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Cuidados generales en el niño con crisis convulsiva

Cuidados generales en el niño con crisis convulsiva

La crisis convulsiva es una de las emergencias neurológicas más frecuentes en los servicios de Urgencias Pediátricas. Si no se trata de forma rápida y adecuada, puede conducir a daños neurológicos o a la muerte.

AUTORES:

  1. Mª Esperanza Cruz García DUE. Servicio Andaluz de Salud
  2. Mauricio Cruz Bajo. DUE. Servicio Andaluz de Salud
  3. Víctor Fernández Gil. DUE. Servicio Andaluz de Salud

RESUMEN

Nuestro objetivo principal es mejorar el mecanismo de respuesta del personal de Enfermería ante una crisis convulsiva, que puedan reconocer la crisis y distinguir los diferentes tipos, poniendo en práctica los procedimientos enfermeros que se deben desarrollar ante una convulsión, ya que estar prevenido permite una actuación rápida y precisa y disminuye los riesgos de lesión y efectos secundarios,  y educar a la familia / cuidador principal en el manejo del plan de cuidados del niño con crisis convulsivas .

PALABRAS CLAVE: crisis convulsiva, niños, Enfermería, familia

INTRODUCCIÓN

La crisis convulsiva presenta varias definiciones y tipos, entre ellas:

Crisis convulsiva: cuadro clínico motor, sensitivo, sensorial, psíquico, vegetativo secundario a una descarga masiva de neuronas corticales.

Epilepsia: conjunto de crisis convulsivas recurrentes, afebriles, e idiopáticas.

Crisis convulsivas idiopáticas o primaria: es aquella que no tiene una causa aparente excepto predisposición genética.

Crisis convulsiva sintomática o secundaria: aquella que tiene una causa conocida.

Status convulsivo o epiléptico: crisis convulsiva que tiene una duración de más de treinta minutos y no hay recuperación del estado de conciencia.

Existen varios tipos de convulsiones infantiles, entre los que se incluyen los siguientes:

  • Convulsiones parciales Las convulsiones parciales tienen lugar cuando se produce una función eléctrica cerebral anormal en una o más zonas de uno de los lados del cerebro. Aproximadamente un tercio de los niños que sufren convulsiones parciales experimentan un aura antes de que se produzca la convulsión. Un aura es una sensación extraña, que puede consistir en cambios visuales, anomalías auditivas o cambios en el sentido del olfato.

Existen dos tipos de convulsiones parciales, que son los siguientes:

  • Convulsiones parciales simples Las convulsiones típicamente duran menos de un minuto. El niño puede presentar diferentes síntomas dependiendo del área del cerebro afectada. Si el funcionamiento anormal del cerebro es en el lóbulo occipital (la parte de atrás del cerebro que participa en la visión) el niño puede sufrir alteraciones de la vista. Por lo general, los músculos del niño son más comúnmente afectados. La actividad de la convulsión se limita a un grupo muscular aislado, como los dedos, o a músculos más grandes en los brazos y las piernas. En este tipo de convulsión, el paciente no pierde el conocimiento. El niño puede experimentar sudores, náuseas o palidez.
  • Convulsiones complejas Este tipo de convulsiones generalmente ocurre en el lóbulo temporal del cerebro, la zona del cerebro que controla el funcionamiento de las emociones y la memoria. La convulsión suele durar entre uno y dos minutos. Generalmente el niño pierde el conocimiento durante estas convulsiones y puede presentar diversos comportamientos. Dichos comportamientos pueden abarcar desde ahogarse, chasquear los labios, correr, gritar, llorar y, o reírse. Cuando el niño vuelve en sí después de la convulsión puede quejarse de sentirse cansado o somnoliento. Esto se denomina período posticcial
  • Convulsiones generalizadas Las convulsiones generalizadas afectan a ambos lados del cerebro. Existe pérdida del conocimiento y un período postictal después de la convulsión.

Entre los diferentes tipos de convulsiones generalizadas se incluyen los siguientes:

-Convulsiones de ausencia (conocido antes como petit mal) Estas convulsiones se caracterizan por un estado de consciencia alterada y episodios con la mirada fija.   Por lo general, la postura del niño se mantiene durante la convulsión. Puede realizar movimientos con la boca o la cara o pestañear. La convulsión no suele durar más de 30 segundos. Cuando la convulsión termina, tal vez el niño no recuerde lo que acaba de ocurrir y continúe con sus actividades, actuando como si nada hubiera pasado. Estas convulsiones pueden ocurrir varias veces al día. Algunas veces este tipo de convulsión se confunde con un problema de aprendizaje o de comportamiento. Las convulsiones de ausencia son poco frecuentes antes de los cinco años de edad y se dan más a menudo en las niñas.

-Convulsiones atónicas En las convulsiones atónicas se produce una pérdida súbita del tono muscular y el niño puede caerse si está de pie o de repente dejar caer la cabeza. Durante la convulsión, el niño está sin fuerzas y no responde.

.  Convulsiones generalizadas tónicas clónicas (conocido antes como grand mal, su sigla en inglés es GTC) Este tipo de convulsión se caracteriza por la aparición de cinco fases diferentes. El cuerpo, los brazos y las piernas se flexionan (se contraen), se extienden (se estiran) y tiemblan (se sacuden); seguido de un período clónico (contracción y relajación de los músculos) y del período postictal. Durante el período posticcial el niño puede estar somnoliento, tener problemas de la vista o del habla, y puede tener un fuerte dolor de cabeza, fatiga o dolores en todo el cuerpo.

. Convulsiones mioclónicas Este tipo de convulsión consiste en un movimiento rápido o una sacudida brusca de un grupo de músculos. Estas convulsiones tienden a ocurrir en grupos, es decir, pueden ocurrir varias veces en un día o durante varios días seguidos.

– Espasmos infantiles Este tipo poco frecuente de trastorno convulsivo se produce en niños menos de 6 meses de edad. Ocurre con mucha frecuencia cuando el niño está despertándose o cuando se está quedando dormido. El bebé suele presentar breves períodos de movimientos del cuello, el tronco o las piernas que duran unos segundos. Los bebés pueden tener cientos de estas convulsiones cada día. Esto puede ser un problema grave y tener complicaciones a largo plazo.

–  Convulsiones febriles Este tipo de convulsión está asociado con la fiebre. Son más frecuentes en los niños de entre 6 meses y 6 años de edad, y puede haber antecedentes familiares de este tipo de convulsiones. Las convulsiones febriles que duran menos de 15 minutos se llaman «simples» y generalmente no causan efectos neurológicos a largo plazo. Las convulsiones que duran más de 15 minutos se llaman «complejas» y pueden producirle alteraciones neurológicas permanentes en el niño.

Un niño puede experimentar una sola convulsión o muchas convulsiones. Aunque la causa exacta de la convulsión puede no llegar a saberse, las convulsiones más comunes son causadas por lo siguiente:

En los recién nacidos y los bebés:

o Traumatismos al nacer.

o Problemas congénitos (de nacimiento).

o Fiebre.

o Desequilibrios  químicos o metabólicos en el cuerpo.

En niños, adolescentes y adultos:

o Alcohol o drogas.

o Traumatismo en la cabeza.

o Infecciones.

o Razones desconocidas.

Otras posibles causas de las convulsiones pueden incluir las siguientes:

o Un tumor cerebral.

o Problemas neurológicos.

o Síndrome de abstinencia de drogas.

o Medicamentos.

El niño puede tener diversos grados de síntomas, dependiendo del tipo de convulsión. Los siguientes son los síntomas generales de una crisis convulsiva.

Los síntomas o las señales de aviso pueden incluir:

  • Mirada fija.
  • Sacudidas de los brazos y las piernas.
  • Rigidez del cuerpo.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Problemas respiratorios o episodios en los que deja de respirar.
  • Pérdida del control de la vejiga o del intestino.
  • Caída súbita sin ningún motivo aparente.
  • Ninguna reacción al ruido o a las palabras durante breves períodos de tiempo.
  • Confusión o aturdimiento.
  • Somnolencia e irritabilidad al despertarse por las mañanas.
  • Cabezadas.
  • Períodos de mirada fija y parpadeos rápidos.

OBJETIVOS:

-Mantener una adecuada ventilación pulmonar y controlar las crisis convulsivas.

-Educar a la familia / cuidador principal en el manejo del plan de cuidados del niño con crisis convulsivas

DIAGNÓSTICOS E INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA RELACIONADOS CON LAS CRISIS CONVULSIVAS EN NIÑOS     

  1. Riesgo de deterioro del intercambio gaseoso

– Administración de oxígeno prescrito.

– Valoración de la saturación de oxígeno

– Valoración de la frecuencia respiratoria.

– Obtención de muestra de sangre arterial.

  1. Intolerancia a la actividad

– Vigilar la tolerancia a la actividad del niño.

– Ayuda en el autocuidado

– Fomentar los autocuidados cotidianos progresivamente

  1. Deterioro patrón sueño.

– Cuidados para favorecer el descanso del paciente.

– Disminuir la ansiedad, temor…

– Ambiente agradable y tranquilo.

  1. Déficit de actividades recreativas

– Facilitar las visitas.

– Terapia de entretenimiento.

– Informar de los recursos de ocio disponibles.

  1. Riesgo de aspiración r/ c las crisis convulsivas

– Aspiración de secreciones.

– Tener preparado material de intubación y guedell por si precisa.

– Valoración Frecuencia respiratoria

– Valoración de la permeabilidad vías aéreas

  1. Riesgo de caídas.

– Actuación en la prevención de las caídas.

– Supervisión continúa.

– Dispositivos de seguridad.

  1. Temor en los padres y el niño

– Potenciación de la seguridad.

– Disminución de la ansiedad.

  1. Manejo ineficaz del régimen terapéutico

– Apoyo al cuidador principal.

– Enseñanza: proceso de enfermedad.

– Determinar el nivel de conocimientos de los padres.

–  Proporcionar información sobre el estado del niño.

–  Enseñar a los padres la terapia del niño: manejo de la crisis convulsiva.

–  Enseñar a los padres técnicas de manejo de estrés.

CONCLUSIONES.

El papel de Enfermería es fundamental ante el manejo y reconocimiento de las crisis convulsivas en el niño, ante una rápida actuación se evitaría graves daños cerebrales,  rápido control de los síntomas y así se evitaría situaciones de estrés y ansiedad en la familia. Por otra parte es  importante es enseñar a la familia a reconocer y manejar las crisis convulsivas del niño y saber controlar la situación.

BIBLIOGRAFÍA

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