Inicio > Psicología > Estrategias de intervención psicológica en el cáncer infantil y su eficacia: revisión teórica

Estrategias de intervención psicológica en el cáncer infantil y su eficacia: revisión teórica

Estrategias de intervención psicológica en el cáncer infantil y su eficacia: revisión teórica

La presente revisión teórica tuvo como objetivo conocer la eficacia de las diferentes estrategias de intervención psicológicas utilizadas en el trabajo con los niños con cáncer.

1.- Rubén Vargas Jiménez, Maestro en Docencia Universitaria Profesor de tiempo completo. Escuela de Ciencias de la Salud Valle de las Palmas de la Universidad Autónoma de Baja California.

2.- Ana Isabel Brito Sánchez, Doctora en Psicologia; Profesor de tiempo completo. Escuela de Ciencias de la Salud Valle de las Palmas de la Universidad Autónoma de Baja California.

3.- Enrique Berra Ruiz, Doctor en Psicologia; Profesor de tiempo completo. Escuela de Ciencias de la Salud Valle de las Palmas de la Universidad Autónoma de Baja California.

4.- Mercedes Castillo Sotelo, Doctora en Psicologia; Profesor de asignatura. Escuela de Ciencias de la Salud Valle de las Palmas de la Universidad Autónoma de Baja California.

Resumen

Se revisaron el uso de la musicoterapia, arteterapia, biblioterapia y la terapia de juego; se encontró que todas estas técnicas han mostrado diversos beneficios en el estado emocional, disminución de ansiedad, mejora de la calidad de vida, mayor disposición al tratamiento y ayuda en el manejo del dolor. Por otro lado, también se encontró la necesidad de realizar mayor investigación en esta área y ampliar las muestras para tener resultados más confiables.

Palabras clave: cáncer infantil, terapia de juego, arteterapia, manejo del dolor, estado emocional

Introducción

El propósito del presente artículo es realizar una revisión bibliográfica que permita sistematizar y reunir trabajos desarrollados sobre los diferentes enfoques utilizados en el apoyo psicológico y control del dolor en psicooncología infantil. Esto con el fin de comparar los resultados e identificar las acciones que se han realizado en este campo; así como cuáles de éstas han mostrado mayor eficacia en atender las necesidades de esta población. Es importante conocer las estrategias que se están utilizando para atender las necesidades emocionales y psicológicas de los niños con cáncer, ya que estas contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida de los menores y sus familias. Por otro lado al trabajar de forma interdisciplinaria se puede favorecer la adherencia y disposición que muestran al tratamiento, generando mayor compromiso con las prescripciones médicas.

El cáncer infantil implica una serie de síntomas y alteraciones que se derivan tanto de la enfermedad como del tratamiento; las cuales pueden generar malestar emocional en el niño y por tanto impactar en su calidad de vida y salud mental. A partir de esta situación la prevención y el tratamiento a nivel psicológico de esta enfermedad ha dado pie a diversas investigaciones enfocadas a impactar positivamente en el menor  tanto a nivel físico, emocional y social (Villoria, Fernández, Padierna y González, 2015).

La atención psicológica en el campo de la psicooncología infantil debe ser integrada a las otras intervenciones que se utilizan en el manejo del dolor, ya que el uso de estrategias psicológicas puede potencializar los mejores resultados de las otras intervenciones.

Datos sobre el cáncer infantil

El cáncer incluye un número diverso de enfermedades con nombres diferentes y características peculiares, que tienen en común que existe un crecimiento de células anormales que anulan el crecimiento de células normales, invadiendo los órganos tanto cercanos como alejados. (Serradas, 2010; Salgado, 2016).

De acuerdo a la OMS (2014) el término cáncer infantil se utiliza para nombrar cualquier tipo de cáncer que aparezca antes de los 15 años. El cáncer es una enfermedad relativamente infrecuente en la infancia, sin embargo sigue siendo una de las principales causas de muerte infantil. Por otro lado es importante subrayar que la tasa de supervivencia ha mejorado de forma significativa debido a los avances de la medicina y al tratamiento multidisciplinar de la enfermedad. Actualmente la tasa de supervivencia en niños oncológicos es de aproximadamente del 70%. (Ortigosa, Méndez, Riquelme y Espada, 2009; OMS, 2014; Salgado, 2016) Antes de hablar de las intervenciones utilizadas es importante conocer datos estadísticos sobre el cáncer infantil, de acuerdo a la Secretaria de Salud (2015) en México hay un estimado de entre 5,000 y 6,000 nuevos casos de cáncer en menores de 18 años; entre los cuales destacan las leucemias (52 %), linfomas (10%) y tumores del sistema nervioso (10%). Dentro de la última década, en México hay un promedio anual de 2, 150 muertes por cáncer infantil. Siendo la principal causa de muerte por enfermedad en mexicanos entre 5 y 14 años de edad. En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) (2011) el cáncer es la segunda causa de muerte en niños hasta los 14 años.

De acuerdo a Pintado y Cruz (2017) el cáncer infantil es un problema de salud pública y los niños que la padecen requieren fortalezas tanto psicológicas como sociales para afrontar el padecimiento, su tratamiento y efectos secundarios.

El cáncer infantil es una enfermedad crónica, de ahí deriva la importancia de su tratamiento (Méndez, Orgilés, López-Roig y Espada, 2004). Debido a esta cronicidad las investigaciones se centran también en estudiar las consecuencias psicológicas que la enfermedad y tratamientos tienen en los niños  (Bragado, Hernández-Lloreda, Sánchez-Bernardos, y Urbano, 2008).

De acuerdo a Arenas, Torrado y Garrido (2017) las tasas de curación en el cáncer infantil han aumentado. Esta situación no solamente se debe a los avances en la tecnología y la medicina, también se encuentra relacionado con que los enfoques actuales de tratamiento no sólo se centran en curar la enfermedad; también deben poner atención a la calidad de vida del menos y sus familias. En estos esfuerzos el psicólogo ha surgido como miembro activo de los equipos multidisciplinarios en el tratamiento del cáncer infantil.

Necesidad de atención psicológica en el niño con cáncer

En la actualidad la mejora en la calidad de vida en oncología pediátrica ha sido tema de diversas investigaciones, las cuales a su vez confirman la imposibilidad de afrontar el cáncer desde un aspecto meramente médico. Tanto el impacto del diagnóstico, las características de los pacientes y el núcleo familiar son importantes en el tratamiento, por lo que el afrontamiento del problema requerirá más de una estrategia de intervención. Así como se brinda atención a la salud física del menor, es necesario atender los aspectos emocionales y psicológicos para brindar una atención integral al problema (Celma, 2009).

En los últimos años el tiempo de vida de los niños con cáncer se ha incrementado debido a los avances en los tratamientos médicos, situación que ha generado interés en mejorar su calidad de vida. Esto implica no sólo centrarse en curar la enfermedad, sino que buscar estrategias que disminuyan los efectos secundarios que los tratamientos médicos pueden causar. (Méndez, Orgilés, López-Roig y Espada, 2004).

La mayoría de las intervenciones se ha centrado en disminuir el estrés y dolor provocados por los procedimientos de tratamiento y diagnóstico, los cuales no sólo perturban a los niños sino también a los padres y profesionales de la salud. Por lo cual en la actualidad se cuenta con intervenciones para el control de dolor no farmacológicas y por otro lado intervenciones para reducir la ansiedad antre los procedimientos médicos (Pitillas, 2012).

Es importante entender al niño como un ser biopsicosocial, en la que es necesario abordar la enfermedad desde estas tres áreas. Esta situación implica recurrir a un trabajo interdisciplinario entre profesionales médicos, de la salud, y de la psicología. (Serradas, 2010).

El cáncer es una situación circunstancial en la vida del menor, pero su proceso de evolución y maduración sigue siendo el mismo, es decir, continúa siendo niño. Por eso resulta de vital importancia que su calidad de vida se afecte lo menos posible con le enfermedad. Para ello hay que lograr integrar la enfermedad a su vida y a la de su familia (López-Ibor, 2009). Esto se logrará a través del apoyo social y acompañamiento psicológico al menor y a su familia durante todo el proceso de la enfermedad y el tratamiento.

El cáncer infantil es complejo porque demanda del niño comprensión de su enfermedad y del tratamiento a pesar de su corta edad y escasa madurez. (Pitillas, 2012). La enfermedad no sólo genera alteraciones emocionales, sino que también implica cambios de vida importantes y en su imagen corporal, situaciones que repercuten en su autoestima. En los niños con cáncer se presentan de forma frecuente cambios en el estado de ánimo y cambios comportamentales que pueden considerarse patológicos y por tanto prioritarios de recibir atención y apoyo psicológico como parte de su tratamiento. (Ibañes y Baquero, 2009; Delgadillo, Cabral, Solorzano, y Sánchez, 2016).

El impacto de la enfermedad en el estado emocional de los niños es significativo tanto en el proceso de ingreso, hospitalización e intervención quirúrgica; un 35% de los pacientes oncológicos infantiles muestran signos de ansiedad durante su estancia en el hospital o centro médico (Hernández y Rabadán, 2014).

El diagnóstico y tratamiento de la enfermedad como hemos leído anteriormente es una experiencia con alta percepción de amenaza por parte de los niños, sin embargo la atención en el ambiente hospitalario suele centrarse en el alivio de los síntomas físicos y se dejan de lado los psicológicos (Mechtel y Stoeckle, 2017). Por lo cual resulta importante que las diferentes profesiones de la salud involucradas en el tratamiento y diagnóstico del cáncer en los niños conozcan los efectos a nivel psicológico y emocional, además de que cuenten con estrategias que les ayuden a disminuir el impacto a esos niveles.

A medida que la enfermedad va avanzando los síntomas físicos que se derivan tanto de la enfermedad como del tratamiento se vuelven más importantes pues representan una amenzada a la autoimagen del niño y la que los demás tienen sobre, esto como consecuncia de los cambios en el aspecto físico, aptitudes físicas, mentales y los roles que desempeñan socialmente (Méndez, 2005).

Los niños con esta enfermedad necesitan aprender a lidiar con las posibles recaídas, los efectos secundarios del tratamiento y las revisiones constantes que muchas veces implican procedimientos que no son gratos para ellos (Bragado et al., 2008). Este es otro campo de acción para el psicólogo en oncología infantil, en donde ayudé y fortalezca a los niños para enfrentarse a estas situaciones.

Se ha encontrado evidencia de que las intervenciones psicológicas que se utilizan para disminuir el dolor relacionado a los procedimientos médicos han sido eficaces en los niños. De forma específica la distracción, la hipnosis y programas cognitivo conductuales (Brogado, 2009). De ahí la importancia que el psicólogo tenga un papel más activo en este campo.

Celma (2008) reconoce que con respecto a los necesidades psicológicas de los niños con cáncer existen momentos clave del curso de la enfermedad y tratamiento en que los niños se vuelven más vulnerables y la atención psicológica se hace aún más necesaria; esto sucede durante el diagnóstico, por el impacto que genera y durante la remisión, por el miedo a la recaída.

Los niños que tienen esta enfermedad suelen tener una amplia gama de emociones como miedo, ira, depresión o ansiedad. En los más pequeños también está presente la preocupación por el dolor, ser separados de sus padres y el ambiente hospitalario (Cruz y Pintado, 2017). Por lo que se han buscado diferentes tipos de intervención que puedan favorecer la salud mental y emocional en los niños.

El psicólogo infantil tiene un papel muy importante tanto en la evaluación y tratamiento de los síntomas del paciente oncológico. Esto se refiere no sólo a los síntomas psicológicos, se refiere también a los síntomas físicos. El psicólogo puede ayudar a los profesionistas médicos en la aplicación de técnicas psicológicas como la relajación, ditracción, intervención psicológica y brindar información al niño adaptándola a su nivel evolutivo; de igual forma puede ayudar en el trabajo de creencias y pensamientos erróneos tanto en los padres como en el menor (Maitane, Gabaldóm, Mayoral y Amayra, 2004).