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Covid-19 ¿más que una enfermedad respiratoria?

Covid-19 ¿más que una enfermedad respiratoria?

Autora principal: Rocío Ezpeleta Badenas

Vol. XV; nº 11; 467

Covid-19 ¿more than a respiratory disease?

Fecha de recepción: 29/05/2020

Fecha de aceptación: 08/06/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 11 –  Primera quincena de Junio de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 11; 467

Autoras:

ROCÍO EZPELETA BADENAS (Hospital Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España)

CARLOS LASTANAO CORTÉS (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España)

ITZIAR IBAÑEZ GRIMA (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España)

MARÍA VICTORIA MARTIN AREVALO (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España)

ANDREA CARREIRA SERRANO (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España)

PILAR AINARA CEA VAQUERO (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España)

MARÍA RASAL BALLESTE (Hospital Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España)

Resumen

Durante el mes de diciembre de 2019 se observó una serie de casos diagnosticados por neumonía en Wuhan cuyo número de contagios fue creciendo hasta que el 7 de enero de 2020 se reconoció oficialmente un emergente coronavirus SARS-CoV-2 o también denominado COVID-19, el 11 de marzo se clasificó finalmente en pandemia. La clínica del COVID-19 es más bien incierta, pero los síntomas generales más característicos son fiebre, tos, dificultad respiratoria, cefalea y malestar general con dolores musculares y astenia. En cuanto al tratamiento para el SARS-CoV-2, todavía no se ha demostrado uno completamente efectivo ni determinante, se usan fármacos de soporte. La población tampoco ha generado anticuerpos ni se dispone aún de una vacuna así que se tiene que saber que las medidas de prevención para evitar la propagación de este virus son las más efectivas y la única opción por el momento. El pronóstico de esta enfermedad suele ser favorable en niños y adultos de hasta 24 años, para las personas de edades comprendidas entre los 25 y 65 años varía mucho dependiendo de la comorbilidad, así bien las personas que padecen enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes, afecciones pulmonares hepáticas o renales son los más vulnerables ante la posibilidad de presentar complicaciones. Ante el pensamiento generalizado de que el COVID-19 es una enfermedad respiratoria se ha demostrado que además tiene efectos negativos en el sistema cardiovascular, puede afectar al músculo cardíaco y causar miocarditis, arritmias o daños miocárdicos.

Palabras clave: COVID-19, afectación cardíaca

Abstract

During the month of December 2019 a series of cases diagnosed with pneumonia were observed in Wuhan, this number of infections was growing until an emerging SARS-CoV-2 coronavirus or also called COVID-19 was officially recognized on January 7, 2020, on March 11. It was finally classified as a pandemic. The clinic of COVID-19 is rather uncertain, but the most characteristic general symptoms are fever, cough, shortness of breath, headache, and general malaise with muscle aches and fatigue. As for the treatment for SARS-CoV-2, a completely effective or determining one has not yet been demonstrated, supporting drugs are used. The population has not generated antibodies nor is a vaccine available yet, so it must be known that preventive measures to prevent the spread of this virus are the most effective and the only option at the moment. The prognosis of this disease is usually favorable in children and adults up to 24 years old, for people between the ages of 25 and 65 it varies greatly depending on comorbidity, as well as people suffering from cardiovascular disease, high blood pressure, diabetes, Liver or kidney lung conditions are the most vulnerable to the possibility of complications. Given the widespread belief that COVID-19 is a respiratory disease, it has been shown that it also has negative effects on the cardiovascular system, can affect the heart muscle and cause myocarditis, arrhythmias or myocardial damage.

Keywords: COVID-19, cardiac implications

Introducción

Durante el mes de diciembre de 2019 se observó una serie de casos diagnosticados por neumonía en Wuhan cuyo número de contagios fue creciendo hasta que el 7 de enero de 2020 se reconoció oficialmente un emergente coronavirus SARS-CoV-2 o también denominado COVID-19. El 30 de enero de 2020 fue declarada por la OMS “una emergencia de salud pública internacional” y el 11 de marzo se clasificó finalmente en pandemia1.

El COVID-19 tiene unas características especiales que benefician su rápida propagación. Se replica en vías respiratorias superiores y tarda días hasta que se suelen manifestar los primeros síntomas, mientras tanto las personas infectadas siguen llevando una vida normal favoreciendo la propagación del virus y cuando comienzan los primeros síntomas (tras un periodo de incubación de hasta 15 días), el virus ya se ha extendido y contagiado a cientos de personas1.

El diagnóstico de esta enfermedad se realiza mediante RT-PCR con la recogida de una muestra orofarínga, nasofaríngea o esputo con un hisopo. Existen protocolos específicos de cada país para el transporte de la muestra ya que se debe evitar que las personas que la manipulen estén en contacto con el virus, además la OMS publicó unas recomendaciones que hay que tener en cuenta2.

La clínica del COVID-19 es más bien incierta, pero los síntomas generales más característicos son fiebre, tos, dificultad respiratoria, cefalea y malestar general con dolores musculares y astenia3. Dependiendo de estos síntomas la enfermedad se clasifica en leve-moderada (suele ser la mayoría de los paciente y se considera como neumonía no grave), severa (cuando la enfermedad avanza y se convierte en una neumonía grave que requiere tratamientos específicos e ingreso en unidades de cuidados intensivos), y crítica (evoluciona en SARS, sepsis y shock, aproximadamente un 5% de los casos). El pronóstico de esta enfermedad suele ser favorable en niños y adultos de hasta 24 años, para las personas de edades comprendidas entre los 25 y 65 años varía mucho dependiendo de la comorbilidad, así bien las personas que padecen enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes, afecciones pulmonares hepáticas o renales son los más vulnerables ante la posibilidad de presentar complicaciones4.

Ante el pensamiento generalizado de que el COVID-19 es una enfermedad respiratoria se ha demostrado que además tiene efectos negativos en el sistema cardiovascular y esto se cree que es debido a que la encima convertidora de angiontensina-2 (ECA-2) que es un receptor del SARS-CoV-2 está presenta también en el corazón, eso hace que exista una relación entre el COVID-19 y este sistema. Ello explicaría los casos descritos de pacientes contagiados por este coronavirus que desarrollan miocarditis, insuficiencias cardíacas agudas, arritmias e incluso trastornos de la coagulación1.

En cuanto al tratamiento para el SARS-CoV-2, todavía no se ha demostrado uno completamente efectivo ni determinante, se usan fármacos de soporte. La población tampoco ha generado anticuerpos ni se dispone aún de una vacuna así que se tiene que saber que las medidas de prevención para evitar la propagación de este virus son las más efectivas y la única opción por el momento. La distancia física de más de dos metros es una de las elecciones más efectivas, aunque se ha demostrado que se reduce la transmisibilidad del agente en un porcentaje muy elevado con el lavado de manos con agua y jabón, el uso de agentes con alcohol, o medidas de higiene respiratoria como el uso de mascarillas y cubrirse la boca al toser o estornudar con un pañuelo desechable e inmediatamente tirarlo4,5.

Objetivo

Revisar la información existente de las posibles complicaciones del SARS-CoV-2 y sus afecciones más allá del sistema respiratorio.

Metodología

Este trabajo se llevó a cabo mediante la información recogida en artículos pertenecientes a Scholar Google.

Las palabras claves de la búsqueda rápida fueron: COVID-19, afectación cardíada.

Criterios de inclusión:

  • Idioma: español e inglés.
  • Artículos con acceso completo.
  • Artículos con información relevante del COVID-19 y de su afectación más allá del sistema respiratorio.

Criterios de exclusión

  • Artículos que únicamente tenían acceso libre al resumen.

Se seleccionaron un total de 7 artículos.

Discusión

Existen pos posibilidades en las que podría haberse replicado el COVID-19: selección natural en un huésped animal antes de la transmisión zoonótica o selección natural estando el virus patente en los humanos tras haberse producido la transmisión zoonótica. En el primero de los casos el inicio se sitúa en el mercado de Huanan en Wuhan, ya que la secuencia del genoma analizada en la especie de murciélagos (Rhinolophus affinis) que se comercializan allí coincide en un 96,2% con el genoma del SARS-CoV-2. No se puede determinar con exactitud si el virus se transmitió directamente desde el murciélago o existieron otro tipo de animales intermediaros que facilitaron el contagio a humanos. Así bien, el candidato estrella de entre todas las sospechas es el pangolín ya que se ha conseguido aislar el genoma del SARS-CoV-2 en esta especie y son vendidos de forma ilegal en el mercado de China6.

 Puede haberse dado otra circunstancia, que corresponde al segundo caso citado anteriormente. Podría ser posible que se produjera una transmisión del SARS-CoV-2 del animal a un humano y este se adaptara con unas características adecuadas para poder saltar de humano en humano. No se debe olvidar una tercera posibilidad y esta es la creación del virus de forma accidental en un laboratorio. Son muchos años los que se llevan replicando los coronavirus de los murciélagos para su estudio en laboratorios de bioseguridad nivel dos y hay registros de fugas debidas a accidentes de este virus6.

El inicio de este virus sea como fuere determinaría el futuro de las posibles pandemias, así bien, si el SARS-Cov-2 saltó de un animal a otro y adquirió características que le permitió adaptarse en otra especie hay un riesgo de que esta situación pueda repetirse, sin embargo si la mutación se produjo cuando su huésped era ya una persona, es mucho menos probable que se repitan las mismas mutaciones en las condiciones adecuadas6.

Dejando atrás el inicio de este SARS-CoV-2, el tema que se debe tratar y estudiar es la posibilidad de inmunización. Las pruebas que se realizan para la detección de anticuerpos determinan que la persona ha contraído el virus y en su medida posee cierta inmunidad, pero todavía se desconoce la duración de la misma o si se puede volver a contraer la infección viral o no. Quizás la inmunización se produzca sólo durante un tiempo determinado o se pueda volver a contraer la enfermedad aunque de forma más leve1.

Resultados

Se ha demostrado que el SARS-Cov-2  es más que un virus respiratorio, así pues las complicaciones en el sistema cardiocirculatorio están descritas y presentes en multitud de pacientes.

El COVID-19 puede afectar al músculo cardíaco y causar miocarditis. Puede ser debido a que la encima convertidora de angiontensina-2 (ECA-2) que es un receptor del SARS-CoV-2 está presenta también en el corazón. Se han llevado a cado autopsias en pacientes fallecidos por este virus y se han encontrado células inflamatorias mononucleares infiltradas en miocardio. El pronóstico no tiene por qué ser grave, si el paciente logra superar la enfermedad puede recuperar la función miocárdica, aunque la bibliografía también describe casos de miocarditis fulminante1,7. Las arritmias cardíacas son otra de las complicaciones del COVID-19, pero con una mayor frecuencia que las miocarditis. Pueden ser debidas al daño miocárdico pero podría ser también consecuencia de los fármacos que se emplean en estos pacientes, así bien la cloroquina e hidroxicloroquina, o los inhibidores de la proteasa que inhiben la replicación del RNA del virus producen un ampliación del QT. Existen además series de pacientes en los que sea producido daño miocárdico producido por el aumento de la troponina ultrasensible. La mayoría de estos pacientes presentaba patologías de base y tuvieron un peor pronóstico7.

Todavía no se puede certificar la causa del daño y patologías miocárdicas, la respuesta inflamatoria aguda podría derivar en isquemia especialmente si existía una enfermedad cardiovascular previa pero el mecanismo fisiopatológico exacto es imposible asegurarlo todavía, el COVID-19 es una enfermedad de reciente creación y se necesitan más estudios para confirmarlo7.

Conclusión

El coronavirus SARS-CoV-2 es un nuevo virus que se ha hospedado en la raza humana y se caracteriza por su rápida difusión. Más allá de ser un virus respiratorio que acaba derivando en una neumonía se ha demostrado que las complicaciones que puede producir abarcan a más aparatos y sistemas, como es el caso del cardiocirculatorio. En principio, los pacientes que no tengan patologías de base lo sufrirán como un virus leve pero para proteger a las personas más vulnerables se debe evitar su propagación llevando a cabo las medidas de prevención recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

Bibliografía

  1. Moreno-Martínez F.L, Moreno-López F.L, Oroz Moreno R. Repercusión cardiovascular de la infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19). CorSalud. 2020; 12(1)3-17.
  2. Aragón-Nogales R, Vargas-Almanza I, Miranda-Novales M.G. COVID-19 por SARS-CoV-2: la nueva emergencia de salud. Rev Mex Pediatr. 2019;86(6):213-218.
  3. Rodríguez-Morales A.J, Sánchez-Duque J.A, Hernández Botero S, Pérez-Díaz C.E, Villamil-Gómez W.E, Méndez C.A. et al. Preparación y control de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en América Latina. Acta Med Peru. 2020;37(1):3-7.
  4. Villegas-Chiroque M. Pandemia de COVID-19: pelea o huye. REV EXP MED. 2020;6(1).
  5. Benavides F.G. La salud de los trabajadores y la COVID-19. Arch Prev Riesgos Labor. 2020;23(2):154-158.
  6. Oliva Marín J.E. SARS-CoV-2: origen, estructura, replicación y patogénesis. Alerta. 2020;3(2).
  7. García Fernández M.A, Gómez de Diego J.J. COVID-19 y afectación cardíaca. Rev Chil Anest. 2020; 49:397-400.