Para lograr los mayores resultados en esta labor se proponen algunos principios a tener en cuenta, como parte del saneamiento ambiental necesario. Primero la participación de todos los miembros de la familia, u otros grupos humanos. Segundo, inspeccionar todo el espacio, encontrar criaderos o posibles criaderos y destruirlos. Y tercero, repetir la acción cada siete días teniendo en cuenta que si quedaron huevos y tienen condiciones propicias (humedad, temperatura, etc., en ese término de tiempo se convierte en larva para transitar por las tres fases que lo trasforman en un peligroso vector. Estas medidas nos evitarían aplicar otras que forman parte del saneamiento básico como la atención medicas a personas con síntomas y la aplicación de insecticidas con el consecuente daño ecológico – ambiental que ello conlleva. (19.20)
El control de la enfermedad depende del control del vector, debido a que no existe en la actualidad una vacuna disponible. Hasta tanto se cuente con una vacuna segura, el control del vector y sus índices de infestación será la única manera de disminuir la transmisión del dengue. El control de la transmisión del dengue es más difícil hoy que con anterioridad cuando se consideran los factores de emergencia y re-emergencia del dengue. La pobreza, crecimiento de la población, la urbanización no planificada, las migraciones y los viajes aéreos han alcanzado niveles nunca antes observados. (21)
Los principios fundamentales para el control del vector y del dengue son la voluntad política (financiamiento, recursos humanos), mejoramiento de la infraestructura de salud y de los programas de control del vector, la coordinación intersectorial, la activa participación de la comunidad entre otros. Los ministerios de salud deben dirigir el control y establecer la vigilancia epidemiológica y entomológica así como las campañas para la educación de la comunidad. Es fundamental que la comunidad reconozca su responsabilidad en el control del dengue y al mismo tiempo lograr un cambio de conducta. (21)
La vigilancia integrada (vigilancia ambiental, vectorial, clínico epidemiológica con soporte de laboratorio) unido a una estrategia de control del vector donde la participación de la comunidad y la participación intersectorial son cruciales es la estrategia actual propuesta por las principales organizaciones internacionales para el control efectivo del dengue. La voluntad política es fundamental en esta estrategia. (22)
Actualmente es esta la enfermedad humana viral transmitida por artrópodos de mayor importancia en términos de morbilidad y mortalidad. Aproximadamente 3000 millones de personas viven en zonas de riesgo de transmisión, con un estimado anual de 50 millones de casos, incluyendo 500 000 con la forma clínica de fiebre hemorrágica de dengue (FHD) y 20 000 muertes, principalmente en niños (24). En 1997 se estimaron por la OMS (World Health Report, 1998) 50 millones de casos y 25.000 fallecidos por dengue hemorrágico, en el mundo. Según este mismo reporte la población en riesgo en el mundo es de 1,8 mil millones de personas, siendo la primera causa de hospitalización y de muerte en los niños del sudeste de Asia. (28)
El dengue tiene un amplio espectro de enfermedad que va desde los casos inaparentes, los más frecuentes hasta la formas graves en ocasiones fatales (fiebre hemorrágica del dengue, síndrome de choque del dengue, FHD/SCD) pasando por un cuadro de fiebre indiferenciada y por el llamado dengue clásico (fiebre elevada, cefalea, dolor retro-orbitratorio, dolores musculares y articulares, rash y síntomas generales es una virosis transmitida al hombre por el mosquito Aedes Aegypti y es una enfermedad que puede tener consecuencias graves.(26)
Como riesgo adicional, se ha reportado desde 1985 la introducción por la importación de gomas usadas, de un país asiático hacia los EUA del Aedes Albopictus (AA), que en el sudeste de Asia se señala como un vector eficiente para el dengue. Sin embargo, en nuestra región, aunque este vector se ha detectado en varios países (México, Honduras, Guatemala, Cuba, R. Dominicana, Brasil y Bolivia) aún no se ha relacionado con ningún brote de dengue (30). Este es un vector urbano y rural y no es preferentemente antropofílico como el AA y en ocasiones desplaza a este de su hábitat. (31) En la década de los 80 varios países de América Latina sufrieron brotes explosivos, y lo más alarmante es que el dengue ha logrado introducirse en el continente en sus formas más graves.
Particularmente en la región de las Américas, se observó un incremento significativo en los casos de FD y de FHD en la década de los 80 y muy particularmente en los 90. En el período comprendido entre 1968 y 1980 se habían reportado solo 60 casos de FHD en la región procedente de 5 países pasando a más de 53000 casos en el período de 1981 a 1997 procedente de 25 países. Factores como la insuficiente disponibilidad de diagnóstico en algunos países o en ocasiones el diagnóstico tardío, inadecuada vigilancia epidemiológica y entomológica y las insuficientes actividades de control del vector, son aspectos que agravan la situación e incrementan la magnitud del problema. Veintisiete países de Centro América y Sudamérica y del Caribe reportaron casos de Dengue en 1997, de ellos 14 registraron casos de dengue hemorrágicos y 8 países registraron fallecidos de FHD.
Analizado por subregión observamos que el área más afectada fue Sudamérica en donde se registraron 285 828 casos y una taza de 89,33 por cien mil habitantes. (229,970 casos, el 80,45% correspondieron a Brasil. En Centro América el reporte ascendió a 36 691 casos con una taza de 113 95 por cada 100 mil habitantes. México con 52 561 casos y una taza de 57,67 por cada 100 mil habitantes y finalmente en el Caribe se reportaron 12 379 casos para una taza de 49,48 por cada 100 mil habitantes. (6955 casos, el 56,18 % correspondieron a Puerto rico, la taza de dengue más elevada de la región se observó en Centro América, Costa Rica con 416,68 casos por 100 mil habitantes. En Venezuela y Puerto Rico se observaron las tasas más elevadas de sur América y el Caribe respectivamente. Un hecho importante en 1998 es el reporte de casos de dengue en el norte de Argentina. (31y 32)
Durante las últimas décadas, en Las América se ha registrado el más drástico incremento en la actividad del dengue, especialmente en Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú, Venezuela y Paraguay (33). La situación epidemiológica del dengue sigue siendo de alta complejidad en La Región y en el mundo, lo que obliga a redoblar los esfuerzos para la implementación de una estrategia de gestión integrada y dar respuesta.
En el período del 2001 al 2006 se notificaron 3 419 919 casos de dengue, incluidos 79 664 casos de dengue hemorrágico y 982 defunciones en Las Américas, con una tasa de letalidad de 1,2 % y la circulación de los 4 serotipos (Dengue 1, 2, 3, 4), lo que aumenta el riesgo de aparición de las