En 1993, un estudio llevado a cabo por Barkham en Reino Unido sobre las reacciones cutáneas de radioterapia y de tratamientos asociados, determinó que en el 52% de los casos la descamación seca era un evento común y en el 85% de los casos, la descamación húmeda era un evento ocasional. Sin embargo, como señalaron (Glean et al., 2001), en este estudio, la incidencia de reacciones en la piel no se había recogido con precisión, además de que las prácticas han cambiado desde 1993. En esta misma línea, los resultados de la encuesta SCOR de 2011 indican que todavía, los datos que se recogen por departamentos clínicos son limitados y por lo tanto que es difícil cuantificar el problema a día de hoy.
La mayoría de las reacciones de radiodermitis en estadíos avanzados suelen verse en pacientes que recibieron dosis altas en grandes campos de radioterapia y en zonas donde hay pliegues cutáneos (por ejemplo surco submamario, ingles o axilas) (Porock et al., 1998; Richardson et al., 2005).
Ciertos factores clínicos pueden ayudar en la predicción de qué pacientes son más propensos a experimentar una reacción cutánea significativa (Russell et al., 1994; Russell, 2010). Los factores extrínsecos, que son relacionados con el tratamiento, incluyen: dosis de radioterapia al día, volumen de piel irradiada, tratamiento adyuvante con quimioterapia, tratamiento en un pliegue de la piel (pliegue submamario o hendidura anal), uso de material de bolus, tipo de inmovilización y la técnica de tratamiento (Porock y Kristjanson, 1999) y el uso de cremas para la hidratación de la piel. Estos factores necesitan estar en constante revisión con el cambio de las prácticas de trabajo, tales como la introducción de la radioterapia de intensidad modulada y de la radioterapia hipofraccionada. En cuanto a los factores extrínsecos, son factores prescritos por el radioterapeuta. Por un lado, cuando los campos de radiación incluyen un área de piel más amplia, hay posibilidades de recibir radiación en áreas de piel fina como la clavícula. Por otro lado, la aplicación del uso de bolus en piel (material de equivalente a cera o silicona) que es colocado encima de la piel, hace que la radiación se administre de manera superficial y por lo tanto produzca grados de radiodermitis más altos en la piel.
En relación a la quimioterapia adyuvante en la radioterapia parece ser un factor significante para la gravedad de la reacción de la piel (Bernier et al.,2008; Pommier et al.,2004). Con respecto la cirugía, el boost tampoco se ha encontrado relación significativa con el grado de radiodermitis.
Sin embargo, algunos autores como (Mihailidis, 2014) señalaron la existencia de mayor radiodermitis en las pacientes que se les realizó mastectomía, pero no existen muchos estudios en relación con este factor.
Los factores intrínsecos, que son individualmente relacionados con el paciente, incluyen: mayor tamaño de los senos (Porock y Kristjanson, 1999; Porock y Kristjanson, 1998), índice de masa corporal (IMC) (Kouvaris et al., 2001; Twardella et al., 2003; Wells et al., 2004) y comorbilidades como la diabetes ( Porock y Kristjanson, 1999; Turesson et al., 1996). Tales factores intrínsecos pueden aumentar la propensión de un individuo a experimentar una reacción de la piel y por lo tanto deben ser registrados por observaciones de referencia y se controlen estrechamente a lo largo de, y después de un curso de radioterapia (Porock y Kristjanson, 1998; Fisher et al., 2000; Richardson et al., 2005). Fumar también ha demostrado ser un factor de riesgo independiente, y los pacientes deben ser advertidos de esto y se debe dar apoyo para dejar de fumar siempre que sea posible (Wells et al., 2004; Sharp et al., 2013). Existen estudios que muestran la diabetes como un factor predisponente en la radiodermitis. (Turesson et al., 1996; Porock et al., 1999.; Wells et al., 2004; Wan et al., 2012; Sharp et al., 2013). Esto es debido a que al tratarse de una patología sistémica, que interfiere en las fases de cicatrización, puede producir retardo de las mismas, con un riesgo mayor de infección.
Actualmente se siguen una serie de medidas generales como prevención de la radiodermitis, tales como la hidratación y cuidados de la piel, que deben llevarse a cabo desde el inicio del tratamiento radioterápico. Estas recomendaciones descritas en la bibliografía se basan en la experiencia de la práctica clínica de los autores en la mayoría de los casos.
Durante años se han estado probando diferentes sustancias como la biafina, el ungüento de caléndula, la avena, el sucralfato, la crema de sorbolene, el caolín-pectina, la benzidamina, etc. Pero los estudios realizados por (Carballo et al., 2007) no aportaban resultados estadísticamente significativos, salvo en el caso del ungüento de caléndula frente a la crema de biafina, que se observó que reducía la aparición de la radiodermitis y el dolor asociado, pero se desestimó al ser considerado su uso tópico como difícil por el 30% de los pacientes (Carballo et al., 2007).
Sin embargo, Gosselin (2010) señaló que algunos productos de cuidado de la piel mostraron resultados prometedores, además (Richardson et al., 2005) demostraron el beneficio de la crema Sativa M-tex en la prevención de la radiodermitis aguda, reduciendo la incidencia de ésta y retrasando su aparición. A pesar de ello existen números estudios (Wells et al., 2004; Richardson et al., 2005; Sharp et al., 2013) hasta el momento que no señalan ninguna crema mejor que otra respecto a la radiodermitis.
Conclusiones
Aunque es poco probable que las reacciones de la radiación pueden evitarse por completo, el objetivo actual es retrasar la aparición y minimizar la gravedad de las reacciones de la piel, para reducir las molestias de los síntomas relacionados, y evitar mayores complicaciones. Parece que los factores extrínsecos que más afectan a la radiodermitis son los tratamientos con quimioterapia a la vez que la radioterapia, las dosis altas de radioterapia y afectación a pliegues cutáneos y las cirugías con mastectomía. Dentro de los factores íntrinsecos que más afectan a la radioterapia fueron significativos el índice de masa corporal, el tamaño de senos, ser fumador y ser diabético.
La realidad es que a día de hoy existen discrepancias en la literatura sobre qué factores pueden o no afectar a la radiodermitis. Por otro lado existen pocos estudios que evalúen la radiodermitis con el cáncer de mama en concreto, y en ellos se han propuesto diversos factores pronósticos para la aparición de toxicidad cutánea encontrando leve consenso en estos factores.
Bibliografía
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