formas más graves de la enfermedad. Los países con tasas de incidencia por 100 000 habitantes, más elevadas hasta septiembre del 2007 en Centroamérica y el Caribe son: Guyana Francesa 1 731,76; Guadalupe 898,84; Costa Rica 585,17 y Honduras 360,61 (34).
La primera y más severa epidemia de dengue hemorrágico en este continente fue reconocida en Cuba a partir de mayo de 1981 y fue provocada por el DEN-2, la enfermedad fue confirmada simultáneamente en La Habana, Cienfuegos y Camagüey, posteriormente se afectaron las restantes provincias (35). Esta epidemia afectó a niños y adultos, hizo que nuestra situación resultara excepcional desde el punto de vista epidemiológico. En total se notificaron 144 203 enfermos, fueron hospitalizados 116 143 (33.7%), de estos el 8.8% fueron considerados graves y muy graves, incluyendo niños y adultos; se recoge que hubo 158 fallecidos, de los cuales 101 eran menores de 15 años. El pueblo sufrió el Impacto de una epidemia. Tuvo nuestro sistema de salud que actuar con eficiencia y prontitud ante un fenómeno tan masivo como desconocido y en aproximadamente 4 meses la epidemia fue controlada, reportándose el último caso el 10 de octubre de ese año. (35 y 36)
En Santiago de Cuba ocurrió la reintroducción del DEN-2 a finales de 1996 y en el verano de 1997 tuvo lugar otro brote epidémico en Santiago de Cuba, 12 personas fallecieron y se demostró que 20 años después de tener Dengue 1, la persona que nuevamente contrajo la enfermedad ahora por Dengue 2 se enfermó de Dengue Hemorrágico (36) A finales del año 2001 y a inicios del año 2002 se reintrodujo el Dengue 3 en la región de Las Américas, con una epidemia en Cuba desde Junio del 2001 hasta Marzo del año 2002 que provocó afectación en 14 524 pacientes, de ellos 12 889 pacientes, el 88,7% en la capital del país, y a partir de ahí se han afrontado brotes epidémicos esporádicos en los años sucesivos hasta la fecha (37)
28 de agosto de 2010, 09:12 La Habana, 28 ago. (PL) Las autoridades sanitarias cubanas alertaron por la presencia en 23 de los 169 municipios de la isla de elevadas concentraciones del mosquito transmisor del Dengue en momentos que se reportó una alta incidencia de la enfermedad en la región. La alarma se produce luego del reconocimiento que ese año se detectaron 70 casos de dengue importado. Actualmente se reporta que en cinco provincias y 23 municipios del país existe una alta infestación del Aedes aegypti, lo que constituye un caldo de cultivo para la aparición de una epidemia de dengue. La situación es más grave al tener en cuenta que en América Latina se produce una de las epidemias más grandes de la enfermedad al reportarse más de 1,3 millones de enfermos y 600 muertos. Además en la isla se mantienen problemas con el saneamiento ambiental de las instituciones del Estado y la falta de cooperación de la comunidad, expuso el artículo (38).
Ya es probada las consecuencias que para la salud humana y su calidad de vida puede traer, esta terrible viremia con efectos letales en muchos de los casos. Es preciso tener en cuenta los factores que inciden en los índices de infestación de este vector para una determinada población. Particularmente para nuestro país que a pesar de sus características geográficas y ambientales propicias para su proliferación.
La responsabilidad ciudadana, puede constituir un punto vital en la prevención y contención de la enfermedad y más aún si se tiene en cuenta en un caso como el de Cuba, que está constituido por una población de alto nivel de instrucción, capacitación y educación sanitaria del tema, con años de experiencia de lucha contra esa enfermedad, y con una infraestructura y servicios sanitarios a asequibles a la población con recursos de todo tipo en función de ello. Por lo que habría que entrar a valorar desde factores de incidencia social, un punto probable discordante o determinante en las tareas básicas de prevención y control de esta virosis.
El efecto de la triada ecológica en esta enfermedad trasmisible puede ser cortada o atenuado, en varios de sus componentes, con sencillas medidas de ordenamiento del medio que imposibiliten o dificulten la proliferación del mismo, teniendo en cuenta sus hábitos hematofágicos y el carácter antrozoofílicos (diurnos, urbanos e intradomiciliarios).
En el conocimiento que el control de la enfermedad (dengue), depende del control del vector.La recidualidad de agentes químicos juega un papel importante para resolver el problema sanitario de las poblaciones de animales vectores perteneciente al phyllum artropodos de la clase insecta, que transmiten enfermedades al hombre como lo hacen miembros de la familia Culicidae, vehículos intermediarios entre el hombre enfermo y el huésped susceptible capas retransmitir: dengue, fiebre amarilla, paludismo, encefalitis viral equina, filariasis y otras enfermedades.
Los insecticidas organofosforados (IOP) se encuentran ampliamente extendidos en la actualidad ya que son utilizados tanto en el medio laboral (agrícola y no agrícola) como en el doméstico, en diversas industrias, medicina e incluso como armamento químico. Se denominan insecticidas organofosforados (IOP) aquellas sustancias orgánicas derivadas de la molécula del ácido fosfórico. Forman parte de los insecticidas «de contacto» al absorberse por intermedio de los lípidos del caparazón de los insectos.Los conocimientos acerca de la química del fósforo se remontan a comienzos del siglo XIX, pero las investigaciones que describieron por primera vez los efectos nocivos de los IOP sobre los seres vivos datan de 1932 siendo el alemán Schrader uno de los científicos que más información ha aportado al respecto.
La segunda guerra mundial a los finales de los 40 trajo aparejada una gran revolución de la industria química. En dicho marco aparecieron los organofosforados como desarrollo exclusivamente militar (gases neurotóxicos) y luego de la guerra, con un amplio uso agrícola.
Así aparecieron en los 50’s el paratión y el malatión, organofosforados que se consolidaron como insecticidas principalmente agrícolas y su uso se incrementó enormemente. En las industrias bélicas y de armas químicas en Alemania desde su descubrimiento fueron utilizadas para exterminar poblaciones y devastar ejércitos y después del 1948, fue necesario dar un vuelco a su utilidad para quedar más tarde en el control de vectores, fue introducido en nuestro país como otros del mundo donde las enfermedades vectoriales eran incontrolables esta práctica de control químico sintético el cual no de inicio fue utilizado para el control de vectores en depósitos útiles de hogares, se sabe que su práctica inicial se desarrolló en ríos, charcas y pantanos y todo lugar en el que existía presencia de agua infectado por mosquitos transmisores de diferentes enfermedades arboviricas al hombre .
El Temephos, conocido como abate en su forma comercial, es un Fosforotionato de o’-tetrametil o tio-di-p-fenileno, un