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Eficacia del hatha yoga en adultos mayores

  1. en punta y talón (1 min).
  2. Cuello: Flexión con doble empuje, torsión, círculos.
  3. Brazos: Círculos, doble empuje, flexión y extensión.
  4. Manos y dedos: Arriba y abajo, flexión y extensión.
  5. Tronco: Flexión, torsión.
  6. Abdominales: Sentados y realizar flexión de piernas con ayuda de las manos. Elevación de piernas alternas con ayuda de las manos. Agarre de rodillas, flexión. Brazos a pierna, alternar.
  7. Piernas: Semicuclillas, cuclillas, extensión, elevación, balanceo. Círculos con tobillos. Elevar talones.
  8. Ejercicios respiratorios: Elevando los talones, inspirar y regresando a posición inicial con espiración. Brazos laterales: inspirar mientras se elevan los talones y espirar al flexionar el tronco. Respiración rápida 3 veces seguidas y una lenta fuerte (repetir de 3-5 veces). (16)

Grupo estudio

La práctica del hatha yoga se realizó por los 15 adultos mayores durante 37 minutos diariamente y por 60 días, al aire libre y a la misma hora de la mañana (8:30 a.m. – 10:30 a.m.). Las clases se impartieron por la autora, diariamente, de lunes a viernes, por un periodo de 21 días. Posteriormente, se les impartió 3 veces a la semana y el resto de los días el monitor las guiaba, hasta cumplimentar los 60 días.

Secuencia de los asanas. Plan de entrenamiento (17-19)

  1. Saludo al sol (2 minutos)
  2. Savasana 1: Acostado durante 5 minutos.
  3. Pranayama estabilizador: Acostado (10 veces en 4 tiempos) durante 5 minutos.
  4. Ejercicios para movilizar todo el cuerpo integrado con la respiración:

De pie y sentado en los 2 últimos (4 veces cada uno) durante 13 minutos.

  1. Respiración purificadora: De pie (5 veces) en 2 minutos.
  2. Savasana 2: Acostado durante 5 minutos.
  3. Meditación (easy pose): Piernas cruzadas durante 5 minutos.

Según los criterios de evaluación de la eficacia de ambas prácticas (hatha yoga y convencional), el anciano fue incluido en la clasificación de mejorado si al culminar la práctica refería sentirse mejor o igual y se superan los indicadores físicos o psíquicos iniciales, o ambos; y en la de no mejorado, si sucedía lo contrario. Se aplicaron las pruebas no paramétricas de Wilcoxon para resumir los parámetros físicos y la prueba de los signos vitales de las escalas citadas previamente, para los parámetros emocionales. Para realizar el procesamiento estadístico, se empleó el paquete computacional SPSS, versión 11.5, y los valores fueron dados en porcentaje como medida de resumen.

Resultados

Respecto a las edades, se obtuvo que el promedio en el grupo de yoga fuera de 76 años, mientras que en el grupo control resultó ser de 73 años.

Al analizar la presión arterial máxima en el grupo de yoga, se observó una disminución de esta en 14 adultos mayores (rangos negativos) y en ninguno se elevó (rangos positivos), para una diferencia significativa de p=0,01; en tanto, en el grupo control se obtuvo un p= 0,46 (tabla 1).

La temperatura corporal axilar de los ancianos mostró diferencias muy significativas en el grupo que practicó yoga, con p= 0,00, donde la temperatura disminuyó en 10 de los 15 integrantes. Por otra parte, en el grupo control la temperatura corporal se elevó en la mayoría de los gerontes, con una probabilidad de p= 0,72.

En cuanto a la prueba de los signos para escala geriátrica de evaluación funcional (EGEF), el grupo con los ejercicios yoga mostró cambios significativos, con p=0,03, lo que se correspondió con los puntos 5 y 4: independientes (tabla 2).

Respecto a la prueba de Yesavage, en el grupo de yoga la probabilidad fue p=0,00 y 12 de sus integrantes pasaron a la normalidad, con la desaparición de la depresión grave.

Los ancianos que practicaron el hatha yoga superaron al grupo que efectuó los ejercicios físicos convencionales, pues de estos últimos solo mejoraron 5, para 33,4%, lo cual tuvo una significación p=0,36 (tabla 3).

DISCUSIÓN

Los valores hallados en la edad promedio de ambos grupos de trabajo se corresponden con datos ofrecidos que muestran que la media de vida mayor en Latinoamérica se encuentra en Cuba, con 78 años, seguida de Uruguay y Argentina. (2,4)

La práctica de yoga fue favorable para la presión arterial máxima del adulto mayor, cuya disminución pudo deberse a la práctica de los pranayamas estabilizadores y la respiración purificadora.

Según algunos autores, (14,15) la actividad del sistema nervioso simpático se inhibe con la savasana o postura de relajación, que disminuye los niveles de presión sanguínea, y la disminución de la presión arterial sistólica con la efectividad de la relajación yoga.

Matsudo (16) planteó que entre los efectos benéficos de la actividad física en la tercera edad, están los metabólicos, que se refieren a la disminución de la presión arterial. Por otra parte, según Benítez, 17 entre los efectos de los pranayamas del yoga se encuentra la normalización de la presión sanguínea, lo cual concuerda con los hallazgos de la serie.

En relación con la temperatura corporal, algunas técnicas de control de la respiración yoga conducen a un aumento de la temperatura de la piel y boca, porque incrementan la respuesta cardíaca, el tiempo en que decrece los flujo sanguíneo renal y hepático, así como del cerebro y los vasos periféricos, lo que coincide con lo obtenido en el grupo convencional; sin embargo, se encontró que la mayoría de los practicantes del yoga mostraron temperatura más baja, lo que puede deberse a los efectos de estos pranayamas efectuados: estabilizador y respiración purificadora.

La incidencia favorable del yoga en la escala geriátrica de evaluación funcional, la prueba de Yesavage y la escala valorativa del psiquismo, puede deberse a los efectos de la práctica de los componentes del yoga, tales como: relajación (savasana), asanas y pranayamas, mediante los cuales fueron eliminados la ansiedad y el estrés, para