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Estudio comparativo entre el perfil de estrés y estrés percibido entre profesores universitarios en el área de Salud

Por último, El Sahili González (2016) indica que las consecuencias patológicas del estrés han sido estudiadas dentro de la fisiología orgánica y aunque su influencia psicológica era conocida, ésta estaba vinculada con las enfermedades que es habitual encontrar en los manuales de psicopatología, en donde se dejaba ver que el estrés era un factor que las generaba o las detonaba, según el caso.

Este mismo autor hace énfasis en las diferencias entre el estrés y el burnout pues suelen confundirse. El Sahili González (2016) afirma que el estrés crónico conlleva al padecimiento del burnout y menciona que ocurre cuando se presenta un contacto personal agudo, donde el apoyo del profesional se vuelve imprescindible; en especial en profesiones de la salud y la docencia. Una de las características del estrés, es su predominio fisiológico, una hiperemotividad, cansancio físico y depresión (El Sahili González, 2016)

El estrés consta de tres fases que se manifiestan de acuerdo a las variables ambientales, organizacionales y personales productoras de estrés.

  • Fase de alarma: Son las manifestaciones de alerta de la presencia de un estímulo estresor. Este anuncio permite al sujeto reaccionar ante ello, ya sea, enfrentándolo o resolverlo. (Melgosa, 1997)
  • Fases de Resistencia: Esta fase indica la prolongación de las manifestaciones productos de la presencia continua del estímulo estresor. La persona enfrenta las variables estimulantes del estrés a pesar de la incomodidad emocional y fisiológica que estas producen. (Melgosa, 1997)
  • Fase de agotamiento: Se caracteriza por la fatiga, ansiedad y depresión dado a las condiciones previas y el manejo precario del estrés inicial. Se caracteriza por un cansancio sistemático, preocupación excesiva, pensamientos catastróficos y sentimientos negativos sobre sí mismo, los demás y el futuro. (Melgosa, 1997)

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2016), el estrés laboral provoca el 25 por ciento de los 75 mil infartos al año registrados en México; hasta ahora, 75 por ciento de los trabajadores mexicanos padecen este mal, lo que coloca al país en primer lugar a nivel mundial en esta categoría; le siguen China con 73 y Estados Unidos con 59 por ciento. Entre los oficios y las profesiones más propensos a sufrir estrés laboral son: médicos, enfermeras, mozos de restaurante, profesores, contadores, administrativos, vendedores, mineros entre otros.

En varios estudios hechos por el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México muestran que entre 30 y 60 por ciento de los trabajadores de la salud en México padecen estrés laboral, dependiendo de la actividad y el lugar. (Román, 2016)

Según el reporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), más del 20% de los mexicanos económicamente activos experimentan estrés (Negrete, 2008: citado por El Sahili González, 2010), situación derivada de la rapidez y agresividad con la que ahora se vive; lo anterior habla del incremento de los factores de riesgo psicolaboral que actualmente vive una enorme parte de la población mexicana.

La investigación sobre el estrés laboral ha puesto especial atención en profesionales cuyas profesiones puedan provocar estrés de acuerdo a las variables laborales relacionadas, por ejemplo, profesionales en ciencias de la salud y docencia. (Urquidi y Rodríguez, 2010)

El Sahili González (2011) menciona que quienes trabajan con personas o directamente con ellas, presentan mayores niveles de estrés; igual que quienes tienen un trabajo mental, en comparación con aquellos que realizan actividades físicas (UGT, 2001: citado por El Sahili González, 2011). La docencia es una de las profesiones que produce más tensión (Gold & Roth, 1993: citado por El Sahili González, 2011), en consecuencia de las relaciones negativas dentro de la organización laboral.

La docencia exige transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognoscitiva (Delors, 1994). Este autor considera que la enseñanza bajo esta tendencia fundamentaría las bases de las competencias del futuro. En este sentido, los actores dentro del campo de la educación están obligados a crear guías de orientación y de manejo para navegar libre y coordinadamente en la enseñanza y aprendizaje.

El Sahili González (2012) en su trabajo de tesis donde revisaba la relación entre las actitudes del estudiante, el estrés docente y el enfoque tradicionalista, menciona que el estrés docente tiene varios componentes inherentes como la potencialidad del estrés, la fatiga y los estados de desasosiego interior. Aquí encontró que la metodología tradicionalista es un factor que incrementa las malas actitudes de los alumnos, aunque estas no tienen influencia sobre el estrés.

Agregado a esto, El Sahili González (2010), menciona que existen diferentes mitos acerca de la práctica magisterial, y los reúne en seis. El primero de ellos es que los docentes trabajan pocas horas al día, sabemos que las responsabilidades docentes universitarios son la docencia, la labor administrativa, la investigación y tutorías. Además de lo que implica las horas de preparación, planeación y evaluación de clases.

El segundo afirma que los docentes tienen varios meses de vacaciones, si bien esto es cierto, las épocas en la que no se tienen clases, se dedican a labores administrativas, de investigación y planeación semestral.

Como tercer mito pensamos que la actividad docente sólo implica la transmisión de conocimientos, y como ya lo hemos mencionado, el docente tiene diversas actividades diferentes a la enseñanza.

El cuarto es que la actividad docente no demanda esfuerzo físico, sólo la parte emocional. Este autor menciona que la interacción en el aula, el uso de la voz, los traslados de salón, etc., son muestra de las implicaciones físicas del docente. Menciona como quinto mito, que el docente tiene mejores condiciones laborales que muchos trabajadores, el autor afirma que un docente no podría ausentarse de su clase, lo que implica siempre su presencia para que la docencia exista, no puede tomar pausas a su voluntad pues debe cumplir con su las horas clases estipuladas. Y por último, se cree que el docente tiene mejores ingresos que muchos trabajadores, y su promedio, al menos en los casos universitarios, no está por encima de otras profesiones.

De acuerdo a El Sahili González, (2010) el docente puede llegar a resentir la interacción con su grupo según observe su comportamiento, sus interacciones, su participación, su espontaneidad y compromiso con la clases. Aunque la labor docente no solo se limita esto, por ejemplo; el maestro explica conocimientos, pero al hacerlo sus emociones, valores y estados de ánimo se ven involucrados. Por consecuente, por más recursos intelectuales, didácticos y pedagógicos que se manejen, tarde que temprano se expresa el estrés y termina inevitablemente por evocar malas prácticas o actitudes docentes.

Además de las tensiones que genera otros elementos, tales como el proceso para obtener la definitividad en el empleo, la sobrecarga de trabajo, las limitantes de tiempo y la falta de reconocimiento institucional parecen ser situaciones comunes que producen estrés en docentes universitarios en Estados unidos (Reybold, 2005; Wolf-Wendel, Ward y Twombly 2007: citados por Urquidi y Rodríguez, 2010). Estas autores, mencionan que estas fuentes de estrés se identifican también en docentes canadienses, ingleses, israelíes e iraníes.

En el caso de México, existen estudios que identifican la presencia de estrés y diversos problemas de salud relacionados con la sobre carga de trabajo que representa la participación de docentes universitarios en los programas de estímulos (Martínez, Méndez y Zúñiga, 2010). Son las reglas del juego que en cierta medida se han aprendido, pero no resultan ser aceptadas del todo.

El estrés no afecta de igual manera a todos los y las docentes; educadores adscritos a las disciplinas biológicas reportan más tensión vinculada con las condiciones físicas de sus espacios laborales. Sin embargo, no se cuenta con la suficiente investigación para afirmar, categóricamente, que la disciplina tiene un efecto definitivo en el tipo de tensiones que experimentan los y las profesoras. (Urquidi y Rodríguez, 2010)

Existe entonces una serie de variables relacionados al campo docente El Sahili González (2011) describe el ambiente laboral, personal y docente que puede provocar el estrés. Menciona que un ambiente laboral inadecuado con ruido, contaminación, variación de la temperatura, etc. puede elevar la probabilidad de estrés. Al igual que una condiciones laborales difíciles tales como: baja calidad de trato hacia el docente, bajos salarios, condición social, etc. Por último menciona la responsabilidad del maestro por cada uno de los estudiantes, el traslado de docentes para atender varios compromisos en diversos centros laborales y la frustración constante al notar que los alumnos no aprenden.

En una gran revisión de literatura médica y administrativa Wallace y Szilagvy (1980) encontraron una gran variedad de condiciones y organizaciones ambientales que son capaces de producir estrés. Mencionaban que diferentes individuos responden a las mismas condiciones laborales de maneras diferentes. Agregaron que la intensidad y el grado de estrés son difíciles de predecir en los trabajadores y el estrés crónico provoca cambios conductuales (absentismo).

Pregunta de investigación

¿Existe una diferencia entre el perfil de estrés de profesores universitarios de tiempo completo y medio tiempo o menos, y esta diferencia se relaciona con la modalidad de trabajo?

Objetivo General

Comparar el perfil de estrés entre profesores universitarios de tiempo completo y profesores de medio tiempo o menos.

Objetivos Específicos

  • Diferenciar el perfil de estrés de acuerdo a la modalidad de trabajo
  • Conocer el bienestar psicológico de ambos grupos.

Hipótesis

Ha: La modalidad de trabajo en profesores universitarios (VI) se correlaciona positivamente con un perfil de estrés mayor (VD)

Metodología

Diseño de investigación Descriptivo y comparativo

Población y muestra

12 Profesores de la Escuela de Ciencias de la Salud, Valle de las Palmas, Universidad Autónoma de Baja California. Divididos de la siguiente forma:

  • 6 profesores universitarios tiempo completo.
  • 6 profesores universitarios medio tiempo o menos.

Instrumentos

Se usará el cuestionario Perfil de Estrés desarrollado por Nowack (en versión online), conformado por siete dimensiones: situaciones estresantes (salud, trabajo, finanzas, familia, entorno social o del ambiente), hábitos de salud (ejercicio, descanso-sueño, alimentación-nutrición y prevención al riesgo), red de apoyo social, conducta tipo A, fuerza cognitiva, estilo de afrontamiento (valoración positiva, minimización de la amenaza y concentración en el problema) y bienestar psicológico. Las propiedades psicométricas del instrumento reportan confiabilidad por mitades de 0,89 y 0,91 en poblaciones de diferentes razas y nivel educativo.

Procesamiento de datos

Se realizará un análisis descriptivo y comparativo de los participantes en el estudio. Los resultados de los instrumentos de evaluación se analizaran por medio del coeficiente de correlación de Pearson para evaluar la relación lineal entre las variables aleatorias cuantitativas. Para el análisis se usará el paquete estadístico SPSS versión 21.

Análisis de resultados

Profesores de medio tiempo o menos (MT)

Los profesores de medio tiempo tienen puntuaciones moderadas, algunos entre ellos puntuaciones elevadas y otras puntuaciones bajas. Esto por ende nos arroja resultados de T con puntuaciones moderadas (38 la más baja y 63 la más alta). En relación a las escalas que identificamos como recursos protectores de la salud (Ejercicio, Descanso/sueño, Prevención, Alimentación/nutrición, Red de apoyo social, Fuerza cognitiva, Valoración positiva, Minimización de la amenaza, Concentración en el problema, Bienestar psicológico y Hábitos de salud) observamos un promedio de T (50.63), es decir que tienen una puntuación moderada en estas escalas lo que supondría que esta población cuenta con algunos recursos que los protege de la enfermedad pero no de forma elevada, por tanto la vulnerabilidad está presente. En cuanto a las escalas que identificamos como alertas de riesgo para la salud (Estrés, conducta tipo A, valoración negativa y conglomerado de reactivos de ARC) se encontró un promedio de T (49), lo que presumiría para esta población la presencia de la vulnerabilidad a la enfermedad, a pesar de no ser elevada (Tabla no.1).

En referencias a los porcentajes T de los profesores de medio tiempo en las diferentes escalas observamos un promedio destacable (entre 40-59) en la escala “Fuerza cognitiva” de 100% lo que indica para esta población que tienden a experimentar un nivel de compromiso y de participación moderado con tendencia a la alza en su trabajo y su familia, consigo mismo, interpretando las situaciones potencialmente estresante como retos o crecimiento (Tabla 3). Aunque, se encontró para la escala “Valoración negativa” un promedio de 83.3%, es decir que estos profesores tienen una tendencia a la autocrítica, culpa o pensamientos catastróficos. Aun así vemos elevados porcentajes en los recursos protectores, como es el caso de “Bienestar Psicológico” (83.3%), y bajos porcentajes en las alertas de riesgo para la salud en la escala “Conducta tipo A” (33%) (Tabla no.2).

Por otra parte, los profesores de medio tiempo tienen una valoración de su propio estrés del 66.7% (entre 40-59), por ende su percepción de estrés es elevada de acuerdo a los suceso estresores. La “Red de Apoyo” obtiene los mejores porcentajes ubicando el 83.3% en puntuaciones moderadas y el 16.7% en puntuaciones altas. (Tabla no.3).

En cuanto al coeficiente de correlación, se esperaría correlaciones bajas y moderadas entre las escalas ya que no están teóricamente asociadas entre sí. Pues esto confirmaría su poder interpretativo entre ellas. Sin embargo, vemos para el caso de los profesores de medio tiempo, los coeficientes de correlación muy altos y altos. Una “Alimentación/nutrición” se correlaciona positivamente con el “Descanso y el sueño” (r= 0.927). Vemos para este grupo que la “Concentración en el problema” su correlación es muy alta con “Valoración negativa” (r= 0.881). Esta escala “Valoración Negativa” a su vez se correlaciona positivamente con “Conducta tipo A” (r= 0.889). Es decir, las estrategias de afrontamiento tienden a la instrumentalización de la agresividad cuando fracasan centrándose solo en el problema. Unos buenos “hábitos en salud” se correlacionan estrechamente con el “ejercicio”, “Descanso y sueño”, “Alimentación/nutrición”, “Minimización de la amenaza” y “Bienestar psicológico” (Tabla no.4).