Tratamiento
El tratamiento que considero aconsejable es básicamente el mismo que me curó una neoplasia de recto de 12 centímetros de extensión, es decir, todo el recto medio. En menos de 25 días fue erradicado totalmente.
El tratamiento que seguí consistía en atacar simultáneamente a “dos frentes”: la CAUSA y los EFECTOS. En mi caso concreto, la etiopatogenia se inició posiblemente por una constante hiperexcitación celular producida por abuso continuado de pimientos picantes (guindillas picantes), favorecido por mi propio temperamento nervioso. Bruscamente, y sin tener antecedentes personales clínicos que mencionar, tuve una fuerte hemorragia rectal que se repitió en días sucesivos. En un trabajo que se publicó a través de la revista electrónica PortalesMédicos.com expongo ampliamente el reconocimiento, las pruebas y el tratamiento a los que fui sometido. Me negué a ser intervenido quirúrgicamente. Tenía fe en la quimioterapia y en la radioterapia. Ésta se me aplicó con muy reducida intensidad a petición propia. Ambos tratamientos se hicieron simultáneamente. La quimioterapia fue con capecitabina. El trabajo que me publicó dicha revista lleva por título “Neoplasia de recto (Mi propio caso clínico)” y está dividido en cuatro episodios.
Básicamente, el tratamiento que seguí fue el siguiente: agua con poco sodio y rica en potasio, calcio y magnesio, tres litros diarios; el agua es de los manantiales de la “Sierra de Cazorla” (Jaén). Tomaba también Calcio + D y cuatro comprimidos de magnesio (2 por la mañana y 2 por la noche). Bajo mi propia responsabilidad me apliqué entre el pubis y la fosa ilíaca derecha magnetoterapia imantada. Con ello trataba de incrementar la síntesis del ATP (adenosina trifosfato), que es la verdadera molécula de la vida, que proporciona energía al cuerpo; (12,13) es la más importante del organismo, sin ella no hay vida. Por otra parte, el mismo ADN es función dependiente del ATP. (12,13) El mismo ADN, para sintetizarse, necesita 72.000 moléculas de ATP por segundo. (12,13) Hasta los genes, en cierta medida, dependen del ATP. (12, 13)
Por otra parte, tenía que eliminar el sodio (Na+) intracelular, incrementar el potasio (K+), el calcio (Ca2+) y el magnesio (Mg2+), es decir, que tenía que conseguir el equilibro iónico y así tratar de reducir la hiperexcitación celular, causante del neoplasma. Por ello le doy mucha importancia al índice (cociente) de LOEB, constituido por los cuatro cationes anteriormente mencionados. Lo he tenido muy en cuenta en mi propio tratamiento neoplásico.
Por lo que fácilmente puede apreciarse, he procurado combatir la hiperexcitación celular, el alto voltaje de su membrana y, por consiguiente, restablecer la intensidad eléctrica. Pensé que con ello la agresividad al ADN cesaría. No sé si lo conseguí con el referido tratamiento, pero sí puedo asegurar que me curé de la avanzada neoplasia rectal, radicalmente.
El tratamiento lo considero que fue completo, porque simultáneamente se estaba luchando contra los efectos. Estos son las células malignas que aparecen por causa de la hiperexcitación celular y el consiguiente y peligroso aumento de la intensidad eléctrica. Los efectos (células malignas) fueron tratados con la quimioterapia y la radioterapia a baja dosis, como anteriormente se ha comentado.
En consecuencia con la ingestión del bromuro sódico al 20% sólo conseguía el doctor Bañuelos disminuir ostensiblemente la hiperexcitación celular, tanto nerviosa como muscular. Y al disminuir la excitación, lógicamente disminuye el voltaje eléctrico. Y al disminuir éste, lógicamente cede el potencial eléctrico en su intensidad. Al conseguirse restablecer el equilibrio electroiónico por disminución de la hiperexcitabilidad, la célula maligna deja de avanzar debido a la quimioterapia y a la radioterapia. De esta forma puede combatirse más eficazmente la causa (hiperexcitación celular + intensidad eléctrica) y los efectos (células malignas) sin olvidar la colaboración de otros medios, como los que anteriormente se han comentado.
La curación de mi propio caso clínico es un ejemplo, a pesar de no haber hecho uso del bromuro sódico.
Y finalmente me permito hacer la siguiente pregunta: ¿este tratamiento sirve para todos los cánceres? En tal sentido respondo con una serie de conjeturas que expongo en el siguiente COMENTARIO FINAL.
Comentario final
Universalmente son conocidas muchas y muy variadas vías de investigación oncológica, tanto en el terreno clínico como en el de laboratorio. El resultado actual ya lo conocemos: hay mucho camino que recorrer. Pero lo difícil de la investigación científica es darlo a conocer a través de un tribunal científico suficientemente acreditado, y más aún cuando se trata de un complejísimo campo de investigación como es la Oncología Clínica. ¡Qué difícil es conseguir su revisión por un acreditado Tribunal!
Comprendo el enfado de muchos investigadores que muestran su enfado y su impotencia al no ser atendidos por un tribunal de alta categoría científica. El cáncer es una enfermedad que abarca múltiples facetas en su investigación; hay que enlazarlas una a una, y así poder formar una fuerte y sólida cadena sin posibilidad alguna de que se rompa alguno de sus eslabones.
Aquí he narrado distintas partes orgánicas con funciones fisiológicas distintas, que en nada se asemejan. Sin embargo, hemos visto que tienen en común su débil inervación. También se ha hecho mención a la hiperexcitación celular tanto nerviosa como muscular, aumento de voltaje celular, intensidad eléctrica, etcétera. Todos los procesos tumorales, sean del tipo que sean, tienen el mismo punto de iniciación que es la hiperexcitabilidad celular, formación tumoral y su proyección, con excepción de los cánceres provocados por las radiaciones gamma, la radiactividad, etcétera, por ser cancerígenos de acción directa y dura, que penetran profundamente en los tejidos sin participación de nuestro sistema nervioso.
En este estudio demuestro los conceptos neurológicos siguientes:
1º) Es imposible que sin corriente electromotriz se produzca la formación tumoral, porque sin electricidad no puede producirse la imprescindible excitación celular; y al faltar la electricidad no hay acciones químicas. Por ejemplo, los parapléjicos y tetrapléjicos no pueden padecer de ningún proceso tumoral en sus extremidades afectadas. Sin embargo, a estos enfermos sí les puede aparecer neoplasia en el sistema neurovegetativo, porque los sistemas simpático y parasimpático están sanos y son portadores de corriente eléctrica.
2º) Cuando la corriente eléctrica es de bajo voltaje, como sucede en los organismos desnutridos, el cáncer puede producirse, pero con mayor lentitud. Estos organismos tienen que recibir gran cantidad de productos tóxicos o muy expuestos a radiaciones de diverso tipo para que se forme un neoplasma. En estos organismos, sus nervios carecen de vitalidad, desciende la cantidad de mitocondrias, de ATP y, sobre todo, sus nervios reciben poca carga eléctrica negativa porque la capa mielínica que los envuelve carece de lipoides, aminoácidos y proteínas, por estar muy escasamente alimentados. En tal sentido, y para demostrarlo, existen epidemiologías obtenidas mayormente de los países pobres, donde abunda la desnutrición y la miseria.
3º) Corresponde a las partes orgánicas que reciben potenciales eléctricos débiles. En estos casos, la hiperexcitación celular es muy raro que se produzca, salvo escasas patologías. Este es el caso del corazón, donde el sarcoma primario es muy raro, siendo algo más frecuente su aparición por efectos metastáticos. Pero solo quedan afectadas las dos aurículas; los ventrículos cardiacos permanecen intactos por no recibir los efectos de una patología electroiónica. Sus débiles potenciales van siempre desde su interior hacia el exterior. Exteriormente, los ventrículos no reciben cargas eléctricas; sólo las aurículas las reciben procedentes de unos finos nervios que emergen del plexo subaórtico (Figura 3).
Un caso similar se produce en las regiones intestinales del yeyuno e íleon (Figura 4), que también reciben potenciales eléctricos débiles. Anteriormente he comentado más ampliamente el porqué dichas zonas padecen con rareza procesos tumorales, incluido el diafragma (Figura 5). En estos dos casos clínicos, corazón y yeyuno e íleon, se conocen suficientes epidemiologías que lo demuestran.
Y 4º) Este apartado agrupa a todos los organismos con vitalidad nerviosa y bien nutridos. El cáncer se produce con variada frecuencia según su riqueza inervadora y a los efectos a los que estén sometidos por múltiples causas endógenas o exógenas. En estos casos se puede producir fácilmente la hiperexcitación celular, la formación tumoral y su proyección.
En este último grupo, está demostrado que cuanto mayor es la intensidad eléctrica, mayor es la rapidez de proyección de las células malignas. (12, 13) De aquí que se pueda sacar la firme conclusión de que la patología electroiónica es la principal causa productora de múltiples procesos tumorales que invaden nuestro organismo.
Y efectivamente, en estos cuatro grupos se aprecia claramente la poderosa influencia que ejerce una patología eléctrica en la mayor parte del cuerpo, que no sólo produce procesos tumorales sino también otras enfermedades como la Esclerosis Múltiple, el Parkinson, incluso el Alzheimer. En este último caso la enfermedad se produce por ausencia progresiva de corriente eléctrica, al no poderla aportar al cerebro el parasimpático sacro. Tal es la importancia que adquiere nuestra electricidad, tanto por su presencia como en la excesiva escasez de la misma, incapaz de excitar las glándulas hipófisis y el hipotálamo. De este apartado me he ocupado en otras publicaciones a través de la revista PortalesMédicos.com
Por todo ello, hace años me propuse estudiar sobre los casos que puedan darse en distintas partes de nuestro cuerpo que difícilmente puedan padecer de cáncer y que coincidiesen con la sola presencia de potenciales eléctricos débiles. Y los casos clínicos que he conocido y he podido demostrar han quedado reflejados en este delicado estudio.
Y si la causa principal está en la patología electroiónica, lo lógico y por sentido común debiera imponerse un tratamiento específico para frenar el alto voltaje celular, y simultáneamente luchar contra las células malignas con la quimioterapia y la radioterapia, que es precisamente lo que actualmente se viene prescribiendo en todo el mundo.
En tal sentido, sugiero que para frenar la intensidad eléctrica y que retorne a su voltaje normal se vuelva a reconsiderar si se debe o no prescribir el uso del bromuro sódico, que es el menos tóxico de todos los bromuros. Con los adelantos de los que actualmente puede disponerse, cabe la posibilidad de que el bromuro sódico se consiga con menos toxicidad.
El Profesor, Dr. Bañuelos, catedrático de la Universidad de Valladolid, lo empleó en muchos enfermos con diversos tipos de neoplasia. Tuvo fracasos, él mismo lo reconoció. Pero también consiguió curaciones de cáncer, incluso en casos desahuciados. Tuvo lógicamente sus partidarios y sus detractores. Ante esta polémica suscitada, el famoso doctor Sainz de la Maza salió en su defensa diciendo: “El mismo profesor Bañuelos ha reconocido sus propios fracasos, pero también nosotros debemos creerle en los casos de rotundo éxito que también ha obtenido y demostrado”. Esto acaecía por las décadas de los años 50 y 60 del siglo XX.
El profesor Bañuelos achacaba sus fracasos a que no disponía de otros fármacos que pudieran ampliar y reforzar su eficacia. Pues bien: hoy se dispone de una reconocida y eficaz quimioterapia y otros complementos, como saber alimentarse, la magnetoterapia, etcétera.
No conozco ningún caso que se haya tratado simultaneando la quimioterapia con el bromuro sódico (el profesor Bañuelos lo empleaba al 20% por vía oral). Yo mismo fui totalmente curado de neoplasma de todo el recto medio con la quimioterapia, radioterapia con poca intensidad y la magnetoterapia imantada. Esta última me la apliqué yo mismo por mi propia cuenta y riesgo. Si así actué, fue porque tenía fe en la magnetoterapia.
Llevo investigando la etiopatogenia del cáncer desde el año 1966. Tenía que demostrarme a mí mismo que estaba en lo cierto. Se me presentó esta oportunidad y no dudé en aprovecharla. Tuve suerte, pero si hubiese fracasado hubiera recurrido a tratar de conseguir y tomar el bromuro sódico. Mi personal criterio es asociar dicho bromuro al actual tratamiento que habitualmente se vienen realizando en todo el mundo. Sin olvidar someter el organismo a la acción de Campos Magnéticos Pulsantes o a los Campos Magnéticos Constantes, es decir, a la magnetoterapia imantada, que es precisamente de la que yo mismo hice uso en mi propio caso clínico.
Y termino. Aquí, en este trabajo de investigación personal, he procurado demostrar, y creo que de forma plenamente convincente, el porqué aparece raramente el CÁNCER en determinadas partes de nuestro cuerpo, incluso la imposibilidad de su aparición, basándome en la neuroanatomía, en la neurofisiología, en la patología electroiónica y en las EPIDEMIOLOGÍAS respectivas.
Si el veredicto final dictado por un Tribunal Científico competente y de reconocida fama universal es negativo, no seré yo el que muestre rechazo alguno. Convencido estoy de que me mostraré siempre y en todo momento plenamente satisfecho del deber cumplido. Sólo con esta simple y hermosa sensación, sé que no he fracasado. La ciencia y el profano así lo reconocerán. GRACIAS.
Figuras
Bibliografía
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Otras publicaciones del autor sobre Oncología Clínica
• 2009: “Pruebas de clínica y de laboratorio sobre el origen tumoral”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/1462/1/Pruebas-de-clinica-y-de-laboratorio-sobre-el-origen-tumoral.html).
• 2009: “Nuevas aportaciones sobre la escasez de Cáncer en el corazón, diafragma y yeyuno e íleon”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/1590/1/Nuevas-aportaciones-sobre-la-escasez-de-cancer-en-el-corazon-diafragma-y-yeyuno-e-ileon-.html).
• 2010: “Electricidad y Cáncer”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/2302/1/Electricidad-y-cancer-.html).
• 2010: “Metástasis y curación espontánea del Cáncer”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/2309/1/Metastasis-y-curacion-espontanea-del-cancer.html).
• 2010: “Tabaco. Por qué no aparece el Cáncer en el aparato respiratorio de grandes fumadores”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/2364/1/Tabaco-Por-que-noaparece-el-cancer-en-el-aparato-respiratorio-de-grandes-fumadores.html).
• 2011: “Cáncer. Pruebas y conclusiones”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3034/1/Cancer-Pruebas-y-conclusiones.html).
• 2011: “Carcinoma rectal. Episodio II. Cómo se ha curado”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3106/1/Carcinoma-rectal-Episodio-II-Como-se-ha-curado.html).
• 2011: “Tumores benignos y malignos”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3125/1/Tumores-benignos-y-malignos.html).
• 2011: “El cáncer y los plexos nerviosos”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3279/1/El-cancer-y-los-plexos-nerviosos.html).
• 2011: “Cáncer, diabetes y obesidad”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3460/1/Cancer-diabetes-y-obesidad.html).
• 2011: “Cáncer de recto. Origen. Tratamiento. Episodio III”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3461/1/Cancer-de-recto-Origen-Tratamiento-Episodio-III.html).
• 2012: “Cáncer, metástasis y ley de Maxwell”, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4224/1/Cancer-metastasis-y-ley-de-Maxwell.html).
• 2012: “Cáncer virásico. Etiopatogenia y tratamiento“, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4226/1/Cancer-virasico-Etiopatogenia-y-tratamiento.html)
• 2012: “Episodio IV. Carcinoma de recto. Mi propio caso clínico. Como se ha curado“, en Portales-Médicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4227/1/Episodio-IV-Carcinoma-derecto-Mi-propio-caso-clinico-Como-se-ha-curado.html)
• 2012: “Cáncer de mama. Etiopatogenia“, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4228/1/Cancer-de-mama-Etiopatogenia.html)
• 2012: “Cáncer. Patología electroiónica“, en PortalesMédicos.com
(http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4229/1/Cancer-Patologia-electroionica-.html)