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La enseñanza lúdica y el aprendizaje del idioma Inglés. Juegos para el desarrollo de la expresión oral en los estudiantes de cuarto año de la carrera de Medicina

que los discentes no se desanimen, y evitar algún malentendido durante la actividad.

Los beneficios de esta enseñanza-aprendizaje de idiomas a través de juegos, son muchas: en los discentes marca su propio ritmo, aumenta la motivación para la consecución de los objetivos del juego, gestiona el control de la propia evaluación, puede elegir entre aprendizaje individual o en equipo. Desde el punto de vista del docente puede realizar un seguimiento personalizado del proceso de aprendizaje, permite incluir la práctica lúdica en cualquier momento de la clase o bien completar los últimos minutos de una clase, estimula la creatividad del estudiante, crea un buen ambiente en clase sirviendo de relajante después de actividades que precisan mucha atención, permite practicar aspectos gramaticales y funcionales, permite también el acercamiento a la cultura de distintos países y se ajusta a las necesidades especificas del perfil del alumno.

Un uso excesivo de los juegos los convertiría en improductivos, los docentes deben estar muy claros en cómo y cuándo usarlos.

Para que el juego sea productivo desde el punto de vista didáctico, es necesario tener muy claro los objetivos a alcanzar e incluirlos en el momento adecuado del proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, al introducir un juego en clase, se debe confrontar los objetivos que se persiguen con las características y necesidades de los alumnos y con los recursos disponibles y analizar qué tipo de actividad será la más provechosa para el grupo.

La selección y la aplicación de juegos en el contexto docente implican, por parte del profesor, un trabajo de reflexión y análisis que debe ser programado de forma coherente y no simplemente como una forma de ocupar el tiempo o como improvisación cuando la clase ha cambiado de rumbo y no se sabe qué hacer. Los juegos ofrecen innumerables opciones de utilización y pueden usarse en distintos momentos de la clase: para introducir un tema, para practicar y consolidar algún contenido después de una explicación o para hacer una revisión. En fin, el juego no tiene porque ser algo para aprovechar los últimos minutos en el aula y puede, incluso, ser el punto central de la clase.

Rosa Antich en su libro Metodología de la enseñanza de lenguas extranjeras (1987), hace referencia a la importancia de los juegos lingüísticos. Esta autora explica que muchos ejercicios pueden también adoptar la forma de juegos lingüísticos. Los juegos lingüísticos son actividades que de una forma amena y con espíritu fraternalmente competitivo, hacen lograr diferentes objetivos de expresión oral, según la operación que exijan por parte del alumno. No se trata de escoger un día para jugar, sino de organizar alguna actividad planificada en forma de juego que propicie la fijación de determinado vocabulario o estructura, la práctica de algún material lingüístico dado o la utilización de contenidos del programa.

Coincidiendo con lo planteado por esta autora se puede añadir que los juegos lingüísticos cumplen objetivos educativos por cuanto desarrollan en los alumnos hábitos de colectivismo, de saber ganar o perder, de sana emulación estudiantil y otros. Desde el punto de vista de la motivación y el interés desempeñan un gran papel, ya que tanto niños como adolescentes y adultos experimentan alegría y bienestar al realizarlos. Además, si se saben dosificar, se logra aliviar tensión de algunos momentos de trabajo intensivo en el contexto áulico.

Dicho de otra forma, los juegos didácticos son excelentes alternativas a los métodos tradicionales, porque permiten trabajar diferentes habilidades de los alumnos, conjugando enseñanza y diversión. Ellos viabilizan el desarrollo de aspectos cognitivos y de actitudes sociales como la iniciativa, la responsabilidad, el respeto, la creatividad, la sociabilidad, entre otros. Además, el uso de juegos en clase suele motivar a los alumnos y disminuir la ansiedad en la medida en que, en esas actividades, es posible reducir la importancia de los errores y entenderlos como parte del proceso de aprendizaje. En las actividades tradicionales en que se marca claramente el lugar y el papel del profesor y de los alumnos, la inseguridad y el miedo al error inhiben la participación en clase. Sin embargo, cuando se realizan actividades lúdicas, se crea una nueva atmósfera de trabajo, en la cual el alumno adquiere más confianza y se siente libre para participar de su proceso de aprendizaje de forma responsable y autónoma.

Siempre que se aprende una lengua extranjera se presentan barreras psicológicas que inhiben al estudiante, quien, en ocasiones, adopta una actitud de rechazo y piensa que si expresa algo lo puede hacer mal y convertirse en el hazme reír del grupo. Esta tensión, y hasta miedo se pudieran alivianar si se utilizan juegos didácticos donde el estudiante actué como protagonista y entre en confianza.

Sin olvidar que el profesor seria el coprotagonista, la persona más indicada para el proceso de retroalimentación. En la enseñanza de una lengua extranjera los juegos adquieren importancia significativa, una vez que actúan como un canal de comunicación directa y espontánea entre los alumnos, permitiéndoles desarrollar estrategias comunicativas. Esas actividades auxilian en el perfeccionamiento de la competencia comunicativa, porque provocan una necesidad real de comunicación y crean la oportunidad del alumno usar la lengua estudiada.

Aunque el juego que se pretenda utilizar tenga el objetivo de trabajar la gramática o el vocabulario y no directamente la expresión oral, el aspecto comunicativo está en el propio desarrollo del juego, en el cual se les obliga los alumnos a utilizar estrategias de comunicación para interaccionar con sus compañeros y alcanzar las metas pretendidas.

El juego es una situación real de comunicación en la cual los alumnos, sin percibir, ponen en práctica sus habilidades comunicativas, muchas veces, de manera más natural y eficaz que en una clase de conversación. Para poder participar activamente del juego, el alumno necesita argumentar, expresar sus sentimientos e ideas y defender su punto de vista, practicando y desarrollando procesos mentales y emocionales que se van a activar siempre que se someta a una situación de comunicación. Otra ventaja de los juegos es que ellos pueden acercar el profesor a las particularidades y necesidades de sus alumnos. Eso es posible porque el juego crea un ambiente ameno, donde los alumnos se expresan más libremente y sin las inhibiciones comunes a la comunicación en una lengua extranjera. En ese momento, el profesor puede detectar sus reales dificultades de expresión y trabajarlas posteriormente. De esa forma, el juego sirve también como mecanismo de evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje, señalando lo que está bien y lo que puede mejorar y guiando el profesor hacia una enseñanza más completa y productiva.

Por consiguiente, el contexto docente se convierte un elemento motivador donde no se prioriza solamente la memorización de conocimientos académicos que se exigen en pruebas, sino la formación de individuos cultural y socialmente activos.

En nuestro quehacer docente, la Facultad de Ciencias Médicas ”Dr. Raúl Dorticós Torrado” la enseñanza lúdica podría desempeñar un papel relevante en la enseñanza-aprendizaje del idioma Inglés para estudiantes de cuarto año de la carrera de Medicina.

Se podrían trabajar la gramática, el léxico y la pronunciación como apoyo al programa de Inglés que se imparte en este cuarto año y de esta forma ayudar en la motivación de los estudiantes y para disminuir las barreras psicológicas que normalmente surgen cuando se aprende una lengua extranjera.

Para elaborar los juegos didácticos se tomaron en cuenta los contenidos