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Actualizaciones en la adaptación de las recomendaciones internacionales en estabilización y reanimación neonatal 2015 en la ventilación, oxigenación y compresiones t

Actualizaciones en la adaptación de las recomendaciones internacionales en estabilización y reanimación neonatal 2015 en la ventilación, oxigenación y compresiones torácicas

Resumen

Las recomendaciones internacionales del International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR), mediante una revisión exhaustiva de la evidencia disponible en el desarrollo de las medidas de soporte a la transición y de reanimación del recién nacido tras su nacimiento, aportan una guía universal a partir de la cual cada grupo o comité local puede adaptarla a su realidad e idiosincrasia, y elaborar sus propias guías o recomendaciones. Hemos analizado las actualizaciones de las ILCOR y otras organizaciones nacionales e internacionales como son la European Resuscitation Council (ERC), American Heart Association (AHA) o la Australian-New Zealand Committee on Resuscitation (ANZCOR) en cuanto a ventilación, oxigenación y compresiones torácicas se refiere.

Autoras

María del Rocío Ruiz Calzado, DUE. Hospital Reina Sofía, Córdoba.

Amparo Camacho Reyes, DUE, Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz, Madrid.

Rosa María Zamorano Antonio. DUE. Master oficial en Cuidados críticos. Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de Torrejón. Madrid.

Objetivo

Analizar los cambios producidos en la RPC neonatal publicados por el ILCOR en el 2015 en relación con las maniobras existentes en el 2010 en cuanto a ventilación, oxigenación y compresiones torácicas se refiere.

Palabras clave: Reanimación, Recién nacido, International Liaison Committee on Resuscitation, recomendaciones internacionales, 2015.

Introducción

En octubre de 2015, el International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR) actualizó y publicó las normas internacionales de reanimación, tras revisar la evidencia sobre diferentes temas controvertidos.  Como en las anteriores recomendaciones del 2010, el Grupo de Reanimación Neonatal de la Sociedad Española de Neonatología (GRN-SENeo) consensúa respuestas claras sobre muchas de las preguntas que ofrecen diferentes opciones de actuación. El GRN-SENeo ha preparado un documento que analiza los principales cambios desde 2010, revisando la evidencia en las opciones de actuación, especialmente en temas controvertidos. Surgen así las actuales recomendaciones en estabilización y reanimación neonatal de nuestro país. Va dirigido a profesionales que intervienen en la estabilización del recién nacido (RN) en paritorio.

Cambios y novedades ILCOR 2015 respecto a 2010

Ventilación

Alrededor del 5% de los RN no inician los esfuerzos respiratorios adecuados tras las maniobras de estabilización: se aplican ventilación de presión positiva intermitente (VPPI) antes del minuto de vida y se dispone de tiempo adicional en caso de ventilación ineficaz. Un 2% precisarán intubación para optimizarla.

Los parámetros ventilatorios necesarios para establecer una capacidad residual funcional (CRF) efectiva no se han determinado clínicamente. Se han revisado las diferentes mejoras para establecer una adecuada CRF o volumen pulmonar, y se han abierto debates sobre la monitorización del volumen corriente administrado durante la reanimación de RN prematuros.

En neonatos a término con respiración espontánea y distrés respiratorio se propone el uso de presión positiva continua en la vía aérea, aunque faltan datos sobre su eficacia, incluso se ha alertado sobre los peligros de su uso excesivo en esta edad.

Según ILCOR, no existe evidencia para recomendar un determinado dispositivo ventilatorio (tubo-T vs. diferentes bolsas). Ante la imposibilidad de intubación y tras fracasar la VPPI, la mascarilla laríngea se recomienda para la reanimación de RN de ≥34 SG. Futuros estudios podrían evaluarla como primera interfase, que disminuye la necesidad de intubación.

Oxigenación

El ERC determina los valores diana de oxigenación en el p25 de la SatO2 normal durante los primeros 10 min de vida. Un reciente ensayo clínico mostraba mayor mortalidad en el subgrupo de <29 SG reanimado con aire ambiente (16,2%) frente al grupo reanimado con O2 al 100% (6%; p = 0,013). Otro estudio, de cohortes retrospectivo muestra un mayor riesgo de daño neurológico severo o mortalidad en ≤27 SG tras el cambio en 2006 de la práctica de iniciar reanimación con altas concentraciones de O2 (100%) frente a concentraciones intermedias (21-40%).

Tras las recomendaciones, han surgido otros análisis sobre FiO2 inicial desde otros grupos para grandes prematuros, así como su regulación tras iniciar la administración de oxígeno. En RN prematuros, ante la falta de ensayos clínicos con muestras representativas, debemos ser cautelosos al iniciar la reanimación con aire ambiente y con los valores diana de SatO2 preductal que determinan los ajustes de FiO2 en ellos. El GRN-SENeo ha fijado el valor mínimo de SatO2 por encima del p15 del nomograma en los primeros 5 min de vida.

Compresiones torácicas

Nuevos métodos como el pulgar-índice no superan a la de los 2 pulgares. Se sigue manteniendo un ratio 3:1 (CT/ventilaciones), por el frecuente origen respiratorio de la bradicardia.

La controversia existente comentada anteriormente en relación con la administración de altas concentraciones de oxígeno no parecen beneficiosas para restablecer la circulación espontánea y solo en un estudio mejoran la supervivencia, asociando daño neuronal. Si tras la  ventilación  efectiva con baja FiO2 es necesario realizar compresiones torácicas (CT), puede ser razonable incrementar dicha FiO2 para optimizar la oxigenación, regulándola guiados por pulsioximetría tras una FC >60/min.