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La enfermería del servicio de urgencias. ¿Qué es la vía intraósea y en qué casos se utiliza?

La enfermería del servicio de urgencias. ¿Qué es la vía intraósea y en qué casos se utiliza?

El acceso intraóseo (IO) se puede utilizar tanto en pacientes pediátricos como en pacientes adultos en casos en los que se necesite un acceso intravenoso rápido para poder  administrar de manera urgente  medicaciones o fluidos cuando otros métodos de acceso vascular, ya sea central o periférico no son posibles.

  1. AUTORES:

Judit Vera Bailón. (Graduada en Enfermería)

Cecilia Tarragüel Gracia (Graduada en Enfermería)

Alejandra Pérez Martínez (Graduada en Enfermería)

Laura Pueyo Galindo (Graduada en Enfermería)

Pablo Solana Clemente (Graduado en Enfermería)

  1. OBJETIVOS:

Recopilar información para la elaboración de un artículo que trate a cerca del cuidado de la vía intraósea por parte del personal de enfermería de manera segura en pacientes en los que no es posible obtener acceso venoso en situaciones de emergencia.

  1. METODOLOGÍA:

Mediante la búsqueda  en bases de datos médicas se han seleccionado diferentes publicaciones con las que se ha recopilado la información necesaria para la elaboración de éste artículo.

  1. INTRODUCCIÓN:

            La vía intraósea es un acceso venoso fiable y extremadamente eficaz que se puede utilizar tanto en pacientes de urgencias, trauma o en casos que se necesiten volúmenes altos de fluidos para reanimación. Es de especial utilidad en pacientes pediátricos.

            La inserción de un catéter intraóseo es una técnica fácil de aprender, pero el éxito de la misma depende de la familiaridad con el material y la realización de una técnica correcta por parte de personal entrenado.

            A través de esta vía se pueden administrar tanto fluidos cristaloides, coloides o medicaciones que requieran de su difusión en la circulación sistémica a través de la cavidad de la médula ósea.

  1. RESULTADOS:

            El inicio en el uso de esta técnica se remonta al año 1920 en el que se describe el esternón como una posible localización para administrar transfusiones, poco después se describe el acceso a la médula ósea como vía para la administración de fluidos intravenosos.

Desde entonces ha quedado demostrado que los fluidos y medicaciones que se administran a través de esta vía llegan a la circulación sistémica de manera más rápida que los fluidos y medicaciones que se administran a través de catéteres venosos periféricos y con igual rapidez que una vía de acceso central.

            El uso de la cavidad medular en la reanimación y estabilización de pacientes alcanzó su punto álgido en la segunda guerra mundial cuando este acceso se utilizaba para reanimar a los soldados que sufrían de shock hemorrágico.

            Después de este periodo la técnica cayó en desuso ya que los que la practicaban en el entorno militar regresaron a la población civil y la técnica fue olvidada ya que el sistema médico no estaba organizado y no se transmitieron los conocimientos obtenidos.

Ésta situación cambió cuando en los años 80 un pediatra que visitaba hospitales en la India durante una epidemia de cólera observó como muchos niños que padecían de deshidratación eran reanimados mediante dispositivos intraóseos.

La utilización de este acceso en pacientes adultos ha quedado por detrás del uso en pacientes pediátricos.

5.1 ¿En qué consiste un catéter intraóseo y cómo se coloca?

            Por lo general los catéteres intraóseos se colocan en los extremos distales de los huesos largos (epífisis) debido a la mayor abundancia de médula en este sitio.

            En teoría el acceso intraóseo se puede obtener en cualquier hueso de gran longitud teniendo en cuenta que los diferentes equipos están diseñados para su colocación en puntos específicos.

            El espacio de la médula ósea tiene como ventaja que es un espacio que no se colapsa en comparación con los catéteres venosos periféricos, por lo que la vía intraósea estará patente aun cuando el paciente se encuentre en estado de shock. Ésto proporciona una vía de administración de medicación o fluidos en una situación de emergencia a la vez que permite realizar un aspirado de la médula osea que puede ser de gran utilidad.

            Se ha demostrado que el plexo venoso de los huesos largos drenan a la circulación central a una velocidad comparable al acceso venoso central.

La reanimación con fluidos también se puede proporcionar por vía intraósea a una velocidad de entre 1-3 litros por hora en un acceso colocado en la tibia o 5litros / hora en el caso del acceso humeral.

Debido a la presión intrínseca dentro del espacio intraóseo, por lo general, las infusiones no fluyen por si solas a favor de la gravedad sino que necesitan ser administradas bajo presión ya sea mediante el uso de bolsas presurizadas o con bombas de infusión.

Existen diferentes tipos de dispositivos IO, entre los cuales encontramos:

Trocar manual:

Consta de una aguja hueca con un trocar extraíble que impide que se obstruya la misma aguja con pequeños fragmentos del hueso.

Para colocar los dispositivos manuales es necesaria la utilización de la fuerza directa del personal que realiza la técnica.

Mecanismo con resorte:

Está diseñado para atravesar la superficie ósea hasta la cavidad medular.

Estos dispositivos no se insertan a través de perforación sino que utilizan fuerza directa para colocar la aguja intraósea afilada en el espacio intraóseo.

Sistema con taladro:

Se trata de un dispositivo que funciona con batería y que inserta la aguja intraósea mediante un movimiento giratorio a alta velocidad.

La FDA ha aprobado este dispositivo para su uso en la tibia (Extremo proximal y distal) así como en la cabeza del húmero.

Los lugares de elección para la colocación de la vía IO dependiendo del tipo de paciente son:

  • Extremo proximal de humero.(Sólo en niños mayores y adultos)
  • Extremo proximal de la tibia.
  • Extremo distal de la tibia.
  • Extremo distal del fémur (solo en niños pequeños y bebés)

5.2 ¿Cuáles son las precauciones a tener en cuenta en el cuidado del catéter intraóseo y cuáles son las contraindicaciones de su uso?

A la hora de hacer uso de esta técnica tenemos que saber:

– La principal precaución a tener en cuenta es que se debe realizar su colocación de manera totalmente aséptica ya que se trata de un catéter que se inserta directamente en la médula ósea. A su vez se debe mantener un cuidado aséptico a la hora de utilizar esta vía para administrar fluidos o medicación.

– Después de la inserción es necesario controlar los pulsos distales de la extremidad en la que se ha colocado así como el llenado capilar ungueal para verificar que existe un flujo de sangre adecuado

– Hay que controlar el estado de la piel alrededor del catéter y observando si existe cualquier signo de endurecimiento alrededor del mismo ya que la extravasación de fluidos es muy común en este tipo de acceso.

– Antes de utilizarlo para la administración de medicaciones que puedan ser tóxicas o que tengan una alta concentración es necesario comprobar que el catéter siga colocado en una buena posición y siga patente.

– Hay que tener en cuenta que el catéter no es compatible con las Resonancias Magnéticas y que la duración máxima del acceso IO es de 24 horas, pasado este tiempo es necesario proceder a su retirada, por lo que conviene a su vez contar con un acceso venoso periférico o central

Las contraindicaciones de esta vía están directamente relacionadas con la zona en la que se practica el acceso:

– No se puede colocar un catéter IO en una extremidad en a que se conozca que se ha padecido una fractura previa o que esté fracturada en ese momento.

– No se puede colocar en un hueso en el que se haya realizado una cirugía previa por el riesgo de infección de la zona y por el riesgo de comprometer la circulación vascular de la zona.

– Infección o herida en la piel de la extremidad elegida.

– Problemas de osificación como pueden ser la osteoporosis, osteogénesis imperfecta, enfermedad de Osgood-Schlatter…

  1. CONCLUSIONES:

La vía intraósea supone una salida tapida y eficaz cuando la dificultad para poder canalizar una vía periférica o una vía central retrasa el tratamiento del paciente permitiendo una administración segura tanto de fluidos como medicación.

Esto es de especial importancia cuando hablamos de casos en los que se trata de un paciente pediátrico por la dificultad para encontrar un acceso venoso.

Un buen cuidado del catéter intraóseo es fundamental, por ello el personal de enfermería debe estar completamente formado para que su utilización sea óptima y el catéter se pueda conservar en un buen estado en mayor tiempo posible sin que se extravase o se infecte.

BIBLIOGRAFÍA:

S. Bradburn, S. Gill y M. Doane. Understanding and establiching intraosseous access. World federation of anaesthesiologists. June 2015.

Recomendations for the use of intraosseous and vascular access for emergent and nonemergent situations in various health care settings. CriticalCareNurse. 2010. Vol30. Nº6.

The science and fundamentals of intraosseous vascular access. Vidacare corporation. Science and clinical department. 2013

  1. Tein, V. Lpez. Intraosseous Access. Medscape 2017.