Fobias. Abordaje multidisciplinar. Causas y tratamiento
La ansiedad es un estado que se caracteriza por un incremento de las facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica del organismo de incrementar el nivel de algún elemento que en esos momentos se encuentra por debajo del nivel adecuado, o -por el contrario- ante el temor de perder un bien preciado (1).
La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad.
Fobias. Abordaje multidisciplinar. Causas y tratamiento
María Garrido Piosa. Diplomada en Enfermería. Máster Oficial en Ciencias de la Enfermería. Hospital Raymon Poincaré. París.
Ossama Nasser Laaoula. Diplomado en Enfermería. Máster Oficial en Ciencias de la Enfermería. Hospital Ambroise Paré. París.
Palablas clave: fobias, ansiedad, Enfermería, terapias alternativas
INTRODUCCIÓN
En la actualidad se estima que un 20.6% o más de la población mundial sufre de algún trastorno de ansiedad, generalmente sin saberlo. Actúa como un elemento protector de nuestro organismo al permitirnos hacer frente o adaptarnos a situaciones de estrés ambiental o físico, en las que es necesario que se dé una respuesta de alarma o de defensa. Una característica de la ansiedad es que se transmite de unas personas a otras (2).
Cuando la frecuencia, intensidad o duración son excesivas y dan lugar a limitaciones en la vida personal, social o laboral del individuo se habla de ansiedad como patología. Dentro de estas ella, se encuentran las fobias (3,4). Una fobia es un es un trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. También se suele catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia algo que, si bien no es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales, sociales y políticos.
La fobia, como consecuencia de un miedo más o menos consciente acompañado de un componente ansioso, puede expresarse de muchos modos.
CAUSAS DE LAS FOBIAS
Una de las causas posibles por las que surge una fobia específica es que la persona haya tenido en su infancia una experiencia traumática, a la que después asocia el elemento que le causa temor. La asociación puede ser directa o indirecta. Es directa cuando ha sido ese elemento la causa misma que desemboca en una fobia: por ejemplo, un niño es arañado por un gato furioso, y a consecuencia de ello el niño crece y se convierte en un hombre con ailurofobia -fobia a los gatos-. En cambio, es una asociación indirecta cuando el temor aparece desplazado.
Aún resta saber si cualquier persona sometida a un determinado estímulo puede desarrollar una fobia, o si es necesaria cierta predisposición genética para desencadenarlas. Asimismo, ciertas fobias tienen como causa los resabios de un comportamiento instintivo: a lo largo de los siglos, el hombre ha temido a ciertos animales peligrosos como las arañas y las serpientes, o a fenómenos climáticos como las tormentas. Y por supuesto, hay fobias que son absolutamente culturales como al número 13 (en los países occidentales, ya que los orientales temen al número 4, a Halloween o a los extranjero (5).
La mayoría de ellas tiene su origen en la infancia, si bien no deben confundirse con los temores infantiles normales que van superándose conforme madura el niño. Las fobias persisten en la edad adulta e incluso se pueden incrementar, aún cuando el paciente es consciente de que sus temores son irracionales y sin fundamento.
En cualquiera de los casos, la reacción ante las fobias suele ser la evitación de la situación tan temida. Esto puede llevar a que las personas vean deteriorada su vida social, laboral y afectiva. Por fortuna, en la actualidad existen varias maneras de tratar una fobia.
TRATAMIENTO DE UNA FOBIA
Existen diversos tratamientos indicados para ayudar a quienes padecer de fobias, y dependiendo de cada caso algunos son más adecuados que otros. Desde el psicoanálisis hasta las terapias conductistas, desde el tratamiento por aproximación gradual a la fuente de los temores hasta hipnosis, pasando también por una amplia gama de medicamentos para controlar la ansiedad y psicofármacos, las opciones de tratamiento son muy variadas. De cualquier manera, hay que evaluar a cada paciente en particular, porque lo que funciona en algunos casos podría no ser bueno en otros, e incluso resultar contraproducente. Por ello, a la hora de tratar una fobia, en la decisión siempre debe intervenir un profesional.
Para iniciar un tratamiento, lo primero es tener el diagnóstico de un profesional. Es importante conocer los diversos factores implicados en el problema (qué desencadena la fobia, qué la predispone, qué soluciones se han intentado). El paciente y el especialista deben mantener una relación fluida que les permita elaborar objetivos a alcanzarse con el tratamiento.
Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia (6), que, a la vez que le enseña al paciente las causas de su fobia, le aporta técnicas para ir dominando la ansiedad ante el estímulo desencadenante. Las técnicas para controlar la respiración y la tensión muscular también pueden ser de gran utilidad.
Un tipo de tratamiento muy habitual para las fobias es el de la terapia de exposición (7). En ésta, poco a poco, los profesionales confrontan al paciente con la situación tan temida. El estímulo gradual y progresivo hacen que las personas de a poco vayan controlando sus temores (por ejemplo, si una persona teme a los pájaros, puede comenzar por ver una pluma, o un dibujo de un ave, y recién una vez que tolere el miedo que estos estímulos le generan, se intenta con algo más).
Similar es el tratamiento conocido como desensibilización sistemática (8), en el cual en lugar de estímulos se recurre a la imaginación del paciente, que va proyectando en su mente al estímulo temido. En ambos ejemplos de tratamiento, la exposición o la imaginación del estímulo se detiene cuando el paciente no puede controlar su ansiedad, y se recomienza cuando se ha tranquilizado. De a poco, logra resistir períodos más largos y así se va perdiendo el miedo.