Las videoconsultas y su avance en la pandemia por covid-19. Revisión bibliográfica
Autora principal: Almudena Palomino Jiménez
Vol. XVI; nº 22; 1013
Video consultations and their progress in the covid-19 pandemic. Bibliographic review
Fecha de recepción: 11/10/2021
Fecha de aceptación: 29/11/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 22 – Segunda quincena de Noviembre de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 22; 1013
Autores:
- Almudena Palomino Jiménez. Diplomada en enfermería. Hospital Comarcal de Alcañiz. Teruel, España.
- Marcos Crespo Soriano. Graduado en enfermería. Hospital Comarcal de Alcañiz. Teruel, España.
- Rocío Pérez Escorihuela: Graduada en enfermería. Hospital Comarcal de Alcañiz. Teruel, España.
- María del Carmen Prieto Jiménez. Graduada en enfermería. Hospital Comarcal de Alcañiz. Teruel, España.
- Ana Isabel Oliveros Garín: Graduada en enfermería. Hospital Comarcal de Alcañiz. Teruel, España.
- Ana Lozano Martín: Graduada en enfermería. Hospital Comarcal de Alcañiz. Teruel, España.
Resumen:
La pandemia generada por el Covid-19 y la necesidad de aislamiento entre personas que ésta conlleva, ha obligado a buscar alternativas a las consultas presenciales en la medida que la patología, el paciente y el motivo de la consulta lo permitan. Así es que se ha descartado en situaciones en las que la vida del paciente corra peligro, en pruebas diagnósticas, en caso de no contar con la tecnología necesaria y acceso a internet…
Por este motivo se ha producido un mayor empleo de la telesalud en todas sus modalidades, especialmente las videoconsultas en atención primaria que si bien existen estudios que manifiestan la aceptación por parte de profesionales sanitarios y pacientes, aún existen muchas dudas de su eficacia.
En esta revisión bibliográfica se analizan las ventajas e inconvenientes de las videoconsultas con el fin no sólo de darlas a conocer, sino también para evaluar su validez.
Palabras clave: salud pública, pandemia, telesalud, telemedicina, videoconsulta, gasto sanitario, historia de la videoconsulta.
Abstract:
The pandemic generated by the Covid-19 and the need for isolation between people that this entails, has forced to look for alternatives to face-to-face consultations to the extent that the pathology, the patient and the reason for the consultation allow it. So it has been ruled out in situations where the patient’s life is in danger, in diagnostic tests, in case of not having the necessary technology and access to the internet …
For this reason, there has been a greater use of telehealth in all its modalities, especially video consultations in primary care that although there are studies that show acceptance by health professionals and patients, there are still many doubts about its effectiveness.
This bibliographic review analyzes the advantages and disadvantages of video consultations in order not only to publicize them, but also to evaluate their validity.
Keywords: public health, pandemic, telehealth, telemedicine, video consultation, health expenditure, history of video consultation.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Introducción:
La telesalud es la atención médica a distancia mediante el uso de tecnologías de comunicación como computadoras, cámaras, videoconsultas vía online, consultas telefónicas, comunicaciones inalámbricas y por satélite , la monitorización remota de pacientes y programas informáticos con recomendaciones sanitarias.1
La telesalud es un término amplio que incluiría la telemedicina, teleenfermería y servicios de otros profesionales como farmacéuticos, trabajadores sociales, psicólogos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.
A menudo se utiliza el término telemedicina en lugar de telesalud de manera errónea pues la telemedicina se limita a la atención médica online. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define telemedicina como «el suministro de servicios de atención sanitaria en los casos en que la distancia es un factor crítico, llevado a cabo por profesionales sanitarios que utilizan tecnologías de la información y la comunicación para el intercambio de información válida para hacer diagnósticos, prevención y tratamiento de enfermedades, formación continuada de profesionales en atención a la salud, así como para actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar la salud de las personas y de sus comunidades».1,2
Debido a la pandemia de covid 19 la telesalud se ha visto implementada con el objetivo de evitar la expansión del virus limitando el contacto entre personas.
La videoconsulta en la modalidad de telesalud más utilizada, y por ello vamos a centrar el estudio en ella.
Objetivo:
Dar a conocer y evaluar la efectividad de las videoconsultas que en el contexto de la pandemia covid 19 han visto aumentado su uso considerablemente ante la necesidad de las restricciones de contacto entre personas.
Metodología:
Para la elaboración de este trabajo se ha realizado una investigación consistente en una revisión bibliográfica sobre la literatura científica existente. Se ha realizado una búsqueda en artículos de las principales bases de datos: Medline, Pubmed , Scielo y Science Direct, seleccionando artículos científicos de publicaciones académicas revisadas y haciendo uso de bases de datos, palabras clave y operadores boleanos.
Desarrollo:
La historia de la telemedicina ha estado necesariamente unida al desarrollo de las telecomunicaciones como el telégrafo, la radio, el teléfono, la televisión y los enlaces por satélite. Ya fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial para la comunicación de muertos y heridos y para solicitar recursos médicos y poco más tarde, en 1951, durante la Feria Mundial de Nueva York, se dio a conocer públicamente. En 1958, Cecil Wittson, director del Instituto Psiquiátrico de Nebraska, utilizó la telemedicina para transferir exámenes neurológicos. Desde entonces ha habido un incremento en su desarrollo y uso , tanto que incluso se ha llegado a realizar alguna intervención quirúrgica a distancia, la primera intervención fue en 2001 y fue llevada a cabo por un cirujano desde Nueva York que realizó una colecistectomía a una paciente que se encontraba en un quirófano de Estrasburgo, fue necesaria la utilización de un robot y fue todo un éxito. 3,4
En los años 90 se produce un aumento de la demanda sanitaria producida por una mejora del nivel educativo, económico y cultural de la población, la mayor cobertura en la atención sanitaria e información sobre la oferta sanitaria, un mayor conocimiento de los problemas de salud y una población cada vez más envejecida.5 Por ésta razón se produce la necesidad de hacer uso de la tecnología como alternativa a los servicios sanitarios tradicionales. En un primer momento se utilizaron las videoconsultas para vencer las barreras geográficas dando asistencia sanitaria a poblaciones alejadas de los centros sanitarios como áreas rurales.
En diciembre de 2019 se notificó por primera vez la enfermedad por coronavirus (COVID- 19) que más tarde se extendería a nivel mundial llegando a producirse la pandemia de COVID-19. Debido a que el virus que la causa generalmente se transmite a través de microgotas de saliva producidas al respirar, hablar, toser o estornudar, ha sido necesario limitar el contacto entre personas como medida de salud pública para evitar la progresión de la enfermedad.
La salud digital y las videoconsultas son tecnologías que aunque ya existían con anterioridad a la pandemia, han sufrido un auge repentino debido a la necesidad de adaptar la atención sanitaria, siempre que sea posible, para fomentar la seguridad de pacientes y profesionales sanitarios.
Los países que más éxito han tenido en la lucha contra el COVID-19 como Singapur, Japón y China utilizan sistemas de salud digital avanzados. 6
Cuando la pandemia por covid estaba en pleno auge las consultas no presenciales fueron de mucha utilidad en atención primaria ya que la mayoría de pacientes infectados por covid-19 pueden atenderse a distancia, prefiriendo la videoconsulta a la llamada telefónica ya que poder ver al paciente mejora la valoración clínica, además da más sensación de compromiso e interés. La Organización Panamericana de la Salud describe teleconsultas como “una forma segura y efectiva de evaluar casos sospechosos y guiar el diagnóstico y el tratamiento del paciente, minimizando el riesgo de transmisión de la enfermedad”.7
La pandemia llegó inesperadamente y hubo que tomar medidas urgentes para poder atender una sanidad desbordada, aceptando las consultas presenciales que posteriormente han demostrado ser de gran utilidad, sin embargo aún hay mucho rechazo por parte de sanitarios y pacientes. Por ello nos ha resultado interesante resaltar las principales ventajas e inconvenientes de su uso:
Ventajas: 1,3,8,9
- Puede ser muy útil para personas con movilidad limitada como personas mayores , que vivan en zonas rurales alejadas de los servicios de salud o que no dispongan de medio de transporte.
- Mayor accesibilidad a especialistas que se encuentren en otro lugar.
- Mayor comunicación con los servicios sanitarios.
- Mayor seguimiento de enfermedades crónicas como la diabetes, Enfermedad Pulmonar Obstructiva crónica (EPOC) o hipertensión arterial (HTA).
- Mejor coordinación entre profesionales sanitarios.
- Menor coste, tanto para el servicio sanitario como para los propios pacientes que no se tendrían que desplazar al centro de salud. El coste de una consulta presencial es unas ocho veces superior a las teleconsultas. 10
- Ahorro de tiempo en desplazamiento por parte de los pacientes.
- Apoyo a familiares que pueden consultar las posibles dudas.
- Es fácil de usar una vez se ha aprendido, tanto para los sanitarios como para los pacientes.
- La videoconsulta a diferencia de la consulta telefónica permite valorar el estado físico del paciente.
- Es útil para trámites administrativos como las bajas de trabajo.
- Se promueve el autocuidado del paciente.
- Disminuye la lista de espera.
- Ha sido recomendada por varios autores, entre ellos Greenhalgh Trisha, Koh Gerald Choon Huat y Car Josip. 3, 10
- Tiene beneficios parecidos a una consulta presencial (Hammersley, 2019). 7
- Reduce los ingresos hospitalarios. 11
- Evita el contagio de enfermedades infectocontagiosas como la gripe o el covid 19 por lo que actualmente está siendo muy utilizada a nivel mundial en un intento de frenar la pandemia.
Inconvenientes: 1,8
- No debe usarse urgencias y/o emergencias en las que la vida o salud del paciente puedan verse gravemente perjudicadas.
- En algunos casos no es válida la atención a distancia pues con es compatible con pruebas diagnósticas como analíticas, exámenes de rayos x, procedimientos terapéuticos…
- Puede haber fallos de conexión a internet que impida la consulta o la dificulte con fallos de imagen, sonido… Hay que tener en cuenta que la valoración del paciente, que es imprescindible para adecuada calidad asistencial, depende de la calidad del vídeo.
- Difícil acceso y/o manejo para pacientes con un nivel socioeconómico bajo, con bajo nivel cognitivo o con algún tipo de discapacidad física o psíquica.
- Escasa información a la población sobre telesalud y teleconsulta.
- Requiere una adecuada formación tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes.
- Muchos pacientes y profesionales prefieren la atención presencial pues el distanciamiento que supone puede derivar en una percepción de falta de compromiso y de confianza.
- Supone una inversión inicial importante por parte del sistema sanitario.
- Puede hacer dudar a los pacientes sobre la confidencialidad de sus datos sanitarios personales.
Conclusión:
Las videoconsultas han conseguido resultados parecidos a las consultas presenciales, aparte de contar con muchas ventajas como mejor accesibilidad a los servicios sanitarios, menor coste, reducción de las listas de espera…, además de haberse demostrado que ha sido muy eficaz en la lucha contra la pandemia. Esto hace ver que es posible y viable que este tipo de consultas perduren en el tiempo, pero todavía existen muchos impedimentos al avance de esta tecnología como la carencia de medios informáticos e internet en algunos sectores de la población y la resistencia al cambio por parte de pacientes y profesionales quizá por la dificultad inicial que supone formarse en su utilización.
Estaría justificada la inversión inicial que el sistema sanitario tendría que lidiar para dar lugar a la transformación digital, pues como se ha comprobado el coste de las videoconsultas es mucho menor y teniendo en cuenta la elevada cantidad de consultas que se realizan, a la larga se ganaría eficiencia. Tampoco hay que restar importancia a la disminución de las listas de espera que conllevaría.
Por supuesto hay que tener en cuenta las limitaciones de las videoconsultas pues no son adecuadas en todos los casos por lo que habría que determinar bien cuando es factible su uso y cuando no.
En cuanto al manejo del Covid-19, las videoconsultas han resultado ser una herramienta eficaz para hacer frente a esta pandemia que todavía perdura y que por lo tanto no sería lógico que cayesen en el olvido. Ante los problemas técnicos se debe actuar con naturalidad y sería muy útil disponer del teléfono u otros medios en caso de ser necesario.
El uso adecuado de las videoconsultas implica la necesidad de garantizar la confidencialidad de la información clínica de los pacientes, dada la escasa utilidad que esta tecnología ha tenido en el pasado su legislación está aún poco desarrollada, si bien el artículo 7 de la ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica recoge este derecho, sería necesario regularlo en el caso de las videoconsultas y la telesalud en general.
Tenemos que estar preparados para afrontar el futuro incierto que la pandemia nos exige.
Bibliografía:
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