Prevención de infecciones asociadas a dispositivos en UCI: revisión del rol de enfermería
Autora principal: Andrea Ibáñez Romero
Vol. XX; nº 15; 849
Prevention of Device-Associated Infections in ICUs: A Review of the Nursing Role
Fecha de recepción: 10 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 2 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 15 – Primera quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 15; 849
Autores:
Andrea Ibáñez Romero, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Patricia Cortés Egeda, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Ana María Luca Simón, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Marta Gascón Sánchez, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Irene Sanz Gómez, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Irene Torán Bellido, Enfermera Especialidad, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España
Resumen
Las infecciones asociadas a dispositivos (IAD) representan una de las principales complicaciones en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), afectando directamente la evolución clínica, estancia hospitalaria y mortalidad de los pacientes críticos. Esta revisión bibliográfica tiene como objetivo analizar la prevalencia, los factores de riesgo y las estrategias preventivas de las IAD, con un enfoque específico en el rol del personal de enfermería. A partir de la literatura publicada entre 2010 y 2025, se evidenció que la implementación de protocolos de prevención, la capacitación continua y la vigilancia activa del personal de enfermería resultan claves para reducir significativamente la incidencia de estas infecciones. El estudio concluye que empoderar al personal de enfermería es esencial para mejorar la calidad de atención y promover una cultura de seguridad en el entorno crítico.
Palabras clave
Infecciones asociadas a dispositivos, cuidados intensivos, enfermería, prevención, seguridad del paciente.
Abstract
Device-associated infections (DAIs) are among the most frequent complications in Intensive Care Units (ICUs), significantly impacting clinical outcomes, length of hospital stay, and patient mortality. This literature review aims to examine the prevalence, risk factors, and preventive strategies for DAIs, with a specific focus on the role of nursing staff. Based on literature from 2010 to 2025, the evidence shows that the implementation of prevention protocols, continuous training, and active surveillance by nursing professionals are key to significantly reducing infection rates. The study concludes that empowering nursing personnel is essential to improving care quality and fostering a culture of safety in critical care settings.
Keywords
Device-associated infections, intensive care, nursing, prevention, patient safety.
1. Introducción
Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) son áreas hospitalarias altamente especializadas, destinadas al manejo de pacientes en estado crítico que requieren soporte vital avanzado, vigilancia clínica intensiva y procedimientos médicos complejos. Estas unidades representan uno de los entornos más exigentes de la atención sanitaria moderna, donde el uso de tecnologías avanzadas y dispositivos médicos invasivos es habitual y necesario para preservar la vida y estabilizar al paciente. Entre los dispositivos más empleados se encuentran los catéteres venosos centrales (CVC), sondas vesicales, tubos endotraqueales y los sistemas de ventilación mecánica, los cuales permiten el monitoreo hemodinámico, la administración de medicamentos, la asistencia respiratoria y la eliminación de desechos fisiológicos.
Sin embargo, el uso prolongado o inadecuado de estos dispositivos conlleva riesgos importantes, siendo el más relevante el desarrollo de infecciones nosocomiales, específicamente las infecciones asociadas a dispositivos (IAD). Estas infecciones, adquiridas durante la hospitalización, no solo representan una carga para el paciente, sino también para el sistema sanitario, por el incremento de la estancia hospitalaria, los costos de tratamiento y la tasa de complicaciones, incluidas la sepsis y la muerte. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 70% de las infecciones en pacientes de UCI se relacionan con el uso de dispositivos invasivos, siendo las más frecuentes la bacteriemia relacionada con CVC, la neumonía asociada a ventilación mecánica (NAVM) y la infección del tracto urinario asociada al catéter (ITU-AC).
Este panorama convierte a las IAD en un problema prioritario de salud pública y en un desafío constante para los equipos multidisciplinarios que trabajan en las UCI. Diversas iniciativas globales, como las estrategias del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el programa «Bacteriemia Zero» en España, y las guías de la OMS, han buscado estandarizar y mejorar la prevención de estas infecciones mediante la implementación de protocolos de higiene, medidas asépticas y vigilancia activa. Pese a estos avances, las tasas de IAD siguen siendo elevadas en muchos centros, especialmente en aquellos con limitaciones de personal, recursos o capacitación.
En este contexto, el personal de enfermería desempeña un papel central en la prevención de las IAD, al estar directamente involucrado en el manejo y cuidado de los dispositivos invasivos, así como en la vigilancia continua del estado del paciente. La práctica enfermera en UCI exige altos niveles de competencia técnica, juicio clínico, y compromiso con la seguridad del paciente. A través de intervenciones basadas en evidencia, como la higiene de manos, la correcta técnica de inserción y mantenimiento de dispositivos, la educación del paciente y del equipo de salud, y la participación activa en auditorías internas, la enfermería puede incidir significativamente en la disminución de estas infecciones prevenibles.
Por tanto, el presente trabajo tiene como propósito realizar una revisión bibliográfica actualizada sobre las infecciones asociadas a dispositivos en las UCI, con un enfoque específico en el papel de la enfermería en su prevención. Este análisis busca proporcionar un marco de conocimiento útil tanto para los profesionales en formación como para aquellos en ejercicio, fomentando una práctica clínica reflexiva, segura y orientada a la mejora continua de la calidad asistencial en contextos críticos.
2. Resultados
De acuerdo con el análisis de la literatura publicada entre los años 2010 y 2025, se identificaron una gran cantidad de estudios que coinciden en considerar a las IAD como un problema prioritario en el ámbito de los cuidados intensivos. Los hallazgos se agruparon en tres categorías principales:
2.1. Prevalencia e impacto de las IAD
La prevalencia de las infecciones asociadas a dispositivos presenta variaciones entre instituciones y países, dependiendo del nivel de cumplimiento de los protocolos de prevención. En cuanto a la bacteriemia relacionada con catéteres venosos centrales, las tasas fluctúan entre 2 y 7 episodios por cada 1.000 días-catéter, según datos de diferentes servicios de salud. La neumonía asociada a ventilación mecánica, por su parte, afecta entre el 10% y el 30% de los pacientes intubados, siendo una de las principales causas de infección intrahospitalaria en la UCI. En el caso de la infección del tracto urinario asociada a catéter, representa cerca del 30% de todas las infecciones nosocomiales en pacientes críticos.
Estas infecciones tienen consecuencias clínicas importantes. Diversas publicaciones señalan que las IAD pueden aumentar la estancia hospitalaria entre 7 y 15 días, con un incremento de costos que oscila entre los 4.000 y 40.000 euros por caso. Además, la mortalidad asociada a estas complicaciones puede alcanzar el 25-40% dependiendo del tipo de infección y la comorbilidad del paciente.
2.2. Factores de riesgo comunes
Numerosos estudios identifican factores predisponentes para el desarrollo de IAD. Entre los más recurrentes están:
- La inserción prolongada de dispositivos, lo que incrementa el riesgo de colonización bacteriana.
- El incumplimiento de la técnica aséptica al momento de la inserción o en su manipulación diaria.
- Deficiencias en la higiene de manos del personal.
- Escasa supervisión clínica y falta de formación continuada.
- Sobrecarga laboral del personal de enfermería, lo cual disminuye la adherencia a buenas prácticas.
2.3. Estrategias de prevención más eficaces
Diversos programas internacionales han mostrado eficacia en la reducción de IAD. Entre ellos destacan:
- El programa «Bacteriemia Zero» en España, que mediante un conjunto de medidas estandarizadas ha logrado disminuir hasta en un 80% la tasa de bacteriemias relacionadas con CVC.
- Las «bundles» de cuidados propuestas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que integran varias prácticas seguras en un paquete de intervenciones clínicas.
- El uso de listas de verificación o checklists de seguridad implementadas por el personal de enfermería, que han mejorado la adherencia a los protocolos.
- La educación continua del personal y la realización de auditorías internas para reforzar el cumplimiento de las buenas prácticas.
3. Rol de enfermería en la prevención
El papel del personal de enfermería en la prevención de las IAD es esencial y multifactorial. Este rol se estructura en torno a funciones que van desde la aplicación directa de cuidados, hasta tareas de liderazgo y formación dentro del equipo de salud:
A. Aplicación rigurosa de medidas preventivas
Los profesionales de enfermería están encargados de aplicar con estrictez los protocolos de inserción, mantenimiento y retirada de los dispositivos invasivos. Esto incluye:
- Uso de técnicas estériles y materiales adecuados.
- Cambio regular de curas y controles de puntos de inserción.
- Registro sistemático de procedimientos y evaluación de condiciones del paciente.
B. Monitorización continua del estado del paciente
La enfermería se ocupa de:
- Observar y registrar signos locales y sistémicos de infección.
- Comunicar precozmente al equipo médico cualquier sospecha de complicación.
- Evaluar la necesidad de mantener o retirar el dispositivo, según la evolución clínica del paciente.
C. Educación del paciente y del equipo
Otra responsabilidad clave es la educación continua, tanto del paciente como del resto del equipo:
- Informar al paciente y su familia sobre los cuidados del dispositivo y signos de alarma.
- Impulsar talleres, sesiones clínicas y capacitaciones sobre prevención de infecciones.
D. Vigilancia epidemiológica y auditoría
La participación en procesos de vigilancia y mejora continua también es crucial:
- Recolección y análisis de datos sobre tasas de infección.
- Integración en comités de calidad para implementar mejoras basadas en evidencia.
Este enfoque integral posiciona a la enfermería como un agente activo de cambio en la cultura institucional, promoviendo prácticas más seguras y centradas en el paciente.
4. Discusión
Los resultados de esta revisión respaldan la idea de que las IAD son eventos adversos que pueden prevenirse en gran medida mediante estrategias adecuadas. La existencia de guías clínicas internacionales es un paso positivo, pero su impacto depende directamente de su correcta aplicación y de la formación continua del personal que las ejecuta. Es en este contexto donde el personal de enfermería emerge como protagonista.
La capacitación constante, la disponibilidad de recursos y la carga laboral adecuada se han asociado directamente con una menor incidencia de IAD. En unidades donde se ha promovido activamente la higiene de manos, la educación práctica sobre técnicas de inserción y el liderazgo enfermero, se han reportado disminuciones significativas en la tasa de infecciones. Además, el uso de tecnologías de información para monitorear indicadores de calidad y el trabajo colaborativo con otros profesionales de la salud han mostrado ser estrategias complementarias efectivas.
No obstante, aún persisten desafíos importantes. Entre las principales barreras se identifican la rotación frecuente de personal, la falta de tiempo para actividades de formación, la escasez de personal especializado y la ausencia de una cultura organizacional orientada a la seguridad del paciente. Estas limitaciones reflejan la necesidad urgente de intervenciones sistémicas que incluyan políticas de recursos humanos sostenibles, incentivos para la formación profesional y la integración efectiva de la enfermería en los procesos de toma de decisiones.
De esta forma, el enfoque institucional debe pasar de una cultura reactiva a una proactiva, donde la prevención no sea una acción complementaria, sino el eje central de la práctica clínica en cuidados intensivos. El liderazgo enfermero, la investigación aplicada y la implementación de buenas prácticas validadas deben consolidarse como estrategias prioritarias en cualquier programa de mejora de calidad y seguridad.
5. Conclusiones
Las infecciones asociadas a dispositivos en las UCI constituyen un problema de salud pública con un alto impacto en la calidad de la atención y los desenlaces clínicos de los pacientes críticos. Afortunadamente, la mayoría de estas infecciones son prevenibles mediante la aplicación rigurosa de estrategias basadas en evidencia.
El personal de enfermería cumple un rol esencial en todas las fases del proceso de prevención, desde la aplicación de cuidados estériles, hasta la vigilancia activa y la educación del equipo de salud. Su empoderamiento y formación continua se traducen directamente en una atención más segura y eficiente.
Para consolidar estos logros, es imprescindible invertir en el desarrollo profesional de la enfermería, garantizar condiciones laborales adecuadas, dotar de recursos suficientes a las UCI y fomentar una cultura centrada en la seguridad del paciente. Así, fortalecer el rol enfermero no solo mejora la prevención de infecciones, sino que también contribuye a una atención más humana, ética y de calidad.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.