con antiséptico

Introducción: El uso de alcohol y otros antisépticos para la cura del cordón umbilical está ampliamente extendido. No hay unidad entre los centros y profesionales sobre cuál es la mejor manera de realizar la cura del cordón umbilical.

AUTORES:

  1. Mª Esperanza Cruz García DUE. Servicio Andaluz de Salud
  2. Mauricio Cruz Bajo. DUE. Servicio Andaluz de Salud
  3. Víctor Fernández Gil. DUE. Servicio Andaluz de Salud

RESUMEN

Objetivo: Revisar la evidencia científica disponible sobre la cura en seco del cordón umbilical

Metodología: Revisión bibliográfica a partir de bases de datos en español y en inglés. Consulta de las páginas web de los organismos oficiales y asociaciones de profesionales de la salud.

Conclusiones: No hay motivos para desaconsejar la cura en seco del cordón umbilical del recién nacido en nuestro medio.

Palabras clave: cordón umbilical, cura del cordón umbilical, cura en seco del cordón umbilical.

INTRODUCCIÓN

La infección del cordón umbilical causó muchas muertes neonatales antes de la práctica de la asepsia en el parto. Según apunta una revisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2004, se calcula que un tercio de las muertes neonatales en todo el mundo, es decir, 1,5 millones, se debe a una infección, y el cordón umbilical es una posible puerta de entrada para estas infecciones.

Un factor determinante en los países en vías de desarrollo, que queda en gran medida resuelto en los países desarrollados, es la infección por el tétanos. Se estima que el tétanos es el factor causal de unas 500.000 muertes infantiles al año en todo el mundo, y la mayor parte de ellas corresponde a los países en vías de desarrollo. Aun así, su incidencia está muy relacionada con las condiciones culturales, higiénico-sanitarias e inmunológicas de la población. Así, en los países desarrollados su incidencia es inferior a 0,07 casos/100.000 habitantes.

Se define onfalitis como la infección del cordón umbilical. A menudo, esta infección no es tan obvia para el observador. En las infecciones francas es frecuente que el cordón esté edematizado, la piel circundante parezca inflamada, y éste presente mal olor si está infectado por bacterias anaerobias. Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), la onfalitis es el endurecimiento de la piel circundante del ombligo, con supuración o secreción sanguinolenta y maloliente. Esta infección puede ser muy localizada o acompañarse de fiebre y/o decaimiento.

En la revisión Cochrane de 2001, se plantea la posibilidad de que algunos recién nacidos desarrollen una infección leve subclínica porque se produce después del alta sin signos alarmantes para la familia y se resuelve espontáneamente. Cabe resaltar la evidente dificultad para realizar el estudio de las infecciones neonatales graves en los países desarrollados, debido a su baja incidencia, hecho que requeriría un tamaño muestral muy elevado para los estudios controlados aleatorizados. Después del parto, el cordón se seca, se endurece y se vuelve negro rápidamente. El riesgo de infección va en aumento hasta su caída. La piel del recién nacido y, por tanto, el cordón, empieza a colonizarse de bacterias saprofitas que le aporta la madre mediante contacto cutáneo.

Numerosos estudios dictaminan la importancia del contacto precoz y permanente del recién nacido con la madre para facilitar esta colonización. Se observó un aumento de las infecciones del cordón umbilical en los países desarrollados cuando se introdujeron las «salas nido», que favorecían las infecciones nosocomiales y el contagio de éstas entre los recién nacidos . Esta colonización saprofita que aporta el contacto con la madre puede verse afectada por unas medidas higiénicas inadecuadas. La higiene durante el parto, el material aséptico para cortar el cordón y el lavado de manos cada vez que se manipula el cordón son condiciones indispensables para que no se produzca una sobrecolonización de la zona periumbilical. Antes de la caída del cordón, podemos observar la base algo enrojecida, con supuración que a menudo se confunde con pus e incluso mal olor.

Todo esto se debe a la colonización por las bacterias propias de la piel, como Staphylococcus aureus, Escherichia coli y varios tipos de Streptoccoccus, entre otros, que producen una infiltración leucocitaria del cordón y la consecuente digestión de éste. Se suele caer entre los días 5 y 15. Después de la caída, puede quedar una zona central en el ombligo del recién nacido que todavía no ha cicatrizado completamente. Esto significa que todavía existe riesgo de infección. Entonces, parece lógico deducir que el hecho de alargar la caída del cordón aumenta el riesgo de infección.

La mayoría de estudios dictaminan la necesidad de usar antisépticos para la cura del cordón umbilical cuando el riesgo de infección es elevado, ya sea por tétanos u otros factores. Así pues, se recomienda indiscutiblemente el uso de antisépticos en los países en vías de desarrollo o en los recién nacidos hospitalizados. La gama de antisépticos empleados para la cura del cordón umbilical es amplia. Se han planteado desde el nitrato de plata hasta la triple tinción, la sulfadiazina, la clorhexidina y el alcohol. También se ha considerado el uso de antibióticos para la misma cura, y aunque el uso de éstos parece disminuir efectivamente la tasa de colonización bacteriana, en concreto de S. aureus, no hay evidencia de que la tasa de colonización esté relacionada con la infección y, por tanto, no tiene relevancia para la onfalitis o la sepsis. Por todo lo citado anteriormente, en bastantes estudios se plantea como alternativa la cura en seco del cordón umbilical en los países desarrollados.

Esto significa, según las recomendaciones de la OMS, mantener el cordón limpio y seco, sin bandas elásticas ni gasas alrededor del cordón que puedan entorpecer el secado, así como usar ropa holgada y no cubrir la zona con el pañal. El objetivo de este estudio es revisar la evidencia científica disponible para determinar si en España (donde el riesgo de infección es mínimo, por la elevada higiene durante el parto y la vacuna generalizada del tétanos) se podría plantear la cura en seco del cordón umbilical y rechazar la aplicación de antiséptico como cuidado sistemático del cordón umbilical en el recién nacido.