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Hiperuricemia

Hiperuricemia

La hiperuricemia es la palabra que define al aumento de ácido úrico en sangre. Cuando el ácido úrico se encuentra elevado en los niveles sanguíneos, recibe el nombre técnico de hiperuricemia, y cuando afecta a una o más articulaciones es más comúnmente conocida como “gota” o “ataque de gota”. Este trastorno es cada vez más frecuente en los países desarrollados.

Los niveles normales de ácido úrico en el organismo oscilan entre 2,4 y 6,0 mg/dL (para las mujeres) y entre 3,4 y 7,0 mg/dL (para los hombres).

El aumento de ácido úrico en el torrente sanguíneo a más de 7 mg/dL produce hiperuricemia, provocando cálculos renales y gota.

El ataque de gota aparece cuando existe un exceso de ácido úrico, lo que provoca que este se deposite en las articulaciones del cuerpo en forma de cristales sólidos en forma de aguja, provocando inflamación de algunas articulaciones, principalmente en los dedos y  con ello un fuerte dolor.

HIPERURICEMIA

Autores:

  • Estrella Alba García Gavilán (DUE en Servicio Andaluz de Salud)
  • Miguel Ángel Gavilán López (DUE en HU Reina Sofía de Córdoba)
  • Ángela Gavilán López (DUE en Servicio Andaluz de Salud)

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una búsqueda y revisión bibliográfica acerca de la “Hiperuricemia” en las principales bases de datos y en los siguientes metabuscadores: Google académico y The Cochrane Library.

PALABRAS CLAVE

Hiperuricemia, ataque de gota, gota, ácido úrico elevado.

¿Qué es el acido urico?

El ácido úrico es un desecho del organismo, una sustancia química que se encuentra en la sangre. Se crea cuando se descomponen sustancias llamadas purinas. Las purinas son compuestos con nitrógeno, producidas por el organismo, formándose en las células de nuestro cuerpo (de manera endógena) o también entra en el organismo a través de ciertos alimentos y bebidas (de manera exógena).

El ácido úrico pasa desde el hígado al torrente sanguíneo, donde circula hasta los riñones para posteriormente ser eliminado a través de la orina.

Si el organismo produce un exceso de este ácido úrico y los riñones no tienen la capacidad para eliminarlo este se acumulara en la sangre, creando niveles elevados de ácido úrico, y de ahí se depositara en las articulaciones en forma de cristales sólidos,  provocando el ataque de gota, que crea un fuerte dolor agudo en las articulaciones llegando la persona a enfermar.

DIAGNOSTICO

Para saber si existe un aumento de ácido úrico en sangre solo es necesario realizarse un análisis de sangre, donde se determinaran los valores de este.

Ante la sospecha de gota, puede que su médico extraiga líquido de la articulación afectada y lo envié a analizarlo a laboratorio donde mediante un examen microscópico se podrá detectar la presencia o no de cristales de ácido úrico.

SINTOMAS

La hiperuricemia puede producirse de manera asintomática, por ello en varias ocasiones, las persona afectada no sabe que la padece hasta que se realiza un análisis de sangre en el que le aparece los niveles de ácido úricos elevados.

 Pero cuando el ácido úrico esta elevado en sangre y el organismo no puede excretarlo y se acumula en las articulaciones en forma de cristales, es cuando comúnmente lo llamamos “ataque de gota”, esta es una de las consecuencias principales de este problema, aquí ya aparecerían dolencias como:

  • Sensibilidad, enrojecimiento, calor e inflamación de algunas articulaciones.
  • Dolor agudo en algunas articulaciones.
  • Bultos duros en algunas articulaciones (tofos), sobretodo en los dedos de los pies.
  • Rigidez en una o más articulaciones y como consecuencia de ello limitación del movimiento.
  • Coloración de la piel, de un color rojo brillante o morado alrededor de la articulación afectada.
  • Problemas renales a consecuencia de los cálculos renales, que pueden producir un dolor fuerte en el costado y en la ingle.
  • Dificultad al orinar.

La gota puede afectar a las personas de diferente manera, de manera asintomática. Pueden presentan un episodio esporádico que dure entre 5 o 10 días y jamás tienen otro problema de articulaciones y otras sufren episodios frecuentes y dolorosos, además de presentar tofos y daños prolongados en las articulaciones.

CAUSAS

Existen dos causas de la hiperuricemia, o bien debido a un aumento de la producción de ácido úrico por el organismo, lo cual es lo menos frecuente o debido la disminución en la eliminación de este ácido úrico, es la causa más frecuente.

Las principales causas del aumento del ácido úrico en sangre están asociadas a:

  • Personas con sobrepeso u obesidad.
  • Exceso en el consumo de alcohol.
  • No beber abundantes líquidos.
  • Dieta poco saludable.
  • Exceso de consumo en alimentos con alto valor en ácido úrico: mariscos, pescados, carnes rojas, embutidos, algunas legumbres…
  • Defecto en los riñones en los que disminuye la eliminación del ácido úrico.
  • Consumo de algunos medicamentos que provocan un exceso de producción de ácido úrico.
  • Tomar diuréticos.
  • Ser tratado con quimioterapia.
  • Padecer enfermedades que pueden hacer que el funcionamiento de los riñones sea deficiente, como la hipertensión, diabetes o con enfermedades renales.

TRATAMIENTO

El tratamiento para tratar la gota incluirá la toma de medicamentos farmacológicos, restricciones dietéticas y cambios en el estilo de vida.

Los medicamentos para calmar el dolor producido por el ataque de gota son antiinflamatorios no esteroides como la indometacina y colchicina. Aunque también existe medicación para tratar la hiperuricemia de manera crónica, para mantener los niveles de ácido úrico en sangre dentro de los parámetros normales y para tratar la disminución de la eliminación de este.

Para prevenir episodios posteriores su médico le indicara que lo mejor es un cambio en el estilo de vida que incluya pérdida de peso, realizar ejercicio, limitar el consumo de alcohol, no abusar de alimentos con alto contenido en purinas…

RECOMENDACIONES DIETETICAS

  • Beber abundantes líquidos que ayuden a eliminar el ácido úrico a través de la orina.
  • Evitar consumo de bebidas alcohólicas.
  • Disminuir el consumo de cafeína.
  • Evitar consumir mariscos, pescados, carnes rojas y de caza, vísceras y embutidos.
  • Tomar carnes blancas y verduras.
  • Leche y lácteos desnatados o semidesnatados.
  • Evitar el consumo de algunas legumbres.
  • No abusar de la sal.
  • Evitar tomar bebidas azucaras o con alto nivel de fructosa.

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