Cuidados de enfermería en el proceso del trasplante renal
El trasplante renal es, actualmente, una de las técnicas de trasplantes más utilizadas y con un mayor índice de éxitos. Se considera la única terapia definitiva para los pacientes con insuficiencia renal crónica, suponiendo su curación prácticamente definitiva.
AUTORES:
- Adrián Vázquez Pérez. DUE. (Complejo Hospitalario Juan Ramón Jiménez).
- Miriam Domínguez Campos. DUE. (Ansalud Onuba S.L.).
- Sonia Aljama Noguera. DUE. (Ansalud Onuba S.L.).
Palabras clave: trasplante renal, complicaciones, cuidados, vigilancia.
INTRODUCCIÓN
Existen dos tipos de donantes, los vivos y los cadáveres. El riñón donado se implanta en la fosa ilíaca, fuera del peritoneo. Sin la extracción del riñón o riñones no funcionantes del receptor. Reduciendo así posibles complicaciones.
CUIDADOS GENERALES
Tras la intervención, es frecuente visualizar una funcionalidad inmediata, produciendo diuresis que llega a normalizarse a las 48 o 72 h.
FUNCION CIRCULATORIA:
Es fundamental monitorizar al paciente para vigilar la presión arterial y la presión venosa central. Administrando fluidoterapia para mantener ambas mediciones dentro de valores normales.
FUNCIÓN EXCRETORA: DIURESIS
El paciente deberá estar sondado para una medición exacta de la diuresis, deberá estar conectado a un sistema cerrado con urinómetro para un control horario exhaustivo (diuresis, aspecto, coloración). Vigilar la permeabilidad del sistema y la posible aparición de globos vesicales.
VIGILANCIA DE INFECCIÓN
Los pacientes trasplantados deberán mantenerse aislados de posibles focos de infección, como por ejemplo, de otros pacientes con heridas infectadas, y del personal sanitario que traten a estos.
Las curas deberán ser estériles, llevando siempre gorro, mascarilla, bata y guantes estériles.
Se realizarán analíticas y radiografías de control para vigilar la aparición temprana de signos de infección.
VIGILANCIA DE SIGNOS DE RECHAZO Y COMPLICACIONES
Para ello, será fundamental vigilar cambios en el estado de la herida quirúrgica, cambios importantes en la diuresis, así como el aspecto de la misma.
Vigilar signos agudos de rechazo como cambios de la presión arterial o PVC, elevación de la creatinina, oliguria o anuria.
Vigilar la tolerancia del paciente a la medicación inmunosupresora, principalmente mediante control analítico (hemograma y transaminasas).