Hiperplasia benigna de próstata (HBP)
La hipertrofia benigna de próstata (HBP) es la patología benigna más frecuente en varones mayores de 50 años, su prevalencia es del 8% en la 4ª década del la vida, asciende al 50% en la 6ª década y casi el 90% en varones de 80 años.
Hiperplasia benigna de próstata (HBP)
José Luna Aljama. DUE Servicio Andaluz de Salud
Resumen
Con este artículo se pretende hacer una revisión global sobre la hiperplasia benigna de próstata, describiendo su etiología, sintomatología, diagnostico, y tratamiento.
INTRODUCCIÓN
La próstata es un órgano del sistema reproductor del varón. Es una glándula, con forma de castaña, colocada debajo de la vejiga y por delante del recto. La uretra (conducto por donde sale la orina) atraviesa la próstata por el centro, de manera que la orina sale de la vejiga atravesando la próstata. La función principal de la próstata es producir un líquido que se une al semen para mejorar la calidad de los espermatozoides y aumentar la fertilidad.
La hiperplasia benigna de próstata se caracteriza por un incremento no maligno del volumen prostático, cuya prevalencia aumenta progresivamente con la edad.
METODOLOGÍA
Se ha llevado a cabo una búsqueda y revisión bibliográfica en las bases de datos Cuiden, Pubmed y Cochrane plus, así como en revistas científicas y libros especializados acerca de la hiperplasia benigna de próstata. Se han incluido artículos cuyo idioma fuese el castellano o inglés, además de poder acceder al texto completo.
Las palabras clave empleadas han sido: hiperplasia benigna de próstata, síntomas urinarios, etiología, síntomas, diagnóstico, tratamiento.
RESULTADOS
Etiología
La hiperplasia benigna de próstata afecta en mayor o menor grado a la mayoría de los hombres a lo largo de su vida. Entre el 80% y el 95% de los hombres mayores de 80 años la padecen.
Se considera que el estímulo de los andrógenos es el que hace que el tejido prostático prolifere y por lo tanto haga crecer el tamaño de la próstata. La próstata empieza a aumentar de tamaño hacia la cuarta década de la vida y con el paso del tiempo este aumento de tamaño y la proliferación del tejido se aceleran. El equilibrio entre los niveles de estrógenos y testosterona también parecen influir en el desarrollo de la hiperplasia benigna de próstata.
Signos y síntomas
El crecimiento de la próstata puede producir síntomas denominamos irritativos:
- Orinar con más frecuencia (polaquiuria).
- Levantarse por la noche a orinar (nicturia).
- Tener que ir rápidamente al servicio cuando se tienen ganas de orinar (urgencia miccional).
Y síntomas denominamos obstructivos:
- Disminución de la fuerza y el calibre miccional.
- Dificultad para comenzar la micción.
- Goteo al terminar la micción.
- Sensación vaciamiento incompleto de la vejiga.
- En ocasiones retención de orina (incapacidad para orinar).
Diagnóstico
La hiperplasia benigna de próstata debe sospecharse en toda persona que presente los siguientes síntomas: retraso en el inicio de la micción, disminución del calibre y la fuerza del chorro de la orina, sensación de vaciado incompleto, goteo tras la micción y síntomas de irritación vesical.
Es esencial para el diagnóstico realizar una correcta exploración del paciente que incluya el tacto rectal. Esta sencilla maniobra permitirá apreciar el tamaño, la consistencia y el relieve de la próstata y diferenciarla de un posible carcinoma de próstata. En la hiperplasia benigna de próstata ésta se aprecia aumentada de tamaño homogéneamente, no es dolorosa al tacto y su consistencia es gomosa, sin zonas induradas (cosa que haría pensar en un posible foco de cáncer de próstata).
La ecografía permitirá valorar el tamaño de la próstata, cosa que permitirá programar mejor el abordaje quirúrgico si es que tiene que llevarse a cabo.
En la analítica de sangren no aparecen alteraciones específicas de la hiperplasia benigna de próstata. El antígeno prostático específico (PSA) no suele superar los 4 ng/litro y no existe correlación entre el tamaño prostático y los niveles de PSA. Si éste se halla elevado es más factible pensar en un posible cáncer de próstata, sobre todo si los niveles superan los 10 ng/litro.
Es conveniente realizar un estudio de urodinamia para valorar la magnitud de la obstrucción de la vía urinaria, cosa que permitirá disponer de más elementos de juicio para decantarse por un tratamiento conservador o quirúrgico, así como realizar un seguimiento del tratamiento.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son disminuir los síntomas, mejorar la calidad de vida y evitar la aparición de complicaciones. Las opciones terapéuticas son:
Pacientes con sintomatología leve-moderada y poca afectación de su calidad de vida: se mantiene una conducta expectante; no se inicia tratamiento.
Pacientes con sintomatología moderada-severa o afectación importante de su calidad de vida: se inicia tratamiento médico con un alfa-bloqueante. Si el paciente no mejora o no tolera bien estos fármacos se puede utilizar la fitoterapia (Serenoa Repens) a pesar de la falta de evidencia. Por último, cuando la sintomatología predominante es más de tipo irritativo y no se observa aumento del tamaño de la próstata ni signos de obstrucción puede asociarse un fármaco antimuscarínico.
Paciente con riesgo importante de realizar una retención aguda de orina (RAO) sin criterios quirúrgicos: si en estos pacientes se desestima el tratamiento sintomático y se busca evitar/retrasar una RAO o intervención quirúrgica, se debe plantear el tratamiento con finasteride. Si el paciente presenta muchos síntomas se utiliza terapia combinada (inhibidor de la 5-alfa-reductasa y alfa-bloqueante).
Paciente con complicaciones de la hiperplasia benigna de próstata o sin respuesta al tratamiento farmacológico: se aconseja tratamiento quirúrgico, realizándose lo que se conoce como resección transuretral de la próstata (si ésta no es muy grande) u otras técnicas más agresivas como la prostatectomía abierta (si su tamaño es mayor). La resección transuretral consiste en insertar un tubo fino por la uretra para cortar poco a poco fragmentos de la próstata agrandada. La prostatectomía abierta consiste en extirpar la próstata a través de una incisión en el abdomen inferior. Estas cirugías se realizan con anestesia y requieren ingreso hospitalario. Actualmente se están desarrollando nuevas terapias menos invasivas.
Las complicaciones de la hiperplasia benigna de próstata que pueden precisar que el paciente sea operado son: una obstrucción franca del flujo urinario, una retención aguda o crónica de orina producida por el crecimiento del tamaño de la próstata, infecciones urinarias, o presencia de sangre en orina de forma repetida (sin otra causa), la presencia de piedras (litiasis) en la vejiga, o una insuficiencia renal producida por la hiperplasia benigna de próstata.
BIBLIOGRAFÍA
- Orejas, V. Aspectos actuales en el diagnóstico de la hiperplasia benigna de próstata. Barcelona: Ediciones Doyma; 2001.
- Hernández, C., Moncada, I. Hiperplasia benigna de próstata. Madrid: Ed. Luzán, 1999.
- Taguchi, Y. La próstata: todo lo que necesita saber de la glándula masculina. Barcelona: Amat; 2003.
- Pereira Sanz, I., Fernández Arjona, M. Hipertrofia benigna de próstata: delimitación entre la enfermedad y la simple manifestación del proceso de envejecimiento. Rev Esp Geriatr Gerontol 2007;42:255-6.
- Carretero, M. Tratamiento de la hiperplasia benigna. Offarm 2002;21:120-2.
- Fernández Arjona, M., Pereira Sanz, I. Hiperplasia benigna de próstata: una afección de elevada prevalencia en el paciente de edad avanzada. Rev Esp Geriatr Gerontol 2008;43:44-51.