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Evidencia de asociación de marcadores de inflamación con depresión en adolescentes

Evidencia de asociación de marcadores de inflamación con depresión en adolescentes

Autora principal: Dra. Nora Anaid Hernández Díaz

Vol. XV; nº 23; 1170

Scientific evidence of the association of inflammatory factors with depression in adolescents

Fecha de recepción: 06/11/2020

Fecha de aceptación: 11/12/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 23 –  Primera quincena de Diciembre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 23; 1170

Autores:

Dra. Nora Anaid Hernández Díaz1

Dr. José Antonio López Rangel1

Dr. Adrián Geovanni Rosas Taraco2

Dr. Manuel Guadalupe Mejía Torres2

Lugar de trabajo:

1 Departamento de Psiquiatría, Hospital Universitario “Dr. José E. González”. Monterrey, México.

2 Departamento de Inmunología, Hospital Universitario “Dr. José E. González” Monterrey, México.

Resumen

Los trastornos depresivos afectan a cerca del 8% de los adolescentes, su temprana identificación es primordial debido a que resultan en disfunción del desarrollo cognitivo, social y psicológico.

En adultos deprimidos se han encontrado niveles séricos elevados de factores inflamatorios.

De la misma forma, se ha observado que los inhibidores de la recaptura de serotonina (ISRS) afectan los niveles de estos marcadores en pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM), pero los hallazgos son inconsistentes.  Los estudios en adolescentes son pocos y con resultados contradictorios.

Para identificar la etiología del trastorno depresivo, mejorar el tratamiento y el pronóstico, se requieren estudios a futuro.

Palabras clave: depresión, inflamación, adolescentes, citocinas

Abstract:

Depressive disorders affect about 8% of adolescents, early identification is essential because it results in cognitive, social and psychological developmental dysfunction.

Studies show that high serum levels of inflammatory factors have been found in depressed adults.

Similarly, serotonin reuptake inhibitors (SSRIs) have been observed to affect the levels of these markers in patients with major depressive disorder (MDD), but the findings are inconsistent.  Studies in adolescents are few and results are contradictory.

To identify the etiology of depressive disorder, improve treatment, and  prognosis, future studies are needed.

Keywords: depression, inflammation, adolescents, citokines

Introducción

Los trastornos depresivos afectan a cerca del 12% de la población mundial. La depresión tiene un impacto sustancial en la calidad de vida de las personas y es una causa común de discapacidad en el mundo.1

La incidencia del trastorno depresivo presenta un aumento significativo durante la adolescencia, especialmente en el caso de las niñas. La prevalencia puntual en adolescentes de entre 13 a 18 años oscila entre 2.9 y 5.8%; mientras que la prevalencia a lo largo de la vida se estima entre el 11.7 y el 20.4%. Se ha observado que en la depresión de inicio en la adolescencia, el riesgo de presentar comorbilidades psiquiátricas es mayor en comparación con el trastorno depresivo de inicio en la vida adulta.2

Aunque la etiología de la depresión no está completamente dilucidada, existen asociaciones con factores de riesgo genéticos, epigenéticos,  exposición a estrés crónico y maltrato en etapas tempranas en la vida que han sido identificadas como variables predictoras para el desarrollo del trastorno depresivo.3,4

Una de las líneas de investigación acerca de la etiología de la depresión es la hipótesis de la inflamación como trasfondo de este trastorno. Múltiples estudios observacionales han encontrado una asociación entre el  trastorno depresivo y los factores inflamatorios. Acerca de esto, los primeros indicios surgieron de investigaciones que documentaron un aumento de la incidencia y prevalencia de depresión en pacientes con diagnósticos de enfermedades con mecanismos inflamatorios crónicos, como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple.5-8

Adicionalmente, se observó como un efecto secundario el aumento de los trastornos depresivos en aquellos pacientes en tratamiento con interferón para la infección por el virus de la hepatitis C. 9,10

Por otra parte, se sabe que aproximadamente un tercio de los pacientes diagnosticados con trastorno depresivo y que se encuentran en tratamiento farmacológico antidepresivo convencional no presentan respuesta clínica, y es precisamente en este subgrupo de pacientes donde se ha demostrado un aumento de marcadores inflamatorios; lo que apoyaría indirectamente el fondo inflamatorio de cuando menos algunos subtipos de trastornos depresivos.11-14

De acuerdo con lo anterior, en algunos pacientes los niveles de marcadores inflamatorios disminuyeron tras el tratamiento antidepresivo, correlacionando de forma positiva marcadores inflamatorios y síntomas depresivos.15-19  Lo anterior ha justificado la posibilidad terapéutica y/o adyuvante del uso de antiinflamatorios en los trastornos depresivos.20

Sobre depresión y su asociación con un estado inflamatorio crónico se han publicado series epidemiológicas y metaanálisis donde se describe el aumento de marcadores inflamatorias periféricos, principalmente TNF-a e interleucina seis (IL – 6) .21,22

Pese a que existe evidencia de todo lo anterior, los estudios describen únicamente los resultados en adultos, dejando de lado la etapa de la adolescencia, que es donde las diferencias en incidencia comienzan a prevalecer y en donde el impacto sobre el desarrollo es mayor.

Objetivos

Poner en conocimiento de los profesionales de la salud, especialmente del área de Psiquiatría infantil y de la adolescencia, que existen estudios que afirman que los factores inflamatorios se encuentran elevados durante la depresión. Este conocimiento contribuirá a conceptualizar de una forma integral la etiología de los trastornos depresivos, lo que influye en su tratamiento y pronóstico.

Es importante también para profesionales del área de pediatría o inmunología, por mencionar algunas, debido a la relación de enfermedades que tienen un trasfondo inflamatorio con la presentación de síntomas depresivos en el paciente.

Métodos

Esta revisión se realizó a través de una búsqueda exhaustiva de artículos relacionados al título de este trabajo, en bases de datos: pubmed, uptodate, cocrhane.

Criterios de inclusión: artículos científicos publicados entre 2000 y 2020, en las bases de datos antes mencionadas.

Resultados

Los estudios que han investigado la inflamación en niños y adolescentes con depresión mayor apuntan a niveles elevados de marcadores proinflamatorios.

Gabbay y cols. encontraron en una muestra de treinta pacientes deprimidos de entre 12 y 19 años una tendencia hacia el incremento de IL-6 y niveles significativamente elevados de interferon gamma (IFN-y). Es importante mencionar que los autores consideraron el tamaño de la muestra y el uso de medicación psicotrópica en algunos pacientes como limitantes de este estudio.23

En 2012, Henje y cols. informaron de la elevación significativa de IL-1b, IL-2 e IL-10 en niñas y adolescentes con TDM y/o trastornos de ansiedad e IL-6 significativamente incrementada en el grupo no medicado en comparación con los controles. Se consideró también el tamaño de la muestra (60 pacientes) como una limitante, así como la alta tasa de abandono al tratamiento del grupo clínico.24

En un estudio transversal de 22 pacientes con TDM o distimia  se encontraron también niveles elevados de IL-1b y mencionaron como una limitante la influencia de las hormonas en la etapa prepuberal al haber incluido pacientes de ambos sexos.25

Por el contrario, no hubo diferencias en niveles de TNF-a observado en adolescentes con TDM o controles, incluso en otras investigaciones se encontraron niveles disminuidos en adolescentes con distimia y con TDM que tenían intención suicida.24,25

Un estudio realizado en México en veintidós adolescentes con diagnóstico de TDM de entre 14 y 19 años, informó niveles elevados de IFN-y, sin diferencia entre pacientes con o sin ideación suicida. No se reportó cambio en los niveles con el tratamiento con antidepresivos.  Respecto al TNF-a, se encontró un aumento significativo en los pacientes deprimidos a la semana cero comparado con controles.  La IL-4 se encontró elevada en los pacientes deprimidos, no así la IL-10 que no presentó cambios significativos en comparación con el grupo control ni después del tratamiento. Todos los individuos del grupo control tenían 18 años o más y el tamaño de la muestra también fue considerado pequeño en este trabajo.26

Los estudios más recientes fueron publicados en 2020. En uno de ellos, se incluyeron 25 adolescentes con depresión y 25 controles sanos, los pacientes tenían entre 13 y 18 años. Se obtuvieron muestras de sangre y se evaluó la gravedad del trastorno depresivo antes y después del tratamiento farmacológico. A diferencia de lo observado en estudios previos, los autores describieron que la IL-2, el IFN-γ y la IL-10 eran más bajas en los adolescentes deprimidos que en los controles normales y sus niveles se incrementaron después del tratamiento.27

Finalmente, en un metaanálisis que incluyó 22 estudios realizados en pacientes menores de 18 años, se observaron asociaciones significativas entre el trastorno depresivo y proteína C reactiva (PCR), así como IL-6. Se consideró que la inflamación mediada por PCR o IL-6 predice una futura depresión en el paciente.28

Conclusiones

 Así como en adultos, los adolescentes con diagnóstico de trastorno depresivo mostraron niveles aumentados de factores inflamatorios en los estudios revisados; sin embargo, los resultados fueron contradictorios en algunos casos.

Una limitante fue la heterogeneidad de las características de las muestras de los estudios realizados en niños y adolescentes.

Se requieren más estudios en esta materia, a fin de contribuir con el pronóstico y tratamiento oportunos de los trastornos depresivos en la adolescencia, dadas las repercusiones en las distintas áreas del funcionamiento del individuo en desarrollo.

Bibliografía

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