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Hernia discal lumbar. Una visión terapéutica desde nuestra experiencia

ético por el Comité Científico y de Ética del Centro de Investigaciones en Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED).

Se elaboró una planilla para el registro de la información, las variables a evaluar y los datos de los pacientes. Se confeccionó un modelo para aplicar el instrumento de evaluación Índice de discapacidad de Oswestry preoperatorio y a los cuatro años del posoperatorio, con los datos generales del paciente para la comparación final. Se confeccionó otro modelo a semejanza del recogido en la literatura para aplicar la Escala visual analógica de dolor preoperatorio y cuatro años del posoperatorio, con los datos generales del paciente para la comparación final donde se marcó lo indicado por cada paciente.

Resultados

Conforme al objetivo declarado, fueron reclutados de manera secuencial probabilística 67 pacientes, la mayoría de los cuáles (62,69%) correspondieron al sexo masculino; aunque ambos sexos mostraron tendencia a una edad media cercana a los 40 años (Mas=44,2 años y Fem=38 años), con el mayor número de casos ubicados en el grupo de edades 31-40 (Tabla 1) donde se encontraron 15 hombres y 13 mujeres para el 35,72% y 52,0% respectivamente.

Tabla 1. Relación entre grupo de edad y sexo.

Ver: Anexos – Hernia discal lumbar. Una visión terapéutica desde nuestra experiencia, al final del artículo

Fuente: Planilla de recogida de datos.

Nota: % sobre el total de cada sexo.

Se realizó examen radiográfico, en vistas AP,  lateral y en ocasiones oblicuas, a todos los pacientes incluidos en el estudio, los cuales ofrecieron los primeros signos de posibilidad de hernias de disco lumbar. La confirmación del diagnóstico se efectuó, en el 85,3% de los casos, mediante imágenes de resonancia magnética, en el restante grupo de 14,7% dicha confirmación fue realizada mediante imágenes de TAC simple; en ningún caso se realizo mielografía ni estudio de TAC o IRM contrastado.

Un pequeño grupo de pacientes fueron estudiados mediante exámenes de electrofisiología, 22,1%, básicamente para diferenciar la raíz que ocasionaba las manifestaciones clínicas que referían.

En cuanto a la localización, se encontró gran predominio de los espacios L5-S1 y L4-L5, por ese orden, con 42,4% y 31,7% respectivamente, seguidos por la localización en varios espacios con 16% y L3-L4 con 8,5%. Solo existió un paciente con hernia de disco localizada en el espacio L2-L3.

La valoración de nuestros resultados, la realizamos a través de la medición en la mejoría del nivel de función reflejado por nuestros pacientes antes de la cirugía y en la percepción de dolor, medidos ambos a los cuatro años de seguimiento posquirúrgico. Como se declaro en el método, para medir esas variaciones se emplearon dos evaluadores, considerados “gold stándar” para evaluar resultados en cirugías de columna vertebral, el Índice de discapacidad de Oswestry (ODI) y la Escala visual analógica de dolor (EVA).

Estos resultados los mostramos de manera simplificada en las tablas 2 y 3 respectivamente. De gran importancia es resaltar que ninguno de los 67 pacientes incluidos en este estudio requirió reintervención.

TABLA 2. Cambio en el nivel de discapacidad antes y después de la cirugía (ODI).

Ver: Anexos – Hernia discal lumbar. Una visión terapéutica desde nuestra experiencia, al final del artículo

Fuente: Planilla de recogida de datos.

Nota: % sobre el total de la serie.

El cambio respecto al nivel de discapacidad fue muy marcado, determinado por el elevado número de pacientes considerados en la categoría de mínimo (No=54) para el 80,6% a los cuatro años, categoría en la cual no se encontraba ningún paciente antes de la intervención quirúrgica; a los cuatro años el nivel de discapacidad más elevado fue la categoría severa, con dos pacientes, los cuales habían migrado de las superiores invalido y encamado. Destacamos que entre las categorías mínima y moderada, las menores, se ubicaron 65 pacientes, para un elevado 97,02%.

Tabla 3. Significación evolutiva del dolor antes y después de la cirugía.

Ver: Anexos – Hernia discal lumbar. Una visión terapéutica desde nuestra experiencia, al final del artículo

Fuente: Planilla de recogida de datos.

Nota: % sobre el total de la serie.

En relación con la variación en la percepción del dolor, 54 pacientes se alojaron en valor 1, el menor, con 10 ubicados entre valor 2 y 3 lo que representa el 95,53% del total. La migración en los valores de la escala fue tan significativa que antes de operarse, todos los pacientes se ubicaron en valores por encima de 6, mientras que el valor mayor referido a los cuatro años fue 5, con solo un paciente ubicado ahí. El 100% de nuestros pacientes ubicaron su percepción de dolor a los cuatro años en valores notablemente mejores que en el preoperatorio.

Discusión

Resulta conocida la prevalencia de hernias de disco intervertebral en hombres que se sitúan en la tercera o cuarta década de la vida 3,7,8,15,16. Es criterio generalizado que esa situación responde a varias causas, dentro de las cuales juegan un papel principal el grado de degeneración discal y el tipo de actividad física que realiza el individuo que la sufre; lógicamente los hombres realizan esfuerzos físicos más intensos que las mujeres como parte de sus actividades cotidianas 15,16,24,25. El papel de la herencia ligada a genes constituye un foco que centra las investigaciones científicas actuales 26,27.

Lo encontrado por nosotros esta en relación con lo antes expuesto y lo descrito por la literatura nacional y extranjera consultada, en nuestra serie predomino el sexo masculino (62,69%) y la edad media fue de 42,3 años 5,9,10,15,16,24-26.

Los estudios imagenológicos constituyen un apoyo fundamental en el diagnóstico de las hernias de disco, si bien los hallazgos clínicos determinan el criterio médico y quirúrgico, las imágenes