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Niveles de contaminación acústica en los hospitales

Niveles de contaminación acústica en los hospitales

Introducción: El ruido es un factor de riesgo a tener en cuenta en el ámbito hospitalario. Este hecho es conocido desde hace tiempo, como demuestra una declaración de Florence Nightingale, en 1859. Dados los efectos adversos que puede provocar en la salud, se plantea realizar una revisión de los niveles de ruido en el hospital, puesto que la contaminación sonora es y ha sido, una queja frecuente tanto de los pacientes, como del personal del hospital.

Niveles de contaminación acústica en los hospitales

Cristina Hernando Gracia. Diplomada Universitaria en Enfermería. Máster Universitario en Ciencias de la Enfermería. Consultas externas. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.

Emilia Ferrer López. Diplomada Universitaria en Enfermería. Máster Universitario en Ciencias de la Enfermería. Trasplante renal /hemodiálisis. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

Manuel Viñuales Laviña. Graduado en Enfermería. Máster Universitario en Ciencias de la Enfermería.

Centro de Salud Barbastro. Huesca.

Isabel Viñuales Laviña. Diplomada Universitaria en Enfermería. Máster Universitario en Ciencias de la Enfermería y Máster Universitario en Gerontología Social. Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.

Resumen

Objetivo: Conocer cuáles son los niveles de ruido en los hospitales. Identificar las principales causas de ruido percibidos por los pacientes y el personal que trabaja en los hospitales.

Resultados: En todos los estudios encontrados, se supera en nivel de ruido recomendado por la OMS. Siendo las principales fuentes, el ruido producido por el personal, parte del ruido proviene del aparataje y técnicas que realiza el personal sanitario, las conversaciones en los pasillos, los timbres, las alarmas de los dispositivos médicos, los carros de medicación y comidas, el uso abusivo de los teléfonos móviles y el excesivo número de visitantes en los hospitales. Por otro lado las intervenciones educativas en materia de concienciación al personal y a los pacientes indican que son efectivas para disminuir el ruido.

Conclusión: Los resultados muestran que el ruido es un factor de riesgo a tener en cuenta en el ámbito hospitalario. Aunque la metodología, los métodos de medición y los procedimientos son diferentes, ponen de manifiesto que los niveles de ruido son elevados, por lo que una unificación de criterios en cuanto a las mediciones permitiría una mejor comparación entre los estudios.

Palabras Clave: contaminación acústica, hospital, salud, intervenciones.

Introducción

En 1972 la Organización Mundial de la Salud (OMS), catalogó el ruido como una forma más de contaminación, hasta entonces la contaminación acústica era considerada como una cuestión inherente al desarrollo, algo inevitable con lo que el ser humano tenía que convivir. 1 Es a partir de ese momento que se toma conciencia del problema, y se empieza a investigar tanto en diagnósticos como en posibles soluciones.

Los efectos nocivos del ruido sobre la audición se conocen desde hace siglos, como lo demuestra una declaración de Florence Nightingale, en 1859 » El ruido innecesario, es la falta de cuidado más cruel ya sea a enfermos o sanos”. 2

En la actualidad se sabe, según Marc Lalonde (1974)3 que la salud está condicionada por varios determinantes, (biología humana, sistema sanitario, estilos de vida y el medio ambiente) siendo estos dos últimos los que más afectan a la salud de las personas, sobre el medio ambiente que nos rodea, la contaminación acústica y más concretamente, el ruido es un tema de preocupación por parte de los investigadores actuales.

La contaminación por ruido o contaminación acústica, tiene un efecto negativo en la salud y el bienestar de las personas. La situación es aún más crítica, si se considera que las fuentes de ruido son cada vez más numerosas y con mayores niveles tanto en el interior como en el exterior de las edificaciones. En consecuencia, es cada vez más importante encontrar soluciones que permitan el control de los niveles de ruido. 4

Los efectos adversos del ruido sobre la salud se pueden producir en la mayoría de órganos y sistemas del cuerpo. El ruido modifica el funcionamiento del sistema neurovegetativo, observándose casos de aceleración del ritmo cardiaco, del ritmo respiratorio, aumento de la presión sanguínea 5, de la secreción salival, alteración del tono muscular. 6,7 Y como efectos psíquicos, pueden aparecer: falta de concentración, molestia, incomodidad, miedo, cambios de humor, sentimientos de angustia y ansiedad. 8 Para la mayoría de espacios en los hospitales, los efectos críticos son trastornos del sueño, molestias e interferencias en la comunicación oral. 9

El cuadro 1 (Anexo) presenta los valores guía de la OMS ordenados por ambientes específicos y efectos críticos sobre la salud, establece como máximo los 30 dB de sonido por la noche. 10 A la par de lo expuesto por la OMS, una investigación realizada por un grupo de ingenieros acústicos de la Universidad John Hopkins, pioneros en estudios sobre este tema, encontraron, que internacionalmente, los niveles de ruido en los hospitales se ha incrementado constantemente desde 1960, convirtiéndose en una molestia para pacientes y personal elevando a su vez, el riesgo de cometer errores. 11 Posteriores estudios indican que el excesivo ruido alarga el tiempo de curación y contribuye al estrés y agotamiento del personal de hospitales.

En la sociedad actual, los hospitales supuestos lugares de recuperación, reposo y confort, son a su vez lugares de generación de ruido, el cual puede afectar negativamente, tanto a los pacientes, que se encuentran en proceso de recuperación, como a los profesionales, poniendo en riesgo una atención sanitaria de calidad.

En los últimos años, la contaminación sonora es y ha sido una queja frecuente, tanto de los pacientes como del personal del hospital. 11,12 Las personas asistidas o pacientes que precisen de una estancia más o menos prolongada en el tiempo, pueden convertirse en potenciales sujetos perceptores de ruido, con la consiguiente posible molestia e influencia sobre el tratamiento y/o recuperación que estén llevando a cabo.13

Justificación

Hoy en día es importante tomar conciencia de este problema, y poner de manifiesto trabajos científicos, que muestran el nivel de ruido y cómo es percibido por enfermos y profesionales sanitarios, durante su estancia hospitalaria en diferentes unidades y hospitales, tanto nacionales como internacionales.

Objetivos

– Conocer cuáles son los niveles de ruido en los hospitales.

– Identificar las principales causas de ruido percibidos por los pacientes y el personal que trabaja en el hospital.

Material y Método

Se realizó una revisión bibliografía con el objetivo de conocer el estado actual de las últimas investigaciones realizadas sobre el ruido en los hospitales.

La estrategia de búsqueda empleada ha sido en diferentes bases de datos, según se muestra en la tabla 1 (Anexo 1), incluyéndose los artículos publicados en los últimos 10 años (2006-2016).

Resultados

La medición del ruido y el efecto negativo de los niveles de ruido en diversos entornos hospitalarios es extensa y ha sido bien documentada, desde los años 90 hasta la actualidad, tanto en lo relativo a mediciones de ruido en las diferentes unidades de los hospitales, como a los efectos del ruido en los pacientes y las medidas llevadas a cabo. 14

Unidad de Cuidados Intensivos:

Los primeros estudios sobre este tema se realizaron en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y Neonatos, al ser este tipo de pacientes más vulnerables y necesitados de una atención permanente y compleja. Varios son los estudios en los que queda demostrado que el nivel de ruido en las UCIs supera al recomendado por la OMS.

En el estudio realizado por Garrido et al., (2015) se confirma que en se exceden los estándares internacionales de ruido sugeridos para las UCIs, ya que el nivel de ruido continuo equivalente varió entre 49 – 71 dBA con un valor máximo de 91,19 dBA y un mínimo de 46,65 dBA, especialmente superando el límite establecido para el horario nocturno 15. En el año 2016 estos autores ampliaron el estudio y realizaron mediciones en el resto de UCIs del hospital. Los valores más bajos se obtuvieron en la UCI de adultos; por su parte, la UCI pediátricos y la UCI neonatales mostraron una tendencia similar, presentando valores cercanos y evidenciando solo algunas diferencias durante ciertos horarios. Pero en todas ellas continuaban por encima del límite superior recomendado. 16

Park et al., (2015) en su estudio sugieren que las características de los pacientes al ingreso, medidas a través de la escala APACHE II, y otros factores como la causa del ingreso, ubicación de la habitación, género y día de la semana, influyen en el ambiente acústico. Esto podría ser explicado que a mayor puntuación de APACHE II, mayor gravedad y por tanto, más intervenciones se deben realizar, causa destacable de fuente de ruido. Destacar que a diferencia de otros estudios encontrados este fue llevado a largo plazo, 3 meses. 17

En el estudio realizado por Revuelta Escuté et al., (2012) en el que además de realizar mediciones con el sonómetro se recogieron datos subjetivos de trabajadores y pacientes. Las mediciones con el sonómetro, los médicos y pacientes coincidían en que la mayor fuente de ruido provenía del propio personal. Mientras que para enfermeras y TCAE fue atribuido a las alarmas. 18

Unidad de cuidados intensivos y sueño:

Las causas de alteración en el patrón del sueño en una unidad de cuidados intensivos son multifactoriales. La causa más importante de alteración del sueño en los pacientes críticos son los factores ambientales propios de las UCI: ruido, luminosidad ambiental, necesidad de aplicar cuidados rutinarios con mucha frecuencia, etc. Aunque sólo el ruido es capaz de provocar reacciones como vasoconstricción, cambios en la frecuencia cardiaca, elevación de la presión arterial, aumento de la secreción de adrenalina y de otras hormonas. 19

La privación del sueño repercute a nivel metabólico y endocrino, como el incremento del catabolismo y la afectación en las cifras de glucosa. La función inmunológica también puede verse afectada, perjudicando así la lucha contra las infecciones. Las repercusiones a nivel cognitivo se han aglomerado en el conocido síndrome UCI, que se podría definir como «un síndrome orgánico cerebral agudo que sufren los pacientes encamados en la UCI, caracterizado por la alteración de sus funciones intelectuales, primordialmente la memoria y el juicio. 20

En un estudio realizado por Gómez Sanz (2013) en la en la Unidad Coronaria de Cuidados Intensivos del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. En el cual se realizó una encuesta a 75 pacientes, destacar que el factor ambiental que más perturbo fue el ruido en su patrón de sueño/descanso. Y dentro de los diferentes tipos de ruido el que identificaron como más molesto fue el escuchar gente hablando, seguido del ruido de las alarmas y del pulsioxímetro. 19