Dolor. La interpretación de médicos tradicionales
Todas las sociedades humanas a lo largo de la historia han otorgado al dolor un sentido y un valor que le confiere un significado diferente; todas procuran explicar su origen y combatirlo mediante símbolos y prácticas que han sido utilizadas por generaciones.
Dolor. La interpretación de médicos tradicionales
L.E. Elizabeth Colorado Carmona, M.E. Marcela Tenorio Gómez, Dra. Juana Edith Cruz Quevedo, M.C.E. Margarita Veliz Cortés.
Por ello podemos considerar que la medicina es parte de la cultura de una sociedad, de una comunidad, todas a lo largo de su historia han desarrollado su propia concepción e idea de la muerte, de la salud y de la enfermedad, sobre sus causas, la manera de reconocerlas, diagnosticarlas y por consiguiente de cómo tratarlas, cada comunidad o sociedad tiene su propia manera de aliviar, curar o mantener la salud.
El dolor es una de las principales causas de consulta tanto en las grandes ciudades como en las comunidades más marginadas en nuestro país, sin embargo aunque la sensibilidad al dolor es semejante en todas las sociedades humanas, el umbral en el cual reacciona el individuo, y la actitud que este adopte hacia la experiencia de dolor esta socialmente vinculado con la trama social y cultural en la que se desenvuelve, ya que entre el estímulo y lo percibido esta su historia de vida, como singularidad personal, pertenencia social y cultural; aspectos que determinan su relación con el dolor.
Esto demuestra que existe una relación entre las modificaciones corporales y la apreciación que del dolor se desarrolla, la cual se ha aprendido a reconocer relacionándola con el sistema de valores y creencias que cada persona o población tiene; por tanto podemos asegurar que la cultura aprendida forma parte del cuerpo, es ella la que otorga la promoción o la indiferencia que se asigna al dolor.
Sin embargo la medicina no considera este razonamiento ya que ejerce una cultura de conocimientos científicos, restringida a un grupo selecto de individuos, en el cual el paciente o afectado es excluido; para la medicina el paciente es un cuerpo abstracto acompañado de una biología que esta ciencia se esfuerza por descubrir y controlar. El médico se basa en una descripción objetiva para él, del dolor y de los síntomas que le acompañan con la finalidad de establecer una representación orgánica y aplicar una terapéutica específica, busca enfrentar la enfermedad siguiendo los datos que le proporciona el paciente, pero sin perder su propia orientación.
En este sentido podemos considerar que el establecer el diagnóstico de un padecimiento debería ser menos complicado para un médico tradicional que pertenece a la misma historia cultural de la persona afectada.
Se entiende por medicina tradicional de acuerdo a la OPS “el conjunto de todos los conocimientos teóricos y prácticos, explicables, o no, utilizados para diagnóstico, prevención y supresión de trastornos físicos, mentales o sociales, basados exclusivamente en la experiencia y la observación transmitidos verbalmente o por escrito de una generación a otra.
Se les llama médicos tradicionales a aquellas personas que ofrecen servicios para curar o mantener la salud desde el enfoque de la cosmovisión, lo que los convierte en una personalidad de respeto para la población.
Es por ello que surgió el interés por investigar la manera en que los médicos tradicionales de una región perciben y tratan el dolor,
El presente trabajo tuvo como objetivo conocer la perspectiva que tienen médicos tradicionales para el manejo del dolor, para ello se entrevistaron a tres médicos tradicionales diferentes, una partera, una curandera y una herbolaria, de las comunidades de El haya, El crucero, y Piedra parada, de los municipios de Xico y Teocelo, municipios localizados, en la zona denominada “de las altas montañas” en el estado de Veracruz, todos con más de 15 años de experiencia.
De acuerdo con las entrevistas realizadas podemos considerar que los médicos tradicionales adquieren sus conocimientos por parte de un familiar directo, “Aprendí de mi mamá”, “los adquirí en base a la herencia que me dejo mi abuela”, y en algunas ocasiones la causa es “por necesidad”.
Ellos se consideran elegidos; que nacieron con un don superior, que les impone la misión de ayudar a las personas a recuperar su salud, lo que se percibe en expresiones como “ es cosa de tener valor”, “ venimos designados de nación, quien lo va a ser y quien no”, “ esto ya es descendencia” . Los medios que utilizan para ello son oraciones, veladoras, tés, masajes y en algunas ocasiones utilizan fármacos ya conocidos y de fácil acceso ya que no requieren de receta médica para obtenerse.
El dolor también en estos casos es una causa de consulta muy frecuente, los tratamientos o remedios que utilizan son principalmente masajes, tés y pomadas,
expresiones como “drenan, todo sale, entonces se quita el dolor”, “si a ellas no les duele fuerte pues no avanzan”, “por la misma edad” hacen ver que el dolor lo conciben como menciona ( Lee Breton David, Antropología del dolor, 1999 ) desde el punto de la fisiología, la dosis de sufrimiento inherente a un proceso patológico o a una lesión; lo cual justifica que ellos den prioridad específica a la causa del dolor, y es al que deben dar un tratamiento realmente.
Aseguran que quienes acuden a ellos lo hacen porque “están acostumbrados”, “por qué es usted su hija y contamos con fé que es usted igual que ella”, “por qué no encuentran mejora con lo patente”, por lo cual se consideran con el deber de inculcar a las personas fé, en ellas, en sus habilidades y en un dios poderoso, tener la firme convicción de creer que sanaran es lo que realmente logra la resolución de su problema. Del creyente esperan paciencia y temple.
Podemos concluir que los médicos tradicionales interpretan el dolor al igual que la medicina alópata como un síntoma resultante de una alteración o proceso fisiológico en el individuo, normal y en algunos casos necesario, motivo por el cual dan prioridad a buscar y atender dicha alteración y no al dolor.
Sus tratamientos consisten en el uso de masajes, y el uso de hierbas que han manejado a lo largo de su vida, pero principalmente en manejar el sentido que el propio individuo otorga al dolor. Establecen en ellos una firme convicción de que son ellos mismos quienes pueden dar solución a su problema, con paciencia y confiando en que un ser todo poderoso a través de ellos les enviara el alivio.
Bibliografía
1.- Le Breton David, “Antropología del dolor”, París, 1999, editions Metailie.
2.- Thernstrom Melanie, “Las crónicas del dolor”, Nueva York, 2010, Editorial Anagrama, Barcelona, España.
3.- Moscoso Javier, “Historia cultural del dolor”, editorial Taurus.
4.- Barragan Solis A, El dolor crónico, una visión antropológica de acuerdo a familiares y pacientes, 2006. Medigraphic anestesia, Vol(8), 109-117.
5.- OPS, Serie Informes Técnicos, 622, 1978. p. 7 y 8. Citado por OPS – OMS, Serie de los Pueblos Indígenas No. 15. Promoción de la medicina y terapias indígenas en la atención primaria de salud: El caso de los maya de Guatemala, p. 8.)