educacional, bajos ingresos económicos y en las cuales varias personas comparten un mismo cuarto para dormir.
-Factores maternos: la edad materna menor de 20 años en el primer embarazo, el intervalo intergenésico corto y la falta de cuidado prenatal triplican el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), independientemente del peso de nacimiento del bebé. El antecedente de una madre con una muerte intrauterina o posnatal aumenta el riesgo.
-Factores perinatales, tales como: Peso de nacimiento inferior a 2.500 gramos, edad gestacional por debajo de 38 semanas, retraso del crecimiento intrauterino, madre soltera, partos múltiples, admisión en terapia intensiva neonatal.
CLÍNICA Y VALORACIÓN
Normalmente estos pacientes son encontrados en la cuna por alguno de sus progenitores. Los padres cuentan que el niño no les respondía y según el tiempo que hubiese transcurrido referirán cianosis, frialdad, rigidez… Es frecuente que ellos mismos intenten reanimarlo pero el éxito depende de la calidad de dicha RCP así como del tiempo que haya pasado desde la parada respiratoria inicial. Generalmente cuando con simples maniobras el niño es reanimado es más probable que la causa de la apnea haya sido causada por un proceso benigno y de importancia relativa. En urgencias lo más frecuente es que el niño sea traído por sus padres en PCR aunque hay veces que el lactante es llevado una vez reanimado (sobre todo en caso de niños con antecedentes del mismo síndrome que sobrevivieron al primer episodio ya que los padres son instruidos en maniobras de RCP y generalmente tienen en casa aparatos detectores de la apnea que les avisan instantáneamente)
Todo paciente con síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) abortado debe ser historiado y explorado minuciosamente. Debemos preguntar a los padres acerca de la existencia de factores de riesgo. Debemos buscar lesiones asociadas para descartar que la muerte hubiese podido ser causada por malos tratos familiares (sobre todo en casos con antecedentes de hermanos con episodios similares) En todos los casos debemos realizar una serie de actuaciones una vez estabilizado el paciente:
– Identificación de lesiones asociadas.
– Valoración neurológica exhaustiva.
– Pruebas de laboratorio (hemograma completo y bioquímica).
– E.C.G.
– Tomas de muestras para cultivos (sangre, orina, heces, LCR).
– R.X. de tórax.
Existen otra serie de pruebas que se practican tras esa valoración primaria y según los resultados obtenidos para ver si existen alteraciones relacionadas con los episodios de apnea o con la respiración periódica (neumogramas) o para detectar apnea obstructiva midiendo el flujo aéreo por la boca y por la nariz mientras el paciente está dormido (polisomnografía). Sin embargo una de las pruebas más importantes y más disponible en todos los centros hospitalarios es ver la respuesta respiratoria que tiene el niño tras la inspiración de aire con un contenido menor de O2 o tras la inspiración de CO2.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.
Cuando al servicio de urgencias llega un lactante en PCR, a la vez que se le intenta reanimar, se deben indagar una serie de datos que puedan orientarnos hacia otros diagnósticos diferentes al síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). En caso de ser así, se puede comenzar el tratamiento específico adecuado a cada patología subyacente. A continuación se detallan otras posibles causas que podrían presentar cuadros clínicos semejantes al del SMSL:
– Convulsiones: tras ellas puede haber un periodo de apnea; su diagnóstico es relativamente fácil si había alguien con el niño que nos pueda contar la existencia de movimientos tónico-clónicos o de rigidez generalizada. Es rara la existencia de parada respiratoria en estos casos ya que el paciente suele despertarse tras un periodo breve de apnea sin llegar a que la respiración cese más tiempo
– Hipoglucemia: si es severa no sólo se acompañará de apnea sino también de convulsiones
– Infecciones: como sepsis, meningitis…
– Tosferina: estos pacientes tienen apnea y los padres cuentan en el interrogatorio que el niño hace unos días ha tenido una infección respiratoria superior y después comenzó con episodios de tos paroxística
– Miocardiopatías.
– Botulismo.
-Reflujo gastroesofágico: puede dar lugar a panea y es más frecuente que aparezca tras la toma de alimentos.
PAUTAS BÁSICAS DE ACTUACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL SMSL.
Tanto pediatras como enfermeros debemos actuar, una vez más, como educadores sanitarios y difundir una serie de normas básicas para que se incorporen a la cultura sanitaria de la población, ya que aplicadas de forma sistemática constituyen la mejor profilaxis del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) Los avances en el conocimiento del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) han permitido precisar medidas tan elementales como las que se detallan a continuación:
–Poner a los niños a dormir boca arriba. Todos los bebés deben dormir en posición supina. Los estudios internacionales durante la última década son concluyentes en cuanto a que los bebés que duermen boca arriba tienen entre 17 y 12,7 veces menor riesgo de fallecer por el SMSL. En los Estados Unidos, a partir de la primera recomendación de que los bebés debían dormir boca arriba, en el año 1992, la frecuencia de la posición prona disminuyó del 70% al 24% en 1996. Concomitantemente, la incidencia del SMSL durante dicho período disminuyó un 40%.
Las únicas contraindicaciones médicas para colocar un bebé boca arriba para dormir son: las malformaciones craneofaciales o evidencias de obstrucción de la vía aérea superior (micrognatia) y los bebés con reflujo gastroesofágico patológico. Los niños que están acostumbrados a dormir boca arriba tienen mayor riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) cuando, por distintas circunstancias, son acostados boca abajo para dormir. Debido a que la posición para dormir parece aprenderse desde los primeros días de vida y que la experiencia muestra que las madres, habitualmente, ubican a sus bebés para dormir en la misma posición que utilizaron en el hospital, se aconseja que el personal hospitalario recomiende la posición supina.
– Evitar el tabaquismo por parte de los padres durante el embarazo y tras el nacimiento. El hábito tabáquico durante el embarazo se asocia a disminución del crecimiento fetal y a aumento de las muertes perinatales. Existen claras evidencias científicas que muestran que fumar durante el embarazo triplica el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). A partir de las campañas de prevención, en aquellos países en los cuales los bebés duermen mayoritariamente boca arriba, el riesgo del SMSL atribuible al tabaco durante el embarazo se quintuplicó, convirtiéndose en el factor de mayor riesgo.