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El cáncer de piel tipo melanoma

El cáncer de piel tipo melanoma

El melanoma es un cáncer que se origina en los melanocitos. Entre otros nombres de este tipo de cáncer se encuentran los de melanoma maligno y melanoma cutáneo.

La mayoría de las células del melanoma continúan produciendo melanina de modo que los tumores tipo melanoma usualmente son de color café o negro. Sin embargo, algunos melanomas no producen melanina y pueden lucir color rosado, café o incluso blanco.

Autoras

Lorena Gutiérrez Gómez. Auxiliar de enfermería.

Llésica Pérez Menéndez. Auxiliar de enfermería.

María Ángeles Redondo Moro. Auxiliar de enfermería.

Palabras clave

Melanoma, cáncer, tratamiento, maligno, cutáneo.

Introducción

Los melanomas pueden ocurrir en cualquier parte de la piel, pero son más propensos a comenzar en el tronco (pecho y espalda) de los hombres y en las piernas de las mujeres. El cuello y el rostro son otros sitios comunes.

Tener una piel con pigmentación oscura disminuye su riesgo de melanoma en estos lugares más comunes, aunque cualquier persona puede desarrollar este tipo de cáncer en las palmas de las manos, las plantas de los pies y debajo de las uñas. Los melanomas en estas áreas representan más de la mitad de todos los melanomas en los estadounidenses de raza negra, pero menos de 1 en 10 melanomas en los de raza blanca.

También los melanomas pueden formarse en otras partes del cuerpo como los ojos, la boca, los genitales y el área anal, pero son mucho menos comunes que los melanomas de la piel.

El melanoma es mucho menos común que el cáncer de piel de células basales o de células escamosas, pero es mucho más peligroso. Al igual que el cáncer de células basales y de células escamosas, el melanoma es casi siempre curable en sus etapas iniciales. Sin embargo, el melanoma tiene muchas más probabilidades de propagarse a otras partes del cuerpo, si no se detecta temprano, en comparación con el cáncer de células basales o escamosas.

Clasificación

Estadio 0

Las células anormales se encuentran solamente en la capa externa de la piel sin invadir los tejidos más profundos. La tasa de supervivencia a 5 años es del 97%.

 Estadio I

El cáncer se encuentra en la epidermis (capa más externa de la piel) o en el inicio de la dermis que se halla debajo de la epidermis. No hay afectación de los ganglios linfáticos. El grosor del tumor es menor a 1-2 milímetros. La tasa de supervivencia a 5 años es del 90-95%.

Estadio II

El cáncer afecta a la dermis, pero no más allá de ésta ni a los ganglios linfáticos. El grosor está entre 2 mm a 4 mm. La tasa de supervivencia a 5 años es del 45-85%.

Estadio III

Cualquiera de las situaciones siguientes:

El tumor es mayor de 4 mm de espesor.

El tumor afecta a los tejidos situados debajo de la piel.

Presencia de tumores satélites alrededor de la lesión principal.

Afectación de ganglios linfáticos cerca de la lesión principal.

La tasa de supervivencia a 5 años es del 45%.

Estadio IV

El tumor afecta a ganglios linfáticos alejados del tumor original o a órganos. La tasa de supervivencia a 5 años es del 10%.

Causas

Nevus displásicos (lunares): Generalmente no están presentes en el nacimiento, pero comienzan a aparecer en la infancia y adolescencia, generalmente hasta los cuarenta años. Afortunadamente, la mayoría de los nevus no tienen fenómenos de displasia y no se transformarán en melanomas. Las personas con muchos lunares o son grandes tiene mayor riesgo de desarrollar melanoma.

Historia familiar: Aproximadamente el 10% de los pacientes diagnosticados de melanoma tienen un antecedente en algún miembro próximo de su familia.

Inmunosupresión: Los pacientes que tienen enfermedades que suprimen el sistema inmune, o bien toman medicación inmunosupresora tienen mayor riesgo de desarrollar melanoma.

Edad: La mitad de todos los melanomas aparecen en personas de alrededor de 50 años, aunque también es un cáncer no raro en la población con menos de 30 años.

Xeroderma pigmentoso: Se trata de una rara enfermedad hereditaria con una extrema sensibilidad a la radiación ultravioleta que tiene alto riesgo de desarrollar melanomas y otros tumores de la piel.

Diagnóstico

Ante una lesión sospechosa, el médico le realizará una serie de pruebas:

Examen en la piel: para detectar lunares, manchas de nacimiento u otras áreas pigmentadas con aspecto anormal en cuanto a color, tamaño, forma o textura. Además el médico realizará inspección del resto del cuerpo incluyendo las zonas ganglionares próximas a la lesión sospechosa, así como el fondo de ojo y las mucosas (oral, rectal…).

Biopsia: consiste en tomar una muestra del lunar sospechoso. Si es posible se realiza una biopsia que extirpe la lesión por completo. Si la lesión está debajo de la uña se recomienda extirpar la uña, total o parcialmente. A veces hay que tomar biopsia de las mucosas: oral o genital. Un patólogo lo analizará en un microscopio para determinar si existen células cancerosas. El resultado de la biopsia debe incluir el nivel de profundidad de la invasión tumoral en milímetros, para orientar pronóstico y tratamiento, y debe determinar si los márgenes de resección son adecuados.

Pruebas diagnósticas adicionales: en raras ocasiones, los melanomas se propagan con tanta rapidez que la persona puede tener el melanoma diseminado a ganglios linfáticos u otros órganos del cuerpo. En ocasiones es necesario realizar biopsias (toma de tejidos) en ganglios linfáticos que están cerca del melanoma. Particularmente en los pacientes con melanomas en Estadio III se necesita estudio de extensión que comprende exámenes radiológicos del cerebro, cuello, tórax, abdomen y pelvis y huesos (radiografías, ecografías, tomografía computerizada o resonancia magnética nuclear, tomografía de emisión de positrones  y a menudo gammagrafía ósea). Los pacientes con melanomas en Estadio I o II se pueden realizar estos estudios, aunque no son imprescindibles.

Tratamiento

Los tipos de tratamiento dependen de la etapa del melanoma y del estado de salud en general. Durante las primeras etapas, el melanoma puede tratarse exitosamente solo con cirugía. Sin embargo, otros tipos de tratamientos para el cáncer son efectivos en etapas más avanzadas del melanoma.

La cirugía en casos de melanomas

El tratamiento principal para el melanoma es la extirpación quirúrgica. Una escisión amplia o una cirugía menor usualmente pueden curar un melanoma en etapa inicial.

Es posible que los pacientes con melanoma en etapa tres, que es cuando el cáncer se ha expandido hasta los ganglios linfáticos cercanos, necesiten una linfadenectomía o cirugía para extirpar los ganglios linfáticos afectados.

La inmunoterapia para tratar melanomas

Otra opción sistémica es la inmunoterapia, un tratamiento que estimula al sistema inmunitario para que se defienda de cualquier cáncer en el cuerpo. Consulte más sobre las posibles opciones para tratar el cáncer usando inmunoterapia para melanoma.

Terapia dirigida en caso de melanoma

La terapia dirigida es un tratamiento contra el cáncer que se concentra en moléculas específicas de las células cancerosas. Las drogas actúan al bloquear la función de las moléculas anormales para que el cáncer, como es el caso del melanoma, no se disemine o no avance tan rápido.

La terapia dirigida también es sistémica y las drogas pueden utilizarse combinadas entre sí o en combinación con otras terapias.

La radioterapia en caso de melanoma

El tratamiento contra el cáncer en el que se usa rayos X para destruir las células cancerosas es denominado terapia de radiación. Por lo general, los médicos usan la radiación para tratar el melanoma en pacientes en los cuales la cirugía es un alto riesgo o no es posible realizar.

La quimioterapia en caso de melanoma

La quimioterapia usa drogas que impiden que las células cancerosas crezcan más, las destruyen o impide que se dividan. Los pacientes pueden recibir quimioterapia con pastillas, vía oral o con inyecciones, vía endovenosa. Este tratamiento es sistémico, lo que significa que las drogas recorren todo el torrente sanguíneo, por lo que ataca al cáncer que se ha diseminado a partir de su ubicación original.

Bibliografía

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