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Intoxicaciones pediátricas más frecuentes: mecanismo de acción, cuadro clínico y manejo

Intoxicaciones pediátricas más frecuentes: mecanismo de acción, cuadro clínico y manejo

Autora principal: Geovanni Soza Jiménez

Vol. XVIII; nº 13; 703

Most frequent pediatric poisonings: mechanism of action, clinical features and management

Fecha de recepción: 13/06/2023

Fecha de aceptación: 11/07/2023

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 13 Primera quincena de Julio de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 13; 703

Autores:

1Geovanni Soza Jiménez

2 María José Flores Jiménez

3Melissa Vargas Quirós

4Stephanie Barboza Picado

1Médico General e Investigador Independiente, Graduado de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica

2Médico General e Investigadora Independiente, Graduada de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica

3Médico General e Investigadora Independiente, Graduada de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica

4Médico General e Investigadora Independiente, Graduada de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica

RESUMEN:

Las intoxicaciones en niños por diferentes sustancias son causa de consulta de los servicios de emergencia a los centros hospitalarios. Los productos de limpieza como el hipoclorito de sodio, medicamentos como paracetamol, y picaduras de alacranes son los agentes que provocan mayor número de dichas consultas. Las intoxicaciones pueden tener diferentes manifestaciones clínicas dependiendo del tóxico que las cause, además de que el manejo es dependiente de la sustancia que las genere. El abordaje médico de las intoxicaciones debe ser manejado por el personal de salud adecuadamente para mejorar la sobrevida y el pronóstico de los pacientes. La mayoría de estos episodios se dan en el hogar de los pacientes, por lo que la educación en el núcleo familiar es de suma importancia para prevenir las intoxicaciones en la población pediátrica y así disminuir las probables secuelas que pueden causar dichos agentes en la salud de los niños.

Palabras clave: acetaminofén, alacranes, cáusticos, hipoclorito de sodio, paracetamol.

ABSTRACT

Poisoning in children by different substances is a frequent cause of consultation in emergency departments. Cleaning products such as sodium hypochlorite, medications like paracetamol, and scorpion stings are the agents that cause the greatest number of these intoxications. Poisonings can have different clinical manifestations depending on the toxin that causes them, in addition to the fact that management depends on the substance that generates them. The medical approach to poisoning must be adequately managed by health personnel to improve the survival and prognosis of patients. Most of these episodes occur in the patients’ homes, so education in the family nucleus is extremely important to prevent poisoning in the pediatric population and thus reduce the probable sequelae that these agents can cause in the health of children.

Keywords: acetaminophen, caustics, “paracetamol, scorpions, sodium hypochlorite.

Declaración de Buenas Prácticas:

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los paciente

Introducción

Los tóxicos son sustancias químicas que, al entrar en contacto con el cuerpo humano, y dependiendo del tiempo que transcurra y la concentración que alcancen, pueden generar perturbaciones fisiológicas, bioquímicas o anatómicas a nivel de los tejidos y sistemas del organismo, estas alteraciones pueden ocasionar efectos deletéreos, que pueden ir desde consecuencias leves, hasta moderadas o severas, que en última instancia, podrían llevar incluso a la muerte del paciente (1,2).

Las intoxicaciones pediátricas componen el 0,3% de las consultas en esta especialidad. Una intoxicación pediátrica se puede definir como la exposición de un niño a sustancias tóxicas o que pueden serlo en determinadas condiciones. Usualmente suelen ser procesos leves, sin embargo, cerca de un 5 a un 10% puede tratarse de un evento severo, que inclusive puede llegar a poner en riesgo la vida del menor. Debido a este último argumento es indispensable abordar el cuadro de la forma correcta y en un tiempo prudente, con el objetivo de evitar complicaciones a corto y largo plazo para el paciente (3).

Con respecto a la vía de intoxicación más frecuente, esta es la vía oral, pero también deben considerarse otras vías, como la inhalación o el contacto cutáneo. Las intoxicaciones pueden clasificarse en intoxicaciones accidentales, que suelen ocurrir en niños de corta edad, de 1 a 5 años, e intoxicaciones intencionales, estas pueden presentarse con fines de autoeliminación o en los adolescentes, relacionadas al consumo de drogas recreacionales. Las sustancias que comúnmente relacionadas con intoxicaciones en este tipo de población son los fármacos, y dentro de estos, el paracetamol, en los casos de intoxicaciones accidentales y psicofármacos, en los casos de intoxicaciones intencionales, y en segundo puesto se tienen los productos químicos utilizados generalmente en la limpieza del hogar (3,4,5).

Los niños intoxicados suelen presentar sintomatología relacionada con el sistema nervioso central, sin embargo, en la mayor parte de los casos no es necesario dar ningún tratamiento específico y la observación es suficiente. Cuando la intoxicación se ha presentado en un periodo menor a 2 horas, se puede realizar la descontaminación gastrointestinal, y uno de los métodos más utilizados es la administración de carbón activado, aunque es importante considerar que esta sustancia no se puede utilizar en todos los casos, además, aunque tradicionalmente se ha utilizado el lavado gástrico, pocas veces está indicado (4,6).

Metodología

Para la elaboración de este artículo se realizó una revisión bibliográfica donde se tomaron en cuenta los datos aportados por el Centro Nacional de Intoxicaciones de Costa Rica, además de artículos de revisión bibliográfica provenientes de las bases de datos PubMed. La información recopilada se centra en la última década, tanto en idioma inglés como en español. Las palabras claves tomadas en cuenta para filtrar la información fueron las siguientes: “acetaminofén”, “alacranes”, “cáusticos”, “hipoclorito de sodio”, y “paracetamol”.

Intoxicaciones pediátricas a nivel mundial

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque las intoxicaciones no constituyen la principal causa de morbimortalidad pediátrica a nivel mundial, las exposiciones a sustancias tóxicas no intencionales causan cerca de 50.000 muertes en niños y adolescentes de los 0 a los 14 años. Asimismo, una gran cifra de enfermedades se debe a sustancias químicas o se relacionan de alguna forma con estas (7).

En Estados Unidos de América, durante el período comprendido entre el 1° de enero y el 31 de marzo del 2020, en época de la pandemia por el SARS-CoV-2, se documenta un aumento del 20,4% y 16,4% en las llamadas por casos de intoxicación por hipoclorito de sodio y desinfectantes en niños menores de 5 años en comparación con los años 2018 y 2019 durante el mismo período, respectivamente. A pesar de que los datos no sugieren una relación directa entre la exposición y la eliminación del COVID-19, sí existe una relación temporal por el aumento de uso de productos de limpieza durante estos meses (8,9).

Los tóxicos pueden estar presentes en el mismo hogar, en los alimentos o el agua contaminados. El costo no solamente es económico, sino también social, debido a que al aumentar las enfermedades a nivel pediátrico hay mayores gastos médicos, pérdida de lecciones, que lleva a deficiencias a nivel escolar, desciende la productividad de los encargados de estos niños, porque estos dejan de trabajar para poder cuidar de sus hijos, además se afecta la dinámica familiar, lo cual puede empeorar la situación (7).

En general, las intoxicaciones representan aproximadamente el 10% de los ingresos a las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos, con una mortalidad variable que va del 3% al 10% en diferentes países. La mayor parte de las intoxicaciones ocurren en el hogar, ya que la escasa seguridad de envases, los recipientes con colores y dibujos llamativos o de olores agradables, así como la falta de supervisión contribuyen a que ocurran estos accidentes (1,3).

Intoxicaciones en Costa Rica en el periodo de enero hasta diciembre del año 2020

De acuerdo con el Centro Nacional de Control de Intoxicaciones de Costa Rica, para el año 2020, se tuvo un total de 2392 intoxicaciones en la población pediátrica de 1 a los 12 años, siempre manteniendo las cifras más altas a edades menores, sobre todo en los pacientes de un año (10).

Cabe destacar que, en el año 2020, es donde se ha presentado el mayor número de intoxicaciones por alcohol etílico, desde el año 2010, con 35 intoxicaciones por esta sustancia, donde el año que se presentó una cifra aproximada, fue en el 2011, con 30 intoxicaciones en población pediátrica, de los 0 a los 12 años. Una posible explicación de tal repunte de incidencia podría deberse a la pandemia por COVID-19, ya que, debido a esta situación, es más frecuente que en los hogares haya alcohol etílico, lo cual facilita la interacción del niño con esta sustancia. Además, cabe mencionar que, a pesar de que se esperaría que hubiese un aumento significativo en el número de intoxicaciones pediátricas por cloro, desinfectantes y detergentes, los números no muestran tal incremento con estas sustancias (10).

Algunos de los agentes tóxicos más frecuentes de intoxicación en la población pediátrica

De acuerdo al Centro Nacional de Control de Intoxicaciones de Costa Rica, acerca de los agentes tóxicos más frecuentes de intoxicación en pediatría desde el año 2010 hasta el 2020, resalta el hipoclorito de sodio (cloro), como una de las sustancias más frecuentemente implicada en intoxicaciones pediátricas, así como el paracetamol o acetaminofén, así mismo, se observa una disminución en las intoxicaciones alimentarias, y un aumento en las intoxicaciones por alacranes (10).

  1. Intoxicaciones por cáusticos

Conforme a los datos del Observatorio Toxicológico del Grupo de Trabajo de Intoxicaciones de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, las sustancias químicas que suelen ser frecuentes en los hogares representan la segunda causa de intoxicaciones en este país, ya que en primer lugar se encuentran los productos farmacológicos (11).

Dentro de estas soluciones están los cáusticos, que son productos químicos con la capacidad de producir quemaduras en los tejidos con los que tienen contacto, siendo los agentes más frecuentemente implicados. La mayor cantidad de las intoxicaciones se producen en la población pediátrica de 1 a 4 años de forma accidental, las cuales suelen ser levemente más frecuentes en la población masculina. Por otra parte, la ingesta intencional de estas sustancias se observa mayoritariamente en adolescentes por intentos de autoeliminación, los cuales son datos muy similares en el área internacional. (9, 11)

Algunos ejemplos de agentes cáusticos que se pueden hallar en los hogares son: hipoclorito de sodio (cloro), una de las sustancias de mayor frecuencia de intoxicación en Costa Rica, ácido clorhídrico (para la limpieza de sanitarios), hidróxido de sodio (detergente), fosfato sódico (detergente), entre otras (10).

1.1 Mecanismo de acción

Las soluciones que presentan un pH que sea menor a 2 o mayor a 12 son corrosivas. Las sustancias ácidas tienden a generar una necrosis coagulativa, las sustancias alcalinas producen una necrosis licuefactiva. Además, se puede presentar trombosis de vasos sanguíneos de pequeño calibre, así como reacciones exotérmicas locales. Y en estados más avanzados, se pueden llegar a presentar infecciones bacterianas, las cuales contribuyen a agravar tanto las lesiones como el estado general del paciente (12,13,14,15).

La lesión a nivel tisular suele producirse casi de inmediato en el momento en el que se hace contacto con el cáustico, pero podría ir avanzando en el transcurso de horas e inclusive días, hasta llegar a alcanzar su máximo efecto de los 4 a los 7 días (16). Ya para aproximadamente las 2 semanas comienza a darse el depósito de colágeno, debido a este fenómeno, es que las retracciones inician a las 3 o 4 semanas y pueden continuar progresando durante varios meses. Esta misma retracción puede llegar a inducir reflujo gastroesofágico, si se produce a nivel esofágico, lo cual puede precipitar la formación de estenosis (14,15,18).

1.2 Cuadro clínico

La clínica que se origina en la intoxicación por cáusticos va a ser sumamente diversa, pero además depende del pH de la sustancia y la dosis de tóxico ingerida, pero hay ciertos síntomas que suelen presentarse con frecuencia como el dolor de garganta, la disfagia, hiperemia oral y babeo. Los signos severos, que indican que puede haber afectación de la vía aérea son: el estridor, la disfonía y la dificultad respiratoria. Entre mayor cantidad de signos y síntomas se presenten, más frecuente va a ser la lesión. Es infrecuente que haya lesiones esofágicas si el niño está totalmente asintomático y no presenta ninguna lesión en la boca (15,17).

1.3 Manejo

El manejo en caso de intoxicación por cáusticos puede variar significativamente, por este motivo es fundamental evitar lo siguiente: en primer lugar, se contraindica la inducción del vómito, ya que esto puede empeorar el cuadro clínico al hacer que la sustancia corrosiva se devuelva por el esófago, causando más daño a la mucosa, además no se debe administrar carbón activado, ya que esto no es efectivo, tampoco se debe dar bicarbonato, leche, o agua para tratar de neutralizar o diluir la sustancia(12,15,17).

Por otro lado, a nivel de un centro de salud, se puede realizar una endoscopia digestiva alta en caso de posible intento de autoeliminación, presencia de lesiones orales visibles, que haya vomitado, que tenga síntomas, o que haya consumido soluciones con un pH que sea mayor de 12 o menor de 3 (15,19).

El tratamiento es sintomático, ya que no existen antídotos específicos, se puede emplear antieméticos como ondansetrón a una dosis de 0,15 mg/kg, protección gástrica con inhibidores de la bomba de protones como omeprazol a una dosis de 0.5 a 2 mg/kg. Se indican los glucocorticoides a nivel del centro médico como metilprednisolona vía intramuscular a una dosis de 1 a 2 mg/kg, solamente en caso de que se presenten signos de daño a nivel de la vía aérea, como edema (11,15).

En caso de contacto con los ojos o la piel, se debe dar un lavado con abundante agua, y la irrigación ocular se recomienda por al menos 30 minutos (11,12).

2.0Intoxicación por paracetamol

El paracetamol o acetaminofén es uno de los medicamentos más empleados en la población pediátrica, esto se debe a su efecto tanto analgésico como antipirético. Así mismo, este fármaco presenta un perfil de seguridad adecuado y es de fácil acceso, pero se debe considerar que elevadas dosis administradas a un paciente, pueden llegar a generar toxicidad, ya que ninguna sustancia es inocua para el organismo, además, estas altas dosis pueden llegar a generar insuficiencia hepática aguda, y el pronóstico de este daño va a dependerá tanto del  reconocimiento temprano de la intoxicación, así como la implementación oportuna de medidas terapéuticas necesarias (18,20).

Dosis terapéutica de paracetamol: 15 mg/kg/dosis cada 4-6 horas (10). Dosis oral tóxica: de 7 a 10 g en el adulto o 125-150 mg /kg en el niño (14,15).

2.1 Mecanismo de acción

La mayor toxicidad del paracetamol se presenta principalmente a nivel hepático, ya que al alcanzar dosis tóxicas, se comienza a dar una producción excesiva de n-acetil-p-benzoquinoneimina (NAPQ1) por medio de la vía oxidativa, el exceso de esta sustancia tiende a unirse por medio de un enlace covalente a las proteínas, esto tras acabar con las reservas intracelulares de glutatión, lo cual genera daño y necrosis a nivel de los hepatocitos, iniciando en la zona centrolobulillar y podría incluso terminar en una necrosis hepática masiva. A niveles terapéuticos, el NAPQ1 es rápidamente bioinactivado al combinarse con glutatión y se convierte en un metabolito no tóxico que se elimina por vía renal, pero en exceso, se sobrepasa la capacidad del glutatión para inactivar este metabolito tóxico (14,18).

Por otra parte, por medio de un mecanismo semejante al anterior, se puede presentar necrosis tubular renal aguda, esto debido a que el metabolito tóxico también se sintetiza a este nivel, y aunque es una producción en menor cantidad, a dosis excesivas, también es capaz de generar daño en esta zona (14,17).

2.2 Cuadro clínico

El cuadro clínico se divide clásicamente en cuatro fases: Fase 1 (primeras 24 horas): asintomático, anorexia, vómitos, malestar general, palidez, diaforesis; Fase 2 (24-48 horas): resolución de la clínica inicial, hipersensibilidad a la palpación del hipocondrio derecho, alteración de pruebas hepáticas, oliguria; Fase 3 (72-96 horas): alteración máxima de la función hepática. Puede reaparecer la clínica inicial; Fase 4 (4 días-2 semanas): Evolución progresiva hacia el coma hepático y/o renal. Autorresolución de la sintomatología (11,21).

2.3 Manejo

Primeramente, se realiza la valoración inicial y estabilización. Aunque generalmente se encuentra asintomático. Luego se debe ejecutar la valoración del riesgo, donde se deben realizar 2 preguntas: ¿Dosis ingerida?, y ¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde la ingesta? (11).

Seguidamente se debe continuar con la descontaminación digestiva. Si se trata de una ingesta reciente (1-2 horas) de una dosis tóxica o desconocida de paracetamol, se indica la descontaminación gastrointestinal por medio de carbón activado a 1 g/kg. a través del tiempo se han utilizado otras medidas de descontaminación gástrica para evitar la absorción como la inducción del vómito, lavado gástrico y administración de catárticos, las cuales son muy agresivas, y además presentan poca evidencia de efectividad, por lo tanto, no están indicadas en este tipo de intoxicación (11,12).

Luego se pueden requerir estudios complementarios como hemograma, electrolitos, tiempo de protrombina, ALT/AST, función renal y concentración sanguínea de paracetamol a partir de las 4 horas de la ingesta. Estos niveles deben ser contrastados con el Nomograma de Rumack-Matthew, el cual se encuentra en  la Figura 1 (ver final de artículo), para valorar la indicación de iniciar tratamiento. Este Nomograma solo es útil en los casos de intoxicaciones agudas por paracetamol y con un tiempo transcurrido desde la ingesta menor a 24 horas. Si este nomograma no pudiera ser aplicado, se podría calcular la semivida de eliminación del fármaco (11, 22).

Asimismo, como parte de los estudios complementarios, se puede realizar la detección de paracetamol en orina. Se ha realizado un estudio en población pediátrica que encuentra una buena correlación entre la determinación de paracetamol en orina y el antecedente de ingesta del fármaco las 24 horas previas (11).

Las bases del tratamiento de la intoxicación por paracetamol son la descontaminación de la vía digestiva, el tratamiento sintomático y la administración del antídoto (14).

Para el tratamiento de la intoxicación por paracetamol se puede utilizar su antídoto específico, la N-acetilcisteína (NAC). La NAC es un precursor metabólico del glutatión, por lo que actúa rellenando sus depósitos hepáticos y conjugándose con la NAPQ1, con lo que anula su efecto hepatotóxico. Es importante tener presente que su máxima eficacia se produce cuando se administra dentro de las primeras 8-10 horas tras la ingesta del fármaco, por lo que hay que actuar con la mayor rapidez posible. Este tratamiento es largo, costoso por ser intrahospitalario y no está exento de complicaciones, por lo que solo se debe iniciar si existe un riesgo significativo de daño hepático (11,23).

3. Intoxicación por alacranes

Hay aproximadamente 1750 especies de escorpiones en el mundo, sin embargo, sólo 25 se consideran letales para los humanos, dado a las reacciones sistémicas que producen especialmente en adultos mayores o menores de edad, especialmente si son menores de 2 años (24).

En Costa Rica solo se han identificado 14 especies pertenecientes a los géneros Centruroides, Tityus, Ananteris, Isometrus, Chactas, Opisthacanthus y Didymocentrus, lo importante en este caso es que las consecuencias presentan un carácter benigno por los que los síntomas generalmente son sólo locales o leves a moderados, donde los casos severos se ven asociados más a casos asociados a alergia (25, 26).

En Costa Rica, la mayoría de las picaduras reportadas fueron en el área metropolitana de la capital, incluyendo San José, Alajuela, Heredia y Cartago, de los cuales la mayoría de los accidentes ocurren en las viviendas. Cabe destacar que una vez que los escorpiones pican una vez, requieren 3 semanas para recuperar sus sustancias tóxicas, razón por la cual no todas las picaduras contienen tóxicos (25, 27).

3.1 Mecanismo de acción

Las toxinas de los escorpiones se componen de proteínas y péptidos de bajo peso molecular, aminoácidos libres, sales orgánicas, lípidos y hialuronidasa. Sin embargo, no todos son compuestos de la misma manera, ya que solo el 10% de las picaduras de escorpión producen síntomas sistémicos, esto debido a que son partículas sumamente pequeñas por lo que se les facilita viajar vía hematógena (24, 25).

La mayoría contiene neurotoxina las cuales van a producir diferentes acciones en el organismo. Estas pueden causar una despolarización prolongada debido a la inactivación incompleta de los canales de sodio, lo cual conlleva a una entrada lenta de sodio produciendo hiperexcitabilidad de la membrana y una descarga de axones no regulada al inhibir la inactivación de un potencial de acción, mientras que otras neurotoxinas pueden provocar una liberación excesiva de catecolaminas. A su vez, los envenenamientos pueden producir estimulación colinérgica y simpática (24-25, 28).

3.2 Cuadro clínico

Con respecto a la presentación clínica esta depende de múltiples factores, algunos propios de la especie del alacrán y otros del paciente, sin embargo, los que se pueden recabar son los últimos, entre ellos, se encuentran edad, peso, condiciones de salud y comorbilidades. En menores de edad, las complicaciones pueden deberse a que los niños tienen menor IMC, lo que una cierta cantidad de veneno inoculado puede resultar letal (28).

El tiempo de aparición de los primeros signos y síntomas de envenenamiento y del desarrollo de reacciones graves puede ser muy corto en un periodo que comprende los 5- 30 minutos (29).

Las manifestaciones pueden ser clasificadas como locales y generales. En la zona de la lesión puede presentar un dolor intenso y agudo con eritema leve, parestesia o hipoestesia, prurito, hormigueo que puede extenderse a regiones contiguas. Mientras que las manifestaciones sistémicas puede ser variada, como  irritabilidad, hiperemia, dolor, parestesias generalizada, sensación de cuerpo extraño faríngeo, sialorrea, estornudos, fasciculaciones linguales, dislalia, cianosis peribucal, epífora, nistagmus, fotofobia, amaurosis pasajera, diplopía, alteraciones del ritmo cardiaco, hipertensión arterial, disnea, distensión, dolor abdominal, náuseas, vómito, diarrea, priapismo, todo esto por las alteraciones autonómicas de las neurotoxinas (28-30).

Por otra parte, los exámenes de laboratorio son inespecíficos, en los que se puede documentar leucocitosis, hiperglucemia, acidosis metabólica, trastornos hidroelectrolíticos, aumento de la amilasa sérica en forma tardía, después de las 24hs (29).

Al ser tan variadas y múltiples las manifestaciones clínicas, la literatura la clasifica en diferentes grados esto con el fin   de dar un adecuado manejo y tratamiento como se observa en la figura 2 (ver final del artículo), sin embargo, el cuadro clínico grave no se presenta en Costa Rica (17).

3.3 Manejo

Tomando en cuenta que el diagnóstico es clínico, una vez que se sospecha se deben tomar medidas generales para todos los pacientes, de los cuales la mayoría solo requerirán terapia de apoyo, estas medidas incluyen analgesia, limpieza del área de la picadura y observación durante un periodo de 4h mínimo. Durante este periodo deben aplicarse otras medidas como el ayuno, acceso vascular permeable y control de los signos vitales y en caso de ser necesario se indica la aplicación del antídoto lo cual se da principalmente en cuadros graves o moderados con considerable sintomatología (24, 31).

Si se requieren inotrópicos, la literatura recomienda el uso preferible de dobutamina y/o milrinona. Por su parte, para la analgesia se recomiendan antiinflamatorios no esteroideos (AINES), evitando derivados de la morfina, ya que, los mismos pueden potenciar la acción de la toxina y a su vez alterar el centro respiratorio alterando más el cuadro clínico (24,30-31).

Por su parte el antídoto escorpiónico se recomienda una dosis de 1 a 3 ampollas, siendo administrados una única vez por vía endovenosa en forma de bolo o diluido en no más de 20 ml de solución parenteral y no debe exceder los 2 minutos. En los pacientes de edad pediátrica reciben la misma dosis. Esta parte terapéutica se recomienda en pacientes que presenten disfunción del músculo esquelético o del nervio craneal (30).

Prevención y recomendaciones para evitar las intoxicaciones en pediatría

La mayor parte de las intoxicaciones accidentales suelen presentarse en población pediátrica de corta edad, estas se dan dentro de su propio hogar, y la principal vía de intoxicación es por medio de la ingestión de fármacos o productos de limpieza del hogar. De estos últimos un porcentaje importante se almacena en recipientes no originales o al alcance de los niños (32).

Así mismo, se debe considerar que los efectos adversos de las intoxicaciones en niños pueden llegar a ser más severos que en población adulta, esto debido a que son más pequeños, poseen tasas metabólicas más rápidas y son menos capaces de hacer frente a los productos químicos tóxicos (32,33).

Por este motivo es que se deben buscar estrategias efectivas para la prevención de intoxicaciones accidentales en población pediátrica, primeramente, se debe considerar que el almacenamiento seguro de las sustancias tóxicas puede disminuir el riesgo de intoxicación en una mayor medida que la supervisión de los padres.

Dentro de las medidas de seguridad relacionadas con medicamentos y productos de limpieza se encuentran: almacenar las medicinas, los productos de limpieza y los plaguicidas en su envase original en armarios o cajones cerrados con llave, fuera de la vista y del alcance de los niños, no almacenar ninguna sustancia potencialmente tóxica en un envase no original ni en un recipiente sin identificación y, menos aún, en envases atractivos o que puedan confundirse con alimentos o bebidas, revisar la etiqueta cada vez que se administre una medicina a un niño, a fin de asegurarse de la dosificación apropiada, desechar la medicación sobrante, comprar productos de uso doméstico con cierre de seguridad, indagar qué productos del hogar o plantas son tóxicos. Si no está seguro acerca de alguna sustancia o planta, esta debe estar fuera del alcance de los niños (32, 34-35).

Conclusiones

Las intoxicaciones en pediatría son frecuentes, por lo cual su abordaje médico debe ser preciso y oportuno. Es por esta razón, que los médicos deben hacer un buen examen físico e historia clínica completa, puesto que los datos que se obtengan dirigirán el abordaje necesario para el paciente. De la misma manera, es de vital importancia la educación hacia los padres o encargados de los niños, dando énfasis en cómo almacenar, y etiquetar las sustancias que puedan ser nocivas para los pequeños. Asimismo, se debe instruir sobre las medidas a tomar en cuenta si el menor se expone tanto a sustancias tóxicas o animales venenosos, ya que en múltiples ocasiones los encargados acuden a sustancias caseras que podrían agravar el cuadro clínico del niño.

Agradecimientos

Se le agradece a la Dra. Viviana Ramos Rodríguez y la Dra. Ana Guiselle Zeledón Solano del Centro Nacional de Control de Intoxicaciones por suministrar los datos estadísticos sobre intoxicaciones en población pediátrica, para confeccionar esta investigación.

Ver anexo

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