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Papel de Enfermería en la litiasis renal

Papel de Enfermería en la litiasis renal

Introducción: La litiasis renal se define como la presencia de cálculos o conglomerados cristalinos en el interior de las vías urinarias, desde el cáliz renal hasta la uretra.

Metodología: Búsqueda y revisión bibliográfica, en las bases de datos más importantes: Cuiden, Pubmed, Cochrane plus; así como en revistas científicas y libros especializados acerca de la litiasis renal.

Papel de Enfermería en la litiasis renal

Autores: Luna Aljama, María Elena *; Luna Aljama, José *, Serrano Carmona, José Luis *

* DUE H.U. Reina Sofía de Córdoba

Resumen

Resultados: Se ha descrito esta patología, factores de riesgo, tipos, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento, así como los principales cuidados de Enfermería.

Definición:

La urolitiasis o litiasis urinaria es un trastorno caracterizado por la formación de concreciones sólidas, denominadas cálculos o piedras, en el interior de las vías urinarias. Éstos pueden formarse cuando la orina contiene una gran cantidad de ciertas sustancias que forman cristales o bien porque la orina carece de los inhibidores naturales de este proceso. Estos cristales pueden convertirse en cálculos durante semanas o meses.

Los cálculos urinarios se pueden hallar en la pelvis renal, en los uréteres o en la vejiga urinaria. Según sea el tamaño y la localización de éstos, se puede producir una obstrucción del flujo de la orina, que si es aguda dará lugar a un cuadro de cólico nefrítico, mientras que, si es crónica, propiciará alteraciones de la función renal.

Factores de riesgo:

  • Ser hombre, historia familiar de litiasis renal, obesidad, síndrome metabólico.
  • Enfermedades metabólicas primarias: hipercalciuria, hiperoricusuria, hipocitraturia hiperoxaluria, cistinuria.
  • Hipercalcemia de cualquier etiología: hiperparatiroidismo, neoplasia, sarcoidosis, inmovilización prolongada.
  • Enfermedades intestinales: enfermedad de Crohn, abuso de laxantes, bypass yeyuno-ileal.
  • Acidosis tubular renal tipo I.
  • Gota.
  • Infecciones urinarias recurrentes.
  • Depleción crónica de volumen: ingesta inadecuada o climas cálidos.
  • Anormalidades anatómicas urológicas que faciliten la estasis de la orina: riñón en herradura, estenosis ureteral, obstrucción de la unión pieloureteral, ureterocele, divertículo caliceal, quiste caliceal y esctasia tubular (riñón en esponja), riñón único, cirugía renal previa.
  • Fármacos: diuréticos del asa, antiácidos, acetazolamida, indinavir, corticoesteroides, teofilina, AAS, alopurinol y vitaminas C y D.
  • Disminución del volumen urinario por ingesta insuficiente de líquidos.
  • Incremento en la excreción urinaria de sustancias químicas que impiden la disolución de las sales que contiene la orina.

Tipos:

Hay diferentes tipos de cálculos renales en función de la composición de las sustancias que los originan. Los principales son:

  • Cálculos de calcio: son los más comunes. Ocurren con mayor frecuencia en los hombres y aparecen generalmente entre los 20 y 30 años de edad. Es probable su reaparición. El calcio puede combinarse con otras sustancias como el oxalato (la sustancia más común), fosfato o carbonato para formar el cálculo. El oxalato está presente en ciertos alimentos. Las enfermedades del intestino delgado aumentan el riesgo de formar cálculos de oxalato de calcio.
  • Cálculos de cistina: son poco frecuentes. La enfermedad que provoca la formación de cálculos de cistina es hereditaria y se llama cistinuria. Afecta tanto a hombres como a mujeres.
  • Cálculos de estruvita: también llamados cálculos coraliformes o en astas de venado, porque se parecen a los cuernos de los venados. Están formados de un mineral llamado estruvita, que consta de amonio, magnesio y fosfato. Los cálculos de estruvita casi siempre se deben a una infección en los riñones o en el tracto urinario. Son más comunes en mujeres y pueden adquirir un tamaño considerable. Es el tipo de cálculo más peligroso de todos, incluso puede destruir el riñón en el que se asienta; además, no suelen causar cólicos como los demás y al paciente puede pasarle desapercibida la existencia de problema.
  • Cálculos de ácido úrico: más comunes en los hombres que en las mujeres y pueden ocurrir con gota y
  • Otras sustancias como ciertos medicamentos (xantinas, silicatos, etc.) también pueden formar cálculos.

Manifestaciones clínicas:

Los cálculos renales pueden provocar diferentes síntomas, dependiendo de su tamaño, composición y situación dentro del aparato urinario.

  • Litiasis asintomática: no produce síntomas, o bien éstos se descubren por casualidad mientras se están formando, a través de un análisis de orina. Suelen ser cálculos que, por su pequeño tamaño, pueden pasar desapercibidos.
  • Cólico nefrítico: provoca un dolor intenso en la zona renal (espalda baja) y que se extiende hacia la porción anterior del abdomen y a los genitales. El dolor sube y baja intermitentemente y el paciente no encuentra ninguna postura que le alivie. En muchas ocasiones aparecen náuseas, vómitos, sudoración profusa e hinchazón abdominal. Casi nunca provoca fiebre.
  • Dolor lumbar: en ocasiones, el dolor de los cálculos es menos aparente. Suele ser fijo y continuo en la zona lumbar, que es la que recubre los riñones. Este dolor se puede confundir con los dolores de huesos y articulaciones de origen reumático.
  • Hematuria: puede ser visible a simple vista (hematuria macroscópica) o, por el contrario, apreciarse únicamente mediante un análisis microscópico (hematuria microscópica). La hematuria aparece debido a las pequeñas heridas que produce la piedra a su paso por el interior de los órganos afectados. A veces es su única manifestación.
  • Infección de orina: hay un grupo de cálculos que son consecuencia de unas infecciones renales especiales y que sólo se manifiestan por la aparición de infecciones, ya sea de la vejiga (cistitis) o del propio riñón (pielonefritis).

Diagnóstico:

Es necesario saber la situación y tamaño de los cálculos, su composición y la posible existencia de enfermedades que se asocien a su formación. Para ello se realiza:

  • Exploración física.
  • TAC abdomen.
  • RNM de abdomen/riñón.
  • Radiografía de abdomen.
  • Pielografía intravenosa.
  • Ecografía del riñón.
  • Pielografía retrógrada.
  • Análisis específicos para conocer la composición de los cálculos expulsados.
  • Estudio de enfermedades asociadas posteriormente y dependiendo de la composición de los cálculos.

Tratamiento:

El tratamiento depende del tipo de cálculo y de la gravedad de los síntomas. Para disminuir su formación o ayudar a descomponerlo y eliminar el material que lo está causando, los medicamentos utilizados son:

  • Alopurinol (para los cálculos de ácido úrico)
  • Antibióticos (para los cálculos de estruvita)
  • Diuréticos.
  • Soluciones de fosfato.
  • Bicarbonato de sodio y citrato de sodio (hacen la orina más alcalina).

La cirugía generalmente es necesaria si:

  • El cálculo es demasiado grande como para salir por sí solo.
  • El cálculo está creciendo
  • El cálculo está bloqueando el flujo de orina y causando una infección o daño renal.

En este caso, los tratamientos son:

  • La litotricia extracorporal por ondas de choque se utiliza para eliminar cálculos ligeramente más pequeños a 12 milímetros que se encuentran localizados cerca al riñón. Este método utiliza ondas ultrasónicas u ondas de choque para romper los cálculos. Posteriormente los cálculos son expulsados por la orina.
  • La nefrolitotomía percutánea se utiliza para cálculos grandes en o cerca al riñón o cuando los riñones o áreas circundantes se forman incorrectamente. El cálculo se extrae con un endoscopio que se inserta en el riñón a través de una pequeña abertura.
  • La ureteroscopia se puede utilizar para cálculos en las vías urinarias bajas.
  • La cirugía abierta estándar (nefrolitotomía) puede ser necesaria si otros métodos no funcionan o no son posibles.

Cuidados de Enfermería:

  • Realizar una valoración en busca de signos de infección del tracto urinario o presencia de sangra en orina.
  • Valorar datos objetivos y subjetivos de la persona.
  • Identificar factores de riesgo.
  • Valorar los conocimientos del paciente sobre los cálculos renales y las medidas para evitar su aparición o recurrencia.
  • Vigilar la aparición de fiebre.
  • Alivio del dolor, ya que es importante diferenciar el cólico renal de otras formas de dolor.
  • Vigilancia y tratamiento de las complicaciones potenciales tales como disminución o pérdida de función en el riñón afectado, obstrucción del uréter, infección de las vías urinarias y reaparición de los cálculos.
  • Enseñanza y fomento de los cuidados personales y continuos.

Bibliografía:

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  2. Nieto, V. M. G., Yanes, M. I. L., & Bilbao, F. F. (2012). Litiasis renal. Nefrología, 6(1), 0.
  3. Gras, C. B., Hidalgo, J. L. T., Dumont, L. Á., Céspedes, M. C. V., Herreros, E. R., López, M. D. J., & Carrasco, J. L. L. (2007). Litiasis Renal. Revista Clínica de Medicina de Familia, 2(1), 32-38.
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