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Cuidados enfermeros en el manejo y mantenimiento de catéter venoso central tipo Hickman

Cuidados enfermeros en el manejo y mantenimiento de catéter venoso central tipo Hickman

En multitud de ocasiones, los pacientes con patologías hematológicas reciben intensivas sesiones de quimioterapia y administración de hemoderivados, además, de las consiguientes extracciones sanguíneas. Para evitar el daño de la red vascular periférica, y punciones traumáticas, estos pacientes son candidatos a la implantación de catéteres venosos centrales de larga duración, en este caso, catéter tipo Hickman.

Cuidados enfermeros en el manejo y mantenimiento de catéter venoso central tipo Hickman

AUTORES: David Delgado Sevilla 1, Tania Sánchez Guio 2, Francisca Morte Martín 3, Raquel Pérez Reyes 3

1 Máster Universitario en Investigación en Ciencias de la Salud. Enfermero en Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.

2 Máster Universitario en Gerontología Social. Enfermera en Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.

3 Diplomado/a Universitario en Enfermería. Enfermera en Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.

No existe conflicto de intereses entre los autores

PALABRAS CLAVE: Enfermería, cuidados, catéter, vía central, Hickman, hematología, oncología.

RESUMEN

Al igual que otros dispositivos de larga duración, el catéter Hickman está indicado en aquellos pacientes, sobre todo hematológicos, que estén sometidos a quimioterapia de forma intensiva y prolongada en el tiempo, administración frecuente de hemoderivados, o incluso aquellos que se les vaya a realizar un trasplante de médula ósea.

El catéter Hickman es un dispositivo de silicona radiopaco tunelizado que desemboca en una vena de gran calibre, a nivel de la vena cava superior en su unión con la aurícula derecha del corazón. Los cuidados enfermeros a tener en cuenta con el catéter Hickman, radican en el mantenimiento de su correcto funcionamiento mediante limpieza y heparinización de las luces, así como, la realización de curas del punto de inserción, con el objetivo de disminuir al máximo el riesgo de infección en estos pacientes.

En este trabajo se enumeran las ventajas, complicaciones, así como los procedimientos más básicos para su manejo y cuidado por parte de los profesionales de Enfermería.

INTRODUCCIÓN

Los pacientes que son diagnosticados de procesos oncológicos, aunque más particularmente de procesos hematológicos son sometidos a importantes sesiones de quimioterapia y administración de hemoderivados. Estos pacientes requieren de la implantación de catéteres que duren en el tiempo. Por ello, se seleccionan catéteres de vía central (1).

La administración de quimioterapia conlleva una inmunosupresión importante del paciente, añadido a una pérdida de la solución de continuidad de la piel por la implantación de este tipo de catéter venoso, hace que el paciente disponga de un alto riesgo de infección (1,2).

El catéter tipo Hickman es un dispositivo fabricado en silicona, que dispone de una larga vida útil de aproximadamente hasta 1 o 2 años. Sus dimensiones comprenden una longitud aproximada de 90 cm y un diámetro interno de 1,6 mm, con un volumen total de 2 ml. Además, dispone de un anillo de dacrón, el cual, tras 21 días, genera una fibrosis del tejido subcutáneo que contribuye al anclaje del catéter. De forma opcional, o según disponibilidad, también puede portar un anillo impregnado de plata con efecto antimicrobiano (1, 3, 4).

La localización más frecuente es el tórax, existiendo un trayecto subcutáneo hasta su introducción en una vena de gran calibre. Finalmente, la punta del catéter queda localizada en la unión de la vena cava y aurícula derecha (1).

Los catéteres de este tipo pueden llevar más de una luz, aunque la situación más frecuente es que dispongan de dos luces. Cada luz está identificada con un color para una intervención determinada (2):

  • Luz roja: es la luz del catéter de más calibre, por lo que, se utilizará para extracción de sangre e infusión de hemoderivados.
  • Luz blanca y/o azul: son luces de menor calibre, y se pueden utilizar para la administración de medicamentos. En el caso de que el paciente sea portador de nutrición parenteral, una de las luces será para su uso exclusivo.

Su implantación requiere procedimiento médico-quirúrgico en quirófano o en unidades de radiología intervencionista.

Indicaciones del catéter Hickman (2):

  • Pacientes que requieren un acceso venoso seguro y durante un tiempo prolongado.
  • Pacientes que requieren una fuerte administración de fármacos y/o hemoderivados.
  • Realización de trasplante de médula ósea.
  • Administración quimioterapia durante largos periodos.
  • Nutrición parenteral a largo plazo.
  • Pacientes que requieren la realización de sesiones de hemodiálisis.
  • Terapias antibióticas sistémicas prolongadas en el tiempo.
  • Infusión de grandes volúmenes en poco tiempo.
  • Extracciones sanguíneas.

Contraindicaciones (2):

  • Fiebre de origen desconocido.
  • Curso o sospecha de infección.
  • Bacteriemia o septicemia.
  • Radioterapia previa en la zona elegida para la colocación.
  • Reacción alérgica conocida a los materiales.
  • Anatomía no adecuada del paciente.

Ventajas (2,3):

  • Comodidad para el paciente.
  • Facilita la aplicación de tratamientos.
  • Vía de acceso venoso rápida y segura.
  • Vía de gran flujo con pocas complicaciones.
  • Administración de fármacos agresivos con menor riesgo.
  • Preserva las vías periféricas al evitar venopunciones traumáticas y complicaciones en estas venas.

Inconvenientes (2,3):

  • Requiere autocuidado permanente.
  • El índice de infecciones es mayor que en otro tipo de catéteres.
  • Es necesaria heparinización.
  • Su implantación requiere técnica quirúrgica.
  • Precisa adiestramiento específico para su manejo.
  • Puede producir un deterioro de la imagen corporal.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA TRAS LA IMPLANTACIÓN DEL CATÉTER TIPO HICKMAN:

  • Toma de constantes a la llegada del paciente a la unidad de hospitalización correspondiente.
  • Vigilar zona de inserción y tunelización.
  • Colocación de apósito compresivo si precisa.
  • Administrar analgesia pautada si precisa.
  • El aseo del día siguiente se puede realizar sin ningún tipo de problema, teniendo cuidado de no mojar el apósito ni la zona de inserción.