Influencia de algunos métodos complementarios de estimulación fetal en las pruebas de bienestar fetal
La evaluación del bienestar fetal tiene por objetivo la búsqueda de patrones de una frecuencia cardíaca fetal sensible, para predecir la ausencia de acidemia fetal. Estimular al feto mediante la administración oral a la madre de agua o una bebida azucarada, podría ser útil en combinación con las pruebas de bienestar fetal. En particular, el tiempo necesario para obtener una prueba de monitorización fetal reactiva, podría ser disminuido, así como el número de falsos positivos no reactivos antes del parto.
Influencia de algunos métodos complementarios de estimulación fetal en las pruebas de bienestar fetal
Los autores del artículo “INFLUENCIA DE ALGUNOS METODOS COMPLEMENTARIOS DE ESTIMULACIÓN FETAL EN LAS PRUEBAS DE BIENESTAR FETAL”, tenemos a bien declarar que:
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Autores
1 Francisco Javier Muñoz Vela. Matrona Hospital Carlos Haya de Málaga.
2 Rocío Palomo Gómez. Matrona en Hospital Quirón Campo de Gibraltar.
3 María Dolores Vázquez Lara. Enfermera de Atención Primaria Campo de Gibraltar.
4 Juana María Vázquez Lara. Matrona y Coordinadora de la Unidad Docente de Matronas de Ceuta.
5 Luciano Rodríguez Díaz. Matrón y tutor de la Unidad Docente de Matronas de Ceuta.
Resumen
Se plantea un ensayo clínico controlado aleatorizado, cuyo objetivo, es conocer los beneficios o inconvenientes inmediatos de la ingesta de bebida azucarada y la ingesta de agua, en los resultados de las pruebas de bienestar fetal en mujeres gestantes a término. Como conclusión, se hallado que la ingesta oral de agua o una bebida azucarada, guarda relación con el tiempo necesario para detectar aceleraciones en la frecuencia cardiaca fetal y, por tanto, influye en la pronta aparición de un registro reactivo.
Palabras clave: Estimulación fetal. Monitorización fetal. Glucosa fetal. Cardiotocografía.
Introducción
El concepto de bienestar fetal hace referencia a aquella situación en la que el feto recibe un aporte de oxígeno y nutrientes adecuado para su crecimiento y desarrollo.
La valoración del bienestar fetal a través de la auscultación de su frecuencia cardiaca es, desde finales del siglo XIX, motivo de estudio para muchos científicos. La cardiotocografía, se basa en que la frecuencia cardíaca del feto no acidótico y neurológicamente íntegro, reaccionará con aceleraciones transitorias a los movimientos fetales. El objetivo del control fetal anteparto es identificar aquellos fetos que tengan mayor riesgo de morbi-mortalidad anteparto o neonatal, para adaptar el control gestacional y la finalización de la gestación y evitar intervenciones en fetos que no están comprometidos, disminuyendo la iatrogenia (prematuridad, inducciones electivas…).
La primera referencia en la literatura médica occidental sobre la auscultación de la frecuencia cardiaca fetal (FCF) apareció en el siglo XVII, cuando Marsac, físico francés, refirió la presencia de tonos cardiacos fetales al aplicar la oreja directamente sobre el abdomen materno. Durante los años setenta, el entusiasmo por la monitorización intraparto fue en aumento, a pesar de no existir una documentación clara sobre su eficacia e inocuidad. La monitorización fetal se mostraba inicialmente como “la llave maestra” que daba paso al conocimiento del estado fetal intraútero, la herramienta primaria para la vigilancia del bienestar fetal.
Diversos autores publicaron estudios no controlados sobre el uso de cardiotocografía intraparto y atribuían una reducción de la mortalidad perinatal debido a hipoxia fetal de 15.8 a 11.7 por 1.000 nacimientos. Más recientemente, ensayos clínicos controlados han mostrado una reducción del 55% en las convulsiones neonatales transitorias. Sin embargo, no hubo diferencia en la incidencia de la parálisis cerebral en el seguimiento durante cuatro años de evaluación. A partir de este momento, se inician estudios para evaluar su capacidad predictiva del estado fetal y para analizar los diversos factores capaces de alterar dicho valor predictivo. Investigaciones posteriores han demostrado las limitaciones en la práctica clínica de una técnica que, incluso hoy día, no cuenta con un consenso respecto a la interpretación y manejo de patrones de la frecuencia cardiaca fetal. Si se compara su uso con la auscultación intermitente de la frecuencia cardíaca fetal, se observa que la monitorización continua se asocia a un aumento de cuatro veces en la tasa de cesáreas por sospecha de sufrimiento fetal agudo, sin una mejoría sustancial del resultado perinatal. Una posible razón de que la monitorización de la frecuencia cardíaca fetal no se haya demostrado eficaz, es la amplia variabilidad en la toma de decisiones clínicas en su uso.
El problema lo representan los test no valorables, las falsas interpretaciones de los mismos y los falsos negativos o positivos. Ante un riesgo aparente de pérdida de bienestar fetal, se tiende a la finalización inmediata del embarazo, en la mayoría de los casos de forma operatoria, lo que va a ocasionar un daño tanto a la madre como al feto no justificado si se ha realizado un diagnóstico erróneo de distress fetal. Al incrementar la finalización del parto de forma operatoria, disminuyen considerablemente la incidencia de lactancia materna, con las consecuencias que ello tienen tanto para la madre como para el recién nacido.
El alto nivel de intervencionismo que se genera ante un resultado potencialmente patológico en una monitorización fetal, supone un elevado número de obtención de resultados perinatales normales, dando lugar a un bajo valor predictivo de un resultado positivo. Todo ello genera escepticismo generalizado entre los profesionales sanitarios respecto a su valor real. Por tanto, la aparente falta de utilidad clínica de la monitorización de la frecuencia cardíaca fetal, ha llevado al desarrollo de métodos complementarios de estimulación fetal, con el objetivo de mejorar la evaluación de la condición fetal anteparto e intraparto . Estos métodos incluyen un cambio en la posición materna, la actividad física, la estimulación acústica, la manipulación manual del abdomen materno, la administración oral de bebida azucarada, y la administración intravenosa de sueros glucosado.
Objetivos
Conocer los beneficios o inconvenientes de la ingesta de bebida azucarada y agua en los resultados de las pruebas de bienestar fetal en mujeres gestante a término.
Ver las características de la monitorización de la frecuencia cardiaca fetal registradas a través del monitor cardiotocográfico.
Metodología
Ensayo clínico controlado aleatorio de 3 grupos, dos expuestos a las distintas intervenciones y otro grupo control no expuesto a ninguna intervención, con asignación aleatoria a grupo control o tratamiento.
La duración del estudio fue de 60 días.
La muestra estuvo compuesta por 135 mujeres gestante con edades comprendidas entre los 18 y 41 años. El universo estuvo constituido por un total de 5.294 mujeres.
Los criterios de inclusión fueron: Mujeres gestantes con edades comprendidas entre 17 y 45 años, con embarazo a término, gestación de feto único, sin complicaciones asociadas a influencia placentaria y que acepten participar en el estudio.
Los criterios de exclusión fueron: Gestación múltiple. Embarazo de alto riesgo. Consumo de drogas, alcohol o medicamentos no propios del embarazo. No firmar el consentimiento informado.
Se formuló la siguiente hipótesis: “Los registros cardiotocográficos de las mujeres expuestas a las dos intervenciones, pueden mostrar modificaciones en los parámetros de la frecuencia cardíaca fetal compatible con bienestar fetal con mayor rapidez, en comparación con los registros de las mujeres no expuestas a intervención”.
Monitorización cardíaca fetal. Test basal no estresante
En esta prueba se valora la frecuencia cardíaca fetal en condiciones basales, y se relacionan con los movimientos fetales. Para la realización de esta prueba se sitúa a la mujer gestante en posición semifowler y, mediante un cardiotocógrafo de registro externo, se registra sobre papel el tono uterino detectado por un tocodinamómetro situado sobre el abdomen materno, en el fondo uterino, y la frecuencia cardiaca fetal, con un transductor de ultrasonidos doppler, aplicado en la zona de abdomen materno, donde se reciba mejor la señal de la misma.
La FC del feto no acidótico y neurológicamente íntegro reaccionará con aceleraciones transitorias a los movimientos fetales.
El bienestar fetal viene reflejado en esta prueba por la presencia de patrón reactivo.
Interpretación (Protocolo SEGO Bienestar Fetal Anteparto)
- P reactivo: >o= 2 aceleraciones > 15 lat/min y >o= 15 segundos en 20 min.
Antes de las 32 semanas 10 latidos/minuto.
- P no reactivo: Ausencia de aceleraciones o duración o amplitud inadecuada.
- P anormal o patológico:
– taquicardia o bradicardia mantenida
– disminución variabilidad
– deceleraciones variables, prolongadas o tardías periódicas
– ritmo sinusoidal
– arritmia fetal
Debe considerarse a la monitorización fetal anteparto como una prueba de screening del estado fetal, rápida, cómoda, barata e inmediata, que en caso de obtener un patrón no reactivo, nos obligará a proseguir el estudio con el fin de confirmar el estado de compromiso fetal. Las pruebas de apoyo tras el test basal no estresante podrán ser, una prueba de estrés con contracciones, un perfil biofísico o un estudio Doppler.
Resultados
El estudio se realizó a 135 gestantes y se observó las siguientes características de los tres grupos de estudio. Se realizaron 135 monitorizaciones en gestantes de bajo riesgo. El 50% fue gestante adulta joven (20-30), el 41% fue gestante adulta mayor de los treinta años y el 9% corresponde a gestantes muy jóvenes de edad inferior a los veinte años. La edad media y desviación típica de las 135 gestantes fue 32,35 ± 5,92 (rango de 18 a 41 años). Cincuenta y ocho mujeres eran gestantes por primera vez, y el resto tenía entre 1 y 5 embarazos previos. La tercera categoría de la edad gestacional es dividida en dos rangos bien diferenciados de gestantes a término: gestaciones 37-40 semanas y gestaciones de más de 40 semanas.
Número de movimientos percibidos según grupo de estudio
El grupo de aporte de bebida azucarada (A) tiene una media de 3 movimientos percibidos en 20 minutos de registro, con una desviación estándar de 0.816; en el grupo de aporte de agua (B) tiene una media de 3.16 movimientos, percibidos en 20 minutos con una desviación estándar de 1.12 y en el grupo de control (C) tiene una media de 2.41 movimientos con una desviación estándar de 0.64.