Parasomnias: pesadillas y terrores nocturnos en niños
Autora principal: Leticia María Cortés Solanas
Vol. XVIII; nº 19; 1008
Parasomnias: nightmares and night terrors in children
Fecha de recepción: 29/08/2023
Fecha de aceptación: 06/10/2023
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 19; 1008
Autores:
Leticia María Cortés Solanas (Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza. España)
Rubén Ferreruela Lalanza (Enfermero Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza. España)
María Isabel Abad Collados (Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza. España)
Beatriz Vicente Serrano (Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza. España)
Cristina Lozano Pascual (Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza, España)
Laura Sanmiguel Jiménez (Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza. España)
Noemí Gracía Morillas (Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza. España)
RESUMEN
Las parasomnias son un grupo de alteraciones muy variadas, generalmente con carácter benigno, muy típicas de la infancia o adolescencia, pero que en ocasiones pueden durar y persistir en la edad adulta.
Su clasificación atiende a la fase del sueño en la que se producen estas alteraciones y en dependencia de su significado. Unos aparecen en la transición del sueño a la vigilia o de la vigilia al sueño, otros son más frecuentes durante el sueño lento y otros durante la fase REM.1
Las parasomnias infantiles que se dan con mayor frecuencia suelen ser las pesadillas y los terrores nocturnos, la forma de actuación ante estos dos tipos de trastornos es diferente.2
PALABRASCLAVE: parasomnias, pesadillas, terrores nocturnos, niños.
ABSTRACT
Parasomnias are a group of highly varied disorders, usually with carácter benign, very typical of childhood and adolescence but which can sometimes last and persist into adulthood.
Its classification attends to the phase of sleep in which these alterations occur and depending on their meaning. Some appear in the transition from sleep to wakefulness or from wakefulness to sleep, others are more frequent during slow sleep and others during the REM phase.
The most frequent childhood parasomnias are usually nightmares ant night terrors, the way of acting before these two types of disorders is different.
KEYWORDS: parasomnias, nightmares, night terrors, childrens.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión de otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCION
Las parasomnias son un trastorno del sueño asociado que se caracteriza por episodios breves o parciales de despertar, en los que no se producen una interrupción importante del sueño ni una alteración del nivel de vigilia diurno. La etiología puede deberse a un estado de disociación en el que el sueño se introduce en el despertar, quedando el paciente atrapado entre el estado de sueño y despertar.
Dentro de estos trastornos los más comunes son los terrores nocturnos, el sonambulismo, los despertares confusos y las pesadillas.3-4
PESADILLAS
Las pesadillas son un tipo de trastorno del sueño REM que se producen generalmente en la segunda mitad de la noche. Suelen ser normales en niños y adolescentes, presentándolas un 30% de los niños en forma de sueños inquietantes y aterradores provocando que el niño se despierte con sensación de sufrimiento y angustia. La edad más común de inicio son los 3 años, entre los seis y los diez años es cuando se observa la máxima prevalencia y a partir de dicha edad la proporción de niños que las sufre disminuye.5-6
Cuando las pesadillas producen repetidos despertares con importante repercusión en el sueño de forma que no puede volver a dormir sólo, es cuando se requerirá algún tipo de intervención.
Entre los factores desencadenantes de las pesadillas se incluyen la privación del sueño, el estrás y/o episodios traumáticos y cierto tipo de fármacos. (ver tabla 1)
CRITERIOS DIAGNOSTICOS PESADILLAS (ver tabla 2)8:
Para proceder a su diagnóstico es necesario realizar un diagnóstico fundamentalmente clínico8:
- Evaluación de las pesadillas: se debe valorar tanto la gravedad como la cronicidad. En los casos graves, las pesadillas pueden tener relación con algún trastorno psicopatológico.
- Valoración de la conducta: cuando las pesadillas se acompañan de una historia de ansiedad generalizada o de una regresión de conducta, se debe pensar en la posibilidad de traumas o abusos en los niños.
- Agenda/diario de sueño: la agenda de sueño, en la que se documenta durante varias semanas tanto la frecuencia de las pesadillas como la duración de los despertares posteriores, pueden ser de utilidad.
Resulta imprescindible diferenciar las pesadillas de otros eventos y ver si son una entidad aislada o son el síntoma de algo más complejo.8
- Convulsiones: en algunos casos aislados la epilepsia nocturna se puede presentar únicamente como pesadillas; sin embargo, lo habitual es que se observan patrones motores y sensitivos típicos, con movimientos estereotipados.
- Terrores nocturnos: se confunden a menudo con las pesadillas. Las principales diferencias entre ambos radican en que las pesadillas suelen ocurrir al final de la noche, los niños se despiertan fácilmente y no presentan confusión o desorientación, recuerdan lo sucedido y reconocen a los padres, en cambio durante el terror nocturno no parecen reconocer ni consolarse con los padres.
- Trastornos del comportamiento durante el sueño REM: aunque es típico de adultos, cada vez se diagnostica más frecuentemente en niños. Se caracteriza por sueños violentos y movimientos vigorosos y explosivos durante el sueño, pudiendo llegar a causar lesiones al paciente u otros. Este trastorno se conoce también como onirismo o “sueños actuados o vividos”.
- Parálisis del sueño: el niño se siente consciente pero incapaz de hablar y Las pesadillas, no cursan con esa sensación de estar completamente despierto y totalmente paralizado.
- Síndrome de estrás postraumático o trastorno por estrés agudo: los niños que padecen trastorno de estrés postraumático o por estrés agudo suelen tener pesadillas de manera intermitente, como parte del curso habitual de la patología y el tratamiento estará focalizado en el TEPT por un profesional de la psicología.
TRATAMIENTO DE LAS PESADILLAS10
- Higiene del sueño
- Cercanía y seguridad, el hecho de tener cerca a los padres reduce las pesadillas
- Rutina del sueño tranquila y relajante
- Evitar ver películas, o contar historias de miedo antes de dormir
- Reducir/eliminar factores que puedan ser estresantes para el niño
Podemos realizar como parte del tratamiento una serie de intervenciones psicológicas como las siguientes:
- Técnicas conductuales: desensibilización sistemática o técnicas de exposición, si la pesadilla viene motivada por miedo a un estímulo (personaje de videojuegos, animales, ) mediante imágenes, exposición en la imaginación, donde el niño toma el control y lo ridiculiza, por ejemplo.
- Técnicas cognitivas: técnicas de modificación del contenido del sueño, técnicas de afrontamiento de la pesadilla mientras
- Técnicas de desactivación: estrategias de relajación.
La terapia de ensayo/repaso en imaginación ha sido la más investigada en relación al tratamiento de las pesadillas. Se basa en cambiar la pesadilla en la manera en que se desee, describiéndola por escrito o dibujándola de manera detallada o cambiando el final de ésta.9-11
TERRORES NOCTURNOS
Los terrores nocturnos son considerados otro tipo de parasomnia que ocurre en fase NO REM, fase N3 (sueño profundo). Se caracteriza por un despertar brusco durante el primer tercio de la noche acompañado por una expresión de intenso miedo en el niño que se ve muy agitado, asustado y confuso, gritando o llorando, con hiperventilación, taquicardia, sudoración y midriasis. El episodio dura unos minutos y termina de manera espontánea con el niño volviendo a dormir. Al igual que ocurre en el sonambulismo el niño no responde a estímulos y no suele recordar el episodio. Como no está consciente, no acepta contacto ni consuelo, no escucha. Es difícil despertarlos en este estado y además totalmente desaconsejable puesto que puede
provocar directamente una multiplicación y una prolongación de los episodios12. Lo único que hay que hacer es abrazarlo y tranquilizarlo intentando no despertarlo hasta que se calme. Si eso sucediese, el niño no se acordará de nada de lo sucedido13. Al no recordar nada no temerá al sueño, como puede suceder en el caso de las pesadillas.
Su prevalencia se estima entre un 3% y un 15%, en niños en edad escolar es típico entre los 3 y los 4 años, aunque a veces se mantiene hasta los 5 y 6 años de edad y se suele resolver en la adolescencia.
La frecuencia de los episodios es máxima al inicio del proceso. Si los terrores se inician antes de la edad de 3,5 años suelen tener un pico de frecuencia de al menos una vez por semana, mientras que en los niños en los que los terrores se inician entre los 3,5 y los 7,5 años de edad, el pico de frecuencia máxima suele ser de 1-2 episodios por mes. La duración media del proceso suele ser de 3,9 años con una tendencia a mayor duración en aquellos niños que tienen antecedentes de sonambulismo.
CRITERIOS DIAGNOSTICOS TERRORES NOCTURNOS (ver tabla 3)
TRATAMIENTO
¿Qué podemos hacer al respecto? Si sospechamos que los terrores nocturnos pueden deberse a un exceso de cansancio físico, disminuir la actividad física diaria, especialmente la de la tarde, intentar que vaya a dormir más relajado, o adelantar la hora de ir a la cama, ofreciéndole actividades que no agoten sus fuerzas, evitando acortar o suprimir la siesta antes de tiempo y, si es necesario, atrasar el horario de la siesta o alargar su duración.
Tratar las afecciones diagnosticadas: si los terrores nocturnos están relacionados con una afección médica o mental no diagnosticada o con otro trastorno del sueño, como apnea obstructiva del sueño, el tratamiento debe apuntar al problema de fondo.
Tratar el estrés: si el estrés o la ansiedad parecen contribuir al desarrollo de los terrores nocturnos, el médico puede sugerir una reunión con un terapeuta o consejero. La terapia cognitiva conductual, la hipnosis, la biorretroalimentación o la terapia de relajación pueden ser útiles.
Despertar anticipado: supone despertar a la persona que tiene terrores nocturnos unos 15 minutos antes del momento en que suelen ocurrir. Luego¡, la persona permanece despierta unos minutos antes de volverse a dormir.
Medicamentos: es poco frecuente que se utilicen medicamentos para tratar los terrores nocturnos, en particular en el caso de los niños. Sin embargo, si es necesario, el uso de benzodiacepinas o ciertos antidepresivos puede ser eficaz.
Si son muy intensos y persistentes es necesario consultar a un especialista.
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