Náuseas, vómitos y cáncer de pulmón en mujeres
La incidencia de cáncer está aumentando cada día más en España en estos últimos años, destacándose un aumento de Ca de pulmón entre las mujeres españolas; Siendo el tabaquismo (cigarrillo, pipa o puro) la causa fundamental; El descenso de consumo de tabaco se acompaña de un descenso en la frecuencia, aunque hacen falta varios años, aproximadamente 15, para que el riesgo de un exfumador se equipare al de un no fumador.
AUTORES:
Arantza Mojica Blanco – Diplomada Enfermería.
María Victoria Infante Peña –Diplomada Enfermería
Noelia Murez Mojica- Diplomada Enfermería.
OBJETIVOS:
Definir y diferenciar entre náuseas y vómitos, explicar los riesgos de aparición de los mismos en mujeres con cáncer de pulmón, valorar y relacionar la aparición de estos ante el tratamiento de quimioterapia y dar técnicas para poder manejarlos.
INTRODUCCIÓN:
Aproximadamente el 80-90% de los cánceres de pulmón van a producirse en fumadores o ex fumadores. El riesgo de desarrollar este tumor se multiplica por 10-20 veces en fumadores respecto a los no fumadores, pero también existe riesgo en fumadores pasivos. El cáncer de pulmón puede desarrollarse también en no fumadores, aunque suele presentarse con unas características especiales.
Existen otros factores de riesgo que también pueden favorecer el desarrollo del cáncer de pulmón:
- Exposición laboral a sustancias como el asbesto, el petróleo, el arsénico o el radón.
- Exposición a la radiación de forma habitual.
- Contaminación ambiental
- Antecedentes familiares: la investigación empieza a indicar que los antecedentes familiares de cáncer de pulmón pueden multiplicar por cuatro el riesgo de padecerla.
- Enfermedades pulmonares: las personas con enfermedades pulmonares como la tuberculosis, la fibrosis pulmonar o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) presentan un mayor riesgo.
El cáncer de pulmón presenta unas características biológicas y clínicas en las mujeres, diferentes al compararlas con las que sufre el varón. Nosotros nos vamos a centrar en el sector femenino y dentro de las peculiaridades y /o efectos secundario, destacaremos que las mujeres tienen una menor tolerancia a los tratamientos, produciéndose como resultado un mayor riesgo de sufrir de efectos secundarios en el aparato digestivo y por tanto produciéndose la aparición de las náuseas y vómitos.
Existe una asociación en España, científica y sin ánimo de lucro creada por profesionales implicados en la atención de pacientes con cáncer de pulmón, encargada de divulgar la incidencia que está teniendo este tipo de Ca en mujeres, concienciar al sector femenino del riesgo del tabaquismo y por último también se encargan de investigar las diferencias según el género. Esta asociación se llama ICAPEM.
DESARROLLO DEL CONTENIDO:
Las náuseas son una sensación de malestar en el estómago, que nos hacen sentir como si quisiéramos vomitar. Una náusea leve puede hacernos perder apetito y si son más moderadas o graves nos pueden provocar el vómito, el cual es la expulsión más o menos violenta del contenido gástrico al contraerse previamente los músculos estomacales. A las náuseas y/o vómitos provocados por la quimioterapia se les denomina: emesis inducida por la quimioterapia. Y en este punto es en el que nos vamos a centrar, a lo largo del desarrollo del artículo.
Existe lo conocido como arcada o amago, los cuales son movimientos espasmódicos respiratorios, con la garganta cerrada, acompañada de la contracción fuerte de la musculatura respiratoria y abdominal sin la expulsión del contenido.
Los mecanismos por los que el vómito está controlado son: el centro del vómito, localizado en la médula espinal y el área gatillo del vómito localizada en el cerebro. Ambos se activan a través de múltiples señales provenientes del aparato digestivo, como diferentes olores, sabores, ansiedad, dolor, movimientos, medicamentos (QUIMIOTERAPIA).
En primer lugar se produciría la activación del área del gatillo del vómito, la cual a su vez mandará una señal al centro del vómito; una vez el centro del vómito está activado, se enviarán diferentes señales hacia la laringe, faringe, esófago, estómago, así como músculos intercostales o abdominales, todas y cada una de las señales por diferentes vías nerviosas, dando como resultado las náuseas y vómitos. La primera alteración es la náusea, seguida de un aumento presión del interior del abdomen una dilatación del estómago, dando como resultado la expulsión del contenido. Véase imagen 1: mecanismo de la náusea y el vómito. Para mayor información.
Como bien sabemos, las náuseas y vómitos son un efecto secundario muy presente en las mujeres con cáncer de pulmón, pero no por ello tiene que estar presente en todas las pacientes. Por tanto llegamos a la conclusión de que existen distintos factores que harán más propensas a unas mujeres y menos a otras de sufrir este efecto secundario; estos factores son:
- Edad: pacientes ≤50 años son más propensos a presentar vómitos durante la quimioterapia.
- Sexo: las mujeres tienen más riesgos de sufrir vómitos que los hombres tras la quimioterapia.
- Alteraciones psicológicas: el estrés, la locura o ansiedad durante la administración del tratamiento antitumoral, aumentan las probabilidades de presentar náuseas y vómitos.
- Alcoholismo: pacientes con historia de alcoholismo crónico, tienen menos riesgo de sufrir vómitos.
- Radioterapia: al administrar radioterapia junto a quimioterapia aumenta las probabilidades de sufrir vómitos.
- Tratamiento quimioterápico previo: aumenta probabilidades de vómitos en el presente.
- Estado general del paciente: a mayor malestar general menos tolerancia a la quimioterapia y mayor probabilidad de vómitos.
- Nivel de motivación: mayor predisposición menor riesgo de vómitos.
- Tratamiento quimioterapia: Es la causa más común junto a la radioterapia de emesis en pacientes con cáncer. Presentan una alta toxicidad por lo que al suministrarse y estar en contacto con el organismo del paciente le crea una gran sensación de malestar. Dando como resultado un efecto secundario a nivel digestivo produciendo náuseas y vómitos.
Existe una clasificación según la cronología en la que aparezcan los vómitos/nauseas con respecto a la administración del tratamiento de quimioterapia: AGUDOS, RETARDADOS Y ANTICIPATORIOS.
- Agudos: son las que aparecen en las primeras 24 horas tras el inicio de la quimioterapia.
- Diferidos o retardados: aparecen a partir de las 24 horas de haber iniciado la quimioterapia y puede durar hasta 5-6 días. Este tipo suele ser más frecuente que los agudos.
- Anticipatorias: se da antes de comenzar a administrar el tratamiento, suelen darse por factores (olores, sabores), que les haga recordar el momento del tratamiento con la quimioterapia administrado en ocasiones previas a la actual;
Por otro lado añadir que no todos los fármacos producen náuseas y vómitos, por tanto existe otra agrupación, en la cual se agruparán los tratamientos según la probabilidad de emesis que pueda producir al paciente, para así orientar de los tratamientos antieméticos que serán necesarios. Ver tabla 1, potencial emetógeno de la quimioterapia. Para mayor información.
- Riesgo alto: más del 90% de emesis si no se administra antieméticos.
- Riesgo moderado: entre el 30/90% de los pacientes sufren vómitos y/o náuseas si no administramos antieméticos.
- Riesgo bajo: producen entre 10-30% emesis.
- Riesgo mínimo: ≤ 10% pacientes sufren emesis.
La mayoría de los tratamientos antitumorales combinan Unos fármacos de un grupo con los de otro, haciendo que los riesgos de emesis se vean aumentados. Por lo que es algo que se ha de tener en cuenta a la hora de tratar la emesis en estos pacientes.
Los tratamientos de radioterapias dirigidos a enfermedad de cáncer gastrointestinal, hígado o cerebro aumentan el sufrir náuseas y vómitos.
Este tipo de tratamiento es fotosensible lo que quiere decir que no puede exponerse a la radiación luminosa, a su vez la administración del mismo ha de hacerse de manera cautelosa ya que la toxicidad que tiene puede producir afecciones en la piel o mucosas.
El manejo de náuseas y vómitos, es algo importante para poder controlar los mismos; cuando las náuseas son leves pueden ser molestas, pero no provocan problemas graves para el paciente, en cambio cuando son graves, pueden causar deshidratación, desequilibrio electrolítico (perdida de materiales del cuerpo, como sodio y potasio), pérdida de peso, y depresión, incluso pudiendo llegar a provocar el que algunos pacientes abandonen el tratamiento quimioterápico. Por ello la mejor forma de controlar las náuseas y vómitos introducidos por el tratamiento es prevenir su aparición. Se disponen de fármacos eficaces en la prevención de los vómitos, útiles también para prevenir las náuseas, aunque el paciente pueda permanecer sufriendo de nauseas permanentes aun desapareciéndole el vómito.
Estos tratamientos usados para controlar y/o eliminar el vómito son denominados ANTIEMÉTICOS, existiendo tres grupos principales: ANTAGONISTAS DE LA SEROTONINA, INHIBIDORES DEL RECEPTOR NK1, CORTICOIDES. Usándose unos u otros según los síntomas y tolerancia del paciente al tratamiento y pudiéndose combinar entre sí para conseguir mayor poder antiemético. Este tratamiento se pautará siempre antes de iniciar el tratamiento quimioterápico y se mantendrá mientras exista riesgo de emesis; no obstante para saber con certeza cuales son los adecuados, tenemos que conocer al menos durante los primeros 5 días posteriores al inicio de la quimioterapia cuanto y como han sido los vómitos del paciente así como si ha precisado de antieméticos de rescates, para así poder ajustarle la dosis correcta o cambiarle el tratamiento antiemético por uno más adecuado.
A parte de la elección del mejor tratamiento antiemético, en el que juega el papel fundamental el equipo médico y oncológico, dependiendo del tipo de vómitos y tipo de tratamiento quimioterápico usado como hemos estado hablando anteriormente, es necesario un tratamiento de aprendizaje de técnicas de relajación y conductuales, en los cuales los profesionales de Enfermería y psicología jugaran un papel importante, siendo dos grupos sanitarios muy vinculados a los cuidados del paciente, así como la prevención del malestar, siendo los que mejor conocen los síntomas que presentan los pacientes ya que pasan muchas horas a su disposición.
Técnicas de relajación: Control de la respiración, musicoterapia y acupresión del punto p6, (vómito agudo), localizado en la muñeca, que al presionarlo ayuda a controlar la emesis llegando a poder inhibirla.
- Técnicas conductuales: Comer antes de la quimioterapia y de manera pausada, masticar bien los alimentos, elegir los que resulten más apetecibles, evitar alimentos grasos, fritos o muy dulces. Comer en un área tranquila, no beber en exceso, usar ropa ligera durante la duración del tratamiento, no tumbarse justo después de las ingestas, esperar sentado en un sillón unas dos horas hasta que la digestión se haga, y mantener una buena higiene bucal.
Estas técnicas conductuales y de relajación son importantes tener en cuenta ya que ayudaran al paciente a tener una mejor y mayor predisposición a la hora de enfrentarse a un tratamiento quimioterápico reduciéndose así el abandono del mismo.
CONCLUSIÓN: Existen cada vez más casos de mujeres que presentan algún tipo de cáncer en nuestra sociedad, dentro de estos, el cáncer de pulmón es uno de los que más incidencias presentan entre el sector femenino, siendo los vómitos y las náuseas a causa del tratamiento quimioterápico uno de los efectos secundarios más comunes y más complejos de tratar.
Conocemos dos grandes formas importantes de abordar la emesis, por un lado el uso de los antieméticos y por otro lado el uso de terapias alternativas, técnicas de relajación y pautas conductuales; la combinación de ambos tratamientos es la clave del éxito, ya que hace más fácil controlar la sensación de náuseas y por tanto verse disminuido el número de vómitos, haciendo a su vez sentir al paciente tranquilo, relajado y con una predisposición positiva al inicio del tratamiento, siendo más favorable su tolerancia y a su vez verse disminuido el abandono o rechazo a la quimioterapia.
Eso sí tener en cuenta que siempre el trato ha de ser de manera individual, es decir centrándose en las características y condiciones de vida de cada paciente.
BIBLIOGRAFÍA:
Raposo Gomez C. Feliú-Batle J. González-Baróna M. Prevención y control de las náuseas y los vómitos inducidos por quimioterapia. ELSEVIER [INTERNET]. 2016 [Citado el 24/1/2017]; 126, (4). Disponible en: http://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2-articulo-prevencion-control-las-nauseas-los-13084022
ICAPEM: Investigación cáncer de pulmón en mujeres.[INTERNET].Madrid: ICAPEM;[citado 24/1/2017]. Disponible en: http://www.icapem.es/informacion-general/