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El estrés oxidativo: un núcleo conceptual interdisciplinario en ciencias biomédicas básicas

activar el otro bajo circunstancias propicias (7) Luego, entre la formación de cálculos renales y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, existe la evidencia vinculante de la producción en exceso de especies reactivas del oxígeno (ERO) y la manifestación subsiguiente de estrés oxidativo (EO). Otros estudios epidemiológicos han encontrado una relación entre la aterosclerosis y la osteoporosis (9-16). Una de las posibles explicaciones en que se ha sustentado dicha asociación, es la presencia de factores de riesgo (FR) en común como son el envejecimiento, la depleción de estrógenos y el tabaquismo (17-21).

A su vez, para la aterosclerosis como enfermedad cardiovascular (7), en el cuadro clínico del síndrome metabólico(22), representan factores de riesgo la hipertensión, la diabetes mellitus, y las dislipidemias, en particular cuando dan lugar a la obesidad abdominal. ¿Lo serían también para la osteoporosis? Por otra parte, en los estudios epidemiológicos referenciados (9-22) aún no está claro el papel del sexo en la asociación aterosclerosis-osteoporosis. Lo antes expuesto, motivó la investigación Caracterización de la asociación aterosclerosis-osteoporosis en hombres y mujeres: estudio en fallecidos, realizada por el Dr. José E. Fernández-Britto Rodriguez y colaboradores (23), planteándose como problema científico: ¿Será la asociación entre las lesiones ateroscleróticas de las arterias coronarias con la osteoporosis de columna lumbar y fémur proximal similar para ambos sexos? , y siendo el objetivo: Caracterizar la asociación entre las lesiones ateroscleróticas de las arterias coronarias con la osteoporosis de la columna lumbar y de fémur proximal en hombres y mujeres.

En ese estudio (23) se investigaron 79 pacientes fallecidos, con edades comprendidas entre 17 y 92 años con una media de 65,9 años, siendo el grupo mayoritario el de 65 a 79 años, predominando el sexo masculino con un 53.2% , encontrándose un 70.9% de hipertensos, un 65,8% de fumadores, un 58,2% de dislipidémicos y un 21,5% de diabéticos tipo 2. Los hombres tuvieron una proporción significativamente mayor de casos con osteoporosis que las mujeres (67,7%), exhibiendo 2,7 veces más riesgo significativo de presentarla, mientras que las féminas tuvieron una proporción significativamente superior de osteopenia (64,3%), con 3 veces más riesgo significativo de tenerla. Estas discrepancias entre los géneros se mantuvieron tras remover el efecto de la edad, pero al controlar el del tabaquismo, estas diferencias se modificaron, equiparándose los valores medios de densidad mineral ósea (DMO) para los fumadores de ambos sexos, mientras que en los no fumadores, fueron las mujeres las que exhibieron las menores cifras de densidad mineral ósea.Por otro lado, no se detectaron diferencias significativas de cada género, con relación al resto de los factores de riesgo (FR) aterogénico explorados: hipertensión, dislipidemia y diabetes mellitus tipo 2, por lo que, a diferencia del envejecimiento y del tabaquismo, no son factores de riesgo comunes al desarrollo de aterosclerosis y osteoporosis.

Sin embargo, los profesores Ramírez Esteva, Cutiño Clavel, Núñez Bourón y Ley López (Universidad de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba), en el estudio sobre la asociación entre las alteraciones metabólicas del calcio y el zinc y el daño óseo trabecular en curso (24), encuentran en el estrés oxidativo un evento patológico común.

En Santiago de Cuba la Dirección Provincial de Salud tiene un Proyecto de Lucha contra el Cáncer, coordinado por Dr. Francisco Perera Fernández, Responsable de la Unidad Provincial de Lucha contra el Cáncer. Este proyecto se basa en la atención metodológica y directa a ocho programas contra el cáncer, entre los cuáles, en el 2014, aún no están incorporadosel cáncer de pulmón, el tipo de cáncer de mayor mortalidad entre los hombres santiagueros, y el de páncreas y el de hígado, que aunque aún con relativamente baja prevalencia en relación con los 8 del programa, presentan en la actualidad una tendencia al incremento.

El estudio Alteraciones del metabolismo de calcio, cobre, selenio, zinc, asociadas a procesos inflamatorios, hígado y páncreas, desarrollado por el investigador auxiliar Osmay E. Ramírez Esteva y colaboradores (25),      parece sugerir en sus conclusiones un diagnóstico precoz mediante la evaluación clínica de la triada, hipocalcemia-hipocincemia-hipercalciuria, característico de los procesos inflamatorios, en relación con la posibilidad de ocurrencia de procesos oncogenésicos en el páncreas o en el hígado. La discusión de los resultados muestra que, en la pancreatitis aguda, un proceso inflamatorio severo, se origina hipocalcemia asociada a la hipocincemia, con un incremento notable en la excreción urinaria de cobre y zinc, como adición a la manifestación de hipercalciuria.Niveles muy bajos de metaloteínas en plasma son indicativos de evolución cirrótica, aunque experimentalmente sólo se ha comprobado en injuria hepática (26)Dadas las similitudes en el progreso de la enfermedad para hígado y páncreas grasos, debe seguirse la tendencia en cuanto al nivel de zinc en orina como complementario pronóstico, en particular para los pacientes alcohólicos, siendo patológica una cincuria mayor de 1 mg en muestra de orina de 24 horas.

Las sustancias eosina, hematoxilina y luminol, con anillos fenólicos en su estructura, tienen aplicaciones diferentes; histoquímicas las dos primeras (27), y forense la última; el luminol se descompone al reaccionar con el peróxido de hidrógeno en presencia de sangre (el hierro hemo actúa como catalizador), emitiendo una luminiscencia azul, evento redox caracterizado en el 2013 como técnica imagenológica para el estudio “in vivo” de la generación de especies reactivas de oxígeno (ERO) como respuesta inflamatoria inducida por las células fagocíticas, por investigadores de la Universidad de California, sede Riverside,bajo la coordinación del Dr. S Dhall (28) . En un reciente estudio desarrollado por el investigador Osmay E. Ramírez Esteva y colaboradores (29), los datos obtenidos indican que la ingestión elevada de alcohol da lugar a hipocincemia (menos de 10 µmoles/L).

En la investigación de referencia (29), esta hipocincemia se asocia a la producción en exceso de especies reactivas del oxígeno, y a la manifestación de estrés oxidativo mediante las disfunciones: 1) hepática, con aprovechamiento insuficiente de la vitamina A y del ácido fólico, afectación al desarrollo cognitivo y depresión del