Paciente con trastornos mentales
Autora principal: Lidia Pou Pérez
Vol. XV; nº 14; 734
Patient with mental disorders
Fecha de recepción: 22/06/2020
Fecha de aceptación: 14/07/2020
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 14 – Segunda quincena de Julio de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 14; 734
AUTORA
- Lidia Pou Pérez
Grado en Enfermería
Diplomada en Fisioterapia
Centro de trabajo: Hospital de Zaragoza. (España)
RESUMEN
La diferenciación entre salud mental y enfermedad es amplia, para nombrar a una persona sana o enferma ha ido evolucionado en el transcurso de los años según los distintos planteamientos teóricos. Y es obvio al no poder argumentar las causas que conducen a los distintos trastornos mentales ya que el cerebro humano es el balance activo entre la biología, la genética, sus vivencias, la cultura y las relaciones sociales.
Se puede definir como trastorno o enfermedad mental a una alteración de tipo emocional que afecta a la persona en el comportamiento, las emociones, la conducta y el pensamiento, obstaculizando su adaptación a el entorno social y cultural. El proceso puede ser esporádico o crónico. El Plan de Salud Mental de la OMS acepta como trastorno mental las alteraciones conductuales y neurológicas, además de las provocadas por la ingesta de sustancias.
Pero hay que destacar el estigma tanto personal como social de las enfermedades mentales que repercuten en un planteamiento negativo de adaptación de la persona al medio. El estigma hacia los enfermos mentales es un problema que aún existe en nuestra sociedad. A pesar de ello, el contacto con enfermos mentales y recibir información sobre que es la salud mental disminuye notablemente el estigma, por lo que se debería llevar a cabo medidas basadas en la educación tanto a nivel social como desde edad muy temprana. Pero las medidas de contacto directo con estas personas teniendo un conocimiento previo es la mejor forma de acabar con el estigma de la enfermedad mental.
PALABRAS CLAVE: salud mental, psiquiatría, promoción en salud mental.
SUMMARY
The differentiation between mental health and illness is wide, to name a healthy or ill person has evolved over the years according to different theoretical approaches. And it is obvious when not being able to argue the causes that lead to the different mental disorders since the human brain is the active balance between biology, genetics, its experiences, culture and social relations.
Mental disorder or illness can be defined as an emotional alteration that affects the person in behavior, emotions, behavior and thinking, hindering their adaptation to their social and cultural environment. The process can be sporadic or chro nic. The WHO Mental Health Plan accepts behavioral and neurological disorders as a mental disorder, in addition to those caused by substance intake.
But it is necessary to highlight the personal and social stigma of mental illnesses that affect a negative approach to adaptation of the person to the environment. Stigma towards the mentally ill is a problema that still exists in our society. Despite this, contact with the mentally ill and receiving information about mental health significantly reduces stigma, so measures based on education ahould be carried out both at a social level and from a very young age. But measures of direct contact with these people having prior knowledge is the best way to end the stigma of mental illness.
KEYWORDS: mental health, psychiatry, promotion in mental health.
INTRODUCCION
En España uno de cada diez personas adultas y en el caso de uno de cada diez niños tienen un problema de salud mental, las mujeres suelen sufrir esta dolencia más que los hombres y los niños más que las niñas. Las personas de 65 años en adelante suelen tener deterioro cognitivo, una de cada diez personas ingiere benzodiacepinas y uno de cada veinte adultos toma antidepresivos. Uno de cada veinte usuarios consultó un servicio de salud mental de su zona.
Como consecuencia a las polémicas que se han creado a lo largo de los años sobre las causas de las enfermedades psiquiátricas se ha llegado a un consenso en utilizar el término trastorno, acordando medidas internacionales de diagnósticos para un mejor entendimiento y comprensión entre los especialistas. En la actualidad hay dos clasificaciones, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, versión americana y la Clasificación Internacional de Enfermedades, utilizada por la OMS.
La actitud de una persona con un trastorno mental suele ser desordenada con poco conocimiento de sí mismo, como consecuencia su intelecto y creatividad tiene escasa armonía con los rasgos de su identidad. Su actitud frente a la vida no es objetiva porque sus pensamientos no tienen un orden y coherencia, su adaptación al medio que le rodea es escasa y como consecuencia sus relaciones interpersonales son deficientes.
Para interpretar el proceso existente entre salud y enfermedad en la actuación psicomental coinciden aspectos físicos, psíquicos, culturales y sociales, de ahí la interacción entre las emociones y las repercusiones psicosomáticas positivas o negativas de la persona, que permiten acotar si existe trastorno o si hay orden mental.
En el estudio realizado por Muñoz M, et al, examinaron los problemas que soportan los pacientes y sus familiares con una enfermedad mental, aportando medidas de intervención para disminuir la etiqueta de enfermo mental y que la población tome conciencia de la necesidad en su adaptación social. Mediante un documento para el asesoramiento recomendaron avanzar en la legislación, encaminándoles a unos servicios de salud mental óptimos. Propusieron que se llevase a cabo una ley que posibilitara la mejora en la calidad asistencial, orientándola hacia la atención y desarrollando medidas para la integración de dichos pacientes. Además, plantearon el asesoramiento para emplear los servicios de salud mental.
Otra cuestión que se debe mencionar es la asociación negativa entre valoración en centro de salud mental o ingreso en una institución psiquiátrica que conlleva secuelas sociales a la persona, se debe olvidar el pasado y que la enfermedad mental forme parte de un sencillo elemento más de salud, que el paciente no se sienta encasillado dentro del sistema como enfermo y que pueda volver a formar parte de la sociedad.
En el artículo publicado “El psicólogo en atención primaria: un debate necesario en el sistema nacional de salud”, indica que existe consenso en la importancia de la salud psicológica pero el acceso al sector público es arduo, difícil y en ocasiones complicado. Apunta que es necesario avanzar de forma dual a un nivel científico y político buscando tácticas en los recursos bio-psico-sociales de la comunidad, para una buena actuación de la asistencia al usuario, haciendo hincapié en la necesidad de unión entre atención primaria y el sistema sanitario. Se debe priorizar en las necesidades inherentes en el paciente en detrimento de las categorías diagnósticas de las mismas. Para ello es necesario realizar campañas de educación para la salud desde atención primaria, y realizar estudios específicos concretando el tipo de enfermedad mental, analizándolas para poder actuar sobre el problema mediante el conocimiento logrando cambiar la visión errónea y dañina de estos pacientes ya que dificultan su recuperación.
Las causas más frecuentes de una enfermedad mental pueden ser factores congénitos, hereditarios, adictivos, genéticos, o sociales. En ocasiones el origen puede ser el exceso de actividad psíquica, responsabilidad, frustraciones, privación de afecto de los padres en la infancia o una inadaptación social o a un puesto de trabajo.
Se realizó una búsqueda bibliográfica científica en el año 2006 para analizar el impacto de las patologías laborales en España, examinando los valores de incidencia y prevalencia. Según el estudio de 90.000 casos, 8,205 fueron de alteraciones de tipo mental relacionadas con el absentismo laboral. El estudio concluyo con la necesidad de prevenir y estudiar la raíz de la preocupación para permitir argumentar la base de los problemas en la población en activo.
El 19 de enero de 2014 el periódico Córdoba local publicó la actividad del Sistema Público Andaluz que contaba con cinco Unidades de Salud Mental Comunitaria, Unidades Hospitalarias, Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil, Unidades de rehabilitación además de las comunidades terapéuticas y una Fundación Pública para apoyar la incorporación de estos pacientes al mundo social y si fuese posible laboral. Las patologías más tratadas en estos centros fueron depresión, ansiedad y los trastornos psicóticos. Cabe destacar los aspectos más representativos como los trastornos de la conducta alimentaria, autismo y cambios en el desarrollo, en este apartado impulsaban la atención a grupos de psicoeducación para ayudar a familiares y niños con diversas patologías. La responsable de la Unidad de Gestión de Salud Mental de Córdoba destacó la labor de los diversos mecanismos para mejorar la incorporación del enfermo en todos los escenarios sociales, y mencionó que el fundamento del problema residía en la poca información, el miedo y la intolerancia siendo la base para terminar con el estigma del paciente mental.
La Comunidad de Aragón implementó un diseño asistencial de apoyo social para cubrir las necesidades de su población incorporándolo al servicio sanitario, la causa de crear este modelo fue por la escasez de centros de internamiento y la marginación de aquellas personas que necesitaban ayuda y al no recibirlas se infringían sus derechos. Actualmente hay personal especializado para ayudar a pacientes con trastornos mentales, desde psiquiatras, psicólogos y enfermeros que desde una misma perspectiva colaboran con un fin común.
CONCLUSION
El papel cultural es una de las causas más importantes al analizar el desarrollo de un diagnóstico, y tratamiento del usuario con trastornos mentales que imposibilitan su cuidado y posterior reinserción.
Desde los mecanismos de Salud Mental se debe impulsar campañas de formación en la identificación de enfermedades mentales en los colegios, proporcionando material y guías de cuidados a los profesionales para detectar posibles alteraciones.
Diseñar asistencia urgente, insistiendo en priorizar la atención al usuario desde los dispositivos de salud mental en medidas de prevención primaria, secundaria y terciaria.
Romper la barrera sociocultural en el acceso a los servicios de salud mental, iniciando la educación a nivel poblacional desde los centros de atención primaria para detectar anomalías en el comportamiento desde la infancia, para ello sería necesario un proceso bien estructurado para sensibilizar y aportar conocimiento a la comunidad en los diferentes aspectos de los trastornos mentales para un acceso voluntario. Así con la consecución desde el inicio del desorden mental para conseguir su posterior inclusión social.
Es una realidad palpable que la población posee mucho estigma hacia la enfermedad mental, por ello, es fundamental que se lleven a cabo campañas de sensibilización hacia toda la ciudadanía y así lograr que la única complicación de la enfermedad mental sea la enfermedad en sí misma. A pesar de que es evidente que el contacto físico con pacientes con problemas mentales y el recibir información previa sobre su salud mental disminuye considerablemente los perjuicios, por lo que se debería llevar a cabo medidas basadas en la educación a nivel social, pero especialmente centradas en el contacto directo porque se evidencia que es la mejor forma de acabar con el estigma de la enfermedad mental.
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